BARACUTEY CUBANO

Por Juan González Febles
Periodista independiente.
juanchogonzal@gmail.com

Lawton, La Habana, 9 de setiembre de 2010, (PD) Hace pocas décadas, durante una luna de miel que disfrutaba en el Hotel Havana Riviera, tocaron a la puerta de la habitación. Un oficial que se identificó como miembro de la policía de Seguridad del Estado, irrumpió con toda la cortesía que se puede asumir para una irrupción y pidió permanecer en la habitación.

En aquel momento, decidí que nos marcháramos hasta la piscina y la flamante novia y yo, dejamos al policía en la habitación. Se trataba de que el Comandante en Jefe y su homólogo alemán Erich Honecker, pasaran con la comitiva de recibimiento por la calle Paseo para tomar Malecón. Como se trataba de ‘proteger’ la vida del Comandante, la policía de Seguridad del Estado invadía la privacidad de cualquier ciudadano. Esto aún se considera correcto.

Recuerdo la caravana siniestra de Mercedes Benz en sus desplazamientos por la ciudad. Hombres de verdeolivo, armados y amenazantes apuntaban a todo y a todos, con los cañones de sus armas por fuera de la ventanilla de los vehículos. Protegían o decían proteger la vida del Comandante, de la CIA y de sus agentes. Recuerdo haber oído historias de personas arrestadas por sólo relatar que soñaron con la muerte de Fidel Castro o accidentes fatales que involucraron a civiles que se acercaron demasiado a la caravana fatal.

( Bueno, el Comandante también tenía que distraerse y no todo iba a ser trabajo y protejerse de la CIA; los homosexuales tendrían que esperar varias décadas para que el se ocupara de ellos positivamente, pues en el discurso del 13 de marzo de 1963 ya se había ocupado de ellos y sus ¨conductas impropias ¨ ; foto y comentario agrgados por este bloguista)

En entrevista concedida al periódico mexicano ‘La Jornada’, Fidel Castro reconoció su responsabilidad por la persecución a homosexuales. Atribuyó las causas de esto a la época y a que estaba ocupado en proteger su vida de las conspiraciones alentadas por la CIA con el propósito de matarlo. Dijo que fue una época de mucha injusticia. Para decirlo más claro, tenía tanto miedo de que le mataran, que no pudo pensar en otra cosa que en protegerse al costo que fuera.

En 2003, a raíz del secuestro de la lancha “Baraguá”, se reunió con los secuestradores capturados, que no mataron ni lastimaron a nadie. En aquellos momentos refieren testigos que Fidel Castro dijo que repartiría un ‘cake’ y que cada secuestrador recibiría su parte. La repartición del ‘cake’ del Comandante se tradujo en tres condenas a muerte por fusilamiento, luego de un proceso sumario sin garantías y varias condenas desproporcionadas a largas penas de prisión que incluyeron más de una cadena perpetua.


Al Comandante no le tembló la mano para fusilar a tres jóvenes. Uno de ellos contó al morir, 22 años. Tenía edad para ser su nieto, pero no hubo compasión. En aquellos días, fueron condenados a largas penas de prisión los 75 disidentes y activistas pro democracia que devendrían en el promocionado Grupo de los 75. A esta jornada se la conoció como la Primavera Negra de Cuba. Todo parece indicar que esta, también fue época de ‘mucha injusticia’.

( También el Comandante tenía que atender bien a las visitas, pues estaba en juego las virtudes amatorias de los cubanos y nada mejor que el ¨garañón cubano para representarnos; foto y comentario añadidos por el bloguista de este blog )

No se sabe si el Comandante albergaba algún temor por su vida en estos momentos de 2003. Quizás por eso, no tuvo tiempo para fijar la atención en estos detalles insignificantes de fusilamientos sumarios y cadenas perpetuas. De lo que no caben dudas es que tanto en las persecuciones de los años 60 del pasado siglo como en los sucesos de la Primavera Negra, hubo un responsable y este responsable es Fidel Castro. El Comandante reconoció su responsabilidad en las persecuciones a homosexuales. Aún no ha pedido perdón por las vidas rotas por su responsabilidad y aún no se ha retractado de este actuar equívoco.

Lo ideal fuera que tanto el Comandante, como sus más allegados cómplices respondan ante un tribunal de sus iguales por cada una de las atrocidades y horrores sufridos en cada una de las épocas de ‘mucha injusticia’ vividas por el pueblo de Cuba a lo largo de las últimas cinco décadas. O al menos, que pida perdón públicamente. Pero, hasta el momento, el compañero Fidel no se retracta y no se deja en claro cuándo se terminará definitivamente con la mucha injusticia. La de ayer y la de hoy.

juanchogonzal@gmail.com