VOLVIENDO A LOS DEPORTES
VOLVIENDO A LOS DEPORTES
Por René Gómez Manzano
Abogado y periodista independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).-La Habana, marzo de 2009.- En un artículo que difundí hace algo más de dos meses, con motivo del Clásico Mundial de Béisbol que se acercaba, planteé mis críticas al régimen de Raúl Castro por negarse a cambiar la política deportiva seguida en tiempos de Fidel, la que en principio excluye la participación de los cubanos radicados en el extranjero en los equipos que defienden nuestra bandera en competencias internacionales.
Evidentemente, esa discriminación conspira contra las posibilidades de victoria de nuestra Patria, pues es Cuba el único país que, por definición, rechaza ese valioso aporte.
El estruendoso fracaso de nuestra novena en la actual edición del Clásico ha puesto de manifiesto cuán miope es ese enfoque de la cuestión. Mientras otros países beisboleros —incluyendo la Venezuela bolivariana— han aceptado el importantísimo refuerzo de sus atletas que juegan en el béisbol organizado, el nuestro se ha mantenido aferrado a esa política obsoleta y absurda. Para mí es evidente que esto coloca a nuestro Archipiélago en una situación de total inferioridad, que presagiaba la derrota.
Los bolcheviques criollos citaban como antecedente lo sucedido en la primera edición de esa competencia internacional, cuando en realidad el ejemplo no es el más apropiado, y no sólo porque en definitiva el equipo cubano tuvo que conformarse con la plata al ser derrotado por Japón, sino porque, en realidad, si clasificó para la etapa final fue por la irresolución de un jugador panameño que, con el juego empatado y las bases llenas, prefirió evitar recibir un pelotazo antes que darle la victoria a su equipo con la carrera forzada que hubiese entrado de haber soportado un dead ball.
Todo esto viene a cuento por el descalabro ahora sufrido. Y esto a pesar de las seguridades que diera el Reflexionante en Jefe: “Venceremos porque sabemos y podemos combinar algo que sólo pueden hacer hombres libres y sin dueños, no los jugadores profesionales”; “el equipo seleccionado es sin duda el mejor que ha representado a nuestro país”.
También ha habido orientaciones más concretas, como las de no batear desesperadamente cualquier bola y no esperar el primer strike. Por último (aunque no menos importante) se produjo la alusión a la lejanía entre jugadores y dirección: “El equipo de Japón nos ganó el día 15 porque sin duda cometimos errores de dirección en aquel punto, a miles de kilómetros, donde es casi imposible para Cuba influir en la dirección de su equipo”. Algo parecido aparece en una nueva reflexión del día de hoy, en la que se alude a “la alineación sugerida desde Cuba” por “los organismos rectores”.
En definitiva, es un hecho irrefutable que el “Máximo Líder” ha asumido “… la total responsabilidad por el éxito o el revés”, y ha asegurado a todos que “la derrota no será jamás huérfana”. Hoy se puntualiza el concepto, al expresar: “Los culpables somos nosotros”.
Pero independientemente de quién —o quiénes— carguen con el fracaso sufrido, este trago amargo —pienso yo— debería servir para que los dirigentes deportivos del país reconsideraran la política discriminatoria que se sigue contra nuestros compatriotas que han optado por el profesionalismo.
1 Comments:
Entonces los cubanos fuera de la isla deberian luchar para que los entes deportivos los dejen jugar en representacion de CUBA LIBRE o como quieran llamarlo, explicando los problemas de politica que hay en la isla. Hay otros casos en el mundo donde hay problemas similare, no iguales, como china no? Entonces los cubanos en el exilio podrian hacer sus propias ligas de muchos deportes.
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