LA AVARICIA SALVAJE DEL CAPITALISMO
La avaricia salvaje del capitalismo
Por Alberto Muller
Al capitalismo salvaje de las hipotecas contaminadas y sus socios de fechorías les pasó lo mismo que al comunismo totalitario del siglo pasado:
El comunismo se derrumbó por la avaricia de autoridad y millones de seres humanos fueron sacrificados en cárceles y paredones de muerte.
El capitalismo salvaje se está derrumbando por la avaricia con el dinero ajeno y por el engaño financiero sin escrúpulos.
Y esa avaricia de una visión errada del capitalismo, causante de la crisis financiera actual, nos ha explotado a todos en el rostro, incluyendo a los avariciosos.
Pero veamos con detalles el desarrollo del proceso. La avaricia comenzó a detectarse en las entidades hipotecarias Fannie Mae y Freddi Mac, con el consiguiente consentimiento de algunos en Wall Street, de empresas bancarias como Lehman Brothers y del gigante asegurador American International Group, todos confabulados en inflar el valor de las hipotecas y en alterar los documentos que justificaban la aprobación de esos préstamos, para terminar cobrando jugosos montos millonarios en las comisiones y en las ventas de paquetes voluminosos de esas mismas hipotecas a otras entidades bancarias nacionales o internacionales.
Estos administradores del mayor desfalco capitalista en la historia de la humanidad emularon, en desprecio hacia la sociedad, con los dictadores totalitarios comunistas del siglo pasado, convirtiéndose en los dictadores absolutos de las finanzas:
· Sus enormes privilegios y prebendas rompieron los límites de la decencia pública y de la justicia social.
· Sus sueldos, planes de incentivos, vacaciones, jet privados y club de campo a costa de la empresa y del contribuyente parecían cifras faraónicas de desprecio humano.
· Sus acciones subían y obviamente ellos eran los que más ganaban, pero incluso si las cotizaciones se derrumbaban o incluso si las firmas quebraban, ellos tenía firmados contratos abusivos para retirarse con despidos e indemnizaciones multimillonarias, conocidas como paracaídas de oro.
Ahora la crisis del sistema financiero en Estados Unidos que se ha extendido al mundo, por carencia de regulaciones precisas, ha puesto el escándalo de la avaricia y de la gestión fraudulenta de algunos a la luz pública, por lo que estos delincuentes de las finanzas ya son investigados por el Buro Federal de Investigaciones (FBI), que ha abierto una investigación en 26 empresas en busca de irregularidades contables.
Conclusión, se infló una burbuja hipotecaria falsa. Y eso multiplicado en millones y millones de millones produjo un efecto explosivo, pues estábamos contando con un dinero o un activo inexistente.
Y al no corresponderse el pago a los bancos, pues los propietarios de las hipotecas contaminadas o basuras, terminaron con no poder pagar sus compromisos, entonces explotó la burbuja.
Los accionistas, propietarios o ahorristas de Lehman Brothers, Merrill Lynch, Citigroup, JP Morgan, Fannie Mae y Freddi Mac y otros, quedaron arruinados y los trabajadores de esas empresas fueron despedidos.
Pero veamos lo jugoso del fraude. Todas estas compañías pagaron en sueldos, bonificaciones y regalías a sus máximos ejecutivos más de cuatro mil millones de dólares en los últimos años, paradójicamente en el mismo periodo en que éstos se dedicaron a inflar las cuentas de las hipotecas basuras, empaquetarlas y revenderlas fraudulentamente en el mercado internacional bancario.
Las firmas involucradas siguieron siendo muy generosas con los causantes de la debacle: Stanley O'Neall cuando salió de Merrill Lynch se llevó a casa CIENTO SESENTA MILLONES de dólares. Charles Prince cuando abandonó Citigroup se calcula que le liquidaron CUARENTA MILLONES de dólares. Y así otros, como Richard S. Fuld de Lehman Brothers, que ganaba DIECISIETE MIL dólares por hora.
La comisión de investigación del Congreso también descubrió que Fuld autorizó el pago de VEINTE millones de dólares en bonos a dos directivos de Lehman Brothers, cuatro días antes de que la firma se declarara en bancarrota.
Angelo Mozilo, responsable de la quiebra del banco hipotecario Countrywide, autorizó pagar TRESCIENTOS SESENTA millones de dólares por los viajes de su esposa en el jet privado de la compañía, en los últimos cinco años.
La comisión de investigación de la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha puesto al descubierto esta semana todas estas cifras escalofriantes de la avaricia, que no tenemos espacio para ponerlas todas.
El rescate de la crisis financiera ha comenzado con la inyección de dinero limpio. Las regulaciones venideras tendrán que garantizar que el fraude no vuelva a tener cabida en el sistema financiero y que debemos cuidar con celo el dinero de los contribuyentes.
Los extremos de la avaricia, ya sean de autoridad o de dinero deben desaparecer por la primacía de la libertad y de la justicia social.
Al final, como dice el argot popular, los extremos se tocan. Ya el comunismo desapareció del horizonte real, sólo quedan sus residuos seniles. Le toca el turno de desaparecer al capitalismo salvaje con esta crisis financiera.
La Democracia aspira a un capitalismo compasivo, humanitario y pleno de justicia social. Lo mismo que aspira a una visión plural y participativa del socialismo, para los que crean en el socialismo.
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albmul@bellsouth.net
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