BARACUTEY CUBANO

Por José A. Fornaris, Cuba-Verdad

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - El huracán Gustav ha herido muchas cosas, y lastimado a las decenas de miles de familias que perdieron sus humildes viviendas. Las casas derribadas no sólo fueron en Isla de la Juventud y en extensas zonas de Pinar del Río. En la provincia La Habana también hay tragedia. En Guanímar, un poblado de pescadores del municipio Alquízar, Gustav echó abajo 154 caricaturas de casas. Incluso Ciudad de La Habana hubo 30 derrumbes en viviendas, dos de ellos totales.

Lo único que Gustav no parece haber herido en Cuba es el sentido de la espectacularidad del ex Comandante en Jefe. El compañero Fidel comparó lo ocurrido con una explosión nuclear. Estaba haciendo un símil con las dos bombas atómicas arrojadas sobre Japón a finales de la Segunda Guerra Mundial.

Hubiera sido bueno para él, aunque lógicamente su personalidad se lo impide, no haber opinado. Su hermano, el general, ha sido más sensato, y hasta este momento no se ha pronunciado sobre la triste situación nacional de la que el régimen tiene mucha culpa.

En 1953, en el juicio que se le siguió tras el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, Fidel Castro aseguró que en Cuba existían suficientes materiales y mano de obra para construirle una casa confortable a cada familia cubana. Los Castro llevan cincuenta años en el poder y la situación habitacional es la más calamitosa de la historia del país.

( Fotomontaje )

Han gastado millones de dólares en guerras en África, guerrillas en América Latina, en cárceles, en propaganda, en crear y mantener un gran cuerpo de represión política, en unas fuerzas armadas poderosas, y en el Partido Comunista. Al mismo tiempo, cientos de miles de familias viven en condiciones de pobreza, en casas que son barridas por cualquier meteoro.

Durante los últimos 50 años, de los varios ciclones que han azotado el territorio cubano, dos han sido categoría tres y cuatro. En ningún momento se ha escuchado decir que la casa de alguno de los dirigentes gubernamentales o partidistas ha sufrido algún tipo de daño digno de mencionar.

Todos tienen viviendas con las condiciones adecuadas para que ellos y sus familias estén protegidos contra los eventos atmosféricos, no importa cuán fuertes sean.

En las actuales circunstancias no existe ni la más remota idea de cuándo los cientos de miles de personas que perdieron sus hogares y sus bienes materiales vayan a lograr nuevamente alcanzar siquiera el bajo nivel de vida en el que se encontraban. En estos momentos están en total miseria.

Se supone que, al menos, la célebre “reserva del Comandante en Jefe”, sea puesta a disposición de esos desposeídos por la fuerza de la naturaleza y la incompetencia de gobernantes que han puesto siempre en primer orden sus intereses personales y políticos, olvidando que la riqueza del país pertenece a todos los ciudadanos y que debe emplearse en lograr el bienestar nacional.

fornarisjo@yahoo.com
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