Las Ciencia en Cuba: Héroes sin armas, algunos condenados al ostracismo por el Castrismo: Mario O. González, Marcelo Alonso, Levy Marrero
En la monumental obra Historia de la Nación Cubana escrita por relevantes figuras nacionales y publicada en 10 tomos en Cuba en 1952, se puede profundizar en el contenido de este artículo y en otros muchos aspectos del desarrollo de la sociedad criolla y cubana desde la Colonia hasta 1952.
La cátedra que dejó al morir el Dr. Pablo Miquel y Merino se ofertó en un concurso de Oposición y el ganador fue el Dr. Mario O. González; el Dr. Pedro Pablo Masó fue el que enlos ejercicios optando por esa plaza, fue el más fuerte rival de Mario González. Pedro Pablo Masó fue profesor de la Escuela Normal para Maestros de Pinar del Río y , según me dijo recientemente un centenario periodista pinareño, era hijo del patriota independentista Bartolomé Masó. Yo solamente vi a Pedro Pablo Masó una vez cuando en medio de una actividad docente que estaba impartiendo o cuidando el Dr. Raimundo Reguera, fue Masó a saludarlo por ser ambos viejos amigos. Pocos años después, Masó murió cuando, según me han dicho, al cruzar la calle fue embestido por un vehículo; Masó padecía de sordera.
Tomado de http://www.diariodecuba.com
Héroes sin armas
Por Dimas Castellanos
La Habana
27-05-2011
A 150 años de la fundación de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, la vida de nueve científicos cubanos pone en ridículo el intento de asociar patria y nación con socialismo y revolución.
Por su historia preñada de hechos violentos, en Cuba se le presta más atención a los episodios guerreros que a otras formas de hacer historia, como la ciencia, que tanto aportó a la conformación de la nacionalidad, la nación y la patria durante siglos.
Precisamente en este mes de mayo arribamos al 150 aniversario de la fundación de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, cuyo nacimiento estuvo condicionado por el desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas y el esfuerzo sostenido y mancomunado de cubanos, que se unieron desde diferentes posiciones políticas e ideológicas. En reconocimiento a esos héroes, casi anónimos, sería válido recordar a nueve de ellos.
Tomás Romay Chacón (1764-1849).
Médico de profesión, cofundador del Papel Periódico de La Habana y de la Sociedad Económica Amigos del País, realizó innumerables contribuciones a la ciencia y a la cultura, pero fue en la medicina donde hizo grandes aportes: en 1794 presentó ante la Junta Ordinaria de la Sociedad Patriótica de Amigos del País —primera reunión científica de médicos cubanos— su Disertación sobre la fiebre maligna llamada vulgarmente Vómito Negro; descubrió e implantó la vacunación contra la viruela; introdujo los estudios de la Anatomía sobre el cadáver, los de Clínica en las salas de los hospitales, llevó a los alumnos a las cabeceras de los enfermos y a la morgue para la práctica de autopsias; y fue uno de los que solicitaron del rey Fernando VIII, la necesidad de crear una academia de ciencias en la Isla. Por sus actividades de prevención de enfermedades y por promover el adelanto de la medicina, es considerado "el primer gran higienista cubano" e iniciador del movimiento científico en la Isla. Romay era un hombre de su época y de su clase, defensor del sistema político establecido, admirador de la monarquía española y enemigo intransigente del liberalismo revolucionario; una prueba irrefutable de que se puede ser forjador de la ciencia, de la cultura y de la nacionalidad, con independencia de la filiación política o ideológica.
José Estévez Cantal (1771-1841).
Químico y botánico. Alumno de Tomás Romay, fue probablemente el primer cubano que recibió una formación científica en Europa y el primer botánico cubano de alguna importancia. Entre sus trabajos destaca el primer catálogo de plantas cubanas, iniciado por Baltasar Boldo, considerado como la primera flora de Cuba. Fue el primer químico cubano que se destacó en la búsqueda de nuevas variedades de caña y que con la aplicación de esta ciencia logró que se consolidara una nueva rama de la Terapéutica: la Hidrología Médica. Gracias a sus análisis de las Aguas de San Diego —la más famosa de nuestras fuentes minero-medicinales— se pudieron aprovechar sus propiedades curativas. A través de Estévez, la Botánica, la Química y la Mineralogía se introdujeron en la Isla y contribuyeron a vigorizar el ya avanzado movimiento de reformismo cultural y científico.
Esteban Pichardo Tapia (1799–1879).
Abogado y geógrafo, nacido en Santo Domingo. Considerado "el más destacado geógrafo de Cuba". Su labor geográfica y cartográfica sirvió de base para el mapa de curvas de nivel a escala confeccionado en 1908 por el Ejército de Ocupación Norteamericano. Su principal obra geográfica fue Caminos de la Isla de Cuba Itinerario. En 1829 entregó el Compendio de Geografía de la Isla de Cuba para su uso en colegios y escuelas secundarias. Además incursionó en la literatura con un tomo de poesías y el Diccionario casi razonado de voces cubanas, publicado en1836.
Felipe Poey Aloy (1799-1891). Investigador y profesor en Ciencias Naturales.
En Francia, donde conoció a Georges Cuvier, publicó sus primeros estudios entomológicos. En 1838 presentó un proyecto para establecer en La Habana un gabinete de Historia Natural, que luego pasó a formar parte de la Universidad de La Habana. Estudió el bórer de la caña de azúcar y las plagas de los aguacateros, y aportó diversos conocimientos básicos de la biología. Considerado como "el iniciador de la era científica de la historia natural en Cuba", fue uno de los 30 miembros fundadores de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales.
Nicolás José Hernández Gutiérrez (1800-1890).
Médico cirujano, fundador del Repertorio Médico Habanero, primera revista cubana dedicada exclusivamente a la medicina. Introdujo en Cuba el cloroformo como anestésico quirúrgico. A la muerte de Tomás Romay, Nicolás se convirtió en la figura principal de la comunidad médica habanera. Fue una de las figuras destacadas en la lucha por fundar la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, en la que ocupó la presidencia para la que fue reelegido hasta su fallecimiento. Fue designado Rector de la Universidad de La Habana entre 1879 y 1880.
Francisco Frías Jacott, Conde de Pozos Dulces (1809-1877).
Agrónomo, divulgador científico y reformador agrario. Autor del Programa de Desarrollo Agropecuario, dirigido a establecer las bases de una identidad nacional agro-tecnológica y agro-científica para el logro de un equilibrio social y económico. Ferviente partidario de la pequeña propiedad, la pequeña industria y el trabajo de la familia campesina. Fue el primer expositor —en la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana— de la teoría de Darwin; defensor del Instituto de Investigaciones Químicas, fundado en 1848; y promotor, en 1861, del Instituto Agrónomo Cubano. En 1868 fue premiado por sus trabajos Memoria sobre la industria pecuaria en la Isla de Cuba y el concerniente al tema de si descansa sobre bases científicas la opinión de que la destrucción del reino animal lleva consigo la del vegetal y viceversa.
Francisco de Albear y Fernández de Lara (1816- 1887). Ingeniero. Entre la reparación del Convento de San Agustín en La Habana —su primera obra—, pasando por la construcción del acueducto Isabel II, se encuentra todo lo destacado en materia constructiva de la época. Su gran obra fue la utilización de las aguas de los manantiales de Vento, para lo cual investigó todo lo relacionado con la calidad y el traslado del líquido hasta los depósitos de Palatino. Para ello demostró la influencia negativa de la luz solar sobre las aguas depositadas; modificó la geología de los terrenos para adaptarlos a la protección del canal; y lo desplazó por debajo del río Almendares. Se trató de un proyecto que no se repetiría hasta mediados del siglo XX, cuando se construyó el túnel de la bahía habanera. Por esa obra fue premiado, primero en Filadelfia y luego en París, con la Medalla de Oro, mientras la Real Junta de Fomento lo calificó como "el más famoso de los ingenieros cubanos".
Andrés Poey Aguirre (1825-1919). Meteorólogo. Precursor en Cuba de las investigaciones en ese campo, por lo que se le considera el "verdadero creador de la Meteorología científica en Cuba". En 1848 elaboró un atlas con 28 mapas litografiados para las escuelas primarias, el primero de su tipo impreso en la Isla. En 1850 creó un observatorio en su casa, donde desarrolló investigaciones atmosféricas. En 1855 elaboró un catálogo sobre los huracanes titulado Tabla Cronológica, que comprende 400 huracanes y ciclones que han ocurrido en las Indias Occidentales y el Atlántico del Norte de 1493 a 1855; obra considera fundamental en está materia.
Álvaro Reynoso y Valdés (1829-1888).
Químico, fisiólogo, agrónomo y tecnólogo industrial. Sustituyó a José Luis Casaseca en la dirección del Instituto de Investigaciones Químicas de La Habana, al que convirtió en la Estación Agronómica. En 1862, cuando Cuba ocupaba el primer lugar mundial en la producción de azúcar, se ubicaba en el último en productividad agrícola. A la solución de esa contradicción dedicó Reynoso todo su esfuerzo. En su obra cumbre, Ensayo sobre el cultivo de la caña de azúcar, publicada en 1862, concibió un sistema integral de medidas aerotécnicas para garantizar el cultivo intensivo de la caña de azúcar. Para ello analizó íntegramente todas las operaciones relacionadas con el cultivo y cosecha de la gramínea. A Reynoso se le considera "padre de la agricultura científica cubana". A pesar de todo el tiempo transcurrido, hoy Cuba no supera las zafras azucareras de hace un siglo.
Junto a estos nueve héroes de la ciencia cubana, es necesario reconocer los aportes de algunos científicos extranjeros, entre ellos Alejandro de Humboldt (1769-1859), José Luis Casaseca Silván (1880-1869) y Ramón de la Sagra Periz (1798-1871). El primero, en muchos aspectos conocía a Cuba mejor que los propios cubanos; el segundo, considerado el "padre de la química cubana"; y el tercero, profesor destacado de Historia Natural que creó y dirigió el Jardín Botánico y la Institución Agrónoma de La Habana.
La reseña acerca de estos ilustres científicos pone en ridículo el absurdo intento de asociar patria y nación con socialismo y revolución.
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS EN DIARIO DE CUBA
discípula - 28-05-2011
Siempre me deleito aprendiendo a través de estos artículos. No solo por la noticia mas por el modo de relacionar anécdotas, vidas, sucesos... en fin Historia. Y me permito responder a quien pregunta sobre la provincia natal de estos nuestros ilustres cubanos. Son habaneros, menos Esteban Pichardo Tapia nacido en otro lugar del Caribe. Algo tienen en común con el autor: trabajar en la capital. Desde allí manda sus escritos Dimas Castellanos, sin saber qué formato tienen cuando son publicados. Casi sonrío al decir "a ciegas". Espero que, este maestro de cubanos de hoy, me perdone la intromisión.
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Anónimo - 27-05-2011
No se cual fue el criterio de selección de estos 9 -indudablemente ilustres- cubanos. Pero sí me sorprende la ausencia del camagueyano Dr Carlos J Finlay (1833-1915).
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Anónimo - 27-05-2011
Gracias por este excelente artículo. Creo que se hechan en falta, a pesar del gran aporte de la mayor de las antillas en el campo de las ciencies exactas. Con certeza la ciencia cubana siempre ha estado por encima de ideologías y política, pero muy profundamente arraigada en lo cubano, es una pena que muchos intenten manipularla desde hace 50 años. Aunque muchos nobles científicos cubanos exiliados han sabido sacar la cara.
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Comentario del Bloguista de Baracutey Cubano
Yo ví por primera vez en Internet mis artículos publicados en la revista Vitral, de la Diócesis de Pinar del Río, Cuba, y algunos de mis trabajos científicos presentados por otro coautor en México cuando salí por primera vez, y con Salida Definitiva, de Cuba. Así que quizás Dimas Castellanos no tenga la posibilidad de verlos publicados en Internet, aunque tiempo atrás Cubanet les enviaba por FAX a sus periodistas cómo salían definitivamente esos artículos en Internet. Por último: Baracutey Cubano se lee dentro de Cuba, así que quizás Dimas lea este artículo suyo editado en BC por mí; en caso de que eso ocurra le digo a Dimas Castellano: felicidades por este artículo y gracias !
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( A la izquierda el Dr. Mario O. González recibiendo en 1951 el Premio Nacional Científico)
Dr. Mario Octavio González
¨Mario Octavio González Rodríguez nació en Matanzas el 14 de septiembre de 1913. En 1925 ingresa en el Instituto de segunda Enseñanza de Matanzas, siendo su profesor de matemáticas el Dr. Manuel Labra. En 1930 ingresa en la Universidad de La Habana donde enseguida se destacará y recibirá la tutoría del Dr. Pablo Miquel. Aún siendo estudiante entre 1933 y 1938, publicó 25 pequeños artículos en revistas de Madrid, San Sebastián y Buenos Aires. Fue profesor de la Escuela de Agrimensura del Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas de 1933 a 1940. Recibió el título de Dr. en Ciencias Físico-Matemáticas en 1938 con la Tesis Algunos tipos de ecuaciones diferenciales invariantes en ciertas transformaciones infinitesimales. Recibió una beca Guggenheim para estudios de postgrado en el MIT de EEUU y la Universidad de Princenton entre 1939 y 1941.
Mario González, aún en disfrute de su beca Guggenheim, en 1940, es nombrado Profesor Auxiliar en la Cátedra de Análisis Matemático de la Universidad de La Habana. A la muerte de Miquel en 1944 pasa a Profesor Titular de dicha cátedra, cargo que ocupa hasta 1960. Fue profesor invitado en las Universidades de Puerto Rico, Alabama en EEUU, Central de Venezuela y miembro de la Academia de Ciencias de Lima, Perú, de la Unión Matemática Argentina, la Sociedad Matemática Española y la American Mathematical Society. Sus libros de texto Algebra Elemental Moderna de la Editorial Selecta Habana 1956-57 en dos volúmenes, sus Complementos de Aritmética y Algebra 10ª edición 1960, y sus Complementos de Geometría y Nociones de Cálculo Diferencial e Integral, 9ª edición 1960, tuvieron una incidencia valiosa en la elevación de la cultura matemática en la Isla y aún sirven para la preparación preuniversitaria de muchos futuros profesionales. Para la enseñanza universitaria escribió además un texto sobre Fundamentos de la Teoría de Funciones de Variable Compleja (1952) que posteriormente fue corregido y aumentado para una edición en inglés por la Marcel Dekker de New York en 1992.
El Dr. Mario González fue el matemático cubano que tuvo mayor proyección internacional antes del triunfo revolucionario de 1959, participó como representante de Cuba en la formación de la International Mathematical Union y en muchos eventos internacionales. En 1960 en visita a la Universidad de Venezuela decidió pasar a trabajar como profesor de Matemática en la Universidad de Alabama donde aceptaron su petición y fue Professor of Mathematics de 1961 hasta 1979 en que se jubila como Professor Emeritus. En su Curriculum Vitae aparecen 102 publicaciones, de ellas 79 con fecha anterior a 1960. Murió en Coral Gables, Estados Unidos, el 14 de febrero de 1999.¨
Para ver lo ¨escapao¨ que estaba Mario O. González para su entorno en 1950 les sugiero que lean su artículo de 1950 titulado La crisis actual de los fundamentos de la Matemática.
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Sólo diré que Marcelo Alonso Roca llegó a ser Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Energía Nuclear y director de Ciencia y Tecnología de la Organización de Estados Americanos.
Para conocer más sobre el por décadas condenado al ostracismo Marcelo Alonso, les sugiero este tardio artículo de C. Carreras ( artículo entregado para su publicación en el año 2007; habiendo Alonso muerto en noviembre de 2005) pese a que el destacado físico participó en el año 2000 en un evento científico sobre la enseñanza de la Física que se desarrolló en La Habana. Ese artículo de C. Carreras fue escrito desde una universidad española para ser publicado en una revista española que quizás nunca llegue a La Habana o quede, en caso de que llegue algún ejemplar de ese número a Cuba, para ser leida por un pequeño número de lectores ...
Geógrafo e historiador, pero que también dedicó algún tiempo al periodismo. Fue director del diario El Mundo. Marchó de Cuba luego del triunfo de la Revolución y se radicó en Puerto Rico
En el artículo de Zoé Valdés titulado Cuba en la década de 1950. Un país en desarrollo. Leví Marrero , se lee lo siguiente:
“Nació en Santa Clara, Cuba, el 16 de julio de 1911. Terminados sus estudios universitarios ejerció el profesorado y el periodismo que le permitía participar de las luchas cívicas por el progreso y la libertad de Cuba. Geógrafo, economista, historiador, escritor y periodista, en 1960 renunció en carta pública a su cargo de delegado en la OEA conminando al Ministro Raúl Roa, que abandonara la revolución comunista de Castro. Atacado por Raúl Castro, Leví se asiló en la embajada de Venezuela, en La Habana, y llegó a ese país a principios de 1961, donde fue acogido por el presidente Rómulo Betancourt.
Allí recibió por su trabajo la orden Andrés Bello, la más alta condecoración civil venezolana.
En 1965, se trasladó a Puerto Rico, ejerciendo como profesor en Humacao, en 1968-69 vivió en Sevilla recopilando datos en el Archivo de Indias, para su obra: Cuba: Economía y sociedad.
Leví Marrero murió en San Juan, Puerto Rico, el 10 de marzo de 1995.
Leví estaba casado con la doctora Enriqueta Comas, su colaboradora de siempre, con la que tuvo dos hijas: Raquel y Annabel.
Obras: La Tierra y sus recursos, Geografía de Cuba, Venezuela y sus recursos, Escrito ayer, Cuba: un país en desarrollo en la década de los cincuenta. Cuba: economía y sociedad – 1492-1868 (15 tomos). Cuba: isla abierta.
Su obra ha sido considerada como fundamental en el estudio y conocimiento de Cuba.”
Veamos lo que nos dice el autor sobre el libro Cuba en la década de 1950. Un país en desarrollo:
“El presente estudio fue publicado inicialmente en 1966, para salir al paso a la campaña de desinformación, de mentiras y falsificaciones que sobre la realidad de la Cuba precastrista esparcía por el mundo una triste caterva de marxistas emponzoñados, intelectuales torpes y resentidos de toda laya.
Quedan ya pocos panegirisas del castro-estalinismo, ahogado por el fracaso y el crimen. Pero una nueva generación de cubanos, salidos muy niños de Cuba o nacidos fuera de la patria, desea saber, cada vez con mayor insistencia, como era realmente Cuba. A ellos y al millón de compatriotas dispersos por el mundo que cada día tienen que desmentir a denostadores rezagados, van dedicadas estas páginas, tal como fueron escritas originalmente: con amor y verdad.”
Leví Marrero.
Guaynabo, Puerto Rico, 1987.
1 Comments:
Estos destacados profesores de nuestra Cuba , autores de los libros de textos de mi bachillerato , fueron mi modelo que me impulsaron a estudiar Ingenieria Civil , a la que he dedicado toda mi vida.
Esos son los ejemplos a los que los jovenes cubanos , deben admirar , las verdaderas glorias de Cuba. no la politiqueria que quieren embutir los comunistas en nuestro pais.
Gloria eterna a esos preclaros de nuestra Cuba.
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