El exanalista de la CIA Brian Latell revela nuevos detalles sobre los vínculos entre Lee Harvey Oswald y La Habana. Oswald tenía lazos más cercanos con la inteligencia de Cuba en los meses previos al asesinato de John F. Kennedy que lo que se creía
http://www.redbubble.com/people/paulstanley/works/8075675-lee-harvey-oswald-in-cuba-maybe
En LA Division Work File
La División de la CIA para Latinoamérica creó la fuerza de tarea ¨JFK Task Force¨ que durante el tiempo que funcionó la Comisión Church y HSCA fue la fuente de los reportes o comunicados de la CIA donde se informaba la posible complicidad de la tiranía cubana con el magnicidio de John F. Kennedy; algunos reportes tienen su origen en México antes del magnicidio. Muchos de sus informes pueden leerse en:
http://www.maryferrell.org/mffweb/archive
Algunos de ellos son :
NARA Record Number: 104-10308-10146 ALDO PEDRO MARGOLLES Y DUENAS AND EMILIO ARAGONES Y NAVARRO PLOT TO ASSASSINATE THE PRESIDENT OF THE UNITED STATES
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NARA Record Number: 104-10308-10142 CABLE RE ASSASSINATION PLOT OF ALDO PEDRO MARGOLLES Y DUENAS AND EMILIO ARAGONES Y. NAVARRO
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ALDO PEDRO MARGALLES Y DUENAS - SERO LOKOUT
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La síntesis de lo que se dijo en la Convención de Bahamas donde participó el Gral de División Fabián Escalante Font puede leerse en idioma inglés en
JFK & The Cuban Connection
Havana's Spies Spill the Beans at Top-Level Conference!
by Dick Russell
High Times - March 1996
o también en
U.S. - Cuban intelligence conference on JFK assassination
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Exanalista de la CIA revela nuevos detalles sobre los vínculos entre Lee Harvey Oswald y La Habana
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Miami
8 Jul 2013
Lee Harvey Oswald tenía lazos más cercanos con la inteligencia de Cuba en los meses previos al asesinato de John F. Kennedy que lo que se creía, según un nuevo libro de un exanalista de la CIA, informa Reuters.
La agencia mintió sobre su conocimiento de esos lazos a la Comisión Warren que investigó el crimen, según Brian Latell, encargado de inteligencia nacional de la CIA para América Latina entre 1990 y 1994 y autor del libro Castro's Secrets: Cuban Intelligence, the CIA, & the Assassination of John F. Kennedy, que saldrá a la venta este martes.
La Habana también ocultó lo que sabía de Oswald, escribe Latell, citando una grabación de la CIA de una conversación entre dos agentes del servicio secreto cubano que revelaron archivos desclasificados.
"Estoy convencido de que Oswald estaba comprometido con los cubanos", dijo Latell a Reuters.
Aunque tiene cuidado de no sugerir que Oswald mató a Kennedy por instrucciones de La Habana, Latell dice que nuevas evidencias confirman la creencia generalizada de que el motivo de Oswald para matar a Kennedy era un ferviente deseo de impresionar a Fidel Castro.
"Estoy convencido de que quería desertar a Cuba", dijo Latell. "Amaba a Cuba y Castro, y quiso unirse a la revolución".
El libro de Latell, una edición revisada de un trabajo anterior sobre la inteligencia cubana publicado el año pasado, se basa en nuevas piezas del rompecabezas reveladas por varias fuentes, incluyendo las memorias inéditas de Thomas Mann, el embajador de Estados Unidos en México en el momento del asesinato, así como una entrevista con un exagente de la inteligencia cubana y documentos gubernamentales desclasificados.
Se sabe que siete semanas antes del asesinato de Kennedy el 22 de noviembre de 1963, Oswald viajó a la Ciudad de México en autobús con la esperanza de obtener una visa de la embajada cubana allí para visitar La Habana.
El Gobierno cubano le negó la visa, pero el viaje y la conocida simpatía comunista de Oswald han generado muchas sospechas sobre la participación de La Habana en la muerte de Kennedy, aunque no se ha encontrado ninguna evidencia.
"Lo que él hizo durante la mayor parte del tiempo que pasó en la capital mexicana sigue siendo tal vez el misterio sin resolver más importante del asesinato de Kennedy", escribió Latell, que pasó gran parte de su carrera trabajando para la CIA.
Los funcionarios estadounidenses nunca admitieron todo lo que sabían, temiendo tal vez enfrentarse a la presión pública para tomar represalias contra La Habana si se daba a conocer una mayor evidencia de una relación con ese país, argumenta Latell.
Primeramente debo aclarar algo: John F. Kennedy ganó unas de las elecciones mas cerradas y reñidas de todas las elecciones que se han celebrado en los Estados Unidos; su adversario derrotado fue Richard Nixon. Kennedy no fue el Presidente norteamericano más admirado de la segunda mitad del siglo XX, pues no estamos hablando de hombres admirados por ser bien parecidos; ese calificativo lo tiene indiscutiblemente Ronald Reagan. En la primera mitad de ese siglo, lo fue Franklyn Delano Roosevelt.
Robert Kennedy fue asesinado cuando era el seguro aspirante para la Presidencia de los Estados Unidos por el Partido Demócrata, ¿ Por qué realmente fue asesinado Robert Kennedy ?
Para conocer más detalles sobre el asesinato de JFK se puede visitar este sitio: http://www.jfk.iefactory.com/menu.htm
En el artículo he puesto una fotografía de la autopsia del Presidente Kennedy que puede herir la**********************************
Carlos Alberto Montaner
Madrid -- Desprecio las teorías conspirativas de la historia, pero a veces hay que rendirse ante la evidencia. Con abundantes pruebas en la mano, el documentalista alemán Wilfried Huismann ha atribuido a Fidel Castro la responsabilidad del asesinato del presidente norteamericano John F. Kennedy ocurrido en Dallas el 22 de noviembre de 1963. El documental, titulado Cita con la muerte. Castro y Kennedy, estrenado en la televisión pública alemana, aporta diversos documentos y algunos testimonios novedosos, pero los elementos más contundentes son un informe de la inteligencia mexicana, clasificado como Oswaldo-Kennedy, en el que se afirma que en septiembre de 1963 Lee Harvey Oswald recibió en México seis mil quinientos dólares de los servicios secretos cubanos como ayuda para que llevara a cabo el crimen proyectado. Por su parte, Oscar Marino, ex oficial del G-2 cubano, ya anciano y exiliado, corroboró la pesquisa del cineasta alemán: ``Se ofreció para ejecutarlo, y nosotros lo utilizamos''.
No es la primera vez que se maneja esa hipótesis. Jackie Kennedy y Lyndon Johnson, sin duda dos de las personas más cercanas al Presidente, lo creían firmemente, pero ocultaron esa certeza para no provocar otro incidente con la URSS. Si en ese momento revelaban sus fundadas sospechas, dada la indignación de la sociedad norteamericana, era inevitable invadir Cuba y castigar al culpable, pero la estremecida Casa Blanca no quería otra peligrosa confrontación con el Kremlin semejante a la que en octubre de 1962 había puesto al planeta al borde de una guerra nuclear. Bobby Kennedy, entonces fiscal general de Estados Unidos, seguramente también compartía la misma sospecha, pero tampoco le convenía acusar a Castro. A fin de cuentas, parece que el dictador cubano, como le advirtió al embajador brasilero en La Habana pocos días antes del crimen, estaba respondiendo de esa manera a los intentos de asesinato organizados por el hermano del Presidente con la ayuda de la mafia.
A partir de esta censurable ocultación de información a la sociedad norteamericana, tanto en Washington como en La Habana se desarrollan dos estrategias para manipular a la opinión pública. En Washington se frena y desvía de las pistas adecuadas a los investigadores del FBI, especialmente de las fuentes mexicanas, y se crea la Comisión Warren para persuadir al mundo de que la muerte del Presidente de Estados Unidos había sido la obra aislada y solitaria de un loco peculiar e incontrolable. En La Habana, Fabián Escalante, precisamente el oficial de inteligencia que viajó a Dallas el día del asesinato de Kennedy, acaso para monitorear la operación, hoy general y ex jefe de inteligencia, para borrar sus propias huellas elabora la teoría de que hay otros tiradores que le disparan a Kennedy. Escalante imputa el crimen a Herminio Díaz, un exiliado con antecedentes violentos, ex compañero y amigo de Fidel Castro en la Unión Insurreccional Cubana (UIR) a fines de los años cuarenta, supuestamente acompañado en el magnicidio por Eladio del Valle, otro exiliado también de inquietantes antecedentes. Naturalmente, cuando apareció la coartada de Escalante, tanto Díaz como Del Valle habían sido convenientemente liquidados por los servicios cubanos, de manera que no podían defenderse de la acusación.
Sin embargo, queda suelto el cabo de Jack Ruby, asesino de Oswald. ¿Por qué una persona de la baja catadura moral de Ruby, que no es un fanático ni un patriota, pero sí parece ser un mafioso disciplinado, se sacrifica y ajusticia a Oswald ante las cámaras de la televisión americana? Para tratar de contestar la pregunta es de rigor hacerse la clásica pregunta policíaca: quién se beneficiaba directamente de la muerte de Oswald? Sin duda, los mafiosos, Bobby Kennedy y Fidel Castro, personas que hubieran debido enfrentarse a graves problemas si se descubrían sus oscuras maquinaciones. En todo caso, lo que resulta extraordinariamente vergonzoso es que, primero, el gobierno de Bush, ante las nuevas evidencias aportadas por los alemanes, no reabra las investigaciones para darle a la sociedad norteamericana la verdad definitiva que se le ha escamoteado durante tantos años; y, segundo, que el senador Ted Kennedy y el resto de esa poderosa familia no digan de una vez por todas lo que saben, creen o sospechan de la muerte de John, el miembro más ilustre de la familia y el más admirado de los presidentes norteamericanos de la segunda mitad del siglo XX. Ese silencio por parte de los Kennedy, a lo que se suma la amistosa visita a Fidel Castro de algún miembro del clan de Boston, es casi tan inexplicable y repugnante como esta vieja y cansada historia de mentiras, ocultamientos y desinformación.
Enero 15, 2006
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Eva Usi
Luego de su encuentro con James Hosty, ex agente de la FBI y encargado del caso Oswald, el cineasta alemán emprendió la realización del documental Cita con la muerte.
Origen de la investigación
Fue un casual encuentro con James Hosty, un ex agente de la FBI, en el año 2000, durante la filmación de su película Querido Fidel, historia de Marita, cuando el periodista alemán se enteró de detalles sobre Oswald que nunca había oído. James Hosty, declarado admirador de JFK, tuvo a su cargo el expediente de Oswald, y fue quien lo interrogó poco después del asesinato.
"Hosty me explicó que durante los largos interrogatorios Oswald siempre se mantuvo tranquilo, hasta parecía arrogante, nada le hacía perder la calma. Pero cuando Hosty le preguntó: 'señor Oswald, ¿para qué viajó hace dos meses a México?', Oswald se asustó mucho, quedó pálido. A partir de este momento, Hosty sabía que había que investigar en México", dice Wilfried Huismann en entrevista con La Jornada.
-¿Tuvo miedo Johnson de que se supiera la verdad?
-Es lo que dicen sus ex colaboradores, como el general Alexander Haig y su amigo y consejero Joseph Califano, quienes confirman que Johnson sabía algo de los contactos que tenía Lee Harvey Oswald con el Estado cubano y que no quiso que se enterara la opinión pública, pues una certeza semejante hubiera conducido a una situación incontrolable. En vez de guerra fría hubiera estallado una nueva conflagración mundial con armas atómicas. Por eso Johnson no quiso esas investigaciones, así que las evidencias y documentos que la CIA tenía en su poder sobre Oswald desaparecieron.
-¿Se encuentran en el archivo Kennedy?
-Todos los documentos de la CIA y el FBI, que supuestamente tendrían acceso público en el año 2017, ya han sido abiertos al público desde el año pasado, es decir, prematuramente. Investigamos todos estos documentos, pero no encontramos nada de valor.
-¿Qué hay en el Archivo General de la Nación de México? Medios mexicanos citan al encargado de la galería 1, Vicente Capello, diciendo que guarda mucha reserva, porque, según dice, ha tenido malas experiencias con periodistas. Capello dice que el archivo ya ha sido abierto al público, pero que sólo un equipo de la televisión alemana, sin citar su nombre, ha pedido ver el expediente.
-Sí, fuimos nosotros quienes por primera vez tuvimos acceso a ese expediente sobre Lee Harvey Oswald que está en la galería 1 del Archivo General de la Nación. Pero esta galería está todavía bajo control de los servicios secretos y, sin el permiso de ellos, es decir, sin el permiso del señor Capello, quien es el jefe, y por cierto, hijo de un ex guardaespaldas de Mussolini, no se da nada, pero a nosotros nos dio algo y se lo agradezco mucho.
-El interrogatorio de la señora Silvia Durán, por ejemplo, quien atendió a Lee Harvey Oswald en la embajada cubana. Vimos el protocolo del interrogatorio que dirigió Fernando Gutiérrez Barrios personalmente. Le preguntó cuáles eran los nombres de los agentes cubanos que fueron a México con el objeto de preparar el complot que asesinó al presidente Kennedy. Eso para mí es un indicio de que también la policía secreta en México sabía algo. ( --> James Hosty )
-Sólo tengo indicios, no pruebas. Lo que vi en ese archivo del señor Capello ya me dice que sabían mucho. En la década de los años 60 había cientos de agentes extranjeros; los había rusos, cubanos, estadunidenses, y para no perder el control sobre lo que pasaba en México con todos esos agentes, los servicios secretos mexicanos se infiltraron incluso en el llamado G-2, el servicio secreto cubano. También tenían oficiales de enlace que cooperaron en muchos aspectos, y por eso estoy seguro de que tenían mucha información. Por lo menos sabían que hubo contactos entre Lee Harvey Oswald y agentes de seguridad del Estado cubano. Eso también me lo confirmó el señor Capello durante una entrevista a cuatro ojos. Desde 1962 Capello ya era oficial de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y colaborador de confianza de Fernando Gutiérrez Barrios, quien fue jefe de la DFS en esos años.
-¿Cree usted que en México hay alguna pista que aclare el rompecabezas?
-Sí. Yo creo que si el archivo de los servicios secretos abriera el expediente sobre Lee Harvey Oswald, muchas cosas estarían mucho más claras.
-Volviendo al caso de Silvia Durán (Silvia Tirado, pues se divorció de Horacio Durán en 1968), ¿qué papel tenía en la embajada de Cuba en México?
Combatiente de la revolución cubana
-Algunos medios afirman que cuando Oswald llegó al consulado de Cuba en México y le negaron la visa para visitar la isla, una secretaria le aconsejó acudir a la embajada de la entonces Unión Soviética para pedir ahí una visa, que eso le ayudaría con las autoridades cubanas. Oswald ya había estado en la Unión Soviética, donde incluso al parecer intentó suicidarse, y supuestamente por eso le negaron la visa los oficiales soviéticos. ¿Por qué lo trataron así y cómo se contactó con los servicios secretos cubanos?-Fueron los servicios secretos cubanos quienes contactaron a Oswald en noviembre de 1962, según documentos que encontramos en el archivo de la KGB, y según nuestro testigo Oscar Marino. Cuando Oswald viaja a México, en septiembre de 1963, ya era, como se dice, combatiente de la revolución cubana. Mi impresión sobre la versión de que supuestamente fue al consulado cubano, que hizo un escándalo porque no le dieron la visa y lo corrieron de la embajada, es que todo eso era para las cámaras y los micrófonos de la CIA; era fachada. Porque eso serviría después a los cubanos para decir 'claro, él estuvo aquí, no lo negamos, él quería ir a Cuba porque era un aventurero loco, pero lo echamos, está documentado'. Es una estratagema usual de cualquier servicio secreto crear pistas falsas.
-El diario oficial cubano, Granma, en su publicación internacional, dice que las acusaciones que contiene su película son un capítulo más de la vieja conspiración contra Cuba. Que el asesinato de Kennedy tuvo detrás a fabricantes de armas estadunidenses, a la ultraderecha y a los exiliados cubanos en Miami, que veían en Kennedy un obstáculo para la invasión de la isla. Que la conspiración continúa 42 años después y usted es el instrumento en turno.
Entrevista con Fabián Escalante
-Yo esperaba eso, que en Cuba recurrirían a la ofensa contra el periodismo crítico. No son capaces de dar respuestas concretas. Viajé a Cuba para entrevistar a quien durante años fue jefe de Seguridad del Estado, el general Fabián Escalante, para confrontarlo con las evidencias que habíamos encontrado. No se trataba de un acto de propaganda contra Cuba, al contrario, mi trabajo ha sido un serio esfuerzo por encontrar la verdad histórica. Por eso preguntamos a ambos lados, y Escalante no fue capaz de darnos una respuesta convincente. Publicó un libro en el cual dice que en el asesinato de Kennedy hubo tres tiradores además de Oswald. Yo le pregunté '¿cuáles fueron los otros tiradores si usted cree que los hubo?' Me contestó: 'yo no sé, no estuve ahí; pueden ser estadunidenses, chinos, japoneses o alemanes'. Su respuesta demuestra que la cúpula cubana no es capaz de discutir seriamente sobre el caso Kennedy porque tiene algo que esconder.
-El artículo también afirma que Luis Posada Carriles, el anticastrista detenido en Estados Unidos por una falta migratoria, confesó su participación en atentados contra objetivos cubanos, y que él se encuentra cerca de la conspiración contra Kennedy, que su documental busca alejar la atención de los medios sobre Posada Carriles para liberarlo, porque si llega a hablar, se va a producir un escándalo peor que el de Watergate.
-¡Niebla porpagandística! Yo estoy convencido que en el exilio cubano también hay culpables y hay que confrontarlos con evidencias. Hay que juzgar a gente como este señor que usted nombra, para averigüar si realmente estuvo involucrado en el atentado contra un avión cubano. Lógico, pero una cosa no tiene que ver con la otra.
-¿Para qué viajó Fabián Escalante a Dallas, como afirma en su película, el día que mataron a Kennedy?
-No sé, no me quiso contestar. El documento secreto de Martin Underwood, un colaborador de confianza del presidente Lyndon B. Johnson, no lo revela. No lo sabe tampoco. Quizás Fabián Escalante quería observar la operación él mismo. Quizás quería supervisar una acción de rescate de Oswald, eso también puede ser.
-¿Por qué falló el doble agente e íntimo colaborador de Castro Rolando Cubela, en matar a Castro, como había planeado la CIA, con una pluma envenenada?
-Cubela tuvo la posibilidad de matar a Castro porque era comandante de la revolución, tenía cargos oficiales. Siempre que quiso estuvo cerca de Fidel, fue amigo personal del Che Guevara, y si se hubiera decidido a matar a Castro, habría podido hacerlo. No con la pluma quizás, porque la pluma no le gustó. Era un macho con mucha trayectoria militar en la guerrilla y un dirigente militar muy inteligente. El fue quien, junto con el Che, conquistó La Habana durante la revolución.
-¿Qué tan confiable es su testigo clave, Oscar Marino?
-Para mí es un testigo muy confiable. Entre otras cosas porque me costó meses convencerlo de que había llegado el momento de hablar sobre esas maniobras oscuras y él no quería. No quería violentar el código de honor de ex oficiales, también por miedo. Pero lo convencí, y en este proceso uno construye la confianza. En este documental, y dada la seriedad del tema, siempre confrontamos las declaraciones esenciales con otras fuentes independientes.
-¿Cuántas veces estuvo usted en Cuba?
-En mi vida no me acuerdo, 15 veces quizás.
-¿Y con motivo de esta investigación?
-Fue una investigación periodística oficial y en esos casos no se puede ir a Cuba sin un permiso especial, y eso nos costó mucho tiempo; cuando ya estábamos muy cerca de ingresar desde México nos informaron que no nos iban a otorgar la visa. Eso fue en abril del año pasado. Me quejé, mandé un correo electrónico al general Escalante y me dijo que lo sentía mucho, pero que había tenido que viajar, que por eso no nos permitieron el ingreso a Cuba. Pero que podíamos ir, que estaba dispuesto a darnos la entrevista, así que fuimos.
-¿Cuándo?
-Fuimos en mayo de 2005. Después de aquella visita enviamos una carta oficial a Fidel Castro, preguntándole en qué medida tenía él conocimiento sobre un telegrama de la KGB con información sobre Lee Harvey Oswald. Le preguntamos si él ordenó personalmente la operación Kennedy con Lee Harvey Oswald, pero nunca nos contestó.
-¿Qué reacciones ha habido a su documental en Estados Unidos?
-En Estados Unidos todavía no se ha mostrado, se sabe de él por la prensa escrita, pero pese a que no se ha visto la cinta, la reacción de los estadunidenses es fuerte. Sobre todo en la comunidad de investigadores del caso JFK. La mayoría tiene la impresión de que el documental es serio y creo que lo van a estudiar, pues podría aclarar el motivo del gran asesinato del siglo XX.
-¿Tiene algún proyecto futuro en mente?
-No tengo nada en mente; esa fue una investigación muy dura, muy compleja, muy difícil, porque la mayoría de los testigos no quería hablar sobre el tema. Me costó tres años de trabajo, y no solamente a mí, formamos un grupo de investigadores, entre ellos un periodista mexicano, Mauricio Laguna Berber, y el investigador estadunidense Gus Russo, uno de los expertos en el caso John F. Kennedy. Nos costó tres años de arduo trabajo llegar al final, pero fue un viaje de investigación sumamente interesante. Todavía no he terminado. Está lista la versión en alemán, pero falta la versión en inglés y en español.
-¿Cuándo se podrá ver su documental en el mundo hispanoparlante, por ejemplo en México?
La dictadura cubana no descarta actuar por la vía diplomática o judicial contra el documental de la televisión pública alemana ARD "Cita con la muerte" en el que se responsabiliza al servicio secreto cubano G-2 del asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963. "No podemos quedarnos en la ingenuidad de pensar que esto es un simple documental con una tesis ingenua más sobre la muerte de Kennedy. Nos parece muy mal intencionado", dijo el embajador cubano en Berlín, Gerardo Peñalver, en entrevista con la agencia DPA. "No descartaría ninguna acción, por lo absurdo y a su vez grave de las acusaciones. No puedo decir qué respuesta oficial dará el gobierno cubano, pero como embajador de Cuba puedo decir que rechazamos esas incriminaciones y que el gobierno cubano se reserva el derecho de responder como sea necesario", añadió.
JFK Cita con la muerte
Parte 1
Parte 2
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