martes, octubre 18, 2016

ACABO DE VOTAR. Aldo Rosado-Tuero sobre las elecciones en EE.UU. en noviembre de 2016


ACABO DE VOTAR


Por Aldo Rosado-Tuero
Octubre 17 de 2016

He marcado en mi boleta el nombre de Donald Trump, pero más que votar por Donald Trump, he votado en contra de Hillary Clinton y toda lo que ella y el Partido Demócrata representan.

He votado en contra de todo lo que he combatido por más de dos terceras partes de mi existencia terrenal. Contra el marxismo solapado y disfrazado de democrático, contra los propugnadores del Nuevo Orden Mundial; de lo que representan entes extraños y no norteamericanos, incrustados en esta nación, como George Soros, Saúl David Alinsky y Saban el de Univisión.

Más que a favor de Trump he ejercido mi derecho al voto, contra una prensa corrupta y vendida a los intereses de la Banca Mundial, que se cree con derecho a señalar quienes son los que deben liderar a esta nación.

He mostrado mi repudio a los políticos corruptos, del Establecimiento de ambos partidos. He manifestado mi rechazo a los que pretenden acabar con la Constitución y derrumbar la República que nos legaron los padres fundadores. He elegido por rechazar a los que no creen en los valores tradicionales que hicieron grande a los Estados Unidos, como una nación cristiana.

Con mi voto he rechazado a los que abiertamente pretenden abrir nuestras fronteras y permitir que todo el que lo desee entre a este país sin tener que recibir una visa o un permiso de residencia. Contra los marxistas-islámicos que favorecen la islamización de USA.

Y sobre todo mi elección ha sido bien clara: CONTRA LOS QUE EN FRANCO  Y CANALLESCO CONTUBERNIO SE HAN LANZADO DE LLENO A SALVAR A LA VETUSTA Y ASESINA TIRANÍA CASTRISTA.

Mi voto ha sido emitido con la esperanza de que se pueda evitar que la Corte Suprema de Justicia se convierta en un nido de liberales pro marxistas que conduzcan a la eliminación del régimen democrático de la separación de Poderes y para que podamos preservar la segunda enmienda que nos permita la tenencia de armas.

En fin, mi voto ha sido un voto negativo, pero después de pensarlo mucho llegué a la conclusión de que en esta ocasión no creo en el dicho de que “vale más un malo conocido que un bueno por conocer”. Estimo que no puede haber ningún malo por conocer peor que el malo conocido que es el matrimonio que siempre se ha promocionado—desde Arkansas—con lo de “Obtenga dos por el precio de uno”, ya que estoy persuadido que con todo lo malo que representa la arpía de Hillary Rodham Clinton,  nos endilgaría como co-presidente a su corrompido marido.

Tal vez Donald Trump sea una incógnita, pero prefiero afrontar esa incógnita desconocida a la seguridad de la maldad, la traición a los valores tradicionales americanos  que representa la candidatura demócrata.

La batalla por derrotar a la Clinton es dura y se hace cuesta arriba, por la descarada posición asumida por toda la gran prensa, de agigantar los errores de Trump y minimizar y ocultar los escándalos, mentiras y trampas de la Clinton y su marido; y además porque Donald Trump prácticamente se ha convertido en un candidato independiente aunque “corra” bajo la boleta republicana, pues más de la mitad del Partido Republicano le ha virado la espalda y casi la mitad ha anunciado que va a votar por la candidata del partido rival.

Ojalá y mi opinión, vertida al comienzo de la campaña, profetizando que Trump perdería las elecciones, al igual que las perdió Barry Goldwater, por un gran margen, fallara. Cuando hice ese desapasionado análisis, no estaba  mostrando lo que yo desearía, sino lo que decían y aún dicen las estadísticas. Por esta opinión he perdido la amistad de un par de amigos a los que desafortunadamente ciega la pasión.

Mucho me gustaría equivocarme y que la mayoría silenciosa, los norteamericanos del heartland, los evangélicos, los hillbyllies y los rednecks, salieran a votar masivamente para dar la gran sorpresa, que si al menos no salvaría a América del eminente peligro que la acecha, nos daría un respiro de 4 años, a ver si los patriotas norteamericanos se decidieran a crear un gran partido, abandonando a los republicanos solo de nombre que tanto se parecen a los demócratas, y surgiera el Partido de los Valores Tradicionales Americanos. ¡Que Dios nos proteja y nos salve!