sábado, agosto 21, 2010

EN CUBA: COMUNISTAS Y BANDOLEROS

COMUNISTAS Y BANDOLEROS





Por Adolfo Pablo Borrazá
19/08/2010
Graduado del Curso de Capacitación a Periodistas
de la Universidad de la Florida.
adolfo_pablo@yahoo.com

Centro Habana, La Habana, 19 de agosto de 2010 (PD) Tengo unos vecinos que dicen orgullosamente ser comunistas y fidelistas. Como su líder, no admiten otros conceptos que los que ya están encima del buró. Para ellos, la consigna “Comandante en Jefe, ordene” es un patrón a seguir hasta la muerte. O bueno, hasta donde la doble moral los pueda llevar.

Por estos días, mis vecinos Raúl y Luis están de pláceme, las constantes apariciones –reapariciones más bien- de Fidel, les han dado una dosis de energía que creían perdida irremediablemente cuando su líder enfermó. No es lo mismo con su hermano Raúl Castro, con quien ellos no simpatizan mucho.

Veo sus miradas burlonas, como indicándome que El Caballo sigue en pie. Lo único que falta es que me hagan un mitin de repudio. Pero si se lo mandan, de seguro lo harían.

Lo curioso de estos dos “comuñangas” es que no trabajan para el Estado. Son albañiles, muy buenos por cierto, sin licencias, que arreglan y construyen casas en el paupérrimo municipio de Centro Habana.

El más joven de los dos, Luis, es más vivaracho. Ambos son coterráneos, vinieron del oriente del país con la esperanza de mejorar su vida. Luis era delegado del Poder Popular en su zona, pero como él mismo dice: “Es mejor ser bandolero en La Habana que delegado en Oriente”. Luis se ha hecho, además de la albañilería, de un lucrativo negocio de compra-venta de todo tipo de mercancías en el mercado negro.

Raúl combatió en las guerras de Angola y Etiopía. Con soberbia me enseña las medallas otorgadas por la alta dirección del país, pero no sabe explicarme por qué fue que peleó en aquellas tierras tan distantes.

Su revolución no ha podido darles viviendas. Gracias a una tía postiza es que duermen bajo techo, en una confortable cama. Cada uno con sus características, son odiados por casi todos en la zona. Arrogantes, egoístas, intransigentes y descarados, se disfrazan de ovejas revolucionarias pero en verdad son lobos que no lo piensan dos veces a la hora de chivatear a cualquiera.

La libertad para ellos es poder caminar de madrugada por las vigiladas calles de Fidel, tomarse una botella de ron de vez en cuando y que la salud y educación sean gratis. No indagan siquiera en asuntos como los derechos humanos y las libertades individuales. No saben escuchar cuando alguien trata de hacerles ver las cosas malas de la revolución. Son el prototipo de su Jefe. Por supuesto que para ellos todo lo malo que pasa en Cuba es responsabilidad del imperialismo yanqui, y será culpa de los Estados Unidos si hay una guerra nuclear. Eso es lo que dice “aquel que nunca se equivoca”.

En lo que Luis hace el amor como los conejos y Raúl todas las tardes se refugia en la caneca de ron para soportar los recuerdos que le dejó la guerra, los dos continúan con su retórica revolucionaria y su actitud delictiva y degradante para sobrevivir.

Les veo pasar sonrientes, dándome a entender que hay Fidel para rato. Pienso como serán el día que desaparezca el líder de la revolución, qué actitud tomarán y qué dirán. De momento los dejo con su nueva victoria. El tiempo es lo mejor para ese tipo de personas.

adolfo_pablo@yahoo.com