BARACUTEY CUBANO

 Nota del Bloguista

Excelente crónica de Enrisco.
 Las cartas de la jerarquía Católica, tanto la  del Vaticano como la de la Iglesia que peregrina en Cuba,  se ven cada vez más claramente. La jerarquía de la Iglesia Ortodoxa rusa se plegó a la tiranía soviética y la suerte de los pueblos de la entonces URSS no cambió para nada; la  sumisión y la complicidad no sirven de mucho para alcanzar la libertad y la democracia de un pueblo sometido a una dictadura totalitaria.
La jerarquía de la  Iglesia Católica cubana cada vez se desacredita más y más ...

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Tomado de  http://enrisco.blogspot.com/

Por Enrique Del Risco  (Enrisco)
"Iglesia y Estado en una Cuba cambiante"

Hoy asistí a la conferencia que ofreció el Bildner Center de Nueva York con la presencia de Roberto Veiga, editor de la revista católica Espacio Laical. El título era “Church and State in Changing Cuba”. El mundo está cambiando, anunció el presentador Mauricio Font y ese mediodía nos íbamos a enterar cómo Cuba estaba formando parte de esos cambios. El comienzo de Veiga sin embargo no fue auspicioso. Empezó citando frases del “presidente Fidel Castro” y explicó que no había en el país nadie más capacitado para llevar adelante dichos cambios que “el presidente Raúl Castro” (aunque más adelante dijo que el impulso y eficacia del presidente se veían disminuidos por una serie de funcionarios seleccionados para las máximas instancias del Partido y el Estado que eran poco aptos y demasiado viejos nunca se tomó el trabajo de aclarar que quien los había elegido era justamente la figura más capacitada para llevar a cabo estos cambios).

Veiga no negó en ningún momento la necesidad de cambios aunque no se extendió en decir cuáles debían ser estos. Repitió, eso sí, cómo creía que deberían realizarse tales cambios: con mucha lentitud y cautela. Y descartó por tanto la posibilidad e incluso la conveniencia inmediata de multipartidismo y elecciones libres, algo demasiado complejo para lo que en su opinión el país no está preparado. Veiga hablaba de la necesaria actitud conciliadora que debía adoptarse para realizar dichos cambios y su discurso en general estuvo trufado de términos como “perdón”, “reconciliación”, “entendimiento”. Pocas veces fue tajante y las que recuerdo fueron para afirmar (mientras movía la cabeza afirmativamente) que la mayoría del pueblo cubano estaba interesado en una solución de izquierda; que el gobierno cubano gozaba de legitimidad de acuerdo con una parte significativa del pueblo cubano; y que (mirando alrededor con los ojos abiertos como si esperara algún ataque sorpresivo) el pueblo cubano quería hacer dichos cambios sin ninguna ingerencia exterior.

Asistí a la conferencia esperando encontrar en el mejor de los casos el discurso de intelectual católico más o menos autónomo ofreciendo su visión del tema. O al menos un portavoz directo y fiel de la institución que da cobijo a la revista que dirige. En cualquier caso me sentí frustrado. Si no hubiesen existido un par de pantallas a ambos lados de la mesa en que estaba sentado el panelista mostrando el título de la conferencia podía creerse que se trataba de un funcionario del ministerio cubano de exteriores de talante más bien flexible explicando la política de su gobierno para los próximos años. Sólo el uso ocasional de la tercera persona para referirse al gobierno no contribuía a alimentar esa impresión. No fue hasta los minutos finales de su exposición que el editor se refirió al papel de la iglesia en esos cambios y lo definió como el de “facilitador” de un diálogo entre el gobierno y el resto del pueblo cubano. Afirmó varias veces –y en eso también fue enfático- que la iglesia no tenía la intención ni el deseo de convertirse en poder en Cuba aunque hizo la salvedad de que si la Historia (asumo que usó las mayúsculas) determinaba que la iglesia debía asumir una posición de poder quizás no le quedaría otro remedio que hacerlo.

(Roberto Veiga, foto de Nicholas Casey)

También aclaró que la iglesia en sus funciones de facilitadora no asumía a priori ninguna posición política. La única posición de la iglesia era “metodológica” y dicha metodología excluye la actitud de enfrentamiento y el aplastamiento del contrario y no parecía caber dudas que quienes sostienen esa actitud pertenecen en su totalidad a la oposición. Sobre el futuro de Cuba mencionó dos posibilidades sobre las que dijo que la iglesia no tenía preferencias: o se operaban los sosegados cambios anunciados en su conferencia o existía el peligro que llegaran al poder unos tecnócratas neoliberales que destruyeran lo alcanzado hasta ahora. Aunque ahora que lo recuerdo mencionó otra amenaza que había escuchado de labios de alguna fuente de inteligencia centroamericana: que las pandillas de Centroamérica esperaban un cambio de régimen para apoderarse del país.

Llegado el turno de las preguntas mencioné el mérito de haber dado la conferencia sin mencionar términos conflictivos como “dictadura” para después preguntarle cómo era posible que se pudiera intermediar entre dos partes cuando se silenciaba y descaracterizaba a una de ellas. También se le cuestionó su afirmación sobre la legitimidad de un gobierno que no ha organizado elecciones libres en 53 años, se le recordó las represiones de las últimas semanas ante el silencio cómplice de la iglesia y que en un régimen democrático incluso los que están en minoría deben tener representación pública y respetárseles sus derechos. Veiga descartó el uso de un término como “dictadura” porque –y es comprensible su razonamiento- no se intenta dialogar con alguien usando términos ofensivos. Negó el silenciamiento de una de las partes poniendo como ejemplo que ha invitado a su espacio de debates a figuras de izquierda y derecha como Alfredo Guevara y Carlos Saladrigas. Dijo estar en contra de los actos de repudio aunque quedaba claro que en ese caso hablaba a título muy personal. Y dijo que en Cuba no se reprime tanto sino más bien se coarta a las personas de hacer ciertas actividades. También afirmó que la legitimidad de un gobierno no siempre pasaba por las urnas pero para mi sorpresa no llegó a mencionar la que otorga la voluntad divina.

Al terminar la discusión me marché enseguida porque pese a la moda de la reconciliación en esos sitios no suele abundar gente con la que quedarse a conversar. Ya entraba en el elevador cuando me interpeló un señor alto y canoso. Se presentó en inglés como profesor de Ciencias Políticas y amablemente me dijo que mi intervención le había parecido interesante. Que era verdad que en toda la conferencia no se había usado el término “dictadura” (ni siquiera, ahora que caigo en cuenta, para referirse, como lo hizo el moderador, a la que dominó a Brasil entre 1964 y 1985: le llamó “régimen de derechas de carácter autoritario”). Pero lo que le parecía todavía más curioso al profesor era que el conferencista no hubiese mencionado ni una sola vez la palabra “democracia”.
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Comentario del Bloguista

Saludos José González

Lo que la diferencia es que esa ¨organización¨ fue la única fundada por Cristo. desde un punto de vista religioso  buscar a todo costo esa sobrevivencia es no tener fe en la promesa de Jesucristo de que las fuerzas del infierno no prevalecerían contra ella.
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José González ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Enrique Del Risco (Enrisco) escribe sobre la conf...":

Pablo, soy un ignorante en muchas cosas, entre ellas la religión, pero fue Cristo el que creó la religión, no la "iglesia" como tal, esto ultimo fue obra de los demas. Si estoy equivocado, acepto sugerencias..!!

saludos
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Saludos José

Jesús fundó la Iglesia y eso se lee en Mateo 16, 18-19 . Eso significa libro del Evangelio según San Mateo, capítulo 16 y versículos del 18 al 19. Jesús la funda sobre Pedro ( que realmente se llama Simón y Jesus le llama Kefas, que quiere decir Piedra). En otros pasajes ( Efesios 2, 20 y Apocalipsis 21, 14)  de la Biblia Cristiana aparece que Cristo la funda sobre los apóstoles, o sea, sobre la fe de los apóstoles. En los versículos citados  de Mateo, se ve que Cristo le da autoridad a Pedro sobre los demás apóstoles. Pedro fue el primer Papa por esa autoridad que le da el propio Jesús. En el libro de Los Hechos de los Apostoles Capítulo 21  y versículos del 17 al 26 se narra el primer concilio, aunque ya en la elección de Matías ( para cubrir el lugar que había dejado Judas Iscariote) en hechos 1, 15-26  se lee que ya se habían reunido y se ve que Pedro es el que dirige a los demás, aunque se puede hablar y debatir,. o sea, la Iglesia estaba organizada.

Es un error decir que el emperador Constantino fue el que creó o fundó  la Iglesia. Constantino después de ganar una batalla supuestamente por ver una cruz en el cielo, dejó de perseguir a los cristianos y  mediante un edicto ( creo que se llama Edicto de Milán) proclamó  la tolerancia ( la palabra exacta no la encuentro)  hacia los cristianos  y favoreció  el desarrollo de la fe cristiana, aunque él solamente poco antes de morir se hizo cristiano; otros historiadores  dicen que no se convirtió nunca. Realmente fue el emperador  Teodosio I , el que declaró a la Iglesia Católica como religión oficial del Imperio Romano.

Resumiendo: Jesús fundó la Iglesia sobre la fe de los apóstoles y le dió un lugar preeminente a Pedro. Constantino  encontró a una Iglesia organizada y ya con unos cuantos Papa ( casi todos murieron mártires) que habían  encabezado a dicha Iglesia. No se puede negar que Constantino ayudó a que la Iglesia se organizara  y como buen emperador trató de influir sobre ella y ella estaba, y está, compuesta por hombres con sus virtudes y sus defectos. No es cierto que Constantino determinó cuales libros se debían incluir en la Biblia cristiana. La selección de esos  libros se hicieron sobre la base de 4  condiciones que debían de cumplir:
1. Que supuestamente  fuera escrito por un apóstol o por un discípulo de apóstol.
2. Que se usara desde los primeros años de la Iglesia como texto en las celebraciones de las comunidades cristianas.
3. Que siguiera la ortodoxia  de las enseñanzas de Cristo que fueron trasmitidas por los apóstoles

No recuerdo la cuarta.

En un documento del siglo II ( o sea, antes de Constantino) que se llama el Canon de  Muratori aparecen la mayoría de los libros que fueron posteriormente aceptados como palabra de Dios. En ese escrito aparece la relación de los libros que la Iglesia usaba en su liturgia y en sus actividades.

Los evangelios apócrifos o bien dicen barbaridades ( por ahí tengo el de Tomás que dice por ejemplo que las mujeres que entrarán al reino de los Cielos son las que se vuelvan varón !!) o no aportan nada con respecto a la fe, pues lo que importa de Cristo, con respecto a la fe, es lo que dijo, predicó y practicó cuando inicio de adulto su ministerio.
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José González ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Enrique Del Risco (Enrisco) escribe sobre la conf...":

Chico, solo por el tiempo y el conocimiento que expresas, me rindo y no juego ma'...!!
Gracias mil.

saludos 
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Comentario del Bloguista

En este juego todos aprendemos, no dejes de jugar.
Un abrazo
Pedro Pablo