BARACUTEY CUBANO

La carta que hay que jugar


Tte. Coronel Juan Reynaldo Sánchez
Junio 18, 2010

En el ámbito de los análisis se viene comentando que el dinero del turismo norteamericano en Cuba, traería como resultado una mejoría para el pueblo, ya que el gobierno distribuiría más productos alimenticios entre la población.

Estoy convencido, sinceramente, de que nada de eso será posible. Buscando un paralelo histórico, vemos que durante los años 80, antes del derrumbe del campo socialista, la URSS, suministraba al gobierno cubano todo y cuanto éste le solicitaba. Diariamente entraba en el puerto de La Habana un súpertanquero de petróleo, así como alimentos rusos y de los países socialistas, tales como conservas, granos y otras mercancías que se vendían en los mercados fuera de la libreta, pero a mayor precio, dado así que la limitación de compra no estaba regulada por un documento, sino, por el precio de los productos en cuestión.

A mi modo de ver las cosas, fue el mejor momento después de 1959. Ojos que te vieron y no te volverán a ver.

Sin embargo, cabe preguntarse ¿se resolvieron los problemas fundamentales del pueblo cubano en esa “época de lactancia rusa”?, ¿se resolvió la alimentación?, ¿se resolvió la precaria situación del transporte?, ¿se resolvió la carencia de una vivienda digna y decorosa? Clara y definitivamente que no.

( Juan Reinaldo Sánchez al lado de Fidel Castro y detrás de ¨Joseito¨, el jefe de la Escolta; al lado de Fidel se encuentra Manuel Fraga Iribarne Presidente entonces de la Comunidad Autónoma de Galicia. Galicia; España 1992 )

Con relación al petróleo, Fidel Castro, en esa época, llamó al ahorro y a los recortes eléctricos e implantó medidas para su cumplimiento. Mientras el pueblo se sacrificaba, Castro vendía 3 millones de toneladas de petróleo (en Cuba se mide por toneladas y no por barriles) en el mercado internacional. Cuba, sin ser productor del crudo se convertía en vendedor de ese rubro.

Ese petróleo, cuando la debacle del sandinismo, Castro lo entregó al gobierno de Nicaragua, porque en Managua no había combustible, ni siquiera para fabricar una libra de pan, pero ni aun así pudo contener la derrota electoral del sandinismo.

A los soviéticos de entonces, les convenía, sobremanera, mantener en Cuba la base de “Lourdes”, la mayor base de su tipo fuera de las fronteras de la URSS y un títere incondicional como Fidel Castro en el continente americano. Por esa razón mantenían al hijo bobo, que lejos de pedir recursos para industrializar y mejorar las producciones fabriles en el patio, abría la boca, como el pichón en el nido para que le sirvieran todo lo que necesitaba.

Esta situación no mejoró en nada las precarias necesidades del pueblo cubano, la libreta de racionamiento siguió existiendo y los niños mayores de 7 años siguieron sin leche y generaciones enteras de cubanos, incluso hoy día, ni siquiera conocen la carne de res y otros alimentos necesarios para el desarrollo humano.

¿Qué hace pensar que ahora con el dinero del turismo norteamericano se va a mejorar la alimentación del pueblo de a pie?

Nada mejorará, así lo cuenta la historia, como no mejoró en la época del sostenimiento generalizado dado por la antigua Unión Soviética. Por tanto, el hecho real de que el gobierno de los Castro, mediante el dinero del turismo norteamericano mejore la alimentación de los cubanos, es ciencia ficción, pura especulación, la historia cubana nos muestra otra cosa bien diferente, por tanto esta queda descartada por no ser real, es por tanto errónea y no tiene bases históricas que la sostengan.

Por otro lado, también se ha expresado que la firma de los 74 disidentes cubanos a la petición de liberación del turismo norteamericano hacia Cuba, quiere dar a entender que la disidencia es protagonista y que hay que contar con ellos para el futuro.

Estoy totalmente de acuerdo con esto, pero la disidencia cubana, Zapata, Fariñas, las Damas de Blanco y el exilio, hace mucho tiempo que son los protagonistas de esta parte de la historia cubana y ese protagonismo no viene dado por la firma de una carta, viene dado por la entereza de Zapata Tamayo, por la huelga de Fariñas, por las marchas y protestas de las Damas de Blanco y por el apoyo incondicional del exilio cubano a todo este movimiento.

Me temo que el gobierno cubano ya ha ganado y continúa ganando un tiempo imprescindible para dividir a los que más daño le están haciendo, la disidencia en la isla y el exilio.

Las medidas anunciadas por la jerarquía de la iglesia católica cubana y cumplidas miserablemente, y a cuenta gotas, por el régimen cubano, no tiene otro objetivo que el de dividir las fuerzas opositoras, sembrar la semilla entre ellos de que si te portas bien tu familiar encarcelado será recompensado.

( Juan Reinaldo Sánchez delante de Fidel; España 1992 )

Divide y vencerás, siempre ha sido la premisa de Fidel Castro y contra esas maniobras fidelistas es que debemos prepararnos. Hay que ir por más, no debemos contentarnos ni conformarnos con migajas, lo logrado hasta ahora ha sido por la exigencia, y por tanto debemos seguir exigiendo más.

El castrismo no actúa ni se rinde más que bajo presión popular y la exigencia inclaudicable de los derechos.

La carta de la exigencia es la que tenemos que jugar.


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