lunes, abril 04, 2016

Documental de Miguel Coyula sobre el Rafael Alcides. Una ofensa a Rafael Alcides: la embajada norteamericana en La Habana le negaron al poeta Rafael Alcides la visa para viajar a los Estados Unidos. invitado por Neo Club Ediciones para recibir el Premio Nacional de Literatura

 Documental de Miguel Coyula  sobre Rafael Alcides
Episodios de la mini serie web cubana con el poeta Rafael Alcides
Published on Dec 2, 2015

Episodio 1 -
 Las Cosas Lindas / The Beautiful Things



Episodio 2
Artistas y Políticos / Artists and Politicians



Episodio 3
Sobre la belleza / About Beauty




 Episodio 4
Erase una vez en Biran / Once Upon a time in Biran



Episodio 5
El Pueblo / The People


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Tomado de http://www.circulocinico.com/?p=794

Una ofensa a Rafael Alcides

Por Luis Cino
Arroyo Naranjo
9 de marzo de 2016

El pasado 2 de marzo, en la embajada norteamericana en La Habana le negaron al poeta Rafael Alcides la visa para viajar a los Estados Unidos.

Alcides, invitado por Neo Club Ediciones, se proponía viajar a Miami para recibir el premio nacional de literatura (compartido con el también poeta Manuel Díaz Martínez, residente en Canarias) que le confirió en diciembre del pasado año un jurado de escritores del que tuve el honor de formar parte.

El poeta, de 82 años, no podrá viajar a recibir el premio porque la funcionaria consular que lo entrevistó consideró que era “un posible inmigrante”. A la funcionaria, para llegar a tal conclusión, le bastó con enterarse de que el anciano tiene un hijo que reside desde hace años en los Estados Unidos.

Parece que la funcionaria no concedió demasiada importancia al hecho de que Alcides tiene otro hijo, de 20 años, el hijo de la vejez, que vive con él, en su pequeño apartamento en Nuevo Vedado.

Tal vez Alcides, que está recién operado y estaba agotado luego de la larga espera para la entrevista, se puso nervioso ante la suspicacia que es habitual en estas entrevistadoras y, poeta al fin –ya sabemos cómo son-, convencido de la certeza de sus argumentos, no se esforzó demasiado en las respuestas a las preguntas que pretenden “cogerte de atrás palante”, como decimos por acá.

Sabemos de la cantidad de personas que son rechazadas en estas entrevistas y a las que no se les concede la visa porque los consideran, basados en razones indescifrables, “posibles 
inmigrantes”. Consideran –y puede que tengan razón- que  con lo jodido que está este país luego de más de medio siglo de desastre castrista, todos los cubanos somos potencialmente “posibles inmigrantes”.  

He visto la tristeza en los ojos de los que ven frustrados sus sueños de visitar a sus padres, hijos y hermanos residentes en los Estados Unidos y a los que no ven desde hace muchos años. He visto a algunos hasta llorar en el vecino parque que llaman -como al famoso muro de Jerusalén- “de las lamentaciones”.  

Sé que es pedir demasiado, pero debieran ser menos subjetivos y un poco más cuidadosos con los sentimientos de las personas estos funcionarios consulares.

Es bochornoso que le hayan negado la visa a Rafael Alcides. Es una ofensa  la sospecha de que sea “un posible inmigrante”.

¡Que pena! ¡Se ve que no conocen al poeta!

Jamás se iría Alcides de su país, de su gente, de su paisaje.  Sería como acelerar la llegada de la muerte.

No concibo a Alcides exiliado. Él,  que ha tenido oportunidades de irse, ha preferido quedarse con los suyos, a dar lecciones de dignidad y resistencia en el insilio, que es l                                                                                                                                                                                         o más difícil, lo que requiere más firmeza, aunque muchos se nieguen a entenderlo así.

El autor de “Agradecido como un perro”, quien fue uno de los más importantes poetas cubanos de la llamada Generación de los 50, sin dejarse doblegar, se ha negado a publicar en su país mientras no haya libertad y democracia. Mientras, se ha hecho a un lado, a presenciar el deprimente desfile de los mediocres y los serviles.  

Laborioso y testarudo, con la paciencia terca de de los que se saben dueños absolutos del tiempo y las palabras, Alcides tiene un almacén doméstico de poemarios y novelas inéditas. Hace unos años, cuando lo entrevisté, me dijo que publicar en el exterior “no es bueno para la salud”.  

El poeta de Barrancas, sobreviviente de un mundo que se deshace y se vacía,  vive y muere cada día en La Habana, “con vidrios molidos en la boca”.

Le han negado la visa para viajar  a los Estados Unidos a Rafael Alcides, que es un monumento viviente a la dignidad y al arte de los creadores libres en Cuba, y sin embargo, se la conceden a  reguetoneros disfrazados de artistas, corifeos del castrismo, pelafustanes disfrazados de reformistas, disidentes de utilería de última hora  y académicos apologistas del castrismo. ¿Es a eso a lo que llaman “intercambio cultural” y “contactos pueblo a pueblo”?     
luicino2012@gmail.com