martes, febrero 02, 2010

CARLOS RIVERO COLLADO, UN AGENTE USADO AUNQUE DESPRECIADO

Tomado de http://secretoscuba.cultureforum.net


Mensaje por cniagara el Miér Oct 11, 2006

Como trabaja el G-2?

Los Agentes Secretos o Informantes son personas reclutadas por el Departamento de Seguridad del Estado (G2) para informar y actuar dentro de cualquier organización, institución o colectivo, sea opositora o no a los intereses del estado cubano.

El perfil de un Agente Secreto es el de una persona que ha tenido algún antecedente conocido que lo ha enfrentado a los intereses del estado y que se manifiesta públicamente en contra de este. En consecuencia, NO son Agentes Secretos la presidenta del CDR, el militar de la esquina, el vecino militante del partido, el auxiliar de la PNR o el chivato de la otra cuadra. Ellos son "colaboradores" del Ministerio del Interior o de cualquier otra institución represiva. Ellos denuncian directamente y solamente se encubren para evitar la repulsa social. A las casas de esos colaboradores es a donde van los investigadores estatales cuando quieren hacer alguna averiguación. Los Agentes Secretos están entre el vecino desempleado, el tipo del tatuaje que estuvo preso, el hombre buscapleitos, el que siempre está hablando mal del gobierno, el que tiene familia en el extranjero, el que está en los grupos de oposición, etc. No es un Agente Secreto el que todo el mundo sabe, o se sospecha, que es comunista.

( En la foto algunos de los foristas del Forum Secretos Cuba; forum donde muchos de ellos vierten sus conocimientos y experiencias, que hoy son revelados para desenmascarar desde dentro, la estafa que ha sido y es el Castrismo, al cual, muchos de ellos le dedicaron sus años de juventud )

Los Agentes Secretos son reclutados oficialmente en una entrevista en una oficina del Ministerio del Interior, lugar a donde entra una sola vez en su vida de agente. A un agente no se le recluta en la calle, en una casa particular, en el centro de trabajo o en cualquier otro lugar que no sea sede oficial del Ministerio del Interior. La entrevista de reclutamiento se hace generalmente por un oficial de rango vestido de uniforme, y puede estar presente el oficial de menor rango que atenderá directamente al agente de civil. Si la persona en esa entrevista acepta colaborar, se le agradece y posteriormente se toma una decisión final. Más tarde el agente debe firmar un "Juramento" de una página donde se compromete a defender los intereses de la Patria, la Justicia y el Socialismo y a no revelar ningún secreto o lo pagaría con la pena máxima posible. Posterior a esa primer entrevista nunca más el agente visitará una institución del Ministerio del Interior en sus funciones de informante. Cuando usted vea a una persona que dice ser disidente, pero de quien usted sospecha que es agente, entrando a una institución del Ministerio del Interior, ese NO es un agente de la Seguridad del Estado, sino una persona a quien la Seguridad quiere destruir haciéndole creer a los demás que es un agente. Generalmente un verdadero Agente Secreto lo verá "de casualidad" y será el encargado de "regar la bola" de haber visto a esa persona entrando a la sede del MININT. Este mismo método lo utiliza la Seguridad citando, a personas que quiere dañar, a casa de conocidos miembros del MININT para que "alguien" lo vea. Por tanto, una persona que está en un grupo de oposición no debe nunca visitar una unidad del MININT, o la casa de algún conocido oficial, sin causa justificada y que sea del conocimiento de los demás miembros del grupo.

En las primeras instrucciones que recibe el agente se le informa que el objetivo número uno del Departamento de Seguridad del Estado y de su labor como agente es proteger la vida del Comandante en Jefe, independientemente de que su radio de acción o el motivo de su reclutamiento sea cualquier otro. Cualquier indicio, por mínimo e insignificante que parezca, que indique un posible atentado a la integridad física del Comandante, debe ser informado y estudiado con toda urgencia y profundidad y recibe máxima prioridad.

En los primeros encuentros se le asigna también al Agente Secreto un Oficial que lo atenderá, un seudónimo, una casa de contacto, se crean la Leyenda y la Fachada y se define el Radio de Acción.

El Oficial que atiende directamente al Agente Secreto es, generalmente, un profesional de la especialidad en que se mueve el agente, si el radio de acción es un centro de trabajo, y que ha pasado a trabajar a la Seguridad del Estado. El oficial siempre va vestido de civil a los contactos con el agente. Un agente secreto nunca se reune con personas uniformadas. Excepto en los dos entrenamientos especiales que recibe al año el Agente Secreto, este oficial es el único de la inteligencia que normalmente contactará con el agente. Los oficiales se cambian y rotan cada dos años, por lo que en su vida operativa un agente trabaja con varios oficiales. Previo al reclutamiento oficial en las oficinas del MININT, el primer oficial que tiene un agente ya ha contactado varias veces y entrevistado al posible agente en el proceso de selección.

El seudónimo es el nombre que se utilizará para que una persona se identifique con el Agente Secreto como un contacto real de la Seguridad del Estado. El oficial, el dueño de la casa de contacto, y todas las personas con quien pueda relacionarse el Agente Secreto, tienen también un seudónimo para identificarse entre sí.

Todos los encuentros del Agente Secreto con su Oficial se realizan en una "Casa de Contacto" que es una casa particular de una persona que trabaja en un lugar sin relación directa con el agente. Toda la familia del dueño de la casa de contacto, que debe ser mínima, conoce que se realizarán encuentros secretos en la casa. Se busca una aparente justificación de la amistad entre el dueño de la casa y el Agente Secreto que justifique las visitas al lugar. Todas las personas de la casa de contacto deben ser de absoluta confianza de la revolución y están totalmente integradas a la misma.

La Leyenda es una historia ficticia sobre la vida del agente y que será la que este debe contar a todos y que supuestamente explica el por qué de sus ideas contrarias al gobierno. Debe estar basada en hechos reales y demostrables de la vida del agente que hayan significado un distanciamiento de la línea de la revolución. Estos hechos se pueden exagerar o crear otros afines que los enriquezcan y les den el peso suficiente para justificar la supuesta conducta disidente del Agente.

La Fachada es el conjunto de actitudes, comentarios, comportamiento y personalidad actual que debe seguir el Agente Secreto y que muestren a todos que es una persona contraria a los principios de la revolución.

El radio de acción se define entre los lugares por donde se mueve el Agente y en el que mejor pueda hacerse notar y actuar. El agente conoce varios números de teléfonos a los que puede llamar para dejar recados para su oficial utilizando su seudónimo. Esos teléfonos pueden ser de la casa de contacto, de las oficinas o casa del oficial o de un despacho que existe en cada municipio donde se dejan recados que se hacen llegar a los respectivos oficiales por su seudónimo en menos de una hora.

El Agente debe reunirse con su oficial como mínimo una vez al mes para elaborar informes y recibir orientaciones. Los contactos se realizan en la casa de contacto. El Oficial debe llegar como mínimo media hora antes para preparar el terreno. Se establece una señal visible y externa que avise al agente si puede entrar o, en cambio, alejarse del lugar. Si la puerta de la casa de contacto está en un lugar de mucha circulación de personas, debe estar entrejunta a la hora señalada o alguien listo a abrirla en el menor tiempo posible para evitar que el agente sea visto en el lugar y tenga que ofrecer explicaciones.

Ocasionalmente en los contactos participará sorpresivamente un oficial superior que se encuentra realizando una evaluación al oficial directo del agente. Este oficial superior debe llegar junto al oficial antes de la entrevista y se le presenta al agente. En la evaluación al oficial influye la puntualidad y disciplina del agente y los habitantes de la casa, la confianza y comunicación entre el agente y el oficial, el valor de la información ofrecida y la capacidad del oficial de dar indicaciones precisas ante las situaciones que narra el agente.

Entre el Agente Secreto y el oficial existe una señal de identificación de contacto urgente, que es una seña que pueden hacerse en un lugar público que indica que deben reunirse con urgencia exactamente al cabo de una hora a partir de ese momento, en la casa de contacto.

Todo contacto donde un Agente Secreto informe cualquier asunto relacionado con su objeto de estudio, debe terminar con la elaboración de un informe escrito. El informe lo escribe el propio Agente Secreto a mano y narrando los sucesos en tercera persona. Debe expresar al comienzo, con la mayor exactitud posible, el lugar de los hechos, la fecha, la hora y los participantes involucrados. No se debe llevar preparado con antelación, ni escribirse a máquina. Lo firma el agente con su seudónimo. Este informe es un "arma de doble filo" que se usará en contra del propio agente en caso de que este traicione y haya que "quemarlo", ya que está escrito por su propio puño y letra.

Dos veces al año el Agente recibe un entrenamiento de ocho horas. Este entrenamiento se puede realizar en otro lugar que no sea la casa de contacto. En el mismo participan por turno distintos especialistas que dan instrucciones especiales al Agente. Pueden ser, por ejemplo, un psicólogo que le indica cómo relacionarse e interrogar a otras personas, un especialista del radio de acción donde opera el agente que le cuenta historia, antecedentes y detalles del grupo que se está operando, etc. Durante este entrenamiento especial el oficial garantiza el almuerzo para todos los participantes que coincidan a la hora del mismo y un brindis para el final del encuentro.

Aunque los oficiales deben aparentar confiar en el Agente Secreto, la Seguridad del Estado NUNCA confía en ningún agente, ni en los informes que estos elaboran, que siempre deben ser verificados. En un Agente Secreto siempre hay que desconfiar, ya que son personas que han tenido antecedentes y pueden guardar remordimientos. Muchos agentes comienzan a colaborar por miedo a represalias, porque creen que obtendrán beneficios personales o por curiosidad ante una propuesta de este tipo, pero al final pueden arrepentirse o brindar informes incompletos o falsos. El Agente Secreto no es un compañero de luchas, sino un instrumento en manos del MININT. Cuando un agente no es eficiente o se descubre que miente, puede ser destruido o chantajeado sin ningún escrúpulo o remordimiento.

Los distintos agentes secretos que operan en un determinado radio de acción, nunca se conocen entre sí. Cuando a un agente se le dice o se le insinúa que otra persona con quien se relaciona también es un colaborador, se está tratando de destruir a uno de los dos para que sea delatado como informante de la seguridad o para crear desconfianza entre los miembros de la oposición. Los informes entregados por distintos agentes de un mismo radio de acción siempre son confrontados para verificar la veracidad de los mismos.


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Memorias de un colaborador
February 2nd, 2010

En una entrevista colgada en la web de la UNEAC, Carlos Rivero Collado, hijo de Andrés Rivero Agüero, hace una especie de outing ideológico con momentos francamente vomitivos. Material de psicoanálisis es lo que sobra en estas confesiones.

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Tomado de http://www.nuevoaccion.com

REVELADORAS CONFESIONES DE UN AGENTE DE LA TIRANÍA EN MIAMI

EL QUINTA COLUMNISTA CARLOS RIVERO COLLADO SE DESTAPA



Últimamente a la tiranía castro comunista se le ha ocurrido el obligar a sus quinta columnistas, agentes de influencia y hasta agentes de otra índole, a definirse públicamente y a declarar cual son sus funciones, sin ambages. Hace tres días Max Lexnick le declaró la guerra el exilio miamense, desde la Mesa Redonda de la Televisión Cubana. Ahora ha sido Carlos Rivero Collado(foto de la izquierda) también participante de la reunión de los quintacolumnistas y lacayos del exterior, quien en entrevista a la revista de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), habla abiertamente desde cuando trabajaba para Cuba, y de como, después de volver a Miami, engañó y mintió miserablemente con sus falacias afirmando que había ido a Cuba en una misión para matar a Fidel Castro y se inventó un tal (inexistente) Coronel Lechuga, al que habían fusilado según él en esa "conspiración". Cosa que nosotros, desde el primer momento de su regreso denunciamos como infames mentiras.

En esa extensa entrevista queda descaradamente plasmado el carácter, tramposo y mentiroso de este traidor.

Nuevo Acción, reproduce, para nuestros inteligentes lectores los párrafos más interesantes de esta entrevista, sin comentarios, ni coletillas. Solo hemos subrayado ciertos elementos que retratan de cuerpo entero a Carlos Rivero.

Solo nos mueve a preguntar, una vez más. ¿Va el Homeland Security y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos a exigir a Carlos Rivero Collado que se inscriba como agente extranjero? ¿Se sienten tan seguros los agentones y quintacolumnistas bajo la Administración de Obama y del Ministro de Justicia Erick Holder, que ya no les interesa más guardar las formas?

LEAN USTEDES:

FRAGMENTOS DE LA ENTREVISTA REALIZADA A CARLOS RIVERO COLLADO POR MI COTERRANEO EMILIO COMAS PARET PARA LA REVISTA DE LA UNEAC.

"...Aquel fue el principio de un proceso que, unido a los estudios que por varios años hice de las obras de Marx, Lenin y otros pensadores socialistas, e influido además por la tétrica experiencia del genocidio imperialista en Vietnam, me llevaron a un cambio radical de actitud política y a adoptar las ideas y los principios que había combatido desde enero del 59. Ya en 1969, me consideraba revolucionario y socialista, pero me tomó algún tiempo hacer contacto con el gobierno de Cuba, más que nada porque pensé que nunca me iba a aceptar. Entonces, el 10 de enero de 1972, visité la Misión de Cuba en la ONU y a partir de entonces me convertí en un aliado de la Revolución Cubana.

10-. ¿Qué pensó tu padre entonces? ¿Qué pensó tu familia? ¿Quién te apoyó en tu decisión y quién no? ¿Qué inconvenientes surgieron con tus amigos? ¿Hubo represalias contra ti por parte de los sectores más retrógrados del exilio miamense?

( Carlos Rivero Collado )

--El primer amor no es el amor a la familia sino el amor a la verdad. Si la familia pugna con la conciencia, uno escoge la conciencia y deja a la familia. Sin embargo, mi padre, el resto de mi familia y mis amigos no pudieron pensar en nada porque, mientras viví en Miami, no se enteraron de aquel cambio. La única que lo sabía era mi segunda esposa, con la que tuve una hija dos meses después de visitar la Misión en Nueva York. Por lo demás, mantuve mi colaboración con el gobierno de Cuba en el más absoluto secreto. Por dos años fui un operativo en Miami de la Dirección General de Inteligencia de Cuba (DGI), pero no infiltrando organizaciones ni realizando una labor que pudiera considerarse, en el sentido clásico, de espionaje. Y no porque yo no lo quisiera, porque al unirme a la Revolución estaba dispuesto a realizar cualquier acción por peligrosa que fuese, sino porque la propia DGI consideró que yo era más útil como analista político que infiltrando grupos, ya que para ese trabajo había otras personas más apropiadas, o más capacitadas, que yo.

11-. ¿Cuándo vuelves a vivir en Cuba y por qué te decides volver?

--El gobierno de Cuba decidió que yo regresara en abril de 1974, en un viaje por casi medio mundo del que todavía no me explico por qué tuvo que ser así. Mi esposa regresó a Colombia, su país, con nuestra hija. Yo viajé a México, después en avión a Francfort, entonces en tren a París, después en avión a Praga, al día siguiente en avión a Moscú, y dos días después regresé en avión a La Habana, con escala en Rabat. Nunca me dijeron el porqué de aquel regreso tan curiosamente largo y nunca me interesé en averiguarlo, pero me dieron por la vena del gusto porque si algo aprecio en grande es viajar por Europa. Mi esposa y mi hijita se reunieron conmigo unas semanas después.

En Cuba escribí “Los sobrinos del Tío Sam”, un estudio sobre la contrarrevolución externa que tuvo amplia divulgación nacional e internacional y fue traducido a varios idiomas. Hablé por radio y televisión varias veces y escribí artículos para Bohemia, Granma y otros vehículos de información, siempre como una especie de vocero de la Inteligencia, aunque nunca pertenecí de lleno a la DGI ni tuve un rango militar. Era una especie de invitado ocasional al que, quizás, nunca le tuvieron confianza, y creo que, en la medida de mis limitaciones, hice una labor apropiada. En 1975, el presidente Dorticós y el primer ministro Fidel Castro firmaron un documento con el que me devolvieron la nacionalidad cubana, que había perdido catorce años antes por haber participado en la invasión. Mi hijo Carlitos nació en abril del 77 en Maternidad de Ciudad Libertad.

12-. ¿Por qué al cabo de unos años decides de nuevo vivir en USA?

--El ser humano no está, por supuesto, exento de defectos y yo no soy, precisamente, la excepción. Uno trata de cambiarse a sí mismo adoptando las mejores ideas; pero las ideas, que viven en una dimensión distinta a la nuestra, nos mejoran como seres pensantes, pero no como seres vivientes. Cometí errores que provocaron mi salida del país en octubre de 1977. Aquel regreso lleno de luz en abril del 74, no fue nada más que sombra tres años y medio después. El cuerpo quizás fracasó en ese gran anhelo de vivir en la Patria; pero la mente no. La esencia sigue siendo la misma. La Revolución sigue allá y el imperio, aquí. Mi cuerpo está aquí, mi mente está allá. Mis ideas de hoy son las mismas que las de 1974.

13-. ¿Cómo recibió tu familia esta decisión? ¿Cómo tus amigos? ¿Cómo se mostraron los reaccionarios miamenses con tu decisión?

--Mi familia, por supuesto, se alegró de mi salida de Cuba. Para sobrevivir, después de mi regreso a Miami, en mayo de 1978, tuve que acudir a ciertos artificios estratégicos porque si llegaba hablando como lo hacía en Cuba o escribiendo como lo hago ahora ya hace rato que los gusanos se hubieran dado un pequeño banquete conmigo y no me refiero a los gusanos metafóricos, sino a los reales, a los que siempre esperan ávidos nuestros yertos despojos. Algunos en Miami aceptaron mis falacias, otros, por lo menos, se confundieron con ellas. De manera que pude vivir aquí sin mayores conflictos. La integridad de los contrarrevolucionarios siempre ha sido bastante relativa porque actúan por intereses, no por principios, como si estuvieran dirigiendo un negocio porque, en rigor, eso es lo que hacen, defender una empresa, el capitalismo, no una causa, la de la conciencia humana.

Para ponerte un solo ejemplo, ahí tenemos a Elizardo Sánchez Santacruz, a quien se le probó, públicamente, que estaba colaborando con la Seguridad del Estado y, sin embargo, los enemigos de la Revolución lo siguen considerando uno de sus dirigentes. Esa ligereza, ese sentido relativo y hasta comercial que tienen los enemigos de la Revolución y el socialismo en todo lo que defienden y en todo lo que atacan fue para mí de gran conveniencia porque sólo me bastó coincidir con ellos en dos o tres cuestiones para que no me siguieran atacando como lo habían hecho hasta entonces y me dejaran tranquilo. Tuve que mantener esa falsa actitud por unos años. Era la época en que mataban por la espalda a los diplomáticos de Cuba en el exterior y a las personas que querían la coexistencia pacífica con el Gobierno Revolucionario, y en que las bombas explotaban casi todos los días. No era un escenario saludable. Con el tiempo, cuando las circunstancias cambiaron, volví a ser el que realmente soy y a defender las ideas que hoy defiendo, que son las mismas que defendí en Cuba en los años 70. ¿Hice bien en dar a entender por algún tiempo que había vuelto a ser enemigo de la Revolución? No lo sé ... pero estoy vivo.