domingo, marzo 14, 2010

CUBA. ASESINATO DE ORLANDO ZAPATA TAMAYO: EL SILENCIO EPISCOPAL

EL SILENCIO EPISCOPAL



Por Osmar Laffita Rojas

Capdevila, La Habana, marzo 11 de 2010 (PD) Orlando Zapata Tamayo, un humilde albañil negro de 42 años, preso de conciencia condenado en la primavera de 2003, se ha convertido en el rostro de Cuba. Su fallecimiento, luego de una huelga de hambre de 85 días, ha producido una gran conmoción y la condena internacional contra el gobierno cubano, el único y principal responsable de su muerte.

Su muerte, después de soportar un prolongado tormento, es la más viva denuncia al régimen que sojuzga a los cubanos, el más rotundo mentís a la grosera y distorsionada propaganda de un gobierno que después de 50 años no puede presentar logros que lo rediman, porque su destartalada vitrina lo que muestra es un país en ruinas y un prolijo repertorio de envilecimiento moral y ético.

Pero tal parece que la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) y el Concejo de Iglesia de Cuba (CIC) son sucursales de la 0ficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunistas (PC), porque en el caso del fallecimiento de Zapata Tamayo estas son las santas horas que no han emitido una declaración pública respecto al hecho. Ha ocurrido todo lo contrario, tanto la iglesia católica como las evangélicas han mantenido un cómplice y aterrorizado silencio.

Precisamente en la Constitución de la Republica de Cuba, desde la enmienda de agosto de 1992, el artículo 8 señala: “El Estado reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa. En la República de Cuba, las instituciones religiosas están separadas del Estado”.

Todo apunta a que el obispado católico cubano no desea crispar las relaciones con el gobierno cubano porque desde hace bastante tiempo ha tomado distancia de los luchadores prodemocráticos. La muestra más palpable es que ante la incuestionable culpabilidad del régimen por el crimen cometido contra Zapata Tamayo, la iglesia católica haya decidido callar. Con esta actitud, legitiman una barbarie que ha concitado la condena de las personas, religiosas o no, en la mayoría de los países del mundo.

El Vicario de Dios en la tierra, su Santidad el Papa Benedicto XVl, en sus diferente encíclicas, no deja de pronunciarse porque, “ante todo es el hombre el que debe salvarse”. Esa labor evangelizadora que el Sumo Pontífice pide que se dirija a la salvación de aquel o aquellos que ponen sus vidas en peligro para salvar a sus prójimos sometidos por un régimen despótico, la iglesia católica cubana no la cumplió.

Ante esta tragedia, la iglesia optó por dar la espalda al que agonizaba, en contra de las enseñanzas de Jesucristo. Proceder así es no seguir las enseñanzas del hijo de Dios en la tierra; lo único que cabía ante aquel dilema era seguir el mandato del señor todopoderoso y desde el primer momento orar y elevar la plegaria a los espíritus y los ángeles salvadores por la libertad y la salvación de Zapata Tamayo. Eso no se hizo.

Si hubiesen procedido tal como las santas escrituras y la constitución refrendan, no hubiese debido surgir ningún conflicto con las autoridades cubanas, por la sencilla razón que constitucionalmente Cuba es un Estado laico, y el Consejo de Obispos Católicos sabe perfectamente que religión y Estado son dos cosas separadas, razón más que suficiente para que el gobierno cubano se abstenga de emitir cualquier juicio condenatorio contra la iglesia.

Del que no se esperaba ninguna reacción de condena o condolencia por la muerte de Zapata Tamayo es del oficialista Consejo de Iglesias (CIC), totalmente identificado con la política referida a la libertad de conciencia que sectaria y selectivamente aplica el gobierno cubano.

Es normal que los pastores de las iglesias evangélicas reconocidas por el CIC en sus misas dominicales exijan la libertad de los 5 espías cubanos presos en los Estados Unidos y no digan una palabra de los 200 presos políticos que purgan largas condenas en las infernales cárceles cubanas. Por estos antecedentes, ni pensar que se halla interesado por la muerte de Zapata Tamayo y menos aún indagar las circunstancias que condujeron a tan terrible desenlace.

De algo nadie debe dudar. Caridad Diego, la Jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del PCC y sus partidarios más incondicionales, Marcial Miguel Hernández, Presidente del Consejo de Iglesias de Cuba y los pastores Raúl Suárez, Oden Marichal y Reinerio Arce, se distinguen como activos policías religiosos ocupados en que el evangelismo oficial bajo su égida no se aparte en lo más mínimo de las normas fijadas por el gobierno cubano.
ramsetgandhi@yahoo.com
Foto: Ana Torricell
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Posteriormente ...

Comité Permanente
Conferencia de Obispos Católicos de Cuba

Por los medios internacionales de prensa hemos conocido que el preso Orlando Zapata Tamayo, de 42 años de edad y vecino del municipio de Banes, albañil de profesión, quien acumulaba una condena de 36 años de prisión, falleció en la Habana después de 83 días de huelga de hambre. Era considerado preso de conciencia y la huelga que le costó la vida iba dirigida a que se atendieran sus reclamaciones en cuanto al régimen penitenciario.

La muerte, en estas condiciones es una tragedia para todos porque se trata de la vida de una persona, que es siempre el bien mayor a proteger y conservar por todos.

La Iglesia Católica , por tal motivo, en situaciones similares trata de disuadir a que no se utilicen métodos de reclamación que pongan en peligro la propia vida, lo cual es una forma de violencia que ejerce la persona sobre si misma.

La Iglesia solicitó, en varias ocasiones visitar al Sr. Zapata lo cual no pudo realizarse. De la misma manera ha pedido y reitera su petición a las autoridades que tienen en sus manos la vida y salud de los prisioneros que se tomen las medidas adecuadas para que situaciones como éstas no se repitan y, al mismo tiempo, se creen las condiciones de diálogo y entendimiento idóneo para evitar que se llegue a situaciones tan dolorosas que no benefician a nadie y que hacen sufrir a muchos.

Hacemos llegar a la madre del Sr. Zapata, a sus familiares y a sus seres queridos nuestras condolencias y la seguridad de nuestras plegarias.

Pedimos a Dios que todos sepamos escuchar el llamado de Jesucristo a trabajar por el bien común como si se tratara de nuestro propio bien.

Que la Virgen de la Caridad con su presencia benefactora haga que todos los cubanos nos sintamos y seamos hermanos.
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "CUBA. ASESINATO DE ORLANDO ZAPATA TAMAYO: EL SILEN...":

Me recoforta que los obispos cubanos se hayan pronunciado. Sin embargo no puedo concordar con la afirmación de que la huelga de hambre es un acto de violencia contra sí mismo.
La huelga de hambre no hace sino poner de manifiesto, por medios extremos, la violencia que la persona, y otras como ella,sufren de parte de los poderosos.
En la huelga de hambre se pone la propia vida en manos de los enemigos para que ellos hagan lo que éticamente deben hacer.
Llevar una huelga de hambre "hasta el fin", requiere, sin embargo, de un discernimiento muy cuidadoso. Por otra parte, la conciencia del que hace la huelga merece nuestro máximo respeto, incluso si nuestro discernimiento llevara a conclusiones diferentes a las de él. En todo caso la situación es tristísima. Que Dios ilumine y guíe a Fariñas en sus decisiones.

Comité Permanente
Conferencia de Obispos Católicos de Cuba

1 Comments:

At 12:58 a. m., Anonymous Anónimo said...

Me recoforta que los obispos cubanos se hayan pronunciado. Sin embargo no puedo concordar con la afirmación de que la huelga de hambre es un acto de violencia contra sí mismo.
La huelga de hambre no hace sino poner de manifiesto, por medios extremos, la violencia que la persona, y otras como ella,sufren de parte de los poderosos.
En la huelga de hambre se pone la propia vida en manos de los enemigos para que ellos hagan lo que éticamente deben hacer.
Llevar una huelga de hambre "hasta el fin", requiere, sin embargo, de un discernimiento muy cuidadoso. Por otra parte, la conciencia del que hace la huelga merece nuestro máximo respeto, incluso si nuestro discernimiento llevara a conclusiones diferentes a las de él. En todo caso la situación es tristísima. Que Dios ilumine y guíe a Fariñas en sus decisiones.

 

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