Huber Matos hablando ante el Monumento de los Mártires, en Miami, hace unas semanas.
¿Quién ignora la historia del comandante de la revolución cubana Huber Matos?
Creo que muy pocos. Antier, mientras iba en el metro a encontrarme con
mi amigo Rogelio Martínez, de paso por París, pensé que en estos días de
tanto dolor tras la muerte de Oswaldo Payá Sardiñas, el líder del
Movimiento Cristiano Liberación en Cuba, y del joven activista Harold
Cepero, en un simulacro de accidente de tráfico por parte del régimen
castrista, necesitaba de una persona que fuera la más capacitada
y autorizada para hablar de los Castro y de sus crímenes. Esa persona
no podía ser otra que Huber Matos. Y esta es la entrevista,
donde también se habla de la trayectoria de este hombre que conoció en
carne propia de la maldad de los dos dictadores:
ZV: -¿Cómo fue su infancia y juventud en Cuba? ¿Quiénes fueron sus padres? ¿En qué zona de Cuba creció?
HM: -Mi infancia fue la de un niño que creció en un pequeño poblado,
en Yara, un pueblo histórico de la provincia de Oriente. Mi padre era
el juez del pueblo, como Cuba era una república joven no hacía falta ser
abogado para ser el juez del pueblo. Se escogía a una persona
honorable y con prestigio. El juez no cobraba sueldo. Además mi padre era un pequeño agricultor.
Mi madre era la maestra y directora de la escuela de cuatro aulas del pueblo.
Era una mujer idealista que todas las noches nos leía a los cinco
hermanos por una o dos horas, a la luz una lámpara de luz brillante.
Leía pasajes de libros históricos y de obra clásicas. Lo hacía con el
propósito de formarnos como personas de principios. Nuestra abuela nos
iba acostando en el orden que nos dormíamos.
ZV: -Era usted un joven cubano, maestro, campesino,
¿qué le hizo unirse a Fidel Castro y no formar un movimiento propio,
independiente para hacer la revolución o liderar un cambio en Cuba?
Usted no era comunista.
HM: -Yo no tenía el propósito en despuntar personalmente. Mi interés
era enseñar a la juventud allí donde trabajara como maestro. Cuando
Batista dio el golpe de estado quería simplemente cumplir con mi deber
de ciudadano en la lucha contra la dictadura. Yo militaba en el
Partido del Pueblo Cubano. Un partido que representaba el legado de
los fundadores de la nación cubana, se podría decir que era un partido
social demócrata. Cuba se había convertido en república porque
los Estados Unidos en lugar de ayudar a la lucha de los mambises
intervinieron en la guerra contra España. Cuando se retiraron de Cuba
dejaron una enmienda en nuestra constitución que les daba el derecho a
seguir interfiriendo.
No en absoluto, yo no era comunista.
Los comunistas en aquel tiempo hacían mucho énfasis en la dictadura del proletariado y para mi cualquier cosa que propusiera una dictadura era la negación de la libertad.
La república tiene que garantizar los derechos de los ciudadanos y un
nivel de vida aceptable. Los comunistas con su fanatismo y su dictadura
eran un peligro para Cuba.
Camilo Cienfuegos, Fidel Castro, y Huber Matos, La Habana, 1959.
ZV: -Después de haber sido uno de los comandantes más importantes del
grupo de Fidel Castro, usted es juzgado por los hermanos Castro y
condenado a más de veinte años de cárcel. Usted mismo apunta que Castro
mató a Camilo Cienfuegos, tal como sospechan muchos. En su libro Cómo llegó la noche
están fundamentadas esas sospechas. ¿Podría hablarnos de por qué cree
usted que Castro asesinó a Camilo Cienfuegos? ¿Por qué Castro asesina a
unos y a otros no?
HM: -Porque Fidel sentía unos celos muy grandes respecto a Camilo.
Él sabía que Camilo y yo éramos muy amigos desde la Sierra y aun
sabiendo eso, o por esa misma razón, cada vez que Fidel se reunía
conmigo me hablaba mal de Camilo. Me decía: “primero soy yo,
después Raúl y luego sigues tú. A tí te sigue Camilo y el Che, pero si
el Che fuera cubano estaría en cuarto lugar, en lugar de Camilo porque
Camilo es un borracho”. Yo le decía “no te equivoques porque Camilo
tiene pueblo y es una persona decente”. Entonces él me
rebatía buscándole defectos, decía que era un tipo desorganizado, etc.
Pienso que Fidel siempre creyó que en esto y en otras cosas podía
convencerme a mí como lo hacía con otros.
Cuando Fidel dijo que nos reuniríamos Raúl, el Che, el y yo en mi
casa en Camagüey para definir el curso de la revolución, le pregunté por
Camilo y me respondió: “Camilo no cuenta en esto”.
Pero en público era otra cosa. Buscaba que la simpatía hacia Camilo
ser revirtiera para él, como cuando en un acto masivo preguntó: “¿Voy bien Camilo?”
Fidel en definitiva es un demonio con condiciones histriónicas.
ZV: -¿En qué momento percibió la traición de Fidel Castro?
HM: -Desde la Sierra yo empecé a desconfiar de Fidel. Me daba la
impresión de ser un hombre vacío de principios. No me gustaba su
insinceridad y me daba cuenta que era cobardón y le gustaba el papel de actor.
Entre nosotros había un choque de personalidades y discutimos varias
veces. Fidel dirigía la lucha pero le gustaba maltratar a sus
oficiales, era injusto y le daban arrebatos. Pero el pueblo lo percibía como un patriota.
Era talentoso y peligroso. Yo no aceptaba insultos ni injusticias y
él sabía que siempre estaba preparado para enfrentarlo. Era pícaro, se
daba cuenta y después de cualquier discusión me decía “olvídate de eso que yo te necesito”.
Me sorprendió después del triunfo cuando de vez en cuando me decía que yo era el tercer hombre de la revolución.
Repetía que aunque no estuviera escrito en ningún lugar eso era así.
Yo siempre le respondía que lo que quería era reincorporarme a la
enseñanza, que incluso había una plaza de Ciencias Sociales en la
Universidad de Santiago que estaba lista para mí, que no me interesaba
la carrera política.
Me di cuenta del problema comunista cuando llegamos al poder. Había
cierta alianza entre Raúl y el Che con los comunistas. Los comunistas empezaron
a ocupar fincas y otras instalaciones para provocar y crear el caos.
Yo conocía las historias de los comunistas en Europa.
En una oportunidad en la provincia de Camagüey los comunistas tomaron
una fábrica que preparaba carne en conservas. Los dueños se quejaron y
yo fui a reunirme con los trabajadores y allí me di cuenta que eran Raúl y el Che los que estaban atizando la huelga.
Lo que los revolucionarios queríamos era orden y justicia para poder
llevar a cabo la reformas que se habían prometido. Ellos estaban
saboteando eso para incitar la lucha de clases que en Cuba no existía.
Discutí esto con Fidel y él me decía que eran cosas de Raúl y el Che, que ellos querían llevar la revolución en otra dirección. Insistía en público y en privado que él no era comunista.
Yo tenía sospechas que Fidel me mentía pero no estaba seguro.
Tenía que renunciar, plantear mi preocupación y dejar que los eventos
como consecuencia de mi renuncia lo obligaran a definirse y así fue. En
aquellos momentos el 26 de julio era un movimiento con fuerza, en la revolución la mayoría de la dirigencia no era comunista.
Creo que no me fusilaron porque el Ejército Rebelde no hubiera estado
contento ni la dirigencia del 26, pero aunque hubo quienes se le
enfrentaron en privado no hubo ninguna protesta significativa.
De todas formas después de aquello todo el que no era comunista y
tenía principios sabía hacia adónde íbamos. El aparato represivo no
estaba organizado y hubo la oportunidad de frenar la comunicación de
Cuba. Lamentablemente el fracaso de Playa Girón consolidó a Fidel.
No creo que Fidel fuera comunista, ni lo fue ni lo es. Él fue un oportunista. El comunismo le brindó la oportunidad de quedarse en el poder de por vida y convertir a Cuba en su finca privada.
Raúl Castro y Camilo Cienfuegos.
ZV: - Usted fue torturado en la cárcel castrista, ¿por qué se
le cree más a Castro cuando afirma en entrevistas con extranjeros que
su Revolución no ha torturado a nadie, y no se cree o no se entrevista
en contrapartida a personas como usted, o a otros que sí fueron torturados?
HM: -La prensa ha idealizado a Fidel Castro y lo ha ayudado a vender sus mentiras como verdades. Con
su enfrentamiento con los Estados Unidos logró la simpatía en el mundo
entero. Ha vendido su imagen a mucha gente tonta que en el mundo se la
ha querido comprar.
Además de ser un inmoral es un actor. Se dedicó a hacer la carrera política con perversidad y contra el pueblo cubano. Como profesor de historia no conozco otro personaje que lo supere en la mentira y la perfidia.
ZV: –También en sus libros usted habla de la prominente cobardía de
Castro en las batallas, que siempre se escondía detrás de Celia Sánchez y
de Melba Hernández. ¿Por qué cree que ha trascendido la versión del
héroe castrista en la figura de Castro y no la verdadera, la del cobarde que asesina por la espalda y se esconde detrás de la falda de las mujeres?
HM: -Por la misma habilidad que ha tenido para vender la mentira
como verdad. Después de medio siglo de tiranía todavía hay gente que
visita La Habana y reconoce en Fidel Castro a un reivindicador de la nación cubana, cuando ha sido todo lo contrario.
ZV: -¿Cuál es la cifra de campesinos, soldados, e inocentes asesinados por las tropas castristas durante la insurrección? Son víctimas de las que se habla poco, y también lo son…
HM: -Nosotros peleábamos contra el ejército no contra los campesinos.
Teníamos el apoyo del campesinado y la mayoría de los soldados del
Ejército Rebelde eran campesinos de todas las edades. Esa es la clave
del éxito de cualquier guerra de guerrillas, que te escondan, que te
ayuden con comida y con información y que sus hijos se sumen a la lucha.
Ahora hay un tipo de terrorismo insurgente que aterroriza a
las poblaciones pero en aquellos tiempos la guerra de guerrillas se
basaba en la cooperación de la población del campo.
Hubo algunos infiltrados que Fidel ejecutó, fueron pocos. En
una oportunidad me enteré que quería fusilar a un camagüeyano que se
había integrado al Ejército Rebelde porque sospechaba que era un
infiltrado. Yo lo conocía y subí a la Comandancia a garantizarlo.
Yo era jefe de guerrilla y nuestra función era pelear contra el ejército. En realidad pocas veces descansábamos. Todas las noches había que salir a combatir y muchas veces de día.
Cuando, camino hacia Santiago de Cuba, llegué a la Comandancia de Raúl Castro, Raúl
me quiso enredar en un juicio a Nino Díaz y no me gustó el asunto.
Por supuesto que no me presté a la intriga. A Nino no pudieron
condenarlo porque no había razón ni pruebas para ello.
En esa oportunidad Raúl mismo me dijo que antes de llegar él a la zona había unos bandidos alzados, que eran de Santiago de Cuba y que él había resuelto el problema. Cuando le pregunté como lo había hecho me dijo: Les di guiso.
Yo no tenía poder para investigar y cuestionar a Raúl Castro. Pasé
por allí para informarle cual era mi misión de acuerdo a Fidel. La
Columna 9 tenía que cercar a Santiago de Cuba para poder lanzar la
ofensiva final con un asalto a la ciudad. Había que adelantar el
triunfo de la insurrección y establecer en Cuba un Estado de Derecho. Ese era el gran compromiso de la revolución.
Comandante Huber Matos
ZV: -Huber, usted declaró en una entrevista que se puede ver en youtube, que pasado el tiempo no le queda más remedio que admitir que la época de Fulgencio Batista fue mejor que la de Fidel Castro.
Viniendo de su parte esta consideración es de reconocer que sea usted
uno de los primeros de esa generación en admitirlo, ¿podría ampliarlo?
HM: -Batista es el padre de Fidel, porque sin su golpe de estado Fidel no habría podido llegar al poder. Al romper el ritmo constitucional Batista le abrió la oportunidad, luego lo indultó.
Pero no es comparable el daño que hizo Batista en sus siete años con lo que ha hecho Fidel en más de medio siglo. Aunque Batista fue un usurpador no cometió en siete años de dictadura ni remotamente el daños que ha hecho el castrismo.
Batista no destruyó la República ni la moral de los cubanos como ha hecho Fidel Castro. Creo
que Fidel conscientemente desbarató la moral de los cubanos para que le
obedecieran ciegamente. Es un matón que sabe que intimidar le permite
imponerse y no escatima cualquier medio por perverso que sea para
lograrlo.
ZV: -Hace un tiempo lo entrevisté en su casa y me hizo una
descripción de Raúl Castro como un tipo muy miedoso frente a su hermano
Castro I, ¿podría repetirme la descripción que hizo? Y quizá
contar algunas anécdotas, recuerdo una en particular en la que Castro I
lo avergonzaba delante de otros compañeros…
HM: -En un encuentro a fines del marzo del 59 en el edificio del
Tribunal de Cuentas Fidel reunió el pleno de la revolución. Allí
estaban los dirigentes del 26 de julio, los comandantes principales,
los ministros y algunas personalidades más. Éramos como cincuenta personas.
Fidel era el único orador y habló como tres o cuatro horas sin concretar nada.
Entonces empezó a criticar a Raúl Castro como Ministro de las Fuerza
Armadas porque había demorado el traslado de los cuarteles al campo.
Raúl trató de justificar la demora y entonces lo mandó a callar con
malas palabras. Raúl trató de defenderse y lo aplastó con insultos. Raúl salió llorando a lágrima viva por la humillación, iba llorando con la cabeza baja.
Yo me di cuenta que aquello era muy serio. Allí estaba toda la dirigencia revolucionaria. Me puse de pie y dije
“nosotros en la Sierra éramos una sola voluntad, ahora que estamos con
la responsabilidades del poder esto nos obliga a actuar de forma que
sigamos siendo una sola voluntad.”
Fidel se quedó como un minuto en silencio. Entonces dijo “continuemos”.
Carlos Franqui estaba allí y cuando yo estaba preso se atribuyó la aclaración, pero cuando salí de prisión me dijo “Huber
había que contar lo que pasó y yo no creí que sobrevivirías. Espero
que me entiendas y me perdones”. Por supuesto que lo entendí.
En realidad Fidel aprovechó la ocasión para aplastar a Raúl y que todo el mundo le cogiera miedo.
Cuando terminó la reunión, Fidel me llamó y me dijo “Huber, voy a hacer un recorrido por Latinoamérica, confío en tí, vigílame a Raúl”. Era otra forma de hacerme creer que yo era importante, pero ese juego no iba conmigo.
En cuanto al temor de Raúl, eso era conocido. Raúl tenía fama de cobarde entre todos sus oficiales. Raúl nunca iba a un combate.
Una vez cuando le dijeron que venía el Ejercito le dijo a su chofer
(Maro): “Óye, vámonos de aquí, arriba, vámonos”. Maro contaba que como a
la hora de huir de la Maya, le dijo a Raúl: “¿Qué hacemos? Aquí no van a
llegar los guardias”.
Pero a Raúl le gusta ser radical y mandar a matar a la gente de noche. Fidel Castro es un matón y Raúl un radical que mata de noche.
ZV: -Recientemente hemos asistido dolorosamente a otro asesinato más de los Castro, el de Oswaldo Payá Sardiñas. ¿Cree usted que verdaderamente sea un asesinato o lo duda como otros lo dudan? ¿Puede hablarme de las muertes recientes en Cuba dentro de la disidencia?
HM: -Los Castro son implacables con sus enemigos. Lo de
Orlando Zapata Tamayo fue un asesinato, aprovecharon la huelga de hambre
para liquidarlo. Zapata es un héroe y un mártir de esta lucha. Creo
que a Laura Pollán la asesinaron también. Como han asesinado miles. Hay muchas historias terribles que saldrán a la superficie.
Ahí está el crimen del remolcador 13 de marzo y también la masacre del rio Canimar.
En el caso de Paya el régimen ha actuado en forma tan extraña y que ha provocado demasiadas sospechas. Si no tuvieron nada que ver en su muerte entonces por qué no fue transparentes desde el principio.
Les hubiera resultado muy fácil llevar a la viuda de Paya a Oriente a
que conversara con los que se salvaron y en pocas horas todo habría
quedado aclarado. ¿Por qué no lo hicieron?
ZV: -Precisamente Payá decía que el obstáculo para que Cuba sea libre
no era el embargo o boicot comercial norteamericano a la isla, sino la
tiranía totalitaria que oprimía al pueblo de Cuba. Sin embargo, últimamente
una parte de la disidencia junto a una parte de un llamado “nuevo
exilio” se empeña en que el problema es el embargo, ¿qué opina de esto?
HM: -Eso es mentira, el problema no es el embargo, eso es
comprar la mentira de los Castro. El verdadero enemigo y el verdadero
problema es la dictadura.
Ahora, como tienen miedo por la salud de Chávez están desesperados
por llegar a un acuerdo con Washington y necesitan que se levante el
embargo o que por lo menos permitan a los norteamericanos viajar a Cuba
de turistas. Con ese ingreso podrían comprar en el mercado internacional parte del petróleo que necesitan para sobrevivir.
ZV: -¿Qué le diría usted hoy a los cubanos de Cuba, a todos?
HM: -Lo que dije hace dos días, junto al Monumento de los Mártires aquí en Miami. Compatriotas
tenemos que cerrar filas para fundar la Nueva República. Mientras no
nos unamos en un solo frente los Castro seguirán cometiendo crímenes,
seguirán atropellando al pueblo, seguirán ofendiendo de mil maneras a la
nación cubana. Es bueno que haya muchas organizaciones, es una
señal de vitalidad. Pero pasan los años y hay 20 o 30 grupos predicando
su evangelio y su forma de confrontar al régimen. Cada uno cree tener
la razón. Pero la tiranía sigue sometiendo y explotando al pueblo
cubano.
Después de este largo medio siglo, es hora de que de que
abandonemos las aspiraciones personales, los liderazgos y otras cosas
insignificantes. Nuestro país está arruinado y nuestro pueblo está
desesperado.
Aquí está entre nosotros Reina Luisa Tamayo, la madre de ese gran
cubano que fue asesinado con absoluta crueldad. Un verdadero patriota
que dio su vida por la libertad. Perdimos a Laura Pollán en misteriosas
circunstancias. Ahora ha tocado el turno a un gran hombre como Oswaldo
Paya. Su muerte ha sido manipulada por el régimen en una forma turbia y
cínica. ¿Qué esperamos? ¿Qué asesinen uno a uno a toda la
dirigencia de la oposición? Estamos obligados a la reflexión
inteligente y a la decisión patriótica. Unámonos, dejemos a un lado todas las diferencias. Hay que pensar en Cuba por encima de todo.
ZV: -¿Quisiera enviarle un mensaje a la viuda e hijos de Payá y a los familiares del joven Harold Cepero?
HM: -Que no morirán nunca si los honramos, y una manera de honrarlos
es unirnos y continuar la lucha por la libertad de Cuba y luego unidos
en la reconstrucción de la democracia en nuestra patria. Que estoy
convencido que Oswaldo y su compañero serán un ejemplo para la Cuba del
futuro por su sacrificio y su prédica. Que compartimos su dolor y su orgullo como parte que somos todos de la familia cubana.
1 Comments:
Solamente quiero preguntar a Zoe Valdes,¿ Conoce usted de verdad a Hubert Matos ?sabe usted de verdad la actuacion de Hubert Matos cuando
estaba alzado y fue jefe militar en Camaguey ? ¿ sabe ustede de verdad como lo trataron cuandoZoe estaba preso ? Por favor Zoe Valdes
investigue de verdad antes de hablar de Huber Matos,le aseguro que se arrepentira de haberlo visto
y entrevistado.Alfonzo.
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