sábado, diciembre 12, 2015

Zoé Valdés: Francia y el Frente Nacional FN


Francia y el FN

Por Zoé Valdés
2015-12-09

Francia está enferma, agoniza herida de mentiras. De uno y otro bando de los dos partidos más influyentes no le llueven más que promesas incumplidas. Para esto recurre al Frente Nacional, y lo convierte en el primer partido del país.

¿Sorpresa? ¿Choc? ¿Por qué? Se veía venir. Desde hace años el Frente Nacional no hace más que escalar, salvo en dos ocasiones en que se quedó estancado, y esos fueron dos momentos de crisis interna de los que renació rápidamente.

¿Representa el FN a Francia? Claro que no. Pero lo que sí está comprobado es que representa a una generación que no quiere continuar siendo más engañada. La mayoría de sus votantes está entre los 18 y los 30 años. ¿Quieren estos jóvenes un partido de extrema derecha en la cúpula de este país? No lo creo. Pero lo que sí necesitan, con toda urgencia, es un cambio. Un cambio radical que no proviene de ninguno de los partidos políticos clásicos.

Frente a este acontecimiento, más bien estos partidos lo que han hecho es sacar sus viejas y oxidadas armas, con un lenguaje ya demasiado manido. Ni una sola idea nueva, ni una frase distinta. Lo mismo con lo mismo.


(Marine Lepen)

El Frente Nacional, con su vieja y peligrosa ideología, sin embargo, ha sabido renovarse, primero en la figura de Marine Le Pen y luego en la de su sobrina Marion Maréchal-Le Pen. Ambas mujeres, ambas muy preparadas para el debate político. Jóvenes, lozanas. Y de eso anda sobrado el FN, de una juventud inteligente y analítica, saludable. No se puede decir lo contrario.

El domingo próximo Francia votará nuevamente en las regionales. Nos jugamos mucho. Nos jugamos una identidad usurpada por el FN. Nos jugamos la libertad y un sentido sincero y verdadero de la historia.

Los que voten FN estarán equivocados, pero hasta ahora son una mayoría. ¿Por qué no aceptar que los otros también están equivocados y por culpa de su equivocación es que estamos donde estamos?

Para que el horror no vuelva –y podría hacerlo– no sólo hay que llamar a votar sino que hay que llamar a los partidos existentes a que se renueven y traigan un programa que contemple a toda una juventud bastante perdida.