BABY LORES, UN TRIUNFADOR
Si quieren ver una entrevista de Baby Lores, El Chacal e Insurgente hacer click AQUÍ .
Nada interesante desde el punto de vista musical; me gustaba más Elvis Manuel.
Baby Lores, un triunfador
Muy pocos de los más de mil fanáticos (mayoritariamente adolescentes) que se agolparon frente al exclusivo local pudieron entrar. En lugar de ellos, los que aplaudieron y bailaron con Baby Lores e Insurrecto fueron actores, músicos, deportistas, pintores. También jineteras y sus maduros acompañantes, “macetas” e hijos de papá. Todos con dinero suficiente para pagar gustosos el cover y consumir adentro. En La Habana de los sucesores, que dice no renunciar a la igualdad, pero sí al igualitarismo, retorcerse en el Salón Rojo con el reguetón de Baby Lores es una muestra de sólido estatus social.
El espectáculo fue “para el público VIP que existe en todas partes del mundo”, explicó Baby Lores en una entrevista para defenderse como gato patas arriba de los ataques moralizantes de la prensa oficial. Y se quedó tan campante. Como si no supiera que el salario promedio en Cuba son 18 cuc mensual
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( Baby Lores e Insurrecto )
Allá ellos si el Estado no concedió el estadio Latinoamericano o la Tribuna Antiimperialista al Baby para hacer un concierto masivo y más barato (o gratis). Se perdieron su concierto de reconciliación con Insurrecto, el nuevo episodio de su saga de retos y riñas, reales o no, con sus socios (antes fue con El Chacal). El suceso, según el Lores, valía los 100 cuc. Si Los Van pueden, ¿por qué no Baby Lores? ¿Los que no pudieron entrar porque no tenían dinero? Ese es su maletín, como dicen en La Habana.
El cantante fue claro: “Si no hubiéramos hecho el espectáculo a 100 cuc, simplemente había personas que nos interesaban y que no iban a poder vernos”. ¿Se imaginan a los perfumados y elegantes VIP por los que tanta deferencia siente Baby Lores, sudados y apretujados en un molote para oírlo cantar que “le gusta el bate a la mujer del pelotero?”
Baby Lores y sus fanáticos no entienden mucho de ética y espiritualidad. Menos aún los sermones de los tartufos y musulungos con varias morales (según la ocasión) que pretenden educarlos en los valores de la sociedad socialista.
¿Qué van a entender de esas peroratas los muchachos que se criaron en medio del hambre y los apagones del Período Especial? Crecieron entre la envidia a los hermanos mayores que se largaron en una balsa y la admiración a la hermana, la prima o la amiga que se acostaba con extranjeros.
En medio del “sálvese el que pueda” nacional, tener dinero es lo principal. No importa si se gana en el jineteo, el robo de billeteras, el timo de las chapitas, la venta de marihuana o en “la búsqueda de la pincha”. ¿Es tan malo entonces cobrar un cover de 100 cuc por cantar en el Salón Rojo “me está pidiendo carne la mujer del carnicero? ”.
Los reguetoneros y su público, todos hijos y nietos de los que estaban llamados a ser los hombres nuevos, simulan como pueden la sociedad de consumo. Aspiran a ser los nuevos triunfadores de la sociedad cubana. Baby Lores, que canta para un público VIP en sitios exclusivos, lo está consiguiendo. Elvis Manuel, otro ídolo del reguetón, no tuvo suerte. Hace meses desapareció en el mar.
luicino2004@yahoo.com
Baby lorens y el chakal Mirala
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