Más de medio siglo sin buscar a Camilo. Tania Díaz Castro desde Cuba: ¿Encontrar sus restos significaría cambiar la historia de la Revolución Cubana?
- Una de ellas es que la explosión fue accidental producto de explosivos militares cubanos que se transportaban en aviones civiles cubanos, como sucedió cuando enviaron a miembros de Tropas Especiales del MININT en la operación Carlota para frenar la toma de Luanda por tropas de la UNITA después de la declaración de independencia de Angola y Agustino Neto pudiera tomar el Poder..
- Otra hipótesis, planteada por el ex preso político Eduardo Prida, es que Félix Reina, uno de los jefes de los Órganos de Control de la DAAFAR, fue el ancargado de llevar a cabo esa autoagresión.
- La hipótesis más conocida, aparte de la Castrista, es la que involucra a Orlando García y al Ricardo ¨Mono ¨Morales Navarrete por encargo de la entonces Dirección General de Inteligencia de los Castro , la cual aparece en este post. En el año 1982 se le hizo una entrevista televisiva a Morales Navarrete y en ella éste se autoinculpa como responsable de esa explosión.
Desde mucho antes habíamos planeado la fuga. En un principio, durante mis vacaciones de ese año, hice contacto con un amigo cercano. Con él tuve la primera conversación sobre el tema. Ambos fuimos a ver a Raúl Muñoz, ex capitán del remolcador 13 de Marzo que en aquel momento capitaneaba otra embarcación de la Empresa de Navegación Mambisa. Se produjo entonces otro lazo importante para nuestros planes. Después de nuestro fructífero encuentro con Muñoz, nos reunimos con Fidencio Ramel Prieto, jefe de operaciones del puerto de La Habana y secretario del Partido Comunista de Cuba en aquel lugar. Había confianza. Muñoz y Ramel Prieto tenían el mismo deseo que nosotros de huir de Cuba.Así, entre todos, planeamos los pormenores de la fuga. Antes del 13 de julio hubo tres intentos de abandonar el país, pero por diversas razones tuvimos que suspenderlos.Finalmente, el día 13 logramos abordar el remolcador 13 de Marzo. Ramel Prieto tenía el barco bajo su control, inclusive la llave del motor y el timón. Es costumbre desactivar el timón de estas embarcaciones cuando se encuentran en puerto.Y de sólo poner proa rumbo al Estrecho de la Florida, aún dentro de la bahía de La Habana, supimos que la Dirección de Seguridad del Estado conocía nuestros planes.
Zarpamos a unos 300 metros de la capitanía del puerto, que está en medio de la bahía. Bordeamos muy despacio el área de Regla, alejándonos lo más posible de la capitanía. Al pasar por el área de la capitanía un remolcador, del tipo conocido como Polargo, nos vino encima a unos 200 metros de la fortaleza de El Morro y nos lanzó los primeros chorros de agua con mangueras de alta presión.Había gente en el Malecón habanero, parejas de novios, y comenzaron a gritar al ver que el Polargo trataba de hundirnos. Las mujeres y los niños subieron a cubierta para que los tripulantes del otro barco se percataran de que iban a cometer un asesinato. Ellos no se detuvieron. En medio de varias maniobras, el 13 de Marzo chocó con el Polargo, y en el incidente logramos poner proa hacia afuera. Al salir de la bahía a mar abierto, sin embargo, había otras dos embarcaciones Polargo esperándonos escondidas detrás de El Morro. Entre los tres barcos hacen un cerco al 13 de Marzo, y dos de ellos nos lanzan potentes chorros de agua. Comienzan entonces a alejarnos de la costa. Nos embestían y golpeaban, una y otra vez tratando de volcarnos. La maniobra no surtió efecto porque el 13 de Marzo era potente.Entonces se colocó un Polargo delante de nosotros y otro detrás, este último era el que nos golpeaba. Así lograron quebrar la estructura del 13 de Marzo, el cual comenzó a hundirse por la popa. En ese momento, el Polargo de atrás nos "escoreó", es decir se montó encima de nuestra embarcación, la cual se hundió hasta la mitad. Unas 30 personas quedaron atrapadas en la bodega del 13 de Marzo. Los que logramos salir a la superficie vimos que las tres naves Polargo giraban a nuestro alrededor a alta velocidad, tratando de hundirnos. Se mantuvieron haciendo remolinos durante 40 minutos. Era evidente que tenían el propósito de no dejar sobreviviente alguno que luego se convirtiera en un peligroso testigo. Entre 15 y 18 personas que salimos a la superficie nos asimos a una nevera que flotaba. Asi pudimos salvarnos. Mi pequeño hijo Sergio estaba aferrado a mí. No sabíamos nada del resto de la familia.
Rescate a "regañadientes"
Para nuestra sorpresa, vimos que los tres Polargos quedaron quietos y una lancha torpedera de Guardafronteras entró hasta donde flotábamos. Nos recogieron. Al subir a la lancha nos percatamos de que un barco de bandera griega, que se encontraba a unos 800 o mil metros de distancia, trataba de entrar a la bahía de La Habana. Comprendimos entonces por qué habían detenido la masacre y nos habían recogido. La lancha torpedera sabía, desde el principio, lo que estaba ocurriendo. Nos había seguido y sus tripulantes habían sido testigos del hundimiento del 13 de Marzo. Nos recogieron a las 4 de la madrugada y nos mantuvieron dando vueltas en el mar hasta las 11:30 a.m., cuando recibieron la orden de conducirnos a Jaimanitas. Cuando llegamos a una base naval de aquel lugar, había coroneles y generales. Nos encerraron en calabozos hasta las 6 de la tarde. A esa hora, seis niños y cinco mujeres que había entre los sobrevivientes fueron llevados a sus casas. A los hombres nos trasladaron a Villa Maristas, la sede de la Dirección de Seguridad del Estado. Allí permanecimos por espacio de 20 días, tras los cuales nos impusieron prisión domiciliaria.
HUNDIMIENTO DEL REMOLCADOR 13 DE MARZO
Más de medio siglo sin buscar a Camilo
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¿Encontrar sus restos significaría cambiar la historia de la Revolución Cubana?
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Por Tania Díaz Castro
Junio 14, 2016
En más de medio siglo transcurrido, jamás se ha hecho un trabajo de rescate de los restos del avión que cayó al mar, el 28 de octubre de 1959, con el joven guerrillero y sus dos acompañantes.
Sin embargo, la prensa gubernamental, sobre todo el periódico Granma, ha destacado numerosas tareas arqueológicas subacuáticas, llevadas a cabo en las aguas del archipiélago cubano, por especialistas de instituciones científicas.
En 2010, un grupo de arqueólogos de la Oficina del Historiador de la Ciudad encontró un valioso tesoro en las profundidades de la bahía de La Habana: 500 toneladas de losas de cerámica que transportaba un barco español en 1909.
En 2012, la National Geographic Society galardonó por primera vez al arqueólogo cubano Daniel Torres Etayo, con el Premio Emerging Explorer, al descubrir los restos de un barco enterrado en arenas cubanas, que arribó a la Isla 500 años antes que Cristóbal Colón descubriese América.
En 2013, de nuevo el equipo de arqueología subacuática de la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana descubrió otro tesoro, compuesto de vajillas de loza, porcelana inglesa, lámparas, instrumentos de navegación y otros, perteneciente a un buque construido en Nueva York en 1805 y hundido en las aguas cubanas de Santa Cruz del Norte en 1814.
Por último, otro hallazgo arqueológico ocurrió el 22 de agosto de 2014, cuando un grupo de pescadores en Puerto Esperanza, municipio de Viñales, Pinar del Río, encontraron numerosas piezas de gran valor histórico, pertenecientes a un barco hundido en el siglo XVII ó XVIII.
El avión tipo Cessna, con dos motores, de color rojo y blanco, donde viajaba Camilo con el primer teniente Luciano Fariñas, un experto piloto con más de1 500 horas de vuelo en Cessnas, nunca ha sido buscado con tecnologías especializadas de los últimos años.
¿Es que encontrar sus restos significaría cambiar la historia de la Revolución Cubana?
¿O es que no se buscan sus rastros porque el avión de Camilo nunca existió? Y si el avión no existió, puesto que no se busca, ¿por qué ese espectáculo macabro de llevar a los niños a que lancen flores al mar, donde no murió Camilo?
La hipótesis hecha en 2001 por el prestigioso periodista Carlos Franqui y publicada en su libro Camilo Cienfuegos, nunca ha sido respondida y aclarada en Cuba.
Mucho menos ha sido aclarado por qué el Che Guevara cuenta en su diario cómo estaba abandonado, sin comunicaciones, sin envíos de refuerzo, ni de rescates, a pesar de los miles de guerrilleros preparados en los campamentos castristas de La Habana.
Preguntas que siempre han quedado en el aire, gracias a un silencio de años por parte de la dictadura cubana.
En el discurso de Fidel Castro, para anunciar la muerte de Camilo, expresó: “Han tratado de insinuar canallescamente, vamos a sacar a relucir las bolas y todas las cosas que se quieran porque en definitiva nosotros no tenemos nada que ocultar, nos hemos acreditado suficientemente ante el pueblo de haberle dicho siempre la verdad”.
Pero las bolas han persistido, sobre todo en el pueblo. Jamás se ha hecho lo necesario para que las nebulosas desaparezcan.
El misterioso fantasma de Camilo Cienfuegos espera por la verdad.
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