domingo, marzo 07, 2010

CUBA: Libros y planchas de hierro

Libros y planchas de hierro


Por Raúl Rivero


La muerte es una mensajera eficaz y despiadada. En sólo una horas --con la agonía final de Orlando Zapata Tamayo-- puso en primera plana, en casi todo el planeta Tierra, un panorama general ampliado del empeño diario del presidio político cubano por no perder la esperanza ni la vida.

La noticia de la muerte del preso, un activista de base, albañil y plomero, conmovió a la comunidad internacional. Provocó una reacción mayoritaria de apoyo a los 200 hombres que continúan en los calabozos por disentir del régimen y un rechazo a la dictadura que ha dejado a la nación cubana sin pan y sin espacio público para la libertad y la palabra.

Lo que pasa es que la vida de un hombre es un precio muy alto para unas pocas horas de actualidad.

Los cubanos que viven en aquellos sótanos necesitan apoyos puntuales todos los días. Que sus nombres, sus rostros disueltos en cifras y estadísticas, recobren los rasgos humanos. Y sus historias civiles, las vidas de ellos con la familia y sus amigos, así como el prolongado tormento de cada minuto tras las rejas, tenga presencia en los ámbitos donde la palabra libre tiene otra carga de significados y el tiempo otro valor.

Hace falta, como complemento a la información y la denuncia, una labor testimonial. El trabajo sereno de contarlo todo sin el temblor provisional de la crónica periodística o el de una nota en un blog. Hay libros poderosos y reveladores que narran diferentes etapas del presidio político cubano.

( Alejandro González Raga )

La Asociación de Iberoamericanos por la Libertad y la Comunidad de Madrid presentarán ahora en España una obra que debe pasar de inmediato a esa biblioteca imprescindible para conocer, de primera mano, la vida dentro de las cárceles de Cuba.

Hablo de Pasión, prisión y destierro, un libro de 237 páginas, en el que el prisionero político Alejandro González Raga, arrestado y condenado durante la Primavera Negra del 2003, cuenta sus experiencias en cárceles de Ciego de Avila y Camagüey.

Es un libro singular porque está escrito desde las soledades provinciales donde no hay embajadas ni prensa extranjera, y el enfrentamiento con la represión y la penuria suele ser más descarnado y sin amparo.

Incluye un pliego fotográfico, documentos y cartas de presos políticos y el acta de la sentencia del autor (exiliado hoy en España), de Enrique Mayo (exiliado en Estados Unidos), del periodista Normando Hernández, condenado a 25 años, y del doctor Alfredo Pulido, con una pena de 14 años, que siguen encarcelados en aquella región de Cuba.

La lectura de Pasión, prisión y destierro, del periodista y activista González Raga (estuvo cinco años en prisión), produce una categoría de inquietud y de dolor que parecía que la civilización había abolido.

El libro, por su hondura, va a contribuir a que se sepa que el drama en prisión no es un relámpago, es un fuego constante. El repaso de esas páginas será un revulsivo para el asombro y la curiosidad que produce la muerte cuando ejerce su oficio de mensajera.
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