lunes, noviembre 08, 2010

Julio Lobo. El último magnate

Tomado de http://www.elnuevoherald.com



El último magnate


Por Alejandro Ríos

Las dos veces que visité en mi vida el Museo Napoleónico en El Vedado habanero era muy bisoño para imaginarme que toda aquella impresionante colección, la más grande sobre el tema fuera de los predios franceses, había sido incautada por la revolución a su legítimo dueño, figura mítica de un exitoso universo empresarial cubano, perdido en la memoria de los tiempos, el multimillonario azucarero Julio Lobo.

La historia de sus éxitos y fracasos viene contada, como una novela, en un libro fascinante recién publicado, The Sugar King of Havana, The Rise and Fall of Julio Lobo, Cuba's Last Tycoon, escrito por John Paul Rathbone, donde es fácil concluir que el magnate perdió mucho más que el producto de su afición napoleónica, cuando Ernesto Che Guevara lo llamó en 1960 para darle dos opciones: o colaboraba con la industria azucarera revolucionaria o tomaba el camino del exilio. Ni decir que Lobo, con 62 años de edad, se fue sin mirar atrás y terminó los días de su vida en un modesto apartamento madrileño.

En sus años de esplendor, la fortuna personal de Julio Lobo se estimaba en $200 millones, $5 billones al cambio de hoy. En esa época era considerado el hombre más rico de Cuba. Controlaba catorce centrales azucareros, era dueño de miles de acres de tierra y tenía oficinas comerciales en Nueva York, Londres, Madrid y Manila. También le pertenecía el Banco Financiero y una compañía de seguros. Además, poseía intereses en navieras y en la firma de telecomunicaciones Inalámbrica.

(Julio Lobo)

Su carrera profesional contradice la insidia que el régimen de La Habana ha divulgado sobre las clases pudientes. Fue un hombre de gustos refinados y opuesto a la corrupción gubernamental, lector de obras literarias clásicas y no sólo se hizo de la colección de objetos napoleónicos sino de una de pinturas que ostentaba los nombres de Rembrandt, Dalí, Tintoretto, Renoir, Murillo y Diego Rivera, entre otros. Poco antes de 1959, algunas de esas obras Lobo las había cedido en préstamo al Museo Nacional de Bellas Artes y años después, supo que estaban siendo vendidas en una subasta canadiense.

En otro capítulo del despojo a que fue sometido perdió dos cajas de documentos sobre Napoleón que una de sus hijas había dejado a resguardo en la embajada de Francia en La Habana cuando partieron al exilio. Al final, los franceses quisieron cobrar años de almacenaje y luego, a regañadientes, cedieron las cajas que fueron a parar al propio Museo de Bellas Artes en tanto se arreglara el envío a Inglaterra, donde vivía una de las hijas de Lobo.

Los documentos nunca los recuperó debido a los malos oficios e intrigas de Marta Arjona, a la sazón directora del Museo, y de la poderosa Celia Sánchez, quien, según algunos de sus asistentes, deseaba quedarse con cartas de Napoleón sobre su campaña en Rusia y otras dirigidas a Simón Bolívar.

La persona que lidió con la fracasada operación de rescate de los documentos durante los años setenta fue una de las dos hijas del magnate, María Luisa Lobo, a quien tuve el placer de conocer al principio de la década de los noventa cuando arribé a Miami.

Al terminar el libro de Rathbone, descubrí de dónde provenía el empecinamiento, la independencia y el poder de convocatoria que asistía a María Luisa en su incansable acercamiento a Cuba.

Sin pensarlo dos veces organizó varias tertulias cinematográficas en su legendario apartamento de Key Biscayne, donde yo ponía al tanto de lo que ocurría en el cine de la isla a distintas generaciones de exiliados que se daban cita en esos encuentros fecundos. Fueron jornadas espléndidas de encendidas discusiones e inolvidables comidas criollas. Para mí resultó ser como una suerte de ``presentación en sociedad'' que mucho le agradezco.

María Luisa Lobo falleció en 1998, sin haber visto publicado su tributo a la capital cubana, La Habana, historia y arquitectura de una ciudad romántica, que sus hijos se encargaron de publicar pocos años después.

Que la hija más privilegiada de Cuba y todo lo que perdió tuvo que ir reconstruyéndolo con los años, sin rencor, ni nostalgia aparente, siempre mirando al futuro aunque fuera incierto.

Cuando María Luisa falleció sus cuatro hijos viajaron a la isla para esparcir sus cenizas en el central Tinguaro, el predilecto de la familia. Allí supieron del bien que había hecho Julio Lobo a los pobladores del batey. De cómo dio becas y oportunidades de estudio y recordaron a María Luisa haciendo la ronda con su padre por las escuelas y clínicas que fundara a beneficio de los trabajadores.

Cuando esparcían las cenizas invitaron al antiguo administrador del central a que participara de la ceremonia y, ante el asombro de todos, introdujo sus manos en el recipiente y se restregó las cenizas por la cara, el pecho y su blanca camisa, como si quisiera agradecer tantas buenas acciones.

Hoy gobierna una familia que ha hecho de Cuba un lugar desesperanzador. La estirpe de los Lobo, creadora de riquezas, hizo a la isla más cubana y perdurará cuando vuelva a ser el país que prefiguraron con su gestión incansable de trabajo y amor.

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MUSEO NAPOLEÓNICO



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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Jose Gonzalez ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Julio Lobo. El último magnate":

Acabo de terminar de leer el libro The last sugarking of Havana.
Lo recomiendo por la idea general que da de la Cuba de antes, de algunos de sus magnates, relaciones politicas, etc.
Tambien menciona la ayuda que dieron muchos de esos magnates, incluyendo Julio Lobo al movimiento castrista y a Castro personalmente.
En otras palabras, Cuba cometio suicidio hace mas de medio siglo y todavia esta en el infierno esperando por un "break" pa'ver si logra escaparse.

saludos

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Comentario del bloguista

Después del triunfo hasta se burlaban de aquellos que creyendo que regalando novillas se iban a congraciar con la tiranía Castrista y entonces los aprendices de tiranos se burlaron de ellos con la consigna:

¨Con novilla o sin novilla les partimos la siquitrilla¨

Por ahí en Internet, yo la publiqué en este blog, hay una foto antes de 1959, del Che con uno de los zares de la industria tabacalera de la provincia de Las Villas. En la cara del Che se ve lo que está pensando hacer en un futuro mientras que el millonario está muy orondo porque está al lado del Che.
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Jose Gonzalez ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Julio Lobo. El último magnate":

Por una u otra razon o razones enfermizas muchos magnates y millonarios piensan que cuando uno de estos socialistas radicales, comunistas o nacional socialistas toman el poder se les puede satisfacer su sed de poder y terror con pedazos de compañias o propiedades sin comprender que la ideologia de izquierdas con canibales como lideres nunca se satisfacen, por eso terminan devorando a sus propios hijos.

saludos

Pablo, mi blog es http://balancecubano.blogspot.com/ , si puedes hechale un vistazo y escucho sugerencias.Hace solo 4 meses que lo tengo.
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Realpolitik ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Julio Lobo. El último magnate":

Fidel Castro tuvo mucha ayuda de gente pudiente antes de 1959, aunque eso casi nunca se dice, pues resulta muy conveniente pintar a esa gente como batistianos o algo por el estilo.

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Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Julio Lobo. El último magnate":

Muy interesante el artículo. Quiero referirme a una anécdota en la misma tesitura aunque con resultado final bastante diferente, perdónenme que omita algunos nombres, en realidad la mayoría de ellos no los conozco. Se comenta que uno de los miembros del M-26-7 en Pinar del Río tenía a su mamá enferma de una enfermedad grave, y acudió a ver a uno de los hombres más ricos de la región occidental apellidado Galán, dado que su mamá requería una atención fuera de la isla altamente especializada y costosa. El señor Galán no dudó en darle a este señor lo que necesitaba, y luego de que su señora madre regresara del tratamiento y notablemente recuperada, el miliciano del M-26-7 fue a visitar a su sponsor y en agradecimiento le dijo "Señor, lo que aquí viene es el comunismo, saque a tiempo su dinero y si puede váyase porque lo va a perder todo, incluso probablemente la vida". Galán escuchó estas palabras y se las comunicó a su amigo Macho Ferro (dueño de la fábrica "La Conchita" y también de otros negocios), quien enlató su dinero como si fueran sus productos y se salió de la isla-cárcel. ¿Son esos los malvados hombres de negocios a los que se ha referido el jefe diarrea todos estos años?. No comas tanta pinga, comandante...

chicho el cojo
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Nausea ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Julio Lobo. El último magnate":

Lo siento, pero todos los que ayudaron a Castro a conseguir el poder, por muy equivocados que estuvieran, ayudaron a destruir a Cuba. Lo de Lobo y tantos otros ricos que lo hicieron me recuerda el dicho de Lenin sobre los capitalistas y la soga, o sea, gente como Lobo fueron como Chacumbele: ellos mismos se aniquilaron
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Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Julio Lobo. El último magnate":

Sin ánimo de restarle mérito a este trabajo de Ríos, con cuyo punto de vista en general concuerdo, quiero referirme a un error más bien de detalle, en el cual uno espera que no caiga un periodista cubano que salió de la Isla ya no tan bisoño. Esa pifia chirría más por estar escrita al inicio mismo del artículo. Amigo Baracutey, caray con caracoles, el Museo Napoleónico no está en lo que se dice el Vedado, aunque te pille cerca de La Rampa. Queda en la calle Ronda, e/. San Miguel y San Rafael, ahí a un costado de la Universidad de La Habana. ¿No estará el autor confundiendo el Museo Napoleónico con el de Artes Decorativas, sito en la vedadense calle 17. Por cierto que el edificio donde se conserva la colección napoleónica de Lobo tuvo también un dueño legítimo y famoso: Orestes Ferrara. Saludos y bendiciones de Fray Franelo

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Comentario del Bloguista

PEDRO PABLO;
Acabo de leer el artículo sobre Julio Lobo.Quiero que sepas que el hombre era un humanista y hasta estaba en favor de la revolución.El ché lo mandó a buscar y cuando este le ofreció sus servicios,le respondió que se iba o lo fusilaba.En cuanto al rol de Celia,en ningún momento quiso quedarse con nada,fue ella quien ordenó la creación del museo napoleónico en la casa de Orestes Ferrara.Había la máscara mortuaria,la cama,el tibor,las pistolas de duelo,un secretario de Josefina...
SALUDOS

Yo le contesté:

Saludos XXXXXX

Eso te iba a decir. En Cuba oí las dos versiones que el edifio era de Julio Lobo y otra que era de Orestes Ferrara. Me quedé callado porque supongo que si Alejandro Rios era amigo de la hija supiera de buena tinta de quien era el edificio. Quizás cuando Ferrara tuvo que exilarse tras la caida de Machado. la propiedad la haya comprado Julio Lobo.
Sí, yo entré al museo varias veces cuando estudiaba en la Universidad.de La Habana y hasta una supuesta muela de Napoleón había en exhibición


Pedro Pablo
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Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Julio Lobo. El último magnate":

No es por bisoñez, sino por desinformación supina, por lo que Alejandro Ríos ignoraba que esa muestra napoleónica perteneciera a la colección de Julio Lobo. Eso lo sabía hasta el tato. Son piezas valiosísimas de la era napoleónica, muchas pertenecientes al propio Napoleón, que, según se comentaba, fueron empeñadas por el régimen como garantía para compras en el exterior. Los ómnibus Leyland, por ejemplo. Sea cierto o no, eso se decía para ponderar el enorme valor que tenía la colección napoleónica de Julio Lobo. --- Herminio

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Comentario del Bloguista

Quizás el hecho de que prácticamente toda la biblioteca de JulioLobo y su colección napoleónica se encuentre en el edificio que fue de Orestes Ferrara haya sembrado la confusión.

http://scielo.sld.cu/
( Fragmento )

ACIMED
versión impresa ISSN 1024-9435
ACIMED v.17 n.1 Ciudad de La Habana ene.-ene. 2008


CONTRIBUCIONES CORTAS

La biblioteca de Julio Lobo: una aproximación a su colección napoleónica

Sulema Rodríguez RocheI

MSc. Zoia RiveraII

I Estudiante de quinto año de Bibliotecología y Ciencias de la Información. Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana.

II Máster en Comunicación. Profesora Auxiliar. Bibliotecología y Ciencia de la Información. Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana.

DISPERSIÓN DE LA COLECCIÓN DE LA BIBLIOTECA

Al triunfo revolucionario en 1959, Julio Lobo salió del país hacia EE.UU. con unos escasos documentos pertenecientes a su preciada colección.

Referencias obtenidas de las entrevistas sugieren que algunas piezas fueron empaquetadas y enviadas a la embajada francesa en La Habana. Estos documentos se recuperaron parcialmente en el año 1976, por su hija María Luisa, con la ayuda de Celia Sánchez Manduley. Actualmente, estas piezas forman parte de los archivos familiares en Miami, Estados Unidos.

La mayor parte de los documentos de la colección pasaron a la Biblioteca Nacional "José Martí", donde actualmente se encuentran. Recuerda Olga Vega que como concepto, cuando llegó la colección a la biblioteca, se distribuyó por áreas de trabajo, de acuerdo con la tipología de los documentos: a la mapoteca, el material cartográfico, a manuscritos, toda la parte de los manuscritos, y esa por ejemplo, es una de las que se encuentra sin procesar, por el volumen y complejidad de los documentos; sin embargo, todos se hallan bien localizados".b

La mayor parte de la colección (unas 7 000 piezas) se atesora, desde el año 1961, en el Museo Napoleónico de La Habana, sito en San Miguel y Ronda, antigua residencia del político de origen italiano Orestes Ferrara.

Resulta paradójico y preocupante el estado de organización y conservación de la colección, prácticamente perdida. Según referencias de la especialista de la Biblioteca Nacional, donde se encuentra ubicada la mayor parte de la colección de la biblioteca, "la organización y representación de esos documentos requiere un conjunto de competencias especiales: el idioma es una de ellas, principalmente es necesario que el especialista domine los vocablos utilizados en la época; los conocimientos históricos indispensables para la elaboración de los índices. Actualmente, no se cuenta con el personal suficiente en número y capacitación para organizar la colección de manuscritos".2
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Jose Gonzalez ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Julio Lobo. El último magnate":

Pablo, segun el libro The last sugarking.... al menos los cuadros dejados a la embajada francesa como custodia de los mismos nunca fueron recuperados por la hija de Julio Lobo.Ella tuvo que pagar a la embajada por conceptos de almacenamiento y cuidado, como tambien le pago no recuerdo cuanto a la tal Celia para que esta facilitara la salida de los cuadros.
Al final, un "funcionario" cubano se hizo cargo de los cuadros para segun el entregarselos a la hija de Julio Lobo, y esta se canso de esperar.Se quejo a las 11 mil virgenes y nada paso.Se fue de Cuba con las manos vacias.

saludos

8 Comments:

At 3:48 a. m., Blogger José González said...

Acabo de terminar de leer el libro The last sugarking of Havana.
Lo recomiendo por la idea general que da de la Cuba de antes, de algunos de sus magnates, relaciones politicas, etc.
Tambien menciona la ayuda que dieron muchos de esos magnates, incluyendo Julio Lobo al movimiento castrista y a Castro personalmente.
En otras palabras, Cuba cometio suicidio hace mas de medio siglo y todavia esta en el infierno esperando por un "break" pa'ver si logra escaparse.

saludos

 
At 5:54 p. m., Blogger José González said...

Por una u otra razon o razones enfermizas muchos magnates y millonarios piensan que cuando uno de estos socialistas radicales, comunistas o nacional socialistas toman el poder se les puede satisfacer su sed de poder y terror con pedazos de compañias o propiedades sin comprender que la ideologia de izquierdas con canibales como lideres nunca se satisfacen, por eso terminan devorando a sus propios hijos.

saludos

Pablo, mi blog es http://balancecubano.blogspot.com/ , si puedes hechale un vistazo y escucho sugerencias.Hace solo 4 meses que lo tengo.

 
At 6:30 p. m., Anonymous Realpolitik said...

Fidel Castro tuvo mucha ayuda de gente pudiente antes de 1959, aunque eso casi nunca se dice, pues resulta muy conveniente pintar a esa gente como batistianos o algo por el estilo.

 
At 7:02 p. m., Anonymous Anónimo said...

Muy interesante el artículo. Quiero referirme a una anécdota en la misma tesitura aunque con resultado final bastante diferente, perdónenme que omita algunos nombres, en realidad la mayoría de ellos no los conozco. Se comenta que uno de los miembros del M-26-7 en Pinar del Río tenía a su mamá enferma de una enfermedad grave, y acudió a ver a uno de los hombres más ricos de la región occidental apellidado Galán, dado que su mamá requería una atención fuera de la isla altamente especializada y costosa. El señor Galán no dudó en darle a este señor lo que necesitaba, y luego de que su señora madre regresara del tratamiento y notablemente recuperada, el miliciano del M-26-7 fue a visitar a su sponsor y en agradecimiento le dijo "Señor, lo que aquí viene es el comunismo, saque a tiempo su dinero y si puede váyase porque lo va a perder todo, incluso probablemente la vida". Galán escuchó estas palabras y se las comunicó a su amigo Macho Ferro (dueño de la fábrica "La Conchita" y también de otros negocios), quien enlató su dinero como si fueran sus productos y se salió de la isla-cárcel. ¿Son esos los malvados hombres de negocios a los que se ha referido el jefe diarrea todos estos años?. No comas tanta pinga, comandante...

chicho el cojo

 
At 9:41 p. m., Anonymous Nausea said...

Lo siento, pero todos los que ayudaron a Castro a conseguir el poder, por muy equivocados que estuvieran, ayudaron a destruir a Cuba. Lo de Lobo y tantos otros ricos que lo hicieron me recuerda el dicho de Lenin sobre los capitalistas y la soga, o sea, gente como Lobo fueron como Chacumbele: ellos mismos se aniquilaron.

 
At 1:07 a. m., Anonymous Anónimo said...

Sin ánimo de restarle mérito a este trabajo de Ríos, con cuyo punto de vista en general concuerdo, quiero referirme a un error más bien de detalle, en el cual uno espera que no caiga un periodista cubano que salió de la Isla ya no tan bisoño. Esa pifia chirría más por estar escrita al inicio mismo del artículo. Amigo Baracutey, caray con caracoles, el Museo Napoleónico no está en lo que se dice el Vedado, aunque te pille cerca de La Rampa. Queda en la calle Ronda, e/. San Miguel y San Rafael, ahí a un costado de la Universidad de La Habana. ¿No estará el autor confundiendo el Museo Napoleónico con el de Artes Decorativas, sito en la vedadense calle 17. Por cierto que el edificio donde se conserva la colección napoleónica de Lobo tuvo también un dueño legítimo y famoso: Orestes Ferrara. Saludos y bendiciones de Fray Franelo

 
At 2:25 a. m., Anonymous Anónimo said...

No es por bisoñez, sino por desinformación supina, por lo que Alejandro Ríos ignoraba que esa muestra napoleónica perteneciera a la colección de Julio Lobo. Eso lo sabía hasta el tato. Son piezas valiosísimas de la era napoleónica, muchas pertenecientes al propio Napoleón, que, según se comentaba, fueron empeñadas por el régimen como garantía para compras en el exterior. Los ómnibus Leyland, por ejemplo. Sea cierto o no, eso se decía para ponderar el enorme valor que tenía la colección napoleónica de Julio Lobo. --- Herminio

 
At 3:56 a. m., Blogger José González said...

Pablo, segun el libro The last sugarking.... al menos los cuadros dejados a la embajada francesa como custodia de los mismos nunca fueron recuperados por la hija de Julio Lobo.Ella tuvo que pagar a la embajada por conceptos de almacenamiento y cuidado, como tambien le pago no recuerdo cuanto a la tal Celia para que esta facilitara la salida de los cuadros.
Al final, un "funcionario" cubano se hizo cargo de los cuadros para segun el entregarselos a la hija de Julio Lobo, y esta se canso de esperar.Se quejo a las 11 mil virgenes y nada paso.Se fue de Cuba con las manos vacias.

saludos

 

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