Luis Felipe Rojas: En la mira' de Pedro Corzo
Por Luis Felipe Rojas
Miami
2 de Septiembre de 2017
No es un manual de historia. Es la crónica de un viaje. Expulsado del país bajo el exilio forzoso, Pedro Corzo tomó distancia para señalar a víctimas y victimarios. El papel de la prensa cautiva, el dogma del socialismo real, los carceleros, los cómplices y los amanuenses, todos caen bajo la lupa de un escritor que acaba de reunir tres lustros de periodismo de opinión y análisis en el libro En la mira (Alexandria Library, 2017).
Los apuntes de la microhistoria han facilitado que Corzo se separe del gran relato y vaya a los detalles del desastre. Si 1959, con la llegada de la revolución verdeolivo y un Fidel Castro aplaudido a rabiar, fue el pitazo de arrancada hacia una barbarie menos reconocida, las décadas siguientes fueron la confirmación de que los enemigos de la libertad no solo florecen en sociedades cerradas y autoritarias.
El presente volumen va desde el año 2000 al 2016 y recoge columnas publicadas en varios medios de comunicación.
En "De Popielusko a Payá", Corzo recorre el puente entre el asesinato del capellán del movimiento Solidaridad en Polonia y las muertes sin aclarar aún de los opositores Oswaldo Payá Sardiñas (líder del Movimiento Cristiano Liberación) y Harold Cepero.
La muerte de Payá y Cepero en una carretera de Bayamo —la pérdida de un símbolo para quienes escogieron la vía civilista para desenmascarar el poder castrista— y la de Popielusko a manos de sus secuestradores se unen, enfatiza Corzo, en el ambiente de terror a que fueron sometidos cada uno de ellos por una maquinaria propagandística que se sostiene a base de infundir miedo a los ciudadanos.
¿Dónde están las cifras oficiales del régimen cubano referentes a las muertes ocurridas en los campos minados de las sabanas de Guantánamo? ¿Dónde los nombres de aquellos que volaron en pedazos a solo cientos de metros de penetrar en la base naval norteamericana del oriente de Cuba? Estas son las preguntas que el periodista y ex preso político Pedro Corzo remueve una y otra vez, periódicamente, en sus artículos de prensa.
El cardenal Jaime Ortega, mediador en las negociaciones entre el ex presidente de EEUU Barack Obama y el dictador Raúl Castro; el violento Armando Sosa Fortuny, que va por décadas de encierro en cárceles cubanas, y el pacífico Elías Biscet, condenado a 25 años en la Primavera Negra de 2003, como ejemplos de la búsqueda de la libertad por cualquier camino; los gobiernos venezolanos de Chávez y Maduro como evidencias de transmutación en democracias fragmentadas… Corzo recoge detalles que se les escapan a cronistas contemporáneos.
¿Cuántos cubanos conocen los nombres de Sinesio Walsh Ríos, José Palomino Colon, Ángel Rodríguez del Sol y Porfirio Ramírez Ruiz, alzados en la sierra del Escambray contra Fidel Castro y fusilados en la Causa-829 de 1960? Después de una puesta teatral, el Tribunal revolucionario de Santa Clara anunció 24 horas para deliberar, y cuando en el ínterin los familiares intentaron ver a los detenidos, supieron que ya los habían fusilado.
Corzo también se ocupa del mito del Che Guevara, del asesino que no sale en los pulóveres de los jóvenes progres del mundo, y de la polémica vía del perdón y el olvido que promulgan no pocos actores para pasar la página del horror de casi seis décadas de comunismo militante en Cuba. Esos y otros puntos son los escogidos para estar En la mira.
Las crónicas y artículos de Corzo enseñan ese pedazo de Cuba que duerme bajo la llave oficial.
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