¨Cuba primero¨. Zoé Valdés sobre Guillermo Fariñas
- Si Fariñas era un legítimo opositor, con esa recomendación de la Embajada se lograba sembrar sospechas sobre él en ciertas personas..
- Si Fariñas era, o es, un infiltrado dentro de la oposición, su propaganda como opositor en la Alcaldía de París reforzaría su fachada y leyenda como opositor en ciertas personas y finalmente, cuando se diera a publicidad su carácter de agente Castrista infiltrado pondría en ridículo a la oposición y a todos los que lo homenajearon en determinado momento, incluyendo la Alcaldía de Paris. La Seguridad del Estado Castrista en ocasiones va contra la lógica más inmediata para romper esquemas que puedan descifrar sus planes. Recordemos que hay agentes que son ¨desechables¨.
- Si Fariñas fuera un opositor legítimo pero la Seguridad del Estado le conociera ¨trapos sucios¨ de alguna índole, la Alcaldía de París haría el ridículo cuando la Seguridad del Estado expusiera públicamente esos ¨trapos sucios¨.
Por Zoé Valdés
Septiembre 14, 2016
Supe de la existencia de Guillermo Fariñas en el año 2006, leyendo la web española ‘Periodista Digital’, en un artículo que hablaba de su huelga de hambre (la que tocó por la libreta en aquel entonces), en la que el huelguista reclamaba al régimen el derecho a que los ciudadanos cubanos pudieran acceder a Internet. En los comentarios muy pocos lo apoyaban, una buena cantidad lo insultaba y hasta lo criticaban duramente porque en lugar de exigir premisas más importantes se limitaba a lo de la conexión a internet, lo que en muchas otras partes del mundo, por las razones que fueren, tampoco puede ser posible. En uno de los comentarios lo amenazaban de muerte. Me pareció demasiado violento y escribí al correo de ‘Periodista Digital’ para que, en ese post específicamente moderaran los comentarios y no permitieran amenazas de semejante envergadura a un hombre indefenso. Para mi asombro el artículo fue retirado. Luego supe que decidieron hacerlo porque su contenido generaba tal cantidad de comentarios odiosos en contra de los cubanos, juzgados todos a través de la huelga de este señor y de sus reclamos, que prefirieron borrarlo. Pensé: No es bueno, esto no es bueno.
En febrero del 2010 falleció por una huelga de hambre en una cárcel castrista el opositor Orlando Zapata Tamayo. Yo me encontraba en Florencia y recibí una llamada del Director de Informativos de France 3, señor Michel Reinette, quien quería unas declaraciones mías y de paso avisarme de que en breve me llamaría otro periodista de la cadena. Pero no fue el periodista quien me llamó, sino el propio Michel Reinette para comentarme, muy asombrado, que otro disidente se había puesto en huelga de hambre. Todavía ningún medio de prensa se había hecho eco de esa nueva huelga, la que no fue anunciada hasta el día siguiente.
Reinette, como buen profesional, opinó que esa huelga que ahora se anunciaba caía en mal momento, pues sin duda alguna opacaría el tremendo efecto de la muerte de Zapata Tamayo. Los medios del mundo entero enfocarían al segundo huelguista y la noticia del fallecimiento pasaría a un plano inferior.
No hubo intenciones de su parte de, como dicen los franceses, “ponerme la pulga en la oreja”. Pero me la puso. ¿Cómo era posible que un medio televisivo francés estuviera al tanto de la huelga de un disidente antes que el propio disidente la proclamara? Y claro, tuvo razón. Tal como va la velocidad de las comunicaciones hoy en día, un acontecimiento reemplazaría al anterior, mucho más importante que el que se avecinaba.
Así fue, de inmediato la huelga de Guillermo Fariñas tomó proporciones increíbles y acaparó las noticias. La muerte de Orlando Zapata Tamayo pasó a un plano secundario, como referencia hacia aquel que podría ser el próximo muerto: Guillermo Fariñas. Que como todos sabemos no murió.
En mayo del 2010 organicé con la Alcaldía de París un homenaje a las Damas de Blanco, justo en el momento en el que se había agudizado la represión en su contra. Antes de poner manos a la obra llamé por teléfono a Laura Pollán y ella, como líder del movimiento, me dio su aprobación. El homenaje se puso en marcha y se realizó durante dos días, con gran cobertura de la prensa francesa y apoyo de las organizaciones internacionales defensoras de los DDHH. Allí estuvieron personalidades de la cultura cubana en el exilio, como la pintora Gina Pellón, y figuras relevantes de la cultura francesa.
A raíz de este homenaje, conseguí reunirme con las máximas autoridades de la Alcaldía. En uno de esos encuentros se me pidió que diera el nombre de un disidente cubano pues la Alcaldía había pensado colocar su foto durante un año a tamaño gigante en la fachada del imponente edificio, como habían hecho y hacen anualmente con disidentes de todas partes del mundo, por ejemplo como se hizo con la disidente birmana Aung San Suu Kye y el soldado israelí Gilad Shalit.
No dudé ni un segundo y di el nombre de las Damas de Blanco. Llevaba en mi bolso una postal de hacía un cierto tiempo donde ellas aparecían en fila, caminando con sus gladiolos por la 5ta Avenida habanera. Encabezaban la manifestación Laura Pollán, Berta Soler, y Gloria Amaya en silla de ruedas. Mostré la foto proponiendo que podía ser la que iría en la fachada.
No bien solté el nombre de las Damas de Blanco uno de los subtenientes del Alcalde socialista (aunque muy anticastrista) saltó e hizo otra proposición. El nombre de Guillermo Fariñas salió entonces a relucir, avalado por la huelga que había iniciado con la muerte de Orlando Zapata Tamayo. Argumenté que me parecía más coherente que fueran las mujeres cubanas, homenajeadas por ellos recientemente, y en aquel momento brutalmente reprimidas, las que recibieran el reconocimiento de la ciudad de París al impactante mensaje que enviaban ellas al pueblo de Cuba y al mundo marchando pacíficamente por las calles habaneras.
El subteniente siguió empecinado en Fariñas. Por mera curiosidad pregunté por qué una huelga de hambre era para él más importante que la constancia de estas mujeres, madres, hijas y hermanas de los presos políticos. Turbado respondió que él de Guillermo Fariñas no sabía mucho, pero que con él se había seguido el procedimiento corriente con cada uno de los disidentes a los que la Alcaldía homenajeaba: Habían llamado a la Embajada de Cuba en París y al preguntar por el disidente que ellos creían meritaba ser reconocido como tal por la Alcaldía, la persona que lo atendió dio el nombre de Guillermo Fariñas. El segundo aval de Fariñas provenía entonces de la Embajada de Cuba en París.
Con los ojos como platos le expliqué al subteniente que una información proveniente de la Embajada castrista para mi no tenía un valor sustancial. Todo lo contrario. Sobre todo porque lo que en otras embajadas podía ser una información que debía ser tomada en cuenta, dada la importancia y celebridad internacional de los disidentes y la diversidad de tendencias políticas de sus diplomáticos y empleados, en el caso de Cuba podía ser totalmente manipulador ya que todos los que allí trabajaban respondían a un único partido político, el comunista, y recibían órdenes directas del régimen. El subteniente oyó mis argumentos, pero al final reiteró que ellos elegían a aquel opositor que fuera reconocido como tal por su propio gobierno. Quedaron en averiguar más. Pasado un corto tiempo me llamaron de la Alcaldía para informarme que un disidente de otro país había sido ya elegido, y que pensarían en Cuba para otro momento.
Tras aquella reunión llegué a casa y busqué en la computadora información sobre Guillermo Fariñas. Me encontré con su pasado militar, el que ya muchos de nosotros conocemos, y que curiosamente no aparece en su actual biografía publicada en Wikipedia.
Para no cometer imprudencias, pedí información sobre el huelguista a varios opositores de dentro y fuera de la isla. Uno de ellos, miembro del MCL, me explicó que el MCL no confiaba en Guillermo Fariñas, pues en el momento en que fue lanzado el Proyecto Varela el “Coco” había entregado cientos de firmas falsas en un sobre. Dentro del sobre, la persona que recibió las firmas descubrió otro papel muy comprometedor donde Fariñas había redactado un Informe detallado sobre la Oposición dirigido a un Oficial de la Seguridad del Estado. La persona del MCL sigue en activo y prefiere no dar su nombre. Carlos Payá Sardiñas confirma este hecho en su muro de Facebook, que yo he etiquetado debajo.
Estos datos los he guardado durante todo este tiempo por razones obvias. Prefería evitar cualquier imprudencia o indiscreción en relación a cada uno de los protagonistas de esta historia y mantener correctas relaciones con aquellas personas que sin ser cubanas han sido y espero sigan siendo muy solidarias con la libertad de Cuba en la Alcaldía de París.
Sin embargo, desde la invitación de Raúl Castro por la Alcaldesa Anne Hidalgo (por la que voté y a la que apoyé dado que ella había sido muy solidaria con la causa cubana en el pasado) nunca más he aceptado ninguna invitación de la Alcaldía de París.
La actual situación en relación a Cuba y el ‘show’ montado por una cierta disidencia, que lo único que consigue es desviar la atención hacia ellos de forma individual de lo más importante, que es Cuba, me obliga a publicar estos hechos.
Y como diría Agustín Tamargo: “Cuba primero”.
Zoé Valdés.
Afiche Digital Damas de Blanco
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