domingo, febrero 20, 2011

En Cuba : La Seguridad del Estado secuestra y amenaza a Alberto Méndez Castelló, corresponsal de Diario De Cuba en Las Tunas

Tomado de http://www.diariodecuba.com


La Seguridad del Estado secuestra y amenaza al corresponsal de DDC en Las Tunas


DDC
Madrid
19-02-2011

Le colocaron una capucha para que no supiera dónde estaba. Un oficial dijo a Alberto Méndez Castelló que su expediente pasa de fase investigativa a preparatoria, para que sea encausado.

Tres agentes de la Seguridad del Estado detuvieron este viernes por la mañana al corresponsal de DIARIO DE CUBA en Las Tunas, Alberto Méndez Castelló, lo subieron a una furgoneta sin ventanas y lo trasladaron a un sitio desconocido, donde un oficial lo amenazó con enviarlo a la cárcel bajo la Ley 88, popularmente conocida como "Ley Mordaza".

(Alberto Méndez Castelló ejerciendo su labor periodística)

"Me encontraba en mi campo, desyerbando, cuando llegaron tres sujetos desconocidos y se identificaron como de la Seguridad del Estado", denunció Méndez Castelló. "Yo hacía tres días que me encontraba trabajando allí, en una casa de campaña. Lo registraron todo sin más legalidad que la de sus voces. También lo ocuparon todo, machete, guadaña, ropa, tienda, caldero, en fin, lo que un campesino suele tener en esa circunstancia de trabajo, alejado de su hogar", añadió.

"Previamente, habían ocupado el móvil, un radio portátil y la cámara fotográfica".

Méndez Castelló, de 53 años, dijo que los agentes se identificaron como "Gómez" y "Martí", y le obligaron a subirse a la furgoneta completamente cerrada, a "la que le ocultaron la matrícula".

"El 'secuestro' estaba dirigido por un tal Modesto, que llamó en más de tres ocasiones al móvil del jefe del grupo mientras nos encontrábamos en mi campo, para informarse de los progresos del operativo", dijo el corresponsal de DIARIO DE CUBA. "Modesto Fernández es teniente coronel, jefe de Enfrentamiento a los Delitos Contra la Seguridad del Estado en Las Tunas", indicó.

Según Méndez Castelló, luego de viajar durante más de una hora, la furgoneta dejó la carretera y rodó entre 10 y 15 minutos por un camino. "Al llegar al destino, me colocaron una capucha privándome de toda visión, mientras dos sujetos me conducían aguantándome por los brazos".

"Caminamos por un salón largo y me introdujeron en una habitación climatizada, que creí sería un cuarto de interrogatorio. Pero no, me sentaron en una silla y me quitaron la capucha", dijo el corresponsal. "Me encontraba en una habitación de 7 metros de largo por 4,50 de ancho, según calculé por las losas del piso. Una habitación sobriamente lujosa, con amplia cama matrimonial, mesa, cuatro sillas, butacón, tres closets, televisor, video, equipo de música y un suntuoso cuarto de baño, cortinaje y todo armoniosamente amarillo".

Méndez Castelló dijo que sus captores se retiraron y le dejaron con un oficial que se presentó como "instructor a cargo" de su caso y afirmó ser abogado. "Le pregunté su nombre y me dijo que no podía dármelo. En tinta azul, en un ejemplar del Código Penal que tenía, se leía 'Maikel' y quizá 'Verdecia'. No pude precisarlo porque volteó el libro".

"Con palabras soeces, a gritos, descompuesto, me dijo que me iba a encarcelar, procesándome por la Ley 88 y por usurpación de cargo público. Que por testigo tenía nada menos que a Jorge Cuevas, primer secretario del PCC en Holguín, a quien, cuando actuaba con igual cargo en Las Tunas, yo había entrevistado en la Feria del Libro, según él haciéndome pasar por periodista independiente", recordó Méndez Castelló.

La Ley 88, "de protección de la independencia nacional y la economía de Cuba", fue la utilizada por el gobierno en la primavera de 2003 para enviar a la cárcel con largas condenas a los disidentes del Grupo de los 75.

"No riposté, sencillamente le miré a los ojos hasta que cesó su diatriba y salió. Regresó poco después con pollo, salchichas, plátanos fritos y arroz. 'Coma', dijo, transformado de inquisidor en mesero", relató el corresponsal. "'No, gracias, ¿puedo acostarme?', respondí. 'Sí, acuéstese', me dijo. La cama tenía un estupendo colchón y dormí, agotado por mi faena campestre".

De acuerdo con Méndez Castelló, pasadas las tres de la tarde, se presentó el instructor con los tres agentes que le detuvieron. "Otra vez me colocaron la capucha para sacarme de aquella mansión y llevarme a la furgoneta para hacer el camino de regreso".

"Este sería un secuestro risible si ya en 2009 el teniente coronel Modesto, en presencia del coronel Ávila Marrero, delegado del Ministerio del Interior en Las Tunas, no me hubiese amenazado de muerte, ideando encerrarme con los asesinos capturados por mí cuando fungía como oficial principal de homicidios de esta provincia", advirtió Méndez Castelló. "Todo eso está grabado, ellos lo saben, y la grabación la tengo fuera de Cuba en un lugar seguro", dijo.

"De ahí a que estando encapuchado le den a uno un tiro detrás de la oreja, va poco. No sólo mi libertad sino también mi vida están en peligro por reportar el acontecer en Cuba, y me pregunto cómo es que Fidel Castro cuestiona que el mundo no actúe como una familia si, en Cuba, bajo su gobierno y el de su hermano, los agentes de la policía política secuestran y amenazan como mafiosos", agregó.

El corresponsal dijo que de su detención los agentes ni siquiera levantaron un acta, "ningún documento".

Sólo medió "una capucha para luego dejarme abandonado en la carretera, pasadas las cuatro de la tarde, a más de 40 kilómetros de mi casa, con mis bártulos de campesino y mi cámara de fotos chorreando agua, como si la hubieran introducido en una alberca".

"Si Fidel Castro quiere un mundo fraternal, que comience por Cuba", dijo Méndez Castelló. "Por mi parte, no albergo odios ni contra el inquisidor que oculta su nombre ni contra quienes toman los apellidos de Gómez y Martí para encapuchar a un ciudadano secuestrado en su campo de labranza", concluyó.

Alberto Méndez Castelló suele criticar en sus artículos las dificultades y el abandono que viven los habitantes de las zonas rurales del oriente de la Isla.

Además, en sus trabajos para DIARIO DE CUBA ha denunciado la muerte de un preso en extrañas circunstancias en la cárcel de Las Tunas; los privilegios que disfrutan los dirigentes del régimen para cazar en zonas vedadas de la Isla, y ha descrito la vigilancia que impone la Seguridad del Estado a la peregrinación de la imagen de la Virgen de la Caridad y sus seguidores por Cuba.

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Tomado de http://abiculiberal.blogspot.com

CUBATOUR-MININT / LAST MINUTE: Estelar corresponsal de DDC (y Cubaencuentro) en Las Tunas denuncia…
…arbitrario arresto turístico exprés, con derecho a banquete y siesta en vivac de cinco estrellas, contra otro ex teniente coronel de nombre Alberto muy Delgado Delgado él

Por Jorge A. Pomar, Colonia (batido de citas y subrayados con leche cortada)

…“se me imputó usurpación de funciones públicas por ejercer el periodismo sin acreditación, revelación de secretos de Estado, ayuda al enemigo; en fin, traición"... a principios de los años ochenta combatió "el tráfico de drogas y los delitos de homicidio... El coronel hizo "un recordatorio de mi vida, origen, estudios, heroicidades… 'Ese es el Alberto Méndez que yo conozco, el capitán que se jugó la vida por su pueblo, y no comprendo cómo ahora ese mismo hombre está sirviendo al enemigo'”… Cubaencuentro, 16-03-2009, Redacción: “El MININT amenaza con la cárcel a un colaborador de Cubaencuentro”

Diario de Cuba 19-02-2011, Alberto Méndez Castelló.- Me encontraba en mi campo, desyerbando, cuando llegaron tres sujetos desconocidos y se identificaron como de la Seguridad del Estado… Yo hacía tres días que me encontraba trabajando allí, en una casa de campaña. Lo registraron todo sin más legalidad que la de sus voces. También lo ocuparon todo, machete, guadaña, ropa, tienda, caldero, en fin, lo que un campesino suele tener en esa circunstancia de trabajo, alejado de su hogar. Previamente, habían ocupado el móvil, un radio portátil y la cámara fotográfica. El “secuestro”' estaba dirigido por un tal Modesto, que llamó en más de tres ocasiones al móvil del jefe del grupo mientras nos encontrábamos en mi campo, para informarse de los progresos del operativo…



Modesto Fernández es teniente coronel, jefe de Enfrentamiento a los Delitos Contra la Seguridad del Estado en Las Tunas… Al llegar al destino, me colocaron una capucha privándome de toda visión, mientras dos sujetos me conducían aguantándome por los brazos… Caminamos por un salón largo y me introdujeron en una habitación climatizada, que creí sería un cuarto de interrogatorio. Pero no, me sentaron en una silla y me quitaron la capucha… Me encontraba en una habitación de 7 metros de largo por 4,50 de ancho, según calculé por las losas del piso. Una habitación sobriamente lujosa, con amplia cama matrimonial, mesa, cuatro sillas, butacón, tres closets, televisor, video, equipo de música y un suntuoso cuarto de baño, cortinaje y todo armoniosamente amarillo...

Con palabras soeces, a gritos, descompuesto, me dijo que me iba a encarcelar, procesándome por la Ley 88 y por usurpación de cargo público. Que por testigo tenía nada menos que a Jorge Cuevas, primer secretario del PCC en Holguín, a quien, cuando actuaba con igual cargo en Las Tunas, yo había entrevistado en la Feria del Libro, según él haciéndome pasar por periodista independiente. No riposté, sencillamente le miré a los ojos hasta que cesó su diatriba y salió. Regresó poco después con pollo, salchichas, plátanos fritos y arroz. “Coma”, dijo, transformado de inquisidor en mesero. "'No, gracias, ¿puedo acostarme?”, respondí. “Sí, acuéstese”, me dijo. La cama tenía un estupendo colchón y dormí, agotado por mi faena campestre. Este sería un secuestro risible si ya en 2009 el teniente coronel Modesto, en presencia del coronel Ávila Marrero, delegado del Ministerio del Interior en Las Tunas, no me hubiese amenazado de muerte, ideando encerrarme con los asesinos capturados por mí cuando fungía como oficial principal de homicidios de esta provincia. Todo eso está grabado, ellos lo saben, y la grabación la tengo fuera de Cuba en un lugar seguro…

De ahí a que estando encapuchado le den a uno un tiro detrás de la oreja, va poco. No sólo mi libertad sino también mi vida están en peligro por reportar el acontecer en Cuba, y me pregunto cómo es que Fidel Castro cuestiona que el mundo no actúe como una familia si, en Cuba, bajo su gobierno y el de su hermano, los agentes de la policía política secuestran y amenazan como mafiosos… ningún documento: Sólo me dió una capucha para luego dejarme abandonado en la carretera, pasadas las cuatro de la tarde, a más de 40 kilómetros de mi casa, con mis bártulos de campesino y mi cámara de fotos chorreando agua, como si la hubieran introducido en una alberca… Si Fidel Castro quiere un mundo fraternal, que comience por Cuba…Por mi parte, no albergo odios ni contra el inquisidor que oculta su nombre ni contra quienes toman los apellidos de Gómez y Martí para encapuchar a un ciudadano secuestrado en su campo de labranza…

por Jorge A. Pomar