sábado, noviembre 06, 2010

De espías y secuestros. El crimen de los cuatro pilotos de Hermanos al Rescate

De espías y secuestros




Por Roland J. Behar

El pasado octubre 28 asistí, con dolor, a una conferencia de prensa brindada por los familiares de los Hermanos al Rescate asesinados en el aire: Pablo Morales, Armando Alejandre, Mario de La Peña y Carlos Costa. Yo tuve el honor de conocerles en vida, y jamás olvidaré su bondad y hombría de bien.

El motivo fundamental de la conferencia fue hacerle un llamado de recordación al gobierno norteamericano y al presidente Obama acerca de la incongruencia que constituye intercambiar asesinos confesos y convictos por una persona decente que se encuentra secuestrada desde el pasado año sin haber sido inculpado de ningún delito por parte de las autoridades cubanas que le retienen.

( Los pilotos civiles asesinados en la operación castrista ¨Escorpión¨ en la que el jefe de la red Gerardo Hernández estaba involucrado al darle las ordenes o instrucciones a sus agentes de buscar información sobre los vuelos de la organización humanitaria Hermanos al Rescate y decirle a sus agentes infiltrados de que no volaran en los días en que posteriormente fueron asesinados)

Ante el ``caso Alan Gross'' los miembros de su comunidad en Maryland, las organizaciones judías nacionales y los periodistas judíos en Estados Unidos han mantenido una actitud muy sensata y discreta. Esta actitud no es dictada por indiferencia ante el dolor y la tragedia de un hermano que permanece secuestrado en contra de todas las normas del derecho internacional. Por el contrario: han estado cerca y a su disposición, hacen gestiones a diferentes niveles, pero cuidándose mucho de no caer en la trampa tendida por los organismos de inteligencia cubanos de enfrentar a la comunidad judía con el gobierno norteamericano, como lograron hacer con la comunidad cubanoamericana durante el tristemente célebre ``Caso Elián''.

Ahora comienza a verse la ``opción B''. Como los judíos no hemos salido públicamente a la palestra por el caso de Alan Gross, se ven y se verán más artículos escritos supuestamente desde una ``posición judía'' con el propósito de fomentar cierto complejo de culpa en los ingenuos. Unicamente tienen como objetivo traer el caso a primera plana. Con ello tratan de utilizar a la comunidad hebrea norteamericana, sus recursos y conexiones como palanca en la negociación para lograr, vía intercambio, la excarcelación de los convictos de la Red Avispa, miembros de la DGI (Dirección General de Inteligencia) cubana.

La Red Avispa, originalmente de 16 agentes, tenía la misión de espiar agencias norteamericanas, infiltrar instalaciones militares importantes tales como el Comando Sur en Miami y el Comando Central en Tampa, el cual es responsable de las actividades militares en el Cercano Oriente además de las del sur y centro de Asia, así como la Base Aérea de Key West.

El gobierno de Cuba y sus alabarderos en el exterior les presentan como ``luchadores antiterroristas'' cuando, en definitiva, son lo que son, gente entrenada para lo peor quienes, gracias a la información por ellos suministrada con ese objetivo, se produjo el asesinato en el aire de los Hermanos al Rescate, donde murieron tres ciudadanos norteamericanos y un residente legal.

Nadie sabe la razón por la cual Alan Gross está preso. En Cuba no existe un estado de derecho y los acusados son culpables siempre, sin duda y cuando así lo dictamine la cúpula del poder absoluto. No hay ley ni derechos para los ciudadanos nacionales y, por supuesto, menos aún para los extranjeros. La dictadura alega que Alan Gross ``viajó a Cuba para implementar un contrato del gobierno de Estados Unidos, comprendido bajo la sección 109 de la ley Helms-Burton'' y le retiene (sin pruebas) por entregar equipos de computación y comunicación a la comunidad judía de Cuba, lo cual la Comunidad Hebrea de Cuba niega. Mientras tanto, el gobierno le brinda ``su hospitalidad''.

( Los espías de la red Avispa que están cumpliendo prisión)

Resulta de lo más irónico leer a veces argumentos en contra de los esfuerzos y sueños de los cubanos demócratas de que en Cuba haya una transición hacia una democracia representativa bajo un estado de derecho con la cooperación de sus aliados naturales, los demócratas norteamericanos, latinoamericanos y europeos. Este ``internacionalismo'' está basado en un principio de solidaridad democrática, en aras de conseguir dichos cambios por una vía de confrontación no violenta, como es el caso de la actual lucha dentro de Cuba. La ironía se manifiesta al compararlo con las secuelas de horror y muerte del internacionalismo proletario que promovió el gobierno de Cuba mientras tuvo financiamiento para ello.

a historia de la comunidad judía de Cuba después de los años 60 y 70 es bastante particular en desarrollo y composición. Este grupo humano no se ha caracterizado como opositor del gobierno cubano en ninguna medida. Ha ido mermando gradualmente debido a la emigración aunque es la única comunidad en el mundo que crece por asimilación. Han mantenido, inexplicablemente, una cifra de 1,500 en todos los censos recientes.

Por supuesto que es positivo que el gobierno norteamericano intente rescatar a un ciudadano que ha sido secuestrado y que utilizará los medios que tenga a su alcance. Dada la situación actual de Cuba, estoy seguro que están dispuestos a negociar como siempre, seres humanos por ``especies''.