lunes, abril 06, 2015

Jorge Hernández Fonseca: La Cumbre de las Américas, EUA y Latinoamérica.


La Cumbre de las Américas, EUA y Latinoamérica.

 
Por Jorge Hernández Fonseca.

La semana próxima estaremos de lleno envueltos en las actividades principales y paralelas de la Cumbre de las Américas a celebrase en Panamá. Para la izquierda latinoamericana es una cita que marcará la derrota de los Estados Unidos a manos de la revolución de Fidel Castro. Esto se materializará con el reconocimiento oficial por parte del presidente estadounidense, Barack Obama, de una dictadura comunista con 56 años de opresión. Para el centro y la derecha regional, la cita será una continuación del desencuentro histórico entre EUA y los países al sur de Río Bravo, esta vez apoyando el lado equivocado de la política: el socialismo.

En esta Cumbre y a pesar del evidente y marcado deterioro material y espiritual de la Cuba de los hermanos Castro, de la indigencia en la Venezuela de Maduro, del asesinato político argentino, de la repulsa popular con la corrupción del gobierno izquierdista brasileño, del robo institucionalizado en la familia de la presidenta socialista chilena, de la reciente derrota electoral del indigenista y cocalero de izquierda, Evo Morales y de las presiones castristas en el seno del socialismo centroamericano para encausar un ex presidente salvadoreño --cuyo pecado mayor fue haber enfrentado personalmente al dictador cubano en una reunión internacional-- a pesar de todo ese cúmulo de inmoralidades de la izquierda regional, el presidente norteamericano tomará partido a favor de estos países, que tienen una única religión: el antinorteamericanismo.

La situación anteriormente descrita resultaría absurda para cualquier observador de la política hemisférica, desconocedor de lo que sucede al interior de los Estados Unidos con la política del actual ejecutivo. Hay un rutero de izquierdas en la política interior norteamericana, permitiendo por ejemplo encausar al principal senador cubano-americano que se opone al acercamiento de EUA a la dictadura cubana, sometiéndolo a un bochornoso y dudoso proceso; también en su política exterior, materializada no sólo en su acercamiento a la izquierda latinoamericana como se ha dicho antes, como también en el Medio Oriente --abrazando la causa musulmana en detrimento de la causa israelita-- permitiendo que en Siria se desarrolle el extremismo islámico, pactando con Irán la continuación de su programa atómico, permitiendo a la Rusia revanchista anexarse sin contemplaciones a una parte importante de la Ucrania democrática, entre otros.

Al interior de EUA, no se trata sólo de la permanente disputa entre Demócratas y Republicanos (como lo demuestra el encausamiento del senador demócrata Bob Menéndez, ya mencionado); es una deriva equivocada que favorece a aquellos que quieren la destrucción de Norteamérica y que jamás reconocerán en la política actual algo diferente a una capitulación vergonzosa que sólo terminaría con la puesta de rodillas de la hasta ahora exitosa sociedad norteamericana.

¿Cómo explicarle a los brasileños que protestan contra la corrupción de un partido de izquierda en el gobierno, que en medio de las manifestaciones callejeras de rechazo a la corrupción, la principal responsable de estas estafas, la presidenta Dilma Rousseff, reciba una invitación oficial del presidente norteamericano para que realice una visita de estado a Estados Unidos?

¿Cómo explicarle a los cubanos --repetidamente reprimidos-- que el presidente norteamericano va a Panamá para reunirse con el dictador que los desprecia? ¿Cómo explicarle al sufrido y sacrificado pueblo venezolano que el presidente del país supuestamente más democrático del hemisferio, vaya a Panamá a estrecharle la mano al hombre que no se cansa de instigar el odio entre hermanos, centrando en EUA el “sumun de lo peor”, llamado “Imperialismo”? ¿Cómo explicarle al exilio cubano que se encause a un senador cubano-americano cuando similarmente, otros dos congresistas --acusados de malos manejos recientemente-- fueron perdonados por el mismo ejecutivo que mandó a los tribunales a uno de sus mejores hombres?

Algo de muy equivocado hay en la política que jerarquiza el valor de los enemigos de EUA en detrimento de los tradicionales amigos de Norteamérica. Sólo la historia dará su veredicto.