jueves, octubre 21, 2010

Destitución del Canciller español Miguel Ángel Moratinos: Esta noche pintan bastos

Esta noche pintan bastos



Por Luife Galeano


Jamás podrá decir que no le avisaron. Lástima que su soberbia ocupase un lugar tan preponderante en su persona. Quizás fuese su posicionamiento ideológico lo que le hacía actuar así o sus ínfulas de gran visir de los califas o esa afectación de sus giros y modos que lo hacían tan propenso al desdén melodramático que acompañaba sus palabras cuando intentaba denostar a la oposición democrática. ¡Qué le vamos a hacer! La realidad es tozuda y nunca lo quiso reconocer. El problema es que al final del arcoíris siempre se encuentra el perol de oro en el que reluce la verdad y la verdad es que Moratinos ha sido defenestrado y todo su fracaso queda en evidencia.

Atrás quedan los días en que se le solicitó que prestar atención especial a los atropellos que se producían en Cuba y que ignoró aduciendo que la solución pasaba por el diálogo y la cooperación con el régimen castrista. Muy lejos dista ya aquella jornada en que se le entregó una carta para la disidencia interna que hizo el viaje de ida y vuelta a la Perla de las Antillas sin salir de sus bolsillos; o las veces en que, muy ufano, se manifestó en el despacho de Pérez Roque comentando que se olía a presidencia en el ambiente.

Tampoco podrá olvidar las ruedas de prensa en las que, hiperventilando cual asmático camino de la victoria, decía que las sanciones tenían los días contados y que Cuba entraría en el club de los países demócratas ─menudo contrasentido─ por la puerta grande. Mucho menos su empecinamiento en hacer oídos sordos a la oposición cuando se le pedía que fuese crítico con los caprichos de los hermanos Castro. Y qué decir del culipandeo continuo y constante con la Iglesia Católica intentando hacer y deshacer con los presos políticos para, al fin y al cabo, postrarse ante los amos y hacer unas deportaciones que nadie le agradeció. ¡Qué diferente hubiese sido ver a un Moratinos tachando de inaceptables las deportaciones! ¡Qué gran favor hubiese hecho a su jefe liderando una verdadera contestación a los designios del régimen opresor!

Claro que, para ello, no sólo se requería del coraje y la valentía de los hombres de pro sino de una amplitud de miras de un alcance singular que su apocado carácter y su insignificancia humana jamás han tenido. Por desgracia para los cubanos y, sobre todo para España, el Sr. Moratinos nunca supo jugar en las Grandes Ligas y así le luce el pelo en este aciago 20 de octubre en el que la jugada pinta en bastos y lo retira a un peculiar fetecún de los tronados.

Lástima daba verlo esta mañana en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo, pero los fracasos se pagan y la estulticia y la maldad, más. Sólo me quedo con la última imagen de nuestro ínclito canciller en la bancada roja, cual Boabdil, llorando como mujer lo que no supo ─o, tal vez, no quiso─ defender como un hombre.
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3 Comments:

At 10:27 a. m., Anonymous Anónimo said...

También lloró Manuel Fraga Iribarne en octubre de 1969

 
At 12:11 a. m., Anonymous Luife Galeano said...

Ya, y en 1977 Fraga tuvo el coraje de apostar por mí cuando el gobierno de Castro me denunció y la incipiente democracia española me detuvo 72 horas acusado de no sé cuántas barbaridades. No obstante, nada de ello viene al caso.
Moratinos es un colaboracionista de una dictadura que, además, se postra ante el terror.
El que otros lloren o se acobarden no disminuye la ruindad del EX-canciller fracasado.

Además, cuando se dirija a mí, firme con su nombre que yo no lo voy a echar p'alante como sí hacen otros.

 
At 4:03 p. m., Anonymous Nausea said...

Viejo porcino, descarado y miserable. El llanto de toda Cuba nunca lo tuvo preocupado. Bastante que se rió con sus opresores y verdugos. Qué llore ahora, que grite si le parece. Lo que le pasó es lo mínimo que se merece.

 

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