jueves, noviembre 10, 2016

Mary Anastasia O’Grady: El costo de la política cubana de Barack Obama

Tomado de http://lat.wsj.com

El costo de la política cubana de Barack Obama

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Los exiliados cubanos que se oponen a la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana podrían otorgarle al candidato republicano Donald Trump los 29 votos electorales del estado de Florida en los comicios del martes
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Por Mary Anastasia O’Grady
6 de noviembre de 2016

Hillary Clinton y Donald Trump están en un empate estadístico en Florida, donde los 29 votos electorales del estado serán decisivos en las elecciones presidenciales de Estados Unidos el martes. Una sorpresa para los demócratas es que la decisión del presidente Barack Obama en diciembre de 2014 de liberalizar la política estadounidense hacia Cuba no está ayudando a su candidata como lo esperaba la Casa Blanca. En lugar de eso, se ha vuelto un problema.

El presidente estadounidense y los demócratas apostaron en grande a la hipótesis de que el enfoque tradicional de línea dura para tratar con el régimen castrista, que impulsó la diáspora cubana de las décadas de los 60, 70 y 80, había pasado de moda. Una nueva generación de cubano-estadounidenses, ya sean nacidos en o recién llegados al país norteamericano, estaban a favor de tener vínculos económicos y políticos con el régimen.

Al promocionar la liberalización de los viajes a la isla como una oportunidad para que los inversionistas aprovecharan el cambio en Cuba, el gobierno de EE.UU. también esperaba despertar entusiasmo en Miami frente con su actitud más gentil y dócil hacia la dictadura militar comunista. Se suponía que la distensión de Obama frente a Cuba iba a ser un triunfo político.

Apenas 23 meses después, esa teoría está siendo sometida a prueba.

Los cubano-estadounidenses que inicialmente apoyaron la decisión de Obama están cada vez más desilusionados con una estrategia de gobierno que ayuda a los Castro pero excluye al pueblo cubano. Esto podría afectar la participación entre los votantes de centro izquierda a quienes les preocupan los derechos humanos.

La política de Obama parece también estar vigorizando a una mayor cantidad de cubano-estadounidenses conservadores e independientes a apoyar al candidato republicano. Un sondeo realizado de New York Times Upshot/Siena College dado a conocer el 30 de octubre tenía al empresario neoyorquino superando a Clinton 52% a 42% entre este grupo demográfico. Algunos lo interpretan como el resultado de un reciente esfuerzo de Trump en el sur de Florida de presentarse como el defensor de los exiliados cubanos. Pero es más probable que sea un alza del voto de protesta.

El embargo comercial de EE.UU., que data de 1962, fue convertido en ley en 1996. Levantarlo requiere la aprobación del Congreso. Pero Obama ha normalizado las relaciones con La Habana, un paso que apunta a legitimar un gobierno mafioso. El mandatario también usó una orden ejecutiva para liberalizar los viajes de estadounidenses a Cuba y le ha otorgado licencias a algunos hoteles de EE.UU. para que operen en la isla.

La explicación pública del gobierno de Obama para el cambio es que el acercamiento económico con Cuba acelerará la caída de la dictadura.

Una lectura menos benévola de las intenciones de Obama sugiere que el presidente mantiene simpatías ideológicas hacia la Revolución Cubana y que cree que los Castro trataran a los cubanos de forma humana solo si EE.UU. muestra tolerancia hacia el totalitarismo tropical.

Independientemente de la narrativa que usted prefiera, el presidente estadounidense hizo un muy mal cálculo, algo que incluso sus seguidores han notado.

La columnista cubana Fabiola Santiago, quien dijo que alguna vez apoyó la política de acercamiento del presidente con el fin de mejorar las vidas de los cubanos, captó la desilusión en una columna del 1 de julio en el Miami Herald. Santiago se mostró particularmente furiosa con la apertura del hotel Four Points Sheraton Havana que “le presta servicios a usted, viajero norteamericano, de la mano de las mismas personas que reprimen a los cubanos”.

La columnista explicó que la apertura de Obama fue promocionada como un camino que permitiría a las compañías estadounidenses formar empresas conjuntas con emprendedores cubanos. En lugar de ello, escribió en referencia a Starwood Hotels and Resorts Worldwide, la matriz de Sheraton, “el gigante hotelero estadounidense firmó un acuerdo con las fuerzas armadas cubanas, propietarias del hotel”. Como ella misma observa, eso no cambia nada: “Sólo estamos pasando de que los hermanos Castro se enriquezcan mediante un gobierno totalitario, a que las represoras fuerzas armadas hagan exactamente lo mismo”.

Santiago citó una opinión similar de Richard Blanco, el poeta cubano-estadounidense que fue invitado a declamar durante la reapertura de la embajada estadounidense en La Habana en agosto de 2015. “¿Cómo se concretará [la meta de llevar prosperidad al pueblo cubano] si básicamente están haciendo lo que han hecho otros inversionistas extranjeros, es decir, firmar un acuerdo con el gobierno que deja a los cubanos comunes y corrientes en la misma situación? ¿De qué forma es esto mejor? ¿Simplemente porque es EE.UU.?

Si así es como los seguidores están evaluando el proyecto cubano de Obama, no cuesta imaginar a los cubano-estadounidenses que estaban en compás de espera o que se habían opuesto a la apertura, usando las elecciones como una oportunidad para votar en contra con el fin de ayudar a sus hermanos cubanos. Clinton se ha convertido en un blanco al prometer mantener la política hacia la isla.

La economía cubana está hecha pedazos y el régimen se está echando para atrás en sus promesas de reforma. Los grupos de derechos humanos dicen que las golpizas y los arrestos de los disidentes han aumentado desde que EE.UU. extendió la rama de olivo. De todas formas, Obama sigue haciendo concesiones a los Castro, como lo hizo el 14 de octubre cuando autorizó nuevas relajaciones de las sanciones.

Más allá de quien gane en las elecciones del martes, el próximo presidente estadounidense tendrá que arreglar este lío cubano. Los cubano-estadounidenses decentes de los dos partidos quieren respuestas.

Escriba a O’Grady@wsj.com.

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 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

La reciente directiva presidencial de Barack H. Obama sobre Cuba  descaretó  las verdaderas intenciones de la política de Barack Obama hacia Cuba al afirmar que no perseguía un cambio de régimen (léase dictadura totalitaria), Esa directiva presidencial, ya quitadala careta,   favorece de manera directa y clara al monopolio que tiene en la economía de Cuba los militares, encabezados por el  grupo empresarial GAESA, presidido por  el General de Brigada Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, ex yerno de Raúl Castro y hijo de un General de División recientemente  fallecido, y no a la iniciativa privada  del pueblo cubano ¨de a pie¨ pese a que se dijo engañosamente que esa nueva política perseguía ¨EMPODERAR¨ a la emergente sociedad civil cubana, pese a que desde hacía 25 años  empresarios de  múltiples países capitalistas  empresarios y políticos de países capitalistas  incrementaron respectivamente sus inversiones y relaciones  en Cuba  con la dictadura totalitaria de los Castro y la casta militar disfrazada de partido político, sin lograr  ningún tipo de empoderamiento de  la sociedad civil cubana. Ya en un informe de la organización holandesa PAX Christi de mediados de los años 90 se reflejó lo anterior.


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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Raramente veo Univisión, pero esta vez en la noche de elecciones me deleite todo el tiempo viendo la cara más larga que he visto en Jorge Ramos cada vez que tenía que anunciar un resultado favorable a Trump. Mr. Ramos, que se auto adjudico’ la causa hispana con respecto a la inmigración, perdió toda la credibilidad del exilio cubano (y por supuesto la mía), cuando en defensa de los inmigrantes mexicanos, saco’ a relucir la idea que los cubanos teníamos que ser tratados igual y de hecho, la Ley del Ajuste Cubano debería ser eliminada. Nunca comprendí por que la animosidad contra los cubanos. Esto me trajo a la memoria el antiguo proverbio que me abuela predicaba "hay personas que dan un ojo por ver el prójimo ciego". ¿Por qué, Ramos, si es tan campeón de la causa latina, no cita algunas estadísticas positivas del exilio cubano, que al final son también positivas para el resto de los latinos como: “Los Cubanos tienen un ingreso promedio de $50 000 dólares anuales, mayor que el ingreso promedio de los Americanos blancos, o que el 39% de los Cubanos-Americanos tienen un grado educacional universitario más alto comparado a el 30% de los propios Americanos blancos? (datos obtenidos del último censo en USA). Mr. Ramos y su cadre en Univisión deberían de denunciar la persecución y el trato inhumano que los mexicanos le administran al resto de sus vecinos centroamericanos y a nosotros los cubanos cuando intentamos hacer lo que los propios mexicanos intentan hacer desde tiempos de la colonia: pasar la frontera hacia USA. Mr. Ramos y la cadena Univisión deberían de dejar de bombardear a los latinos con telenovelas baratas, y si de veras quieren hacer a favor a su gente, ir México y ayudar a encontrar a los 43 estudiantes desaparecidos en un acto que asemeja a un genocidio, o invertir parte de sus ganancias a ayudar a combatir la violencia y los crímenes en su país, cosa que sería más productiva que abogar por la abolición del Acta de Ajuste Cubano. De esa forma no tendría Mr. Ramos el estrés de anunciar la victoria de Trump, ser expulsado vergonzosamente de una conferencia de prensa, o mejor, no tener que verle la cara más a Trump. De todas formas no podría hacerlo…. El MURO va ser más alto que él.
Anónimo

1 Comments:

At 6:01 a. m., Anonymous Anónimo said...

Raramente veo Univisión, pero esta vez en la noche de elecciones me deleite todo el tiempo viendo la cara más larga que he visto en Jorge Ramos cada vez que tenía que anunciar un resultado favorable a Trump. Mr. Ramos, que se auto adjudico’ la causa hispana con respecto a la inmigración, perdió toda la credibilidad del exilio cubano (y por supuesto la mía), cuando en defensa de los inmigrantes mexicanos, saco’ a relucir la idea que los cubanos teníamos que ser tratados igual y de hecho, la Ley del Ajuste Cubano debería ser eliminada. Nunca comprendí por que la animosidad contra los cubanos. Esto me trajo a la memoria el antiguo proverbio que me abuela predicaba "hay personas que dan un ojo por ver el prójimo ciego". ¿Por qué, Ramos, si es tan campeón de la causa latina, no cita algunas estadísticas positivas del exilio cubano, que al final son también positivas para el resto de los latinos como: “Los Cubanos tienen un ingreso promedio de $50 000 dólares anuales, mayor que el ingreso promedio de los Americanos blancos, o que el 39% de los Cubanos-Americanos tienen un grado educacional universitario más alto comparado a el 30% de los propios Americanos blancos? (datos obtenidos del último censo en USA). Mr. Ramos y su cadre en Univisión deberían de denunciar la persecución y el trato inhumano que los mexicanos le administran al resto de sus vecinos centroamericanos y a nosotros los cubanos cuando intentamos hacer lo que los propios mexicanos intentan hacer desde tiempos de la colonia: pasar la frontera hacia USA. Mr. Ramos y la cadena Univisión deberían de dejar de bombardear a los latinos con telenovelas baratas, y si de veras quieren hacer a favor a su gente, ir México y ayudar a encontrar a los 43 estudiantes desaparecidos en un acto que asemeja a un genocidio, o invertir parte de sus ganancias a ayudar a combatir la violencia y los crímenes en su país, cosa que sería más productiva que abogar por la abolición del Acta de Ajuste Cubano. De esa forma no tendría Mr. Ramos el estrés de anunciar la victoria de Trump, ser expulsado vergonzosamente de una conferencia de prensa, o mejor, no tener que verle la cara más a Trump. De todas formas no podría hacerlo…. El MURO va ser más alto que él.

 

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