domingo, noviembre 27, 2011

Desde Cuba escribe Luis Cino Álvarez: Memorias de la alfabetización

Tomado de http://www.primaveradigital.org/Link



Memorias de la alfabetización

Por Luis Cino Álvarez
24 de Noviembre de 2011


Arroyo Naranjo, La Habana (PD) En un aula de la escuela Pestalozzi, la señorita Rita me enseñaba a recortar figuras de cartulina; pero recuerdo que todo cambió en mi casa, donde todo cambiaba por aquellos días, luego de aquel discurso en que el Comandante en Jefe anunció que la próxima tarea revolucionaria era alfabetizar.

Ante la nueva misión, mi hermana dejó de recoger dinero para tanques y aviones. Antes había dejado de ir a misa y de escuchar los discos de Elvis y Paul Anka. Ya no le interesaba la natación ni suspiraba por Tony Curtis. Su novio estaba más muerto para ella que su otro gran amor: el difunto James Dean. Rolandito murió cuando dijo que se iba al Norte revuelto y brutal.

Algunas de sus amiguitas también se fueron. Hicieron bien en no despedirse. No quería saber de gusanos. No quería que la confundieran con una burguesita bitonga. Ella era revolucionaria, "palante y palante y al que no le guste que tome purgante", cantaba y se meneaba.

Mi hermano olvidó a Tarzán y Superman. Aplazó su preocupación por los dorsales y los pelitos que le brotaban en las axilas. Se cortó el tupé para lucir un porte marcial. Apagó Radio Kramer y, parado frente al espejo, en vez de remedar el meneo de Elvis, ensayó como le quedaba la boina y la camisa de miliciano del uniforme de papá.

La explosión de La Coubre ya había rajado los cristales de las ventanas de la vieja casa de mis abuelos. La familia, que hasta entonces lo había resistido absolutamente todo, también se resquebrajaba.

Una tía, que menos de dos años atrás hacía promesas a los santos para que Fidel recuperara la voz, había convencido a su marido de empezar a hacer los papeles para irse a Miami. El resto de los parientes, con mayor o menor intensidad, proclamaban su intención de morirse por lo que todos empezaban a denominar "esto".

El primer combate familiar, a propósito de los tíos que se iban, estalló un Día de las Madres. La discusión opacó la voz del Benny en el tocadiscos Philco. Fui el único de la familia que no intervino en la bronca. Debajo de la mesa, entretenido, halaba el rabo del perro.

La segunda bronca fue por lo de la alfabetización. Mi abuela, que se decía revolucionaria, no acababa de asimilar el lío del comunismo. Y menos cuando Cuba se llenó de rusos y los comunistas estuvieron metidos hasta en los problemas de su familia. Hasta su marido, mi abuelo – que no hablaba lo suficientemente bien el español como para explicar por qué no iba a la iglesia pero creía en Dios y menos aun por qué odiaba a Stalin pero le encantaba Fidel Castro –, descuidaba la cocción de los macarrones para declarar su conversión total a la fe de la hoz y el martillo.

Para mi abuela, el hecho de que sus nietos, tan flacos y pequeñitos, y que para colmo eran huérfanos, fueran a alfabetizar a las lomas, fue demasiado. Pero en vano lloró y protestó. No hubo quien convenciera a mi padre de que sus hijos no participaran en la nueva tarea de la revolución.

Uniformados de gris, con enormes mochilas verde olivo y provistos de las cartillas con el catecismo fidelista, partieron a alfabetizar a Oriente. Mi padre los despidió orgullosos. Mi abuela lloraba. Yo me sacaba los mocos y me limpiaba los dedos en la bandera.

Mi hermana tenía 16 años. Mi hermano, 14. A ella la dejaron en Manzanillo. A él lo enviaron a la Sierra Maestra. Hizo la ascensión a lomo de mulo y con diarreas.

Regresaron en tren, como héroes, una tarde fría de noviembre de 1961. Flacos y mugrientos, abrazaron a la familia con la satisfacción de haber cumplido con el Comandante en Jefe.

Mi hermana venía con el pelo quebradizo y la piel manchada por el sol. Hablaba como un carretonero y fumando como una locomotora. Dejó su virginidad en un bosque de yagrumas poblado de santanillas. La cambió por una colonia de monilias y una promesa incumplida de seguir el noviazgo en La Habana.

Mi hermano regresó más alto, más prieto y con piojos. Las picadas de pulgas y mosquitos infestadas le dejaron marcas oscuras en la piel. Contaba sus sustos de güijes y alzados. Yo me moría de envidia cuando oía de sus baños en los ríos de la Sierra. Aún guarda un collar de polimitas y una foto amarillenta en la que, con poco más de cinco pies de estatura, cara de guerrero comanche y revólver al cinto, posa junto a un bigotudo miliciano a caballo.

La familia serrana alfabetizada visitó nuestra casa una vez. Luego no volvieron a la capital. Mi familia se alegró. Eran buenas personas, pero la comida racionada ya no alcanzaba para tanta gente.

Hace algún tiempo, en otro aniversario, conté sobre esto. Ahora que se cumplen 50 años de la Campaña de Alfabetización, escribo lo poco que recuerdo. Antes que se me olvide.

luicino2004@yahoo.com

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CUBA 1961: LA CAMPAÑA ALFABETIZADORA TAMBIEN FUE UN BRAZO DE LA SEGURIDAD DEL ESTADO

Por Manuel Prieres
Dedicado a la escritora venezolana Eleonora Bruzual
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HIMNO

Somos la Brigada Conrado Benitez,
somos la vanguardia de la revolución,
con el libro en alto juramos una meta,
llevar a toda Cuba la alfabetización.

Por llanos y montañas el brigadista va,
llevando con las letras la luz de la verdad,
luchando por la Patria,
luchando por la Paz.

¡Abajo Imperialismo! ¡Arriba Libertad!
Llevando con las letras la luz de la verdad.

¡CUBA! ¡CUBA! ¡Estudio, Trabajo y Fusil!
¡Lápiz, Cartilla, Manual; Alfabetizar, Alfabetizar!
¡VENCEREMOS!

AUTOR: RAUL FERRER
Comunista cubano de la Vieja Guardia
del Partido Socialista Popular (PSP).
Director General de la Brigadas Alfabetizadoras "CONRADO BENITEZ" (1961).

Una cara de la moneda:

Con la llegada de los guerrilleros al poder en enero de 1959 todo un nuevo estilo de hacer las cosas nos iría arriba a los cubanos. A partir de entonces -por ejemplo- cada año llevaría un nombre específico. Al 1959 se le bautizaría como el "Año de la Liberación". 1960 como el "Año de la Reforma Agraria". Y comenzando 1961 se le denominaría como el "Año de la Educación".

II.

El 5 de enero de 1961 el maestro "Cinco Picos" de la Asociación de Jóvenes Rebeldes Conrado Benitez era ultimado en las montañas del Escambray presuntamente por guerrillas anti comunistas que ya operaban en la zona central de Cuba.

Con la muerte del maestro voluntario Conrado Benitez su nombre como caído del cielo serviría de bandera e himno para las Brigadas Alfabetizadoras cuya encomienda revolucionaria era llegar hasta donde el cepillo no tocase en la geografía cubana para enseñar a leer.

De modo que comenzando el mes de enero de 1961 cien mil jóvenes partirían de La Habana hacia los campos de Cuba, pero antes reconcentrados y llevados a la playa de Varadero a recibir adiestramiento, adoctrinamiento y avituallamiento.

Jóvenes desde los 12 años para arriba, de ambos sexos, sacados del hogar a formar parte de una Cruzada Revolucionaria que se iniciaba compartiendo todos colectivamente unos días en la playa más hermosa y exclusiva de Cuba; mientras que daba inicio así en cada uno de ellos -muy sutilmente - la capacidad de comparar lo que tenían en sus respectivos hogares y lo que les ofrecía el Estado revolucionario.

Para los que fuimos testigos de la campaña alfabetizadora en Cuba, aún fresca en nuestra memoria la llegada de los contingentes alfabetizadores a nuestros entornos. Millares de jóvenes de ambos sexos y diferentes edades, mezclados, dotados de disciplina e indumentaria para-militar. Mochilas, botas altas de cuero negro, pantalones de fatiga verde oliva, chamarretas de color gris plomo. Boinas verdes, faroles chinos, lápices, libretas y manuales de adoctrinamiento.

Una juventud llena de vida, energía y entusiasmo que se iba a diseminar por las extensiones rurales cubanas más recónditas.

¿Quién no dejarse seducir por aquella bella postal nacional que recogía la determinación de "enseñar a leer al semejante"? ¿Quién estar en contra de ello? ¿Quién no impresionarse favorablemente al toparse por carreteras y caminos esa juventud entusiasta, bizarra y cantando el himno de las Brigadas Alfabetizadoras?:

«Somos la Brigada Conrado Benitez,
somos la Vanguardia de la Revolución,
con el libro en alto juramos una meta,
llevar a toda Cuba la alfabetización…»

La otra cara de la moneda:

III.

El comunismo es una conspiración que para entronizarse recurre en sus inicios a enmascarar sus torcidas y terribles intenciones detrás de las cosas más atractivas y aplaudidas.

Cuba-1961. Y a las regiones más recónditas de la campiña llegaban los alfabetizadores instalándose en las propias moradas de los campesinos. En fincas cafetaleras a las faldas de las montañas. En los Centrales Azucareros rodeados de extensas llanuras de cañaverales. En los Ranchos Ganaderos entre los mujidos de las reses. En los Villorrios Pesqueros a lo largo de las costas.

"Hasta donde el cepillo no toca", exacto.

Lo que desconocía esa gran mayoría de alfabetizadores idealistas, llenos de adrenalina y hermosos propósitos, era que dentro de ellos mismos operaba una eficaz, profesional y represiva maquinaria de la Seguridad del Estado.

Su misión: crear los sub-sectores rurales de la Seguridad del Estado.

Su Táctica: usar esa fuerza para-militar armada de lápices, cartillas y faroles chinos… para que descubriese y obstaculizase la presencia y los movimientos de las guerrillas anti comunistas.

En tal sentido. Si a una región montañosa eran llevados 15 alfabetizadores para enseñar a los campesinos de la zona, 5 de ellos -además de brigadistas- eran unos muy bien entrenados agentes de la Seguridad del Estado.

¿Su función? Captar, reclutar e instruir -sin que nadie alrededor lo supiese- a campesinos decididos a colaborar con el gobierno revolucionario en su lucha contra los anti comunistas. El campesino reclutado tendría la encomienda de vigilar a todos los vecinos, sus movimentos, las personas de afuera que los visitaban, y mucho más importante si se descubría su cooperación con los bolsones de guerrilleros operando por la zona.

Estos P.C. (persona confiable) -en el argot de la Seguridad del Estado- a su vez tenían que entregar toda la pesquisa recopilada de "chivatería" al "Enlace" encargado de reunir la información suministrada por los diferentes P.C. de la región, para elevarla después a otras más altas instancias del G2 de la Seguridad.

"Enlaces" que se hicieron famosos porque la Seguridad del Estado les hubo de proveer unas motocicletas checas para su desplazamiento mientras muchos se preguntaban a qué venía aquello de vérseles a la grupa de motos por zonas tan intrincadas donde lo usual eran las carretas, los bueyes y los caballos.

IV.

Con el paso de los meses en las zonas rurales de Cuba se iría levantando una descomunal "tela de araña" de los subsectores rurales del la Seguridad del Estado a lo largo y ancho del país donde resultaría casi un milagro poder salirse de ella. Claro. El G2 había usado como "pantalla", como "cubierta", a las Brigadas Alfabetizadoras Conrado Benitez algo muy parecido a lo que los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) hacían en las ciudades (su versión urbana).

En 1961 ocurrió un hecho que puso en evidencia todo el entramaje policíaco de la Seguridad del Estado "teniendo como cubierta a los alfabetizadores", fué a raíz de las ejecuciónes (ahorcados) presuntamente hechas por los guerrilleros anti comunistas al jóven brigadista Manuel Ascunce Domenech y al campesino Pedro Lantigua en el Escambray; donde todo pareció indicar en su momento que fueron cogidos con "las manos en las masas", es decir, trabajando para la Seguridad del Estado en vez de alfabetizar,uno, y aprendiendo el abecedario "F" de Fidel, "R" de Raúl y "G" de Guevara, otro.

Ahora bién; lo de la Alfabetización Revolucionaria no debe atribuírsele al sello exclusivo del castrocomunismo. No. Cuba aprendió de la URRS cuando el fundador de la CHECKA (Organos de la Seguridad del Estado bolchevique) Feliks Dzerzhinskyi comisionó al "camarada" Makarenko para que crease las Brigadas Revolucionarias de la Alfabetización en toda la Unión Soviética. El "camarada" Makarenko fue ejecutado por los rusos blancos, al tiempo que en Cuba, muchos años después, al Movimiento Nacional de Maestros se le puso su nombre.

La Seguridad del Estado cubana aprovechó la campaña de la Alfabetización Revolucionaria para seleccionar a cientos de campesinos P.C. y Enlaces y enviárseles después como becados de la Revolución a la URRS para supuestamente coger cursos de Estadísticas y Programación, Fito Sanitarios, Técnicos Agrónomos, etc. Pero no, esa era la cubierta, a lo que realmente se les había enviado tan lejos era para coger cursos intensivos de la Seguridad del Estado.

A finales de la década de los 90's en Cuba el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR) hubo de crear una medalla para honrar a todos los veteranos de las Brigadas Alfabetizadoras cual tácita evidencia de su vínculo para militar desde siempre.

En 1980 los sandinistas en Nicaragüa aplicaron el modelo cubano para la Alfabetización Revolucionaria. Ahora en Venezuela el "chavismo" sigue la misma senda de la URRS.- CUBA y NICARAGUA preparando una Alfabetización Revolucionaria a "la cubana".

V. Mucho ojo,venezolanos. Los comunistas se preparan para la toma del poder en su preciosa tierra al estilo y en la mejor tradición bolchevique, castrista y sandinista. La Alfabetización Revolucionaria es una prueba de ello. Cuidado.

Se los dice alguien picado por el mismo alacrán, mucho, pero muchos años antes.

FIN

Manuel Prieres
Westchester-Miami, 13 de julio del 2003
Villagranadillo@aol.com