viernes, febrero 19, 2016

Esteban Fernández: MI ZONA CONFORTABLE

MI ZONA CONFORTABLE

Por  Esteban Fernández
Febrero 18 de 2016


“Confort zone” es un estado mental en el cual el individuo se siente a gusto al estar en un lugar familiar y en control de la situación sin experimentar ansiedad ni estrés.

Cada una de mis hijas quiere coger crédito  por haber descubierto que a su padre, yo, le cuesta mucho trabajo abandonar su “confort zone”. Es decir que si me salgo de donde me encuentro confortable y cómodo yo me siento extremadamente molesto y “cranky”. Y desgraciadamente tienen la razón. Créanme que no considero que esto sea una virtud mía sino un defecto, y próximamente subo la parada y les hablaré de mi absoluta terquedad e intransigencia en la vida.

Les explico: hace como 25 años a media cuadra de mi casa abrió un egipcio una barbería (ver foto grande de arriba). Sólo tuve que caminar unos pasos y fui uno de los primeros clientes en entrar ahí. Elías es un magnífico barbero que ni hablaba inglés ni español pero yo me acostumbré a él. O mejor dicho “él me siguió muy bien la rutina en lo que a mi poco pelo se refiere”.

Bueno, ese es un buen ejemplo porque yo hace más de 15 años que me mudé a 20 millas del egipcio y yo sigo yendo con él.  Desde hace mucho rato no le tengo que indicar nada, ya él de memoria sabe que me da los cortes y en la parte de arriba,  donde me escasea el cabello, no me toca. En California debe haber cientos de barberos mejores que Elías pero con él me siento en mi “confort zone”. ¿Ya nos entendemos?

Para las direcciones soy igual, para cada lugar ya yo tengo hecho mi trillo mental. De ahí nadie me saca. Hace poco mi hija maestra me dijo “Dad, hoy me hace falta que me recojas en la escuela”. Y tuvimos unas palabras porque yo siempre voy por la calle Victory y ella se encaprichó en que viniera por la calle Oxnard que según ella “es más rápida y desierta”. Y no me dio la gana de salir de mi “zona donde me siento cómodo”. Es decir que, como decía la canción guajira, “no  dejo el camino para coger la vereda”

Hace años  Ariel Remos se quedó una semana en mi casa y cuando me lo encontraba en Miami me decía: “Gracias a ti yo le digo a mis amigos que en California hay una sola calle que se llama Victory y no me creen porque el alcalde Tomasito Regalado que fue conmigo y se quedó en otra casa sostiene que California es un Estado bellísimo y enorme que hasta tiene un Dineyland”.

Hasta para comer yo siempre sitúo los alimentos en el mismo orden. Aquí va el arroz blanco, aquí el picadillo y aquí la yuca. Y en eso no admito desvío.

Recuerdo en una época que nombraron a mi ex esposa vice presidente de un banco y yo tenía que acompañarla a cenas y fiestas con clientes y empresarios americanos y yo en todo momento me sentía fuera de mi “confort zone” sin saber que diablos decir. Ahí fue exactamente que yo me enteré como se siente un pescado fuera del agua.

Por eso me entretenía tanto el programa del bar “Cheers” donde “Everybody knows your name”. A mí me encanta ir a lugares donde todo el mundo sabe quien soy yo, y cuando voy a un restaurante cubano a los cinco minutos el dueño está sentado en mi mesa conversando conmigo. Y en cada uno de los restaurantes siempre PIDO LO MISMO para no fallar. ¡Oh, cuanto yo disfrutaba cuando iba al Liborio Market porque conocía a Enriquito Alejo, el dueño, casi desde que nací!. Y tomarme un café que no sea Gaviña es casi un sacrilegio. Si me dicen que “Ese no es café La Llave” es sacarme de mi “confort zone”.

¿Cuantos lugares de vender sándwiches hay en esta ciudad? Muchísimos, sin embargo, yo manejo 12 millas para ir al Jersey Mike’s que está en Fallbrook porque me encantan, el lugar siempre está super limpio y soy atendido extraordinariamente bien por el encargado  Rafael Barrera y el resto de los empleados.

Siempre iba al mismo cine durante los últimos 10 años. Un mes le llevó a mi hija Sandra convencerme de que hay otro mejor, más cerca, más barato y tiene asientos reclinables. Ya estoy yendo ahí a regañadientes.

Y ya sé que mis escritos no son los mejores del mundo, simplemente yo aspiro a que usted ya los haya situado en su “confort zone”. Como bien me decía Berto un empleado del periódico 20 de Mayo: “¡Tus columnas son una basura pera ya yo estoy acostumbrado a leerlas!”.