Nicolás Águila: Del tumor del papa Francisco
Tomado de http://neoclubpress.com/
Del tumor del papa Francisco
Por Nicolás Águila
Octubre 31 de 2015
No hace mucho corría un rumor maligno que hizo metástasis urbi et orbe. El runrún era que el papa Francisco estaba aquejado de un tumor cerebral. A lo cual la Santa Sede, ni tarda ni perezosa, inmediatamente dio un desmentido rotundo.
Enseguida saltó el titular en todos los medios de comunicación, incluyendo las redes sociales: “El Vaticano desmiente que el Papa tenga un tumor benigno en el cerebro”. De modo que el lector desprevenido (y todos lo somos un poco en algún momento) enseguida dio por sentado que el Santo Padre gozaba de buena salud.
En virtud de esos mecanismos de inferencia y presuposición (tan del gusto de los teóricos de la pragmalingüística, el análisis del discurso y otras disciplinas que se ocupan del habla y la comunicación ) llegamos a la conclusión de que el Sumo Pontífice no padecía de ninguna dolencia grave a sus casi 79 años. Si acaso, se había sometido a un chequeo médico rutinario, como cualquier adulto de su edad en cualquier parte del mundo.
Sin embargo, si nos fijamos bien en el enunciado “El Vaticano desmiente que el Papa tenga un tumor benigno en el cerebro” y aplicamos esa lógica de toda la vida que se conoce como sentido común, podemos entenderlo de otras dos maneras diferentes mediante un simple ejercicio de implicación-explicación:
1) Si el Vaticano niega de plano que el Papa tenga un tumor benigno, eso podría implicar que en realidad el tumor que tiene es de naturaleza maligna.
2) Si el Vaticano desmiente que el Papa tenga un tumor en el cerebro, entonces eso podría implicar que lo tiene en otra parte del cuerpo.
Llama la atención que, con la fama de maestros en sutilezas que tiene la curia romana, caiga en esas pifias propias de malos comunicadores. Simplemente tenían que haber dicho: “El Papa no tiene ningún tumor”, y punto. O más a la cubana: “Pancho no tiene na’, caballeros”.
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