lunes, mayo 30, 2011

Desde Cuba Eduardo del LLano escribe : INTOLERANCIA

Tomado de http://eduardodelllano.wordpress.com



INTOLERANCIA


Por Eduardo del LLano
30-05-2011

Cuando vivía en el Nuevo Vedado, mi madre era muy amiga de la vecina de los bajos. Un día aquella vino muy preocupada porque había visto a un tipo, parado en la acera de enfrente, haciendo fotos del edificio. No se le ocurrió pensar que podía tratarse de un turista, un arquitecto, o simplemente de alguien que probaba una cámara nueva; lo que la vecina le dijo a mi mamá fue que de seguro era un tipo de Miami que estaba haciendo fotos de la casa porque pensaba quitársela. Y las dos se alarmaron muchísimo.

Los actos de repudio en el 80 y después fueron terribles, las Brigadas de Respuesta Rápida fueron absurdas y fascistoides. Eran tiempos difíciles, pero nada justifica el linchamiento. Si hay que enfrentarse al enemigo, bueno, pero avasallar personas que piensan diferente sólo por intentar exponer sus ideas es absolutamente injustificable. La gente ha llegado a desconfiar y temer tanto cualquier enunciado insólito, que de inmediato se apartan, se niegan a responder en caso de que se trate de una entrevista, o incluso se ponen a gritar e insultar, me temo que a veces sin que se les oriente. El miedo y el rechazo se han metido en la sangre.

Lo que ha ocurrido con Pedro Pablo Oliva es un buen ejemplo. Su respuesta me pareció sopesada y honesta: tal vez tenga sentido apartarme de mi condición de delegado a la Asamblea Provincial del Poder Popular, pero no hay por qué insultarme ni llamarme apátrida. Hay cierta gente que cree que gritar mucho y humillar es la manera correcta de dialogar con el que disiente. A menudo lanzan ofensas que merecerían un juicio por difamación.

Debo ser un iluso, pero creo que tiene que existir tolerancia dentro del socialismo. Hay que aceptar la disensión, incluso la oposición, mientras no se deslicen hacia el delito. Y no reformular los delitos para que lo que hace el que disiente encaje en ellos. Hace un par de días la policía, para desalojar la acampada en Barcelona, empleó la violencia y dejó mas de cien heridos. Si eso ocurre en Cuba, está clarísimo que nos acusarían de todo lo imaginable, pero como ocurre en una democracia europea es normal y se olvida de inmediato. Doble rasero, por supuesto, pero tampoco hay que negligir lo obvio: en Cuba no se permitiría la acampada en primer lugar. Hay que aceptar que la protesta ciudadana no implica per se una alianza con ningún enemigo. Hay que reeducarse para respetar, no sólo la orientación sexual, sino filosófica y política del otro. Ninguna sociedad en que no se respete al prójimo merece sobrevivir.