Jorge Hernández Fonseca: El “No” en Colombia y el supuesto “Si” en Cuba
Por Jorge Hernández Fonseca
7 de Octubre de 2016
La sorpresiva victoria del “No” en Colombia ha sido objeto de innúmeras consideraciones asociadas a las características particulares de la negociación y su dinámica propia en la Habana. Como cubano que sigue el noticiero político latinoamericano, también fui impactado por tan sorpresivo resultado, en función del estado de la opinión pública internacional tan favorable a la victoria del “Si”, pero como cubano, continué el raciocinio: ¿Será que la opinión pública internacional tiene sobre Colombia la misma equivocada opinión que sobre Cuba?
Creo que la profusa información vehiculada sobre la sentir del pueblo colombiano --y de los líderes del “No”-- han aclarado suficientemente que nadie quiere la guerra en Colombia y que lo pretendido por el pueblo colombiano que ha votado mayoritariamente por el “No” es una negociación diferente, que incluya justicia y aleje la posibilidad de un Castro-Chavismo.
No es mi objetivo entrar en hondas consideraciones respecto a Colombia y su política actual, lo que quiero referir en estas líneas es la similitud que personalmente observo entre lo equivocada que estaba la opinión pública internacional respecto a “lo mejor” para Colombia y lo que fue decidido libremente por el pueblo en el plebiscito libre que rechazó un acuerdo refrendado internacionalmente por innumerables presidentes y prestigiosas instituciones internacionales.
En ese sentido creo que hay un consenso internacional también equivocado respecto a “lo mejor para Cuba”. Es cierto que la mayoría colombiana por el “No” fue casi similar a los votantes del “Si”, pero su victoria se agiganta cuando se considera la desproporcionada campaña nacional e internacional por el “Si”, que centraba sus argumentos en que el voto “No” daría reinicio a la guerra, cosa que no sucedió. En Cuba pudiéramos decir que existe también una división similar entre los que pensamos que la política internacional (es decir, del presidente de EUA, el Papa, la ONU, la Unión Europea, entre otros) llevan adelante una política que es contraria a los intereses del sufrido pueblo cubano, que para nada es jerarquizado.
Tengo la firme convicción de que si dentro de Cuba (y en su voluminoso exilio) se hiciera un plebiscito para decidir “lo mejor para Cuba” entre dos opciones: “Si” para el estatus actual de jerarquizar la economía sobre la política y el “No” para una Cuba libre y con elecciones (aunque no hubiese promesas de inversiones) y donde se diera libertad de campana para ambas variantes, estoy seguro que tendríamos un panorama similar al ya visto en Colombia, de sorpresa de la comunidad internacional con la victoria del “No” y donde muy probablemente la votación de los cubanos por su libertad no fuera tan pareja como fue en el país sudamericano.
Como mínimo, la votación mayoritaria por el “No” en Colombia ha puesto de manifiesto un fenómeno común: la opinión pública internacional no siempre refleja la realidad de los sentimientos y anhelos reales y objetivos de un determinado pueblo, como el colombiano, que ha soportado una guerra, o como el cubano, que sufre una dictadura de más de medio siglo.
Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com
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