lunes, noviembre 21, 2016

SORPRENDENTE CARTA DEL INMORTAL JUGADOR DE BEISBOL MARTIN DIHIGO. UNA FACETA DESCONOCIDA


PALABRAS PARA NO OLVIDAR. MARTIN DIHIGO.

Carta de Martín Dihigo a Pedro Marcos

"Estimado amigo:

Hay veces que encontramos muchos obstáculos en el camino y optamos por la salida mejor. Yo quisiera contestarte, dilecto amigo, algunos párrafos de tu artículo que vio la luz en el periódico Avance, el martes próximo pasado.

Hay muchos que llevan el apellido Dihigo, cada uno en distintos aspectos de la vida cubana. A cada uno de ellos encontrará el amigo Marcos tratando de llevar ese apellido limpio y por eso me interesa que nadie en un momento de debilidad espiritual, trate de confundir mi apellido. Mi orgullo se encierra, querido Marcos, en que mi amor a Cuba es algo que me enajena. Sin llegar a ser un patriotero tengo gran admiración por los libertadores de mi patria; eso, por deber,

y por lo que llevo en la sangre de mambises. Mi padre no fue general -te agradezco infinitamente tus loas a él- sino un humilde sargento; pero eso si, de aquellos que juraron fidelidad y todo lo dieron por la redención de nuestra patria, esclavizada entonces.Fue de los del regimiento Habana, que tenían por jefes a Rafael de Raúl Arango; Eliseo Figueroa, coronel de aquella epopeya, era sargento de su pelotón.

Tu dices que soy Bautista del Palmar del Junco. No sabeslo que estimo tu apreciación. San Juan es el santo a quien nosotros en Matanzas -es decir los que sentimos por el 24 de julio- rendimos culto, en hermosa fiesta carabalí y oricamo (ese es el griego que me enseñaron a los once años
de edad).

Pero, sin que mis palabras lleguen a herir al amigo, no poseo el título universitario que el ostenta -arquitecto-, ni una cultura vasta, ni miles de viajes por Europa que para el representa una educación extra a la que recibió en la Universidad de La Habana. Ponerme frente a ti (yo, que no llegué al sexto grado) sería una locura. Sin embargo para defender una causa justa ninguna palabra es débil, decía Martí. Y para contestarle al amigo a quien conozco desde hace 25 años no tengo que ir a la historia sagrada, ni a la biblia, porque el contacto y los afectos hacen que nos conozcamos.

Voy bien, porque no pretendo persuadir a nadie, ni trato de que sigan una conducta determinada aquellos a quienes no tengo poder para encaminar y que ya son mayores de edad.  Claro, cuando hay lucha entre dos bandos, la razón como la justicia están en una balanza.

Otra cosa. No hay dos Dihigo, hay varios y todos en sectores distintos. Te los voy a enumerar. Juan Miguel Dihigo es profesor de la Universidad desde hace más de 50 años. Ernesto Dihigo es catedrático de la misma en derecho romano. Mario Emilio Dihigo es médico en Matanzas, Julio César Dihigo, abogado y Sofía Dihigo fue cónsul en Saint Louis, Missouri. Rogelio Dihigo es músico conocido en toda Cuba. Emilio Dihigo, capitán del ejército libertador y muerto trágicamente por una explosión en Pinar del Río junto con el capitán Ravena y otros. Y por último en baseball tienes a tu amigo que estas líneas maltrechas escribe.

En cuanto a Pompez agradezco su amistad, pero quiero quitarte un peso de encima. Cuando Pompez, junto a mi amigo Eustaquio Gutiérrez, fue a Matanzas, yo tenía un puesto en los Cubans Stars de Abel Linares, el propulsor del béisbol en Cuba. No fui amigo del finado, pero hoy siempre seré ferviente admirador de aquel grande del béisbol cubano.

Algo diré también sobre los pantalones de harina a que tu aludes. No era raro que ocurriese en aquella época, ya que soy hijo de un obrero de los muelles de Matanzas, y no era posible que yo vistiera mejor. No podía emprender viajes a Europa después de conseguir títulos como el tuyo, ni ir a grandes cabarets, ni hacerles los honores a Baco. Como tu comprenderás, la realidad económica no me dejaba más que un estrecho camino.

Por eso mi griego es africano. ¿Qué soy sabio?. No sabes lo que te agradezco que pienses así; pero no por eso me llenaré de vanidad. En el por venir usaré esta facultad para ver si llego -si se puede- a expresar las ideas de mis compañeros contra todas las eventualidades que se avecinan para Cuba.


Carta respuesta de Martin Dihigo al periodista Pedro Marcos en el diario Avance publicado en el Diario America Deportiva, el 11 de agosto de 1947.

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