jueves, noviembre 08, 2012

Esteban Fernández: EL J U. R E.


EL  J U. R E.


Por Esteban Fernández
8 de diciembre de 2012



Llevaba sólo un mes de haber sido licenciado del U.S. Army y unos amigos llamados Luis Beato y “Mochi” Rodríguez  me dijeron: “Esta noche vamos a una reunión de una nueva organización anticastrista dirigida por el Ingeniero Manolo Ray Rivero ¿nos acompañas?”...Se trataba de la Junta Revolucionaria de Cuba. Y a pasar de que debió ser llamada LA JURE todos comenzamos a llamarla EL JURE... Ray había sido Ministro de Obras Públicas en 1959. 

Esa noche allí reunidos estaban el abogado Luis Rafael Aguirre, Armando Díaz, Genaro Pedroarias, el boricua Pedro Santiago y varios compañeros más. El que parecía ser el líder del grupo llamado José Manuel Estévez leyó una carta del Ing. Ray pidiendo un voluntario para irse a los campamentos militares de la organización. Yo levanté una mano y pedí la palabra. Hasta ese momento nadie me había prestado la menor atención... Todos me miraron sorprendidos. Cuando me brindaron la oportunidad de hablar sólo dije dos palabras: “Yo voy”... Y ahí mismo todos los presentes me dieron abrazos como si fuéramos viejos amigos.

Supongo que rápidamente se corrió la voz entre mis coterráneos güineros porque a los dos días un buen amigo llamado Joaquin Bin me dijo: “Un americano llamado Larry Spector, que pertenece a la familia de los Max Factor, quiere conocerte y tener una entrevista contigo”... 

Fuimos a verlo y Mr. Spector me  saludó  y sin ningún rodeo me dijo: “¿Sabes los eres tú?” Y yo sorprendido por la pregunta comencé a balbucear una respuesta pero él dijo: “Tú eres CARNE DE CAÑON,  a ti te van a matar”... Y  comenzó a ofrecerme todo tipo de empleos bien remunerados para que me quedara en California.   Un señor que jamás había visto antes trataba infructuosamente de salvarme de cometer un grave error. Se lo agradecí eternamente pero no le hice ningún caso.

Al día siguiente un dirigente del JURE me dio un pasaje de la guagua y esa misma tarde me montaba en la Greyhound  que me llevaría hasta Miami con una carta de presentación de  José Manuel Estévez (que todavía guardo porque nadie me la pidió) y un radio Zenith transoceánico  que debía entregar al segundo jefe del JURE llamado Rogelio Cisneros. Iba con sólo 20 dólares en el bolsillo que me había regalado Fidelito Gómez y una muda de ropa extra metida en un cartucho. 

Al llegar a la estación de ómnibus de la 7 avenida del Northwest de Miami no tenía ni la menor idea de quien me recibiría. Después de una hora sentado en un banquito se me acercó un hombre y me dijo:  “¿Tú eres el representante  de la Delegación de California?” Dudoso le dije que “Sí”, me estrechó la mano y me dijo: “Yo soy el Capitán Pipe”.  

Me llevó a un pequeño apartamentito detrás de la casa de Rogelio Cisneros. Allí había un cubano sentado en un sofá leyendo un libro. Me saludó con la mano. No nos dirigimos la palabra. Por la mañana llegaron varios hombres que trataron con mucha deferencia a mi compañero de cuarto. Mas nunca volví a verlo hasta hace un año que Aldo Rosado y Guillermo Novo me lo presentaron: era el famoso Luis Posada Carriles... 

Al fin conocí a  Rogelio Cisneros quien acababa de llegar de Venezuela. Me dijo algo que me dejó desconcertado: “Ahorita te llevo para  LA CASA ESCUELA”... Tremenda risotada soltó cuando le dije: “Señor, usted está equivocado, yo vine a luchar por la libertad de Cuba, no para asistir al colegio”... 

Resultó que “la casa escuela” era una Casa de Seguridad en la avenida Brickell donde varios jóvenes, y una muchacha llamada Mirta Borras, estuvimos seis meses encerrados aprendiendo telegrafía. Es importante decir que, en ese instante, la telegrafía era el único medio clandestino de comunicación con- y desde- las montañas cubanas.  

Sólo recibíamos las visitas de los ex combatientes del Escambray Vicente Méndez y Edel Montiel que querían conocer a los que ibamos a ser el contacto de ellos con el exilio, y por las tardes un camagüeyano de apellido Pino nos traía varias cantinas de comida. El que dirigía la “escuela” era un miembro de los equipos de infiltración de la Brigada 2506 llamado Humberto Solís. 

Al terminar el curso intensivo de telegrafía nos separaron. "Alberto" y "Oscar" se fueron con Vicente Méndez y Edel Montiel, a mí me mandaron como telegrafista del Barco Venus, y dos se separaron de nosotros, nos abandonaron, y se incorporaron a los campamentos del MRR dirigidos por Manuel Artime. Mirta acompañaba al ingeniero Ray, a Morell y al conocido periódista norteamericano de la revista "Time", Andrew St. George, cuando fueron capturados cerca de Cayo Anguila tratando de cumplir el anuncio de Manolo de desembarcar en Cuba antes del 20 de Mayo ... Andrew St. George había entrrevistado a Castro en la Sierra en 1958... 

Mientras tanto, la Motonave Venus fue interceptada por la marina dominicana, dirigida por el jefe de Los Hombres Rana, el Coronel Manuel Montes Arache, y estuvimos 49 días detenidos en la Base Naval de Las Calderas comiendo solamente caguamas y tratando de aclarar por qué un barco "panameño" de 110 pies de eslora cargado de calibres 50, fusiles FAL, uniformes militares, y explosivos C4 estaba en aguas jurisdiccional de la República Dominicana.