jueves, diciembre 17, 2009

CHANTAJE DE LOS CASTRO: UN EXPEDIENTE BLANCO Y OTRO NEGRO PARA SUS CÓMPLICES

UNO BLANCO Y OTRO NEGRO




Por Guillermo Fariñas
Periodista independiente.
cocofari62@yahoo.es


La Chirusa, Villa Clara, diciembre 17 de 2009 (PD) La aún reciente defenestración de Carlos Lage Dávila y Felipe Pérez Roque trajo a colación una verdad inocultable: para las máximas autoridades castristas, todo sujeto que tenga algo que ver con la Revolución Cubana es valorado de dos maneras paralelas.

Estas maneras eran analizadas hace algunas décadas por dos mecanismos paralelos del contraespionaje nacional. Uno de ellos respondía directamente al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, mientras el otro estaba subordinado al general de ejército Raúl Castro Ruz, segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CC-PCC).

El desaparecido Grupo de Apoyo al Comandante en Jefe, que contaba con un Departamento Auditor, apoyaba sus indagaciones sobre los seres humanos apoyándose en varias direcciones del Ministerio del Interior, así como los Departamentos Ideológico y de Relaciones Internacionales del CC-PCC.

Aquí eran escrutados en todas sus intimidades, con sus virtudes y defectos, desde cercanos colaboradores a la máxima dirigencia del país hasta líderes extranjeros, tanto adversarios como amigos. La cuestión para Fidel consistía en saberles alguna menudencia comprometedora para sacarla a la palestra pública cuando fuere conveniente.

Un caso típico resultó el del ex – presidente de los Estados Unidos de América, el señor James Carter, que alrededor de la Crisis Migratoria del Mariel, era calificado como “un corrupto Manisero de Atlanta”. Había sospechas de desfalcos cuando ejerció como gobernador de ese estado, pero ya en la primera década de este milenio, Fidel dijo que era “el único presidente estadounidense que mostró ética.”

El hermano menor de la dinastía Castro Ruz, el hoy presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, también siempre tuvo un grupo de entidades represivas, para expedientar a amigos y enemigos. Era la garantía de poder presionar, chantajear, encarcelar y hasta fusilar, a todo el que se transformara en un ente peligroso para el mantenimiento en el poder de ellos.

En el caso del viudo de Vilma Espín Gillois, suele auxiliarse de la Dirección Superior del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, una agencia de contraespionaje supervisora de todas las otras existentes en Cuba, además de contar con las direcciones de Contra Inteligencia Militar (CIM) e Inteligencia Militar (DIM).

Por estos tiempos que discurren, donde la figura mítica del invencible Fidel Castro está muy menguada, los cuerpos de indagación castro-fidelistas desaparecen aceleradamente. O son asimilados por los consorcios de intromisión castro-raulistas, los cuales pasan por una etapa de realce y preponderancia.

Todos los observadores de la realidad cubana comprendieron algo el mismo año que cayó el Muró de Berlín. Aquel inolvidable por nefasto, 1989, unos tres meses antes que el mundo cambiara definitivamente al derrumbarse el Campo Socialista, Fidel y Raúl prepararon su propio show y para ello fusilaron al general de división Arnaldo Ochoa Sánchez.

Para muchos ingenuos analistas de lo que acaecía entre los meses de julio y agosto de 1989, era incongruente que a un hombre tan cercano a la cúpula fidelista, como lo era el héroe de la guerra de Etiopia, de pronto un desconocido teniente coronel Eduardo Rodríguez le sacara públicamente una alta cifra de debilidades y errores.

¿Estas supuestas meteduras de pata de Ochoa Sánchez eran totalmente desconocidas para la elite gobernante en Cuba? La respuesta es no. Incluso hasta cierto punto los acusadores debieron reconocer que ya sabían. Solo que no habían sido aireadas a la luz pública porque no era ventajoso para los altos dirigentes históricos de la Revolución Cubana. Sin embargo, cuando este alto oficial representó un peligro tácito para la permanencia de los Castro en el poder, no dudaron un instante en echar mano al legajo perjudicial que guardan para todos. Pues todos son vigilados y sus pasos archivados, por tanto poseen un par de expedientes equivalentes: uno blanco o positivo junto a otro negro y negativo.

cocofari62@yahoo.com