Tania Díaz Castro desde Cuba: Fulgencio Batista fue un dictador demócrata. Pedro Pablo Arencibia: Breve exposición sobre el régimen de Fulgencio Batista respecto a las elecciones generales de 1954 y 1958
Los resultados de esas elecciones de 1954 fueron:
Elecciones presidenciales de Cuba de 1954
Las elecciones presidenciales de Cuba de 1954 se llevaron a cabo el 1 de noviembre de ese año (1). Fulgencio Batista fue elegido presidente de la República para el período 1955-1959.
A lo largo de 1954 hubo algunos intentos de sabotaje al proceso electoral, incluyendo un complot organizado por el ex presidente Carlos Prío Socarrás y su ex Secretario de Educación. Durante la campaña electoral, Ramón Grau mostraba una importante intención de votos, pero no la suficiente para triunfar (2).
Los abstencionistas, que en general apoyaban a Prio, los Ortodoxos y los Comunistas boicoteaban los actos de Grau, irrumpiendo en los mismos con consignas revolucionarias. Los actos de Batista, por el contrario, se desarrollaban sin disturbios (2).
El ex presidente Grau, sospechando que Batista cometería fraude, renunció a su candidatura dos días antes de los comicios. Batista fue entonces elegido presidente sin oposición. La participación se redujo a un 52,6% frente al 79,5% de las elecciones de 1948 (3).
(1)Aquel 30 de septiembre de 1954 Juventud Rebelde, 29 de noviembre de 2009.
(2) Cuba 1952-1959: The True Story of Castro's Rise to Power . Manuel Márquez-Sterling. Páginas 56-57. ISBN 978-0-615-31856-1
(3) Cuba: order and revolution. Jorge I. Domínguez. Página 124. ISBN 0-674-17925-0
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En el libro ¡25448, No! Roberto Martín Pérez, de Rafael Cerrato Salas
se lee
"Batista anunció elecciones para noviembre de 1954. Se presentaron a estos comicios Batista y Grau San Martín, quien se retiró en el último momento consciente de su derrota, alegando sus partidarios habían sido aterrorizados. Batista fue elegido presidente con el 45, 1 % de los votos. Grau recibió sólo el 6, 8 %. A partir de este momento quedaba restablecida la constitución de 1940."
Fulgencio Batista sí buscó una salida electoral ante una insurrección armada:
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(año 2008)
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Un breve vistazo a la historia del general nacido en Banes basta para concluir que no fue tan tirano como Fidel Castro
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El Presidente Fulgencio Batista, el General Francisco Tabernilla y el Jefe de la Policía Hernando Hernández haciendo guardia de honor al cadaver del Jefe de la Policía Nacional Rafael Salas Cañizares, quien fuera muerto en la Embajada de Haiti buscando a revolucionarios asilados en dicha embajada que supuestamente habían asesinado al Coronel Blanco Rico en el Cabaret Montmatre. Blanco Rico fue asesinado cuando montó en el elevador del cabaret para ir rápidamente a ver a su hijo que supuesta y falsamente había sufrido un accidente; se dice que Rolando Cubelas estuvo en el grupo que asesinó a Blanco Rico quién era Jefe del SIM más por influencias que por su hoja de servicios. Comentario y foto añadidos por el bloguista de Baracutey Cubano.
Por Tania Díaz Castro
Agosto 4, 2016
LA HABANA, Cuba.- Un breve vistazo a la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958), nos obliga a decir, si este concepto se pudiera utilizar en política, que estamos ante un dictador demócrata.
En agosto de 1955 pudo crearse en Cuba, sin discreción alguna, la Sociedad Amigos de la República (SAR), cuyo propósito fue unir a toda la oposición política del momento.
Don Cosme de la Torriente (Cuba 1872-1956), una de las figuras históricas más prestigiosas del país, convertido en el alma de dicho movimiento, en octubre solicitó una entrevista con Batista. Quería reclamarle unas elecciones libres, como lo requería la Constitución de la República.
Al negarse Batista, aludiendo la falta de condiciones legales de Don Cosme para exigir tales peticiones, éste decidió el 19 de noviembre organizar un gran mitin o reunión pública a lo largo de la Alameda de Paula, en el barrio portuario de La Habana, en el que participaron decenas de líderes opositores y cientos de simpatizantes del SAR.
Menos los comunistas, todos los opositores a la dictadura de Batista estuvieron presentes: José A. Echevarría, presidente de la FEU, Raúl Chibás, de los ortodoxos, Carlos Prío, Ramón Grau San Martín, Miró Cardona, Rogelio Pina, del SAR, Amalio Fiallo, del Partido Radical, José Andreu, de los demócratas, el destacado periodista José Pardo Llada y otros.
Por supuesto, el Movimiento 26 de Julio estuvo ausente. Incluso Fidel Castro exhortó desde su exilio mexicano a los ortodoxos para que no asistieran.
Sobre este hecho, que demuestra a las claras que Batista no fue tan tirano como Castro, nada dicen los medios masivos de divulgación, todos pertenecientes al régimen castrista. Tampoco dicen que Fidel no admite siquiera que un grupo de mujeres vestidas de blanco, familiares de presos políticos se manifiesten pacíficamente en las calles.
Fue precisamente 1955 el mejor año de la economía cubana. El turismo fue mayor que en ocasiones anteriores, la producción nacional fue un 7 % superior al año anterior y los habaneros veían complacidos un gran auge constructivo: rascacielos, hoteles de primera, nuevos barrios, así como bellos edificios para ministerios y viviendas, al sur y al este de la ciudad.
(Fulgencio Batista y Don Cosme de la Torriente, quién había sido Coronel del Ejército Libertador y Presidente de un importante Tribunal Internacional, entre otras responsabilidades. Foto y comentario del Bloguista de BC)
¨El mitin contra Batista –así lo califica el célebre historiador inglés Hugh Thomas- representó un hito en la historia de la oposición demócrata¨. Batista, después de declarar que ¨es bueno para el país que ocurran esos mítines¨, aceptó entrevistarse con Don Cosme en dos ocasiones: el 29 de diciembre y el 10 de enero de 1956. En su última entrevista le propuso al líder octogenario que se ocupara de organizar un diálogo cívico entre todas las fuerzas opositoras, algo que no se logró.
Mientras tanto, la policía utilizaba los métodos más tradicionales para eliminar a los terroristas y Fidel Castro se mantenía firme en mantener la violencia, pensando en una invasión y una guerra de guerrillas que nunca logró su objetivo: derrocar al gobierno, algo que sí ocurrió, para sorpresa de todos, cuando el dictador se marchó del país con amigos y colaboradores, pensando en un futuro de paz.
Pero la paz claro que no llegó. El hombre que ocupó la vacía silla del más alto poder era un joven belicoso, demasiado inclinado a la guerra, utilizando el dinero del pueblo para llevarla a países amigos por espacio de varias décadas.
Era de esperar su reacción cuando el diálogo de la oposición democrática fracasó en los primeros meses de 1956. Supo provechar la situación y en términos irrespetuosos soltó una andanada de insultos, tildándolos de ¨políticos de mala fe¨, ¨envidiosos mediocres¨, y argumentando ¨intrigas de incapaces¨, ¨propio de la cobardía de los intereses creados¨.
Cualquier analista político hubiera declarado que el futuro guerrillero siempre se inclinaría por romper las ataduras de la política democrática normal. No quería ser un simple presidente por cuatro años, olvidado entre un montón. Quería un imperio que le ofreciera combates. Quería gobernar hasta el sepulcro.
Fue y es así. Fidel tenía sus propios planes imperiales con Batista: convertirse, en pleno siglo XX en otro de los personajes históricos de Plutarco, preferiblemente Alejandro Magno, o Julio César, o cualquier otro de los antiguos dictadores del famoso libro Vidas Paralelas, que Fidel se estudió en la cárcel. Como se vio reflejado en aquellos varones, los súbditos de su prensa le endilgan un grandioso pasado, sin Libreta de Abastecimiento, ni Periodo Especial durante más de medio siglo.
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