martes, agosto 23, 2011

Zoé Valdés: Libia y Cuba: LIBIA Y CUBA. LAS VOCES « BUENAS » DE LAS DICTADURAS « BUENAS ».

Tomado de http://zoevaldes.net/



LIBIA Y CUBA. LAS VOCES « BUENAS » DE LAS DICTADURAS « BUENAS ».

Por
Zoé Valdés.
agosto 22, 2011



Hasta hace algunos días el dictador libio Muammar Al Khadafi era considerado un apreciado líder de la izquierda, aunque, eso sí, un poco excéntrico a la hora de vestirse y de peinarse, y de elegir “hotel” para acampar, junto a su séquito, cuando se desplazaba en algún viaje “presidencial”. Hasta hace muy poco no sólo le aguantaban las “malacrianzas”, además le reían sus pesadeces, al igual que a sus hijos, todos dignos seguidores de su padre. Hubo hasta un dirigente cubano que llamó la atención sobre el “ejemplo feminista” que daba al poner de guardaespaldas únicamente a mujeres, y no a cualquier mujer, sino las más bellas, jóvenes y aguerridas.

Bien, eso ha variado mucho, de un tiempo a esta parte, el tiempo en que los opositores libios decidieron convertir las “revueltas árabes”, que para algunos fueron nefastas revoluciones y para otros “revueltas pacíficas”, como si en esta dualidad no existiera ya una contradicción irrisoria, en guerra civil llevada hasta sus últimas consecuencias. No sólo Khadafi dejó de ser un líder de la izquierda, y el presidente libio, para convertirse en un dictador, además ahora se burlan de su ejército de féminas masculinizadas, y de su afeminada manera de arengar a sus fieles seguidores, y los hijos han devenido unos payasos engreídos para los ojos del mundo (que se preparen los Castro-Guevara).

Para colmo, la OTAN hoy ya está pensando en bombardear su búnker, que antes no era llamado así, sino más bien residencia presidencial, o tienda de campaña oficial. No me negarán que eufemismos como estos, soportes de lo políticamente correcto, en situaciones como las que estamos viviendo en la Libia actual, son para despatarrarse de la risa.

Esto me recuerda a un personaje nefasto, diplomático libio, que llevaba, o lleva, casi más de treinta años en la UNESCO, en la oficina de su país, pero que ha ido escalando posiciones manejando de este modo los puntos clave de las decisiones internacionales. Lo conocí en la época en que yo trabajaba en la UNESCO en los años ochenta. Y claro, como yo era un poco más que Nadie, me trataba como a una mierda de pigeon, pero en cuanto supo que yo trabajaba en la oficina de Cuba, y que era la esposa de uno de sus colegas, empezó a mostrar una cierta delicadeza.

Hasta que regresé a Cuba, luego me exilé, y volví a encontrármelo en el Parlamento Francés algunos años más tarde. Yo era miembro del jurado que premiaría a varios niños del mundo que presentaban un proyecto destinado al Parlamento Mundial de la Infancia, para el Siglo XXI que contendrían soluciones, medidas, propuestas, pensadas por los niños, en relación a su propio futuro, al futuro de la infancia. Entre los jurados había varios premios Nobeles, y nos reunimos en varias ocasiones con políticos franceses, en el mismo Parlamento. Compartimos desayunos y leímos y analizábamos cada uno de los trabajos enviados por los niños de todas partes del planeta. La mayoría de esos trabajos, escritos a mano, eran de una gran ingenuidad, pero dentro de esa ingenuidad, se notaban los verdaderos deseos y aspiraciones de los niños, sin ningún tipo de manipulación por parte de los adultos. Menos en uno, el que venía de Cuba, escrito a máquina, con cuño del MINREX, lo único que reclamaba aquel supuesto “niño cubano” era el levantamiento del embargo norteamericano, usando un lenguaje de Cedeerre que a los cubanos que aquí me leen no les será difícil imaginar. Rechacé el trabajo de inmediato argumentando que con toda evidencia ese texto no provenía de la mente de ningún niño cubano, sino de un robot castrista. La gran mayoría del jurado estuvo de acuerdo, y el texto fue apartado.

Al día siguiente, para mi asombro, aunque no tanto, la cosa había cambiado, y varios miembros del jurado habían dejado afuera el proyecto del niño estadounidense para meter al cubano, sin mi aprobación. Por supuesto que batallé, hasta que logré que los premios fueran los justos, pero no pude evitar que el cubano quedara en tercer puesto. Para ello tuve que enfrentar a este diplomático libio, que aunque no formaba parte del jurado, se metía en todo, y negociaba por debajo del tapete, a mis espaldas. Me pregunto dónde estará ahora ese diplomático libio, cómo lo tratarán los políticos franceses en este momento, y si todavía se cree el dueño de los caballitos, y si anda negociando como mismo negoció cochinamente en aquel momento, en que sólo se trataba de un concurso para niños. Si esto era así, cómo sería en las grandes ligas de la política internacional.

Lo mismo me pasó, en otro contexto, en Gijón, cuando años atrás presenté mi novela Querido primer novio, no sólo me colaron a una castrista tapiñada en la mesa, para que me hiciera la contrapartida, además, entre el público estaba un escritor cubano castrista, de esos que cuenta con más palabras en su curriculum ñángara que en sus libros, y que siempre anda de mala racha, por no decir, leche, y al que sueltan en un avión de Cubana como a un rotwailer rabioso para que muerda a los que le ataquen a su “adorada revolución”.

Presenté mi novela, que trata de las escuelas al campo, en gran parte, y aquel hombre, de buenas a primeras, me saltó al cuello para increparme con que él había nacido antes de la revolución (qué suerte, pensé yo), y que había conocido el batistato (bueno, yo me lo perdí, seguí lamentándome para mis adentros), y que los guajiros en la Cuba de antes vivían aterrados por la policía de Batista, y que Fidel les había dado tierras a los campesinos, y ya ustedes saben, todo el tequeteque que siguió, y que ya podrán imaginar: Que él se había caído de una mata antes de la Robolución (el término es mío), se había roto la cabeza, y no había podido curarse la cicatriz porque en el pasado no había médicos, y tao, tao, tao… Bueno, claro que no me quedé callada, y lo puse en su lugar, lo que no impidió que aquel esbirro me aguara la presentación de mi trabajo, una novela de casi cuatrocientas páginas, de las que no se escriben guataqueando en el sentido literal y figurado del término, ni la tierra, ni a nadie, precisamente. Aunque mucho guataca tuve que dar, de la de verdad, y trabajar en el campo, para poder escribirla.

Hoy he recordado a este policía cultural y me pregunto dónde andará, ¿seguirá dando guataca ideológica en los predios de la UNEAC, o se habrá marchado como gusañero (ni gusano ni compañero), o será uno de los próximos que llegará a Miami para engrosar la nómina del intercambio cultural? Me pregunto qué haría este señor en caso de que en Cuba sucediera lo que han provocado los rebeldes libios, algo muy remoto, desde luego, si pensamos que los verdaderos opositores cubanos lo único que poseen como artefacto bélico es la garganta para gritar en las calles, y con los militares no se puede contar por el momento, porque no sólo todavía no se han enterado de que sin los Castro podrían enriquecerse aun más, es lo único que los movería a la lucha real, además su pendejería crónica los tiene paralizados, pintando paisajitos y mariqueras por el estilo.

En cuanto a estos diplomáticos, y policías culturales, ¿qué pasará con ellos? Nada. Ahí se quedarán, en el mejor de los casos naufragando o flotando, o quizás a última hora se aferren a un machete, o a una guataca de verdad, o a una pistola, para cambiar, no el curso de la historia, sino sus casacas. Pero nadie podrá quitarles nunca la nostalgia de sus líderes de antaño chéris, habibi! Ahora sí que viene llegando para Libia, cuando al parecer hasta Willy Chirino se ha olvidado de su propia canción. Y es que con Cuba ha llegado ya muchas veces, y la hemos dejado pasar de largo.
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

ombre ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Zoé Valdés: Libia y Cuba: LIBIA Y CUBA. LAS VOCES...":

Ante lo que ha pasado en Libia, obra de tantos libios que se han jugado el pellejo para lograrlo, no queda más remedio que cambiar la musiquita otrora “correcta” y poner otra que encaje mejor ahora. Los que han “abierto los ojos” casi de un día para otro siguen siendo exactamente lo mismo de antes, pero saben por donde sopla el viento y hacen lo que les conviene. Siempre lo harán, cómo siempre lo han hecho. Es posible que tal cosa suceda con Cuba, pero para eso los cubanos tendrían que hacer lo mismo que los libios, lo cual es bastante poco probable--y nadie se va a poner de nuestra parte a base de cosas cómo montar bodas mediatizadas entre una mujer artificial y un hombre homosexual.

1 Comments:

At 8:32 p. m., Anonymous ombre said...

Ante lo que ha pasado en Libia, obra de tantos libios que se han jugado el pellejo para lograrlo, no queda más remedio que cambiar la musiquita otrora “correcta” y poner otra que encaje mejor ahora. Los que han “abierto los ojos” casi de un día para otro siguen siendo exactamente lo mismo de antes, pero saben por donde sopla el viento y hacen lo que les conviene. Siempre lo harán, cómo siempre lo han hecho. Es posible que tal cosa suceda con Cuba, pero para eso los cubanos tendrían que hacer lo mismo que los libios, lo cual es bastante poco probable--y nadie se va a poner de nuestra parte a base de cosas cómo montar bodas mediatizadas entre una mujer artificial y un hombre homosexual.

 

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