Guillermo Fariñas Hernández desde Cuba: Los líderes oportunistas en la oposición antiCastrista
Los líderes oportunistas
Por Guillermo Fariñas Hernández
15 noviembre, 2016
Santa Clara, Villa Clara, Guillermo Fariñas, (PD) Entre los miembros del aún simbólico liderazgo anti-castrista público se ve un tipo de dirigente caracterizado por llevar la falta de eticidad a un nivel extremo. La carencia de escrúpulos en los referidos se transforma en un rasgo inconfundible de ellos, debido a que en su ego más interno sólo les interesa sus criterios personales y desechan cuales equívocos todos los otros. A este arquetipo de líder sólo le interesa sobresalir en el contexto político opositor cubano, no precisamente con la exposición de su personal epidermis mediante la labor de enfrentamiento a la faena punitiva del gobierno, sino siempre a costa de sus colegas de ideas y causas. Por lo general, la temeridad, en la estructura de sus personalidades, es algo de lo que adolecen.
Estos cabecillas pro democráticos (por cierto, muy raros), sientan sus méritos internacionales en la usurpación de trabajos colectivos –que se atribuyen como propios– y en la masiva entrada a prisión de otros disidentes asociados a ellos, casi nunca (para no ser absolutos) en unos lacerantes padecimientos personales. Su fama en los predios extranjeros se debe a la labor de hormigas de muchos otros disidentes y jamás a los sacrificios propios. Olvidan a esos otros disidentes de un modo desparpajado en cuanto logran obtener sus objetivos en el extranjero, los cuales se reflejan en el interior de la Isla por carambola política.
Se convierten en una especie de intocables para los órganos represivos del castrismo, porque su inescrupulosidad beneficia al gobierno totalitario. Sus actitudes individualistas arrojan seguras divisiones entre las facciones opositoras y los Equipos Multi-Disciplinarios (EMD) del Ministerio del Interior orientan a los oficiales operativos a exacerbar estas. Son de los ya mencionados líderes manipuladores, sólo que en este caso resultan atípicos, puesto que no poseen consideraciones de ninguna índole para el prójimo.
Su discurso interior en lo práctico y siempre a sottovoce es: “Debo alcanzar mis objetivos políticos sin arriesgarme demasiado, y si alguien sale perjudicado… allá él”. En la estructura de sus enfermizas personalidades se creen seres muy por encima de sus otros colegas de luchas e ideas, y poseen una percepción de sí mismos como la de seres religiosamente ungidos, por lo que hasta cierto punto se consideran disidentes divinos e incluso sacramentados.
Es una actitud que al principio se esconde tras un discurso aparentemente populista y solidario para con sus iguales, pero contiene un trasfondo conscientemente engañoso hacia sus colegas, lo cual da la medida de que ellos tienen dotes histriónicas y las emplean como una manera de manejar a sus compañeros de ruta libertaria.
Por tanto, las maniobras que ellos ejecutan para el uso y sobre todo el abuso de sus homólogos, los hace mirarlos con un prisma de autosuficiencia y desconsideración absolutos respecto de ellos. La forma en que miran a sus equivalentes no los hace percibir como seres humanos, sino como meras piezas en un juego político.
Todo lo descrito anteriormente repercute en la manutención de su popularidad cuales líderes reconocidos de la oposición nacional interna, debido a que no asumen sus compromisos históricos como dirigentes y no hacen nada por presionar a los funcionarios represivos para que los encarcelen junto a sus colegas y así pasar por los máximos avatares anticastristas. Tras la encarcelación de sus seguidores, ellos se caracterizan en un principio por acaparar las opiniones públicas nacionales e internacionales, en cuanto a los padecimientos sufridos en las ergástulas castristas por sus colegas. Igualmente monopolizan la difusión de las actividades represivas de los partidarios del gobierno contra los familiares de los encarcelados.
Otra de sus características más intolerables es el abandono total a sus compañeros de iniciativas por lograr la democracia representativa en la Isla. Estos dirigentes accedieron a galardones internacionales con la correspondiente remuneración monetaria y fueron incapaces de darles una mínima parte de lo obtenido a los familiares de los sancionados, algo que les transformó de golpe y porrazo en malas personas, ante la visión colectiva de la mayor parte de los opositores.
Sucede que los disidentes de a pie están al tanto y muy involucrados en los más pequeños menesteres de la resistencia interna, como a veces no ocurre con algunos de los patrocinadores externos de estos publicitados líderes.
Incluso, existen ejemplos extremos dentro de la disidencia interna cubana, que muestran cómo estos conceptualizados líderes oportunistas por analistas de la situación política nacional, han sobrepasado los límites civilizadamente aceptados, pues ejecutaron abiertas acciones en perjuicio de sus antiguos o presentes subordinados. Para ello, algunos de estos líderes comenzaron a bloquear abiertamente la notoriedad en la esfera internacional de varios de sus subalternos encarcelados, cuando las posiciones de estos ante los cotidianos abusos penitenciarios se radicalizaron y fueron propuestos para la obtención de prestigiosos premios ofrecidos por instituciones extranjeras.
Percibieron el nuevo brote libertario y de liderazgo como una peligrosa amenaza a la jefatura y la hegemonía de ellos dirigentes principales, un asunto muy engorroso, puesto que estos líderes desgraciada-mente son incapaces de concebir que el mando lo otorga el bregar del día a día y no una fama recibida a costa de otros hermanos tanto o más valiosos en el conjunto de la lucha pacífica.
Pudieran ser necesarios en un proyecto de unidad definitiva estos dirigentes de la oposición cubana no violenta, aunque por sus características abyectas no son imprescindibles en su participación, si solo desean estar junto a sus ególatras fines.
Dionisio Zaldívar Pérez, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana y Doctor en Ciencias Psicológicas, hace algunos años solía decir a sus alumnos: “Existen proyectos sociales donde el elevado egocentrismo de algunos de sus posibles actores los invalida para su participación en ellos, por sus actitudes oportunistas para reafirmar su individualidad”.
Es lo que sin lugar a dudas ocurre con esos cabecillas anticastristas, quienes se aprovechan de la ingenuidad de sus hermanos de ideales, para despojarlos de sus méritos en la ejecución de proyectos trascendentales. Con una primera vez que lo hagan, es obligatorio señalarlos con la mayor discreción, para después no tener mala memoria.
A dichos dirigentes inescrupulosos es necesario tenerlos calados profundamente y saber previamente de su egocentrismo desmesurado, para que no puedan tomar el control de las iniciativas. Sería un error no invitarlos a los proyectos unitarios en gestación y si desean trabajar en equipo, deben ser aceptados, así mostrarán lo oportunistas que son.
cocofari62@gmail.com; Guillermo Fariñas
*Capítulo XV del libro en preparación «La unidad postergada».
Tomado de: Revista Nacán; No 45, Sept 2016
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Casi q se retrató el mismo. Funesto ex oficial del aparato castrista, y q es lo q haces tu, sino con tus estúpidas huelguitas q ni tu te las crees??? Calladito te veías más bonito
JULIO CESAR TARRAGO HERNANDEZ(I.B.N.S. 10660)
1 Comments:
Casi q se retrató el mismo. Funesto ex oficial del aparato castrista, y q es lo q haces tu, sino con tus estúpidas huelguitas q ni tu te las crees??? Calladito te veías más bonito.
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