miércoles, septiembre 25, 2013

Ricardo Santiago Medina dsde Cuba: La esperanza no defrauda, la Iglesia y Orlando Zapata Tamayo

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano 
  Ricardo Santiago Medina escribe:

Debemos tener y mantener nuestra confianza y esperanza en Dios y poner como mediadora a la Santísima Virgen de La Caridad, nuestra Madre de El Cobre, pero esta confianza y esperanza debe estar acompañadas de acciones de la misma Iglesia y del pueblo que den al traste con las necesidades de LIBERTAD y DEMOCRACIA de la nación ...

 Uno de los mensajes fundamentales  que aparecen en la Biblia en los pasajes de la Conquista de la Tierra Prometida, tanto en el Libro de los Jueces como en el Libro de Josué, es que Dios regala pero el hombre tiene que hacer su parte, lo cual está encerrado en las conocidas palabras: Don de Dios y tarea de los hombres.
 ************************

La esperanza no defrauda, la Iglesia y Zapata Tamayo

Por Ricardo Santiago Medina*.
Septiembre 22 de 2003


Es cierto que “La esperanza no defrauda”, desde siempre he presentado a Dios en mis oraciones que los obispos cubanos tomen la postura asumida ahora en esta Carta Pastoral y con esta energía, que es a la vez un reto al gobierno y a aquellos mismos miembros de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) que han mantenido u optado por una postura de pláceme con el gobierno.

He leído minuciosamente la Carta Pastoral y me llama la atención la oración con que se despide la COCC y cito: “… pedimos a la Virgen de la Caridad, Nuestra Madre de El Cobre… Y a los obispos, sacerdotes, diáconos, personas consagradas y fieles laicos, nos conceda el amor y el celo apostólico indispensables para anunciar a Cristo a nuestros hermanos, porque sólo es posible evangelizar la esperanza cristiana que se apoya en la certeza de que Dios cumple siempre su promesa: “yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20)  Esta promesa de Jesús se cumple hoy y se cumplirá mañana. El viento que impulsa la nave de la Iglesia es el soplo del Espíritu Santo, quien también la protege fortalece y santifica…

Con esta oración a todas las ramas del clero y religiosos, a la Iglesia, me detengo con dolor al recordar como mi hermano y compañero de prisión Orlando Zapata Tamayo, murió sin recibir el sacramento de la extremaunción por falta de este mismo amor y de celo apostólico; Zapata, a pesar del seguimiento informativo que se mantuvo durante su prisión, golpizas, huelga de hambre, gravedad, traslado, estado crítico, no fue visitado por ningún sacerdote para recibir el sacramento de la extremaunción.

¿Es acaso ahora cuando llega el soplo del Espíritu Santo a los obispos cubanos?

¿Faltó para Zapata el celo apostólico o tubo la Iglesia Católica en Cuba miedo a pedir al gobierno permiso para administrarle los sacramentos en la prisión Combinado del Este?

¿Se detuvo a estudiar el Colegio Apostólico cubano la crítica situación del gobierno y opta ahora por tomar las riendas de las almas como siempre debió hacer?

En la segunda parte del punto 34 discrepo totalmente con la Carta Pastoral y con todos los que piensan y dicen que: la acción mediadora de la Iglesia, condujo a la excarcelación de decenas de presos políticos.

La libertad de estos presos políticos es el producto de la evitable muerte en prisión, tras más de ochenta días en huelga de hambre del Prisionero de Conciencia Orlando Zapata Tamayo, el sostenido e ininterrumpido reclamo de libertad para todos los presos políticos que mantuvieron en las calles Las Damas de Blanco y la huelga de hambre del Licenciado Guillermo Fariñas Hernández.

Reconozca la “Iglesia” que el Cardenal Jaime Ortega sirvió a la estrategia al gobierno cubano para lavar su imagen ante la opinión pública internacional, para no reconocer  el valor y la muerte en huelga de hambre de Orlando Zapata Tamayo, el activismo de las Damas de Blanco y la huelga de “Coco” Fariñas y para librarse de alguna forma por la condena que trajo este irreparable hecho.

Debemos tener y mantener nuestra confianza y esperanza en Dios y poner como mediadora a la Santísima Virgen de La Caridad, nuestra Madre de El Cobre, pero esta confianza y esperanza debe estar acompañadas de acciones de la misma Iglesia y del pueblo que den al traste con las necesidades de LIBERTAD y DEMOCRACIA de la nación.   La Iglesia y todos estamos llamados desde ya a luchar por estas necesidades y, a participar en el proceso de rescate y formación de todos los valores éticos y morales que han sido arrasados por más de 50 años de dictadura y que han destruido la idiosincrasia del cubano.
*****
    *Obispo de la Iglesia Vetero Católica Nuestra Señora de la Alegría y miembro del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido Cuba Independiente y Democrática (CID).