martes, noviembre 17, 2015

Adiós al Abicú Liberal. Roberto Madrigal escribe a raíz del fallecimiento en Alemania del intelectual y ex Preso Político de Conciencia Jorge A. Pomar

 Jorge Pomar  habla sobre su prisión y sobre los problemas de la actual disidencia política en Cuba


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 Adiós al Abicú

Por Roberto Madrigal
Noviembre 15 de 2015

Ayer quería escribir algo sobre lo sucedido en Paris, pero en eso me llegó una mala sorpresa de carácter más personal. Me enteré de la repentina muerte de Jorge Pomar. Con los años, las muertes de los amigos se vuelven más dolorosas y cercanas, sobre todo cuando uno vive distante de muchas de las personas por las cuales siente cariño.

No conocía a Pomar en Cuba. Sé que fue soldado en Angola y militante del Partido Comunista, un pasado que nunca ocultó pero del cual no se sentía particularmente orgulloso. Fue su honestidad la que lo fue separando de todo aquello porque Pomar, ante todo, era un hombre honesto y de opiniones firmes.

 Su visión política lo llevó a incorporarse a la disidencia. Firmó la “Carta de los diez” junto a María Elena Cruz Varela, Raúl Rivero, Fernando Velázquez, Manuel Díaz Martínez, José Lorenzo Fuentes y Manolo Granados, entre otros, ya que finalmente fueron mucho más de diez los que firmaron y apoyaron el documento. De eso, tras continuar sus actividades opositoras, fue a parar al presidio, del cual salió por una gestión personal del Premio Nobel alemán Günther Grass.

(Jorge A. Pomar)

Como era germanista, fue a parar a Alemania, en donde entre otras tareas se desempeñó como traductor para la cadena televisiva Deutsche Welle. Tuve el privilegio de ser su huésped en Colonia. Fue uno de los más espléndidos, atentos y generosos anfitriones que he tenido. Pude retribuirlo cuando me visitó en Cincinnati. Ambas fueron visitas inolvidables.

Pomar abrió su blog El Abicú Liberal y levantó muchas ronchas con sus opiniones. Si algo nunca tuvo fue miedo. Discrepamos en muchas cosas, pero eso no afectó para nada la amistad. De hecho, muchas de las opiniones que le discutí, se han probado a la larga que él estaba en lo cierto y yo errado.

No es mi intención elaborar un detallado resumé de su carrera, sino solamente despedir al amigo en su sorpresiva y repentina partida. Después que cerró el blog hizo un retiro virtual. Apenas se sabía de él. Mandaba mensajes crípticos de cuando en cuando, por correo electrónico o por Facebook. No sé aún de que murió allá en la ahora lejana Colonia, si de tristeza o de demasiadas cervezas y carnes procesadas. Da lo mismo. Recibe mi triste adiós, amigo, aunque creo que es demasiado tarde para que me escuches.