BARACUTEY CUBANO

Por Julio Antonio Aleaga Pesant
Periodista independiente.
aleagapesant@yahoo.es
Publicado 3/11/2010



El Vedado, La Habana, 4 de noviembre de 2010, (PD) En las últimas semanas escuché atentamente a varios diplomáticos en La Habana. Hablaban sobre las bondades del levantamiento del embargo, al que el gobierno de los Estados Unidos somete a la dictadura cubana. La idea más repetida es que quitaría argumentos al gobierno cubano sobre su mal gobierno, y expondría al sol sus miserias. Esto, como si la dictadura no fuera capaz de reinventar el embargo y muchas más cosas, como ha demostrado en el último medio siglo.

En las conversaciones, los extranjeros argumentaban sobre las penurias que nos causa la política norteamericana. Olvidaban que el bloqueo más poderoso que sufre la nación, lo impone la elite en el poder. Ese bloqueo, el de verdad, el del gobierno sobre sus ciudadanos, viola los derechos elementales refrendados en la Carta de las Naciones Unidas, viola la propia constitución de 1976, viola las cartas internacionales sobre sindicalismo libre e impide que el ciudadano gane honestamente su sustento.

Para desvirtuar esta realidad, y debemos convencernos de que logra lógicas imaginativas (ruego escuchar las ultimas declaraciones de los Embajadores del sistema de las Naciones Unidas en la isla, caracterizadas por una abyección ilimitada al régimen y la proyección paradisiaca de nuestra realidad), está la presentación cada año en el periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU de una moción de condena al gobierno de los Estados Unidos por mantener el embargo. Es una votación con un alto sentido propagandístico hacia el público interior en la isla.

En los rejuegos de la política mundial, esta votación es inocua. No tiene impacto internacional por ser un problema bilateral tratado durante muchos años, no ser vinculante a otros temas de mayor importancia, ni ser de obligatorio cumplimiento. Pero permite a muchos pequeños países y débiles gobiernos votar en contra de un imperialismo hegemónico, sin temer represalias. De paso, pueden pasar por La Habana a buscar mano de obra esclava para trabajar en sus países.

Se puede interpretar entonces que esta votación abrumadora no necesariamente tiene que ser en apoyo al pueblo cubano y sí a la monarquía y a los intereses que representa.

A los argumentos del gobierno militar, repetidos en los últimos diecinueve años, solo incorpora un nuevo elemento: el que no acepta la mantención de la Posición Común de la Unión Europea. Algo que ni de muy lejano puede compararse con el embargo norteamericano, por cuanto son resoluciones políticas para enfrentar los desmadres de La Habana.

Al discurso del Canciller Bruno Rodríguez en la presentación de la moción de condena, la delegación de los Estados Unidos, a través del Embajador Ronald Godard, contrapuso las siguientes ideas en siete cortos párrafos.
- “La relación económica entre los Estados Unidos y Cuba es un asunto bilateral y parte de un conjunto mas amplio de (…) relaciones”.
- “La delegación cubana hace uso inapropiado de la etiqueta genocidio para señalar las restricciones comerciales. Este mal uso del término disminuye el verdadero sufrimiento de las victimas de ese sufrimiento, en el resto del mundo”.
- “Estados Unidos no tiene ninguna restricción a la ayuda humanitaria a Cuba y sigue siendo el mayor proveedor de alimentos a Cuba”.
- “En 2009, el gobierno de Cuba informó que los Estados Unidos son el quinto socio comercial más importante”.

En los últimos veinte meses, los Estados Unidos levantaron restricciones a las visas de familiares, las remesas y a una gama de artículos de ayuda humanitaria que el pueblo estadounidense puede donar a Cuba. Mejoró la capacidad de las empresas de comunicaciones estadounidenses para negociar con la parte cubana. Facilitó a los productores agrícolas obtener contratos de venta a Cuba. Reanudaron conversaciones bilaterales sobre migración. Iniciaron conversaciones para el correo directo entre los dos países. Incrementó el intercambio artístico y cultural entre los dos países. Estados Unidos y Cuba colaboran en los esfuerzos internacionales de socorro en Haití.

Fuera de retóricas políticas, el vecino expuso de manera concreta su punto de vista sobre el tema, además de explicar su interés de influir en la transición democrática en la isla.

El embargo es un asunto bilateral, que no se resuelve internacionalizando la discusión en el hemiciclo del Palacio de las Naciones Unidas. Desde 1948, cuando se presentó la Carta Universal de los Derechos Humanos y mucho antes de 1994, cuando se proyectó el principio de la soberanía limitada, la comunidad internacional concibió los mecanismos de presión, con el fin de evitar la guerra e influir positivamente en la construcción democrática de las naciones.

Oliver Tambo, Thabo Mbeki, Nelson Mandela, sólidos líderes de la construcción democrática en Suráfrica, apoyaron el levantamiento del embargo contra la tiranía que oprimía a su pueblo, que era de mucho mayor fuerza y amplitud.

El apego a “la miel del poder” por la monarquía de los Castro y su desprecio por los problemas de la nación y la ciudadanía es la principal razón del embargo norteamericano y la Posición Común europea. Avance el gobierno cubano hacia la democracia, el respeto a los derechos fundamentales y la libertad de mercado y se habrá deshecho el embargo.

aleagapesant@yahoo.es