lunes, agosto 22, 2016

Rafael Azcuy González: ¡PATRIA QUERIDA!

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Mi preferida definición de PATRIA es la que dió  nuestro José Martí, Apostol de la Independencia de Cuba:

¨ Y no constituye la tierra eso que llaman integridad de la patria. Patria es algo más que opresión, algo más que pedazo de terreno sin libertad y sin vida, algo más que derecho de posesión a la fuerza. Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas.¨ 

Tengo la opinión que  el Castrismo nos quitó a los cubanos esa esperitualización de un país a la que llamamos PATRIA al eliminar  en el pueblo cubano esa  necesaria ¨fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas¨, al sembrar y cultivar el odio dentro del pueblo cubano cómo nunca antes había existido y al desarraigar las esperanzas en la mayoría del pueblo cubano.

José Martí también  escribió:

cuando todas las manos
Son pocas para el afán,
¡Oh, patria, las usarán
En herirse los hermanos!

Algo en el alma decide,
En su cólera indignada,
Que es más vil que el que degrada
A un pueblo, el que lo divide.

¿Quién con injurias convence?
¿Quién con epítetos labra?
Vence el amor. La palabra
Sólo cuando justa, vence.

Si es en uno el honor, los modos
Varios se habrán de juntar:
¡Con todos se ha de fundar,
para el bienestar de todos!
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¡PATRIA QUERIDA!

 
Por: Rafael Azcuy González
21 de agosto de 2016

Todos de una manera u otra recordamos la patria querida con nostalgia y tristeza. Es un sentimiento del que no podemos liberarnos a pesar de que muchos digan que no quieren saber de ella y  allí  nunca regresarán, pero en el fondo todos de una manera u otra llevamos en lo más íntimo de nuestros recuerdos los días felices y tristes que  allí  vivimos.

Consideramos que el gran manipulador que fue Fidel Castro tiene un gran peso en este asunto al llegar a confundir a una parte de nuestro pueblo con su concepto de que revolución, patria y Fidel eran lo mismo. De igual forma pretendió que nuestro Apóstol había sido el autor intelectual del asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba y nadie más lejos de esta acción -suicida, putschista y fratricida, con marcadas ambiciones personales- que aquel  mártir hermano que  aspiraba a liberarnos del coloniaje de una potencia extranjera  para crear una república cordial con todos y para el bien de todos.

Mi abuelo español decía que la Patria era el país donde se vivía mejor; sin embargo creo que fue Unamuno quien dijo que Patria no es el lugar donde descansan nuestros muertos sino donde se mece la cuna de nuestros hijos. Muchos amigos y familiares me han comentado al abordar este asunto que ya nunca yo encontraré aquel lugar idílico en que transcurrió mi infancia, adolescencia y madurez; sería una búsqueda inútil del tiempo perdido, pues mucho ha sido el daño ecológico y social hecho por casi 60 años de anarquía  gansteril castrista. Tengo familiares que no querrían volver jamás a ver su terruño campestre, pues quieren tener en su memoria aquel lugar querido y cuidado en el que sus padres los procrearon y criaron y que ahora se encuentra devastado como toda la nación. A mi padre le expropiaron la poca tierra que le quedaba con el pretexto de que no sembraba tabaco. Todos los intentos de mi hermano y míos por llevarlo un día a visitar su antigua finca, en un barriecito campesino de Pinar del Río, fueron inútiles, pues a pesar de vivir en Cuba no quiso volver jamás allá, pues como decía: “ello  le daría mucha tristeza”.

Sé que muchos amigos se han ido para siempre  -como todos tendremos que irnos algún día-  también  parte de nuestros familiares, nuestros padres, con ellos también se fue parte de nuestras almas.  Ya nunca será igual que antes: siempre que nos presenten algún plato el recuerdo nos traerá que era del gusto de ellos, cuando necesitemos un consejo o un consuelo ansiaremos con nostalgia y pena su presencia. Por muy felices que estemos en fechas señaladas e importantes de nuestras vidas siempre anhelaremos en esos momentos su compañía, nos faltará ya por siempre su presencia querida como en la casa de la familia que quizá ya no exista, pues nunca la felicidad es completa si no es compartida. Del único paraíso que jamás podrán echarnos los Castro será del de nuestra memoria y en ella vivirá la Patria, aquella que idealizamos con lo bueno y con lo malo arropados por nuestra familia hasta el fin de nuestras vidas.

Martí prefirió vivir “sin patria pero sin amo”, pero nunca la  olvidó y supo morir por ella. Nuestro poeta nacional, José María Heredia, la recordaba con amor en su Himno del Desterrado:


                                         Cuba, Cuba, que vida me diste,
                                         Dulce tierra de luz y hermosura,
                                         ¡Cuánto sueño de gloria  y ventura,
                                         Tengo unido a tu suelo  feliz!