EL TERRORISMO TOLERADO
EL TERRORISMO TOLERADO
Por Alfredo M. Cepero .
(Primero de cuatro en la serie “Tiempos de Destinos Inciertos”)
Es lamentable que haya sido necesario el brutal ataque contra las Torres Gemelas del Centro Mundial de Comercio en la ciudad de Nueva York, el 11 de septiembre del 2001, para que los Estados Unidos y una buena parte del mundo civilizado hayan tomado nota del bárbaro flagelo del terrorismo como arma política. Lo cierto es que el terrorismo ni fue inventado por Osama Bin Laden ni comenzó esa mañana trágica en Nueva York. Como sabemos, el terrorismo puede ser considerado tan antiguo como la historia del hombre sobre la Tierra. Pero en las líneas que siguen vamos a limitarnos a regresar al año 1948 a una ciudad entonces apacible y señorial que mas tarde se convirtió en víctima del terrorismo más despiadado del Siglo XX: Santa Fe de Bogotá.
( Jorge Eliécer Gaitán )
El 9 de abril de ese año, el candidato presidencial y líder del Partido Liberal, Jorge Eliécer Gaitán, fue asesinado ante los ojos incrédulos de una multitud que lo acompañaba en ese momento. El asesinato desencadenó acontecimientos que dieron al traste con la IV Conferencia Panamericana de Cancilleres y casi produjo la caída del gobierno del Presidente Mariano Ospina Pérez y la toma del poder por los comunistas. Entre las bandas armadas que produjeron el hecho se encontraba un grupo de estudiantes cubanos liderados por un entonces desconocido “ganster” estudiantil llamado Fidel Castro. En Bogotá comenzó la carrera terrorista del hombre cuya megalomanía y obsesión de poder multiplicaría por cien las casi 3,000 víctimas del Centro Mundial de Comercio. Si alguien lo considera una exageración, tómese el trabajo de calcular las viudas, huérfanos, muertos, heridos y desplazados ocasionados por la promoción, el financiamiento y la participación activa de la tiranía de Castro en guerras civiles, conflictos religiosos y confrontaciones ideológicas en todos los rincones del mundo durante medio siglo.
( Fotos de Fidel Castro en el ¨Bogotazo¨ )
Para 1953, y después de haber fracasado en sus intentos de adquirir notoriedad a través del proceso político, Fidel Castro cambió votos por balas y asaltó el Cuartel Moncada el 26 de julio de ese año en la ciudad de Santiago de Cuba en un intento frustrado por derrocar la dictadura de Fulgencio Batista. De ahí en adelante, el terrorismo y la violencia serían sus caminos expeditos hacia el poder absoluto. En los años subsiguientes la sinfonía macabra de los petardos y las bombas puestas en su mayoría por militantes del “26 de julio” sembraron el terror en todo el territorio nacional. En una sola noche del mes de marzo de 1957 explotaron 120 bombas, muchas de ellas en 20 hoteles habaneros. Entre otros actos de terrorismo estuvieron el incendio de la Refinería de la Standard Oil, la voladura de los cables de la Estación de Ferrocarril de Bejucal y de la Estación de Ómnibus, así como las bombas puestas en Vento y en el Túnel de La Habana.
(Algo muy frecuente en la lucha contra Batista: atentado terrorista del M-26-7 en un comercio público habanero ; las vidrieras al explotar mataron y mutilaron a civiles ajenos a esa lucha. Las muertes, de todo tipo, que ocasionaron las fuerzas antibatistianas alcanzaron aproximadamente la cifra de un millar. Las muertes, de todo tipo, producidas por las fuerzas batistianas alcanzaron aproximadamente la cifra de 2 000 y no la cifra de 20 000 como mentirosamente ha señalado la tiranía; nota del blogguista)
Los Castro fueron asimismo pioneros del secuestro como arma política que más tarde imitarían profusamente sus discípulos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. El 28 de junio de 1958, fuerzas bajo el mando de Raúl Castro secuestraron a 18 marineros y 11 infantes de marina de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos que se encontraban destacados en la Base Naval de Guantánamo. Y otro flagelo que perturbó durante dos décadas las comunicaciones aéreas a nivel internacional fue también iniciado por los Castro con el secuestro de un avión de la Compañía Cubana de Aviación el primero de noviembre de 1958. El aparato, que realizaba un vuelo entre Miami y La Habana, fue desviado hacia la zona oriental de Cuba por militantes del Movimiento “26 de julio” y se estrelló frente a las costas cubanas con un saldo de 14 muertos y 4 heridos.
( Una sobreviviente del primer secuestro aéreo internacional muestra el reportaje fotográfico sobre ese hecho; ella tenía 16 años. Raúl Castro no sólo secuestró a personal militar norteamericano. En la llamada ¨Operación Antiaérea ¨, secuestró también a civiles norteamericanos y los usó como ¨escudos humanos ¨para evitar el bombardeo de las fuerzas guerrilleras por aviones del régimen de Batista que usaban bombas norteamericanas; sólo se habla de los 29 militares norteamericanos, pero realmente fueron 47 los norteamericanos secuestrados contando los civiles. Nota del bloguista )
El primero de enero de 1959, el pueblo de Cuba despertó a lo que esperaba fuera un sueño de libertad que muy pronto se convirtió en una pesadilla de esclavitud. En los 18 meses siguientes fueron fusilados miles de cubanos, la mitad de ellos sin siquiera ser sometidos a juicio. Lo que vendría después del triunfo de la revolución dejo pálido el terrorismo que la precedió. El 12 de de enero de 1959, el Raúl Castro encumbrado al cargo de presidente y avalado por miserables como el canciller español Miguel Angel Moratinos y el Cardenal Tarsicio Bertone ametralló a 72 personas y las enterró en una fosa común cerca de la ciudad de Santiago de Cuba. Por su parte, el cobarde que suplicó que no lo mataran durante su arresto en Bolivia, Ernesto “Che” Guevara, asesinó sin compasión ni juicio a 216 cubanos, según ha quedado documentado por la prestigiosa organización Cuba Archive. La misma hiena arrogante e histérica que proclamó en 1959 ante la inocua Asamblea General de la ONU en Nueva York: “Estamos fusilando y seguiremos fusilando”.
( Fusilamiento múltiple en la Sierra Maestra antes del triunfo revolucionario; después del triunfo, sólo se generalizó a todo el país esta práctica de la guerrilla Castrista. Realmente no habían razones para pensar que una pesadilla se convirtiera en un sueño de libertad, salvo que se estuviera desinformado de las prácticas llevadas a cabo por la guerrilla o se fuera sumamente ingenuo. Nota del bloguista )
Al mismo tiempo, el terrorismo desatado por la satrapía durante medio siglo no ha respetado fronteras políticas ni distancias geográficas. Desde los primeros meses de 1959, comenzaron a llegar a La Habana aventureros y miembros de los partidos comunistas de Haití, República Dominicana, Nicaragua, Paraguay y Panamá. Desde la base de operaciones de la Isla de Cuba se promovió el terrorismo y se lanzaron invasiones contra Panamá, República Dominicana, Haití y Nicaragua. Mas adelante, les tocaría el turno a Guatemala, El Salvador, Colombia, Venezuela, Bolivia, Uruguay y Argentina. Tantas fueron las agresiones que, en febrero de 1964, ante acusaciones de Venezuela, el régimen de Castro fue expulsado de la Organización de Estados Americanos.
( El Comandante Camilo Cienfuegos y Delio Gómez Ochoa en el campamento de entrenamiento cubano junto a expedicionarios de la invasión a la República Dominicana comandada por Delio Gómez Ochoa y el dominicano Enrique Gutiérrez Moya. Nota del bloguista )
Ahora bien, entre todas las campañas de terrorismo castrista en América Latina, el caso de Chile constituyó el capítulo de mayor éxito para el régimen comunista. A base de una inversión de $350,000 en la campaña política de 1970, la tiranía de Castro se apoderó del país cuando resultó electo presidente el diputado marxista Salvador Allende. Por desgracia para este último, cuando los militares chilenos decidieron poner fin a la ingerencia castrista con la toma de la capital y del palacio de gobierno en 1973, Fidel Castro ordenó desde La Habana a los militares cubanos que asesinaran al Presidente chileno para reunirlo con el Che en el salón de mártires que tantos dividendos ha rendido a la propaganda del comunismo internacional.
( Invasión de Chichiriviche, 1967, Venezuela. En esta foto y de píe aparecen el cubano Arnaldo Ochoa Sánchez, atrás tercero izquierda, y el venezolano Luben Petkof, atrás sexto y último. En la aventura venezolana Arnaldo Ochoa le salvó la vida a Ulises Rosales del Toro, el cual fue designado por los Castro para que mandara el pelotón de fusilamiento que fusiló en 1989 a Ochoa; así son de perversos. Nota del Bloguista )
El régimen de Castro ha sido desde sus inicios un estudio en contradicciones, pero ninguna ha sido más obvia ni ha restado más credibilidad al sistema que su total sumisión a la hegemonía soviética. De hecho, el brazo del terrorismo comunista cubano fue tan largo como para cruzar el Atlántico en calidad de “condotiero” de la Unión soviética. A nombre de su amo moscovita, Castro llevó la guerra a Argelia, Marruecos, el Congo, Guinea Bissau, Somalia, Yemen del Sur, Angola, Etiopía, Namibia, Zanzíbar, Irak, el Líbano y Siria. En determinado momento, los mercenarios cubanos en Africa alcanzaron la cifra de 60,000 efectivos. El petróleo soviético fue pagado con sangre cubana y, esa sola acción, equipara a Castro con monstruos de la dimensión de Mao, Hitler o Nerón.
( Fuerzas militares regulares cubanas en Angola )
Por otra parte, contra toda lógica y en desafío de todas las leyes de la naturaleza estos facinerosos no han reducido sus niveles de ensañamientos contra el pueblo de Cuba en el transcurso de estos cincuenta años. Los métodos son más sutiles pero el terror y la opresión son los mismos. En una edad en que los seres humanos normales encontramos satisfacción siendo buenos esposos, padres o abuelos esta jauría desquiciada y rabiosa siente un placer demoníaco en encarcelar opositores, asesinar niños y maltratar mujeres. Los tribunales que muy pronto han de juzgarlos contarán con pruebas abundantes y fehacientes.
Entre ellas: La masacre del Río Canímar en 1980 con un saldo de 7 adultos y cinco niños muertos, el hundimiento del Remolcador “13 de marzo” en 1994 con un saldo de 37 personas ahogadas, entre ellas numerosos niños, el derribo de las avionetas de Hermanos al Recate en 1996 con un saldo 4 tripulantes muertos, entre ellos tres norteamericanos que engrosan las filas de 28 ciudadanos de Estados Unidos asesinados por la tiranía y, en época mas reciente, el fusilamiento sin juicio de tres infelices negritos que, en el 2003, trataron de secuestrar una lancha sin lesionar a ningún pasajero para escapar del infierno comunista.
Este es a grandes rasgos el terrorismo desatado por el régimen comunista de Cuba contra su propio pueblo y contra otros países y pueblos. Un terrorismo que el mundo ha tolerado pero que el pueblo de Cuba no puede perdonar si queremos paz, desarrollo económico y estabilidad política. Por otra parte, la tragedia ha sido tan larga que muchos de sus autores al igual que sus testigos y víctimas han muerto o han sido retirados de la circulación. Al mismo tiempo, la permanencia en el poder ha permitido al régimen imponer su propia versión de los acontecimientos. Pero todos aquellos que seguimos la realidad cubana sabemos que se avecinan cambios drásticos e inevitables. Entonces no habrá otra alternativa que aplicar una justicia sin venganzas pero sin excepciones. Porque, como ya apuntamos en una ocasión, sin justicia no habrá nación.
Miami, noviembre del 2009.
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