UN CAFÉ POR CASTRO Y OBAMA
Por Orlando Fondevila
Octubre 3 de 2012
Nada es más miserable que apostar por la propia sumisión. Pero desborda cualquier calificativo de desprecio apostar por la esclavitud de todo un pueblo. Es lo que ocurre con algunos emigrados cubanos, que no exiliados, que no saben ya que inventar para doblar regaladamente el espinazo ante la tiranía castrista. Hay personajes de todo tipo entre la ovejuna tropa (incluso algunos lobos disfrazados). Entre las varias organizaciones de pacotilla que balan sus alabanzas al castrismo en EE.UU, viene intentando ocupar un lugar prominente la denominada CAFÉ por Cuba (Cuban Americans for Engagement), organización que bajo sus engañosos afeites académicos -¡vaya con los académicos!- esconde (aunque poco) su perfil colaboracionista puro y duro. Sus objetivos declarados son, entre otros:
“ -Apoyamos las políticas de flexibilización de los viajes familiares, las remesas y los contactos de persona a persona, hechos posibles por la actual administración de Obama. A su vez nos oponemos a cualquier revocación del estado actual de viajes familiares ilimitados y abogamos por su expansión para incluir a todos los ciudadanos norteamericanos.
-Abogamos por una nueva política del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba, basada en principios de intercambio pragmático, mayor acercamiento entre los ciudadanos, normalización de relaciones comerciales y cooperación diplomática.
-No nos comprometemos a favor de ningún grupo político en Cuba, del gobierno o la oposición, sino con la promoción de una cultura de diálogo, basada en el respeto tanto a todos los derechos humanos como a los principios del Derecho Internacional sobre las relaciones entre los estados.”
La mayoría de los integrantes de “CAFÉ por Castro y Obama” (su ocultado y verdadero nombre) son nacidos en Cuba. ¿Convenientemente adiestrados? Puede ser, al menos lo podemos sospechar en ciertos casos. Sus más connotados voceros son el inefable Arturo López –Callejas (alias López –Levy) y María Isabel Alfonso. Ambos presumidos académicos como casi todos los de la pandilla. López –Callejas (alias López –Levy) fanfarronea (de ahí el alias) de judío, aunque no precisa cuando ocurrió la conversión, porque nadie se explica cómo un judío podía ser hasta hace pocos años un destacado analista del Ministerio de Asuntos Exteriores de Cuba. En cuanto a la Dra. Alfonso, se le conoce como una escurridiza merodeante por los corrillos de la Arquidiócesis de La Habana. Tal vez esto último explique de alguna manera la sintonía
entre “CAFÉ por Castro y Obama” y los académicos entrañados en la Revista Espacio Laical. Por cierto, sería interesante que los buenistas y educados de Espacio Laical aclararan el alcance de sus coincidencias
con los del “cafelito”.
(El Canciller Castrista Bruno Rodríguez y otros funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores en New York el pasado 28 de septiembre invitados por CAFE)
Pero volvamos al CAFÉ. Parece que, al menos sus más conspicuos voceros, tienen abandonadas sus muy académicas ocupaciones. La mayor parte de su tiempo lo dedican a trotear por universidades e instituciones de EE.UU. promoviendo los intereses de la tiranía cubana. La consabida cantaleta contra el embargo, la promoción, no ya de los viajecitos y remesas de la “comunidad cubana”, sino de los norteamericanos todos, el afiebrado apoyo a las inversiones y créditos norteamericanos, en particular de “la diáspora” al régimen, la mediación empecinada por el establecimiento de unas relaciones normalizadas con el régimen, porque como todo el mundo sabe el régimen de los Castro es homologable con él de cualquier otro país decente, etc.,etc. Cuentan para su obsesiva labor con la colaboración de lo “mejorcito de la Academia norteamericana, tales como Chomsky, Petras y su legión de embobecidos aduladores. Cuentan con el dinerito generoso de los Saladrigas y compañía, y tienen como aliados inestimables a la emisora castrista de Miami “Progreso Semanal”y el Inmundo García, y el solapado y matizado apoyo de unos cuantos periodistas “objetivos”. Cuentan con la jerarquía y determinados sectores de la Iglesia cubana. Y cuentan, sobre todo, con la ultraizquierda de EE.UU. encabezada por el presidente Obama. Todo lo fían entonces a la reelección de Obama. Están seguros de que en su hipotético segundo mandato van a ver realizados sus propósitos.
Ahora nos llega la noticia de que los de CAFÉ se han reunido para sus cosas con el canciller del régimen policiaco. ¿Acaso han aprovechado la ocasión para exigir que cese la represión contra la oposición democrática cubana, contra las Damas de Blanco, contra la prensa independiente, contra los más elementales derechos de todos los cubanos? Por supuesto que no. Ellos, afirman sibilinamente, no toman partido. Lo que han sido han hecho es utilizar el encuentro para rogar al funcionario-policía que permita la inversión de los “diaspóricos” en los negocitos que toleran los amos de la finca. La respuesta ha sido, aunque intenten disfrazarla, un soberano regaño. Lo que ha venido a decirles el funcionario -policía es que se ocupen de lo importante. Y lo verdaderamente importante para la supervivencia de la tiranía es la obtención de los favores cómplices del Gobierno norteamericano. Grandes negocios, jugosos créditos, la jauja del gran turismo de EE.UU. Así que ya saben los del CAFÉ, a trabajar para que gane Obama y para desmovilizar al exilio.
Un recado para lo obsequiosos servidores de CAFÉ: pase lo que pase, siempre habrá cubanos, en el exilio y en la Isla, que no renunciarán a la libertad.
Miembros de CAFE. Arturo López-Calleja al centro con corbata amarilla.
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Arturo López-Callejas, ahora López Levy, es también graduado del Instituto Superior de Inteligencia "Adriana Corcho Callejas". Fue cadete de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) durante los cinco años de su paso por el Instituto de Relaciones Internacionales "Raúl Roa García". Posteriormente pasó a la Dirección de Inteligencia del MININT (DI). Arturo también es familia del general López Cuba, en su momento Jefe de la Dirección Política de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). No es un simple defenestrado, sigue siendo un oficial "señalizador" para la captación de agentes en los Estados Unidos y para las campañas de "Medidas Activas" de la Seguridad del Estado de Cuba, en los Estados Unidos.
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