PRESO POLÍTICO DESTERRADO: En Cuba el Miedo es más Grande que el Dolor
Gracias a James Cason, Jefe de la SINA cuando la Primavera Negra de 2003, que les pidio a todas las esposas o madres de los encarcelados en esa ola represiva las sentencias de cada uno de ellos para hacer un libro y divulgarlas por todo el mundo, desde hace años existe un grueso libro de forro rojo con todas ellas, que si mal no recuerdo fue publicado por el GAD, Grupo de Apoyo a la Disidencia que radica en los EE.UU. . En España la asociación Solidaridad Española con Cuba tenía muchos ejemplares de ese libro que tiene adjunto un CD con todas ellas; el mio lo conseguí en ellas; no obstante, esas sentencias pueden verlas en Internet, en Español y en Inglés, haciendo click en este enlace:
http://www.ruleoflawandcuba.fsu.edu/documents.cfm
Así que Pablo Pacheco Ávila, guarde bien esa sentencia y váyase acostumbrando no solo a la libertad sino también a las nuevas tecnologías. La suya la puede ver haciendo click en:
http://www.ruleoflawandcuba.fsu.edu/
Bienvenido a la Libertad a todos !!
Tomado de http://www.lanuevacuba.com/
“En Cuba el Miedo es más Grande que el Dolor”
Miércoles, 14 de Julio de 2010
Sabrina Gelman B -
El Imparcial - España
José Luis García Paneque, Léster González y Pablo Pacheco Ávila, son tres de los siente cubanos de la "Primavera Negra" que desde 2003 no conocían otra cosa que los barrotes y el hacinamiento de las cárceles cubanas y que este martes corrieron con la suerte de entrar en el primer grupo de liberados que pisaba suelo español. Pese a la alegría inicial estos opositores como prefieren ser llamados, sostienen que aún no hay nada que celebrar porque todavía quedan 45 de sus "hermanos" presos en Cuba. El cansancio reflejado en sus ojos no se debía a la diferencia horaria entre La Habana-Madrid o al trasnocho de un vuelo trasatlántico. Eran el espejo de la tristeza y el dolor por los años de libertad robada, de continua lucha mental y emocional para mantenerse enteros ante un régimen que actúa sembrando un miedo que puede llegar a colarse hasta los huesos.
"Casualmente le decía la persona que nos acompañaba que si tenía que llegar a este encuentro con mi carné o mi pasaporte porque no sabía lo que me podía pasar, si alguien me detenía por la calle", comentó José Luis García Paneque, médico de profesión que por ejercer el periodismo terminó tras las rejas. "En Cuba uno tiene que andar con una identificación en la mano e incluso con eso, uno no está seguro de lo que te pueda suceder", señaló mientras su compañero Léster González, un periodista al que el castrismo culpó de "difundir noticias falsas que atentaban contra la paz internacional", se revisaba el bolsillo de la camisa para verificar que su pasaporte azul seguía allí.
( José Luis García Paneque)
Los rostros de estos tres hombres mostraban el asombro que sentían ante el giro de 360 grados que sus vidas experimentaron en tan sólo 72 horas. No podían dar crédito a toda la atención mediática que despertaron y al cálido recibimiento de sus compatriotas cubanos residentes en España que se acercaron a apoyarlos. En tres días, pasaron a ser personas condenadas al anonimato de las penitenciarias cubanas a ser ciudadanos con voz propia en un país libre. Mucha información que digerir en tan poco tiempo. Una vuelta del destino que le agradecen a Guillermo Fariñas.
"Estoy más que sorprendido al encontrarme aquí ante tanta tromba, ha sido más que milagroso. Nunca me había visto rodeado de tantas personas, así como me ha sorprendido el encuentro y participar en la presentación de un libro del hermano Fariñas, que más que ser un hermano de lucha, es mi amigo. Ese es un hombre de gran valor que prácticamente sacrificó la vida en nombre de los presos políticos, reclamando nuestra libertad", admitío González ante el gesto afirmativo de sus compañeros.
"Con su decisión valiente y decidida, sin pedir nada a cambio, simplemente movido por su fe y su devoción hacia nuestra patria, quería ofrecer su vida en aras de nuestra liberación. Yo soy uno de los 26 presos que él pedía", afirmó García quien confesó que antes de su cautiverio pesaba 87 kilos y que hoy la báscula le marca 48 como un balance físico de siete años y nueve prisiones en cinco provincias cubanas.
Entre tanto Pablo Pacheco Ávila, escoltado por su hijo Jimmy de unos 11 años, afirma que después de tanto silencio tiene tiempo y paciencia para hablar. "A mi me metieron preso por decir lo que pienso, soy periodista ¿Quieres ver el expediente?", apuntó mientras abre cuidadosamente un sobre con un documento original en donde se le "sancionaba" con diez años de privación de la libertad y en el que se indica la confiscación material "insurgente" para las autoridades castristas como los títulos: "La invención de Cuba" de José Martí, "Cuba ante la razón cívica" de Dietrich Heinz, y la revista "Letras Libres" de la Sociedad Periodista. Una prueba más de que a los comunicadores críticos al régimen de los hermanos Castro se les considera el "enemigo a vencer" en el seno de la cúpula gubernamental. De hecho el trato y las sentencia que se les da a los opositores del sistema son situados prácticamente al mismo nivel que el de "terroristas de Estado".
En este sentido José Luis García Paneque subraya que el miedo en Cuba "no es algo eufemístico". "Es una realidad que es lo que el buen cubano llamamos una doble moral. Es decir, en público o delante de una persona aparentamos una imagen con una identificación con el proceso, mientras miramos para el 'norte' a ver quien está escuchando cuando damos una opinión", concluyó.
Por su parte Pacheco Ávila advierte de que en su país "el miedo puede ser más grande que el dolor". Sin embargo el temor a las represalias de una dictadura que lleva 50 años en el poder, no ha frenado a los 75 presos de la "Primavera Negra", como tampoco lo hecho con Guillermo Fariñas, las Damas de Blanco o más del centenar de opositores cubanos que se encuentran dispersos en diferentes cárceles de la isla, quienes no se rinden ante la posibilidad de poder impulsar los cambios desde adentro.
Mientras tanto, un primer grupo de excarcelados se preparan para una nueva vida en España pero sin dejar de mirar hacia su tierra. Una Cuba a la que observarán con melancolía a la espera de que algún día se le conceda, como a ellos, la libertad.
1 Comments:
Digase giro de 180 grados. En un giro de 360 usted ocuparia las misma posicion.
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