viernes, enero 05, 2018

Alberto Roteta Dorado: Desarrollo comunicacional Vs. Calidad de la información. Primera parte: La noticia.

Desarrollo comunicacional Vs. Calidad de la información.
Primera parte: La noticia.


Por Dr. Alberto Roteta Dorado.
4 de enero de 2018

Santa Cruz de Tenerife. España.- Ya sé que todos no son intelectuales, y que las multitudes no están preparadas para recibir escritos de cierta complejidad en los que el análisis y el razonamiento juegan un rol definitorio para ser asimilados de manera correcta. 

También sé que estamos en tiempos de rapidez extrema, de lo que he llamado en otros escritos hipermodernidad, tiempos en los que si no andas de prisa corres el riesgo de perecer en el olvido. En otras palabras, y tratando de acercarme a las exigencias de hoy: si no te adaptas pereces.   

Estos duros tiempos necesitan fuertes dosis de un pragmatismo al que necesitamos acostumbrarnos, al menos, los que pertenecemos a otra generación que se aparta un tanto de los cánones del momento, aunque aun no entremos en la categoría de aquellos fosilizados que, aferrados a sus tiempos – tiempos de cierta lentitud, de dominio de temas de elevada espiritualidad, de un barroquismo extremo a pesar de que la contextualidad es otra, y sobre todo, tiempos de un exaltado amor hacia el arte, la cultura y la ciencia, algo que los distingue de aquellos que arrastrados por la superficialidad, el consumismo excesivo y la magia de las tecnologías determinaron enajenarse de la realidad que los circunda– pretenden imponer criterios que ya se van quedando en un pasado no tan remoto; pero si un pasado al que, sin duda, las nuevas generaciones no aceptan, aunque algunas excepciones sean capaces de reconocer y hasta admitir esa pasada grandeza en que en los círculos de amigos y colegas se debatía de la última novela de determinado escritor, o de las nuevas perspectivas que se abrirían con el mapa del genoma humano a pesar de sus serias implicaciones éticas y filosóficas, y también se comentaba de la serie de los cinco conciertos para piano de Beethoven interpretados en maratónica proeza por un pianista excepcional.  
 
No obstante, e independientemente de que reconozco que estos tiempos requieren de un lenguaje acorde a sus necesidades y hasta de diseños estilísticos que puedan engrandecer mediante la imagen visual y auditiva lo que se expone a través de un texto, también sé que los medios de comunicación – los que, como ya sabéis, deben llegar a todos, dada su misión de servir como vía para que la noticia, el comentario y el análisis reflexivo pueda ser de utilidad a todos sin distinción, y teniendo siempre presente que los medios de comunicación son instrumentos en constante evolución con fines y propósitos bien definidos– han llegado a “los extremos”, esto es, se están adaptando demasiado a esas multitudes para las que se supone trabajen y encaminen sus esfuerzos, y con esa adaptación desmedida se ha caído en la vulgaridad, la superficialidad, y por qué no admitirlo de una vez, aunque esto pueda herir las susceptibilidades de muchos, en la tontería, con lo que se apartan de sus misiones: informar, educar, transmitir, entretener, formar opinión, enseñar, controlar, entre otras.  

Los medios deben respetar a aquellos que se acercan cada día a ellos como posibilidad de informarse de la mejor forma posible. Esto presupone que debemos ofrecer a nuestros lectores, oyentes o televidentes, no solo lo último en cuanto al acontecer se refiere, sino la exactitud de la noticia mediante la precisión y la demostración de la veracidad, algo que lamentablemente no siempre es así; aunque de modo general trabajar la noticia  –independientemente de los riesgos que muchas veces se corre dada las implicaciones de los que la practican penetrando en las intimidades de unos, en lo “no conveniente de otros”, y las serias consecuencias que esto implica–  resulta más fácil que comentar y analizar lo aportado a través de la noticia propiamente dicha. 


Recordemos que durante este año que recién culminó, según el informe de “Reporteros sin frontera”, RSF, sesenta y cinco periodistas murieron en el mundo, de los que cincuenta eran profesionales,  siete periodistas ciudadanos (blogueros) y ocho colaboradores de medios. De ellos, 39 fueron asesinados o blancos explícitos, mientras que 26 perdieron la vida en el ejercicio de sus funciones.
Siria sigue siendo el país más peligroso con doce periodistas muertos, seguido de México con un total de once, Afganistán con nueve, Irak con ocho y Filipinas con cuatro. A esta terrible situación se añade la existencia de 326 encarcelados, a pesar de que resultó evidente una disminución en este sentido respecto a los reportes de otros años

China tiene el récord de reporteros en prisión con un total de 52 casos, seguida de Turquía, Siria, Irán y Vietnam. Actualmente, según RSF, 54 periodistas, de los cuales 44 son profesionales, están retenidos como rehenes por grupos armados como el Estado Islámico, que tiene secuestrados a 22.
En cambio Marruecos marcha a la delantera dentro de las naciones que tienen un comportamiento inusual, toda vez que antes no se destacaron en este aspecto. En la nación del noroeste africano hay un periodista profesional, cuatro blogueros y tres colaboradores en la cárcel por su cobertura sobre la revuelta popular que agita la región de Rif desde fines de 2016, mientras que en Rusia cinco periodistas y un bloguero están encarcelados.

Por su parte, la Federación Internacional de Periodistas, FIP, informó a finales de 2016 que México era el tercer país del mundo con más periodistas asesinados, destacando además que los países con las cifras de muertes y asesinatos de periodistas más elevadas durante dicho año fueron: Irak (15), Afganistán (13), México (11), Yemen (8), Guatemala (6), Siria (6), India (5) y Pakistán (5).


En México se han reportado 126 asesinatos de periodistas desde el año 2000 hasta el presente. Se informa además 20 casos de desaparición de comunicadores desde 2005 hasta ahora; así como 51 atentados contra medios de comunicación. (Datos actualizados de la V Visitaduría General de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México, CNDH.)

Lo anterior no es una digresión, sino una manera de destacar los riesgos a los que se exponen aquellos que trabajan directamente la noticia, y que merecen el reconocimiento de todos, y porque se supone que este trabajo sea leído y consultado por lectores de cualquier lugar, pero principalmente por aquellos de habla hispana, y de modo particular por cubanos, los que creen que solo en Cuba se persigue y se encarcela a los reporteros, y es lógico que sea así, por cuanto, muchas veces nos creemos el centro del mundo y desconocemos por completo, dado el estado de enajenación al que se ha llegado, lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, y los datos citados antes demuestran de modo preciso la persecución desmedida a los reporteros en cualquier parte.

No obstante, donde quiero detenerme no es precisamente en el trabajo de la noticia propiamente dicha, por cuanto, considero que esta variante de trabajar el periodismo no está en una franca crisis a pesar de los desaciertos e inexactitudes que muchas veces se cometen por los que de modo inescrupuloso aspiran a estar “en todas” para al final no estar en nada. 

Son los llamados escritos de opinión y los de tipo analítico – que no es igual–, los que lamentablemente no tienen la misma suerte que la noticia; aunque en honor a la verdad, los que nos dedicamos a estas modalidades no nos exponemos a los mismos riesgos de aquellos que nos proporcionan cada día “lo último en la noticia”. 

Los reporteros se supone que estén en la calle día a día rastreando lo que acontece a su alrededor y que, como es lógico, tenga un mínimo de trascendencia como para que sea noticia, en cambio los analistas podemos permanecer en nuestras casas con cierta comodidad para trabajar detenidamente y utilizando como referencia para el análisis reflexivo lo que nos aportan los reporteros. Al final ambas modalidades tienen sus méritos, y hemos de admitir que los reporteros no suelen ser buenos en el análisis, ni los analistas lo son trabajando la noticia o aplicando las técnicas de la entrevista.      

No quiero concluir esta primera parte de lo que pretende ser una breve serie de tres o cuatro secciones, sin hacer referencia a ciertos sitios que constituyen ejemplos de medios que suelen trabajar muy bien la noticia, y que lamentablemente a veces no son consultados al conformarnos con tener la información de “segunda y tercera mano”. Invito pues a mis lectores a que consulten Diario La Prensa, de Honduras, El Universo, de Ecuador, en los que podrán encontrar las noticias de estos países directamente desde sus sitios de origen, por solo citar dos ejemplos en este sentido, igualmente recomiendo las de Diario de Cuba, y Cuba libre digital,* en Estados Unidos, por solo poner algunos ejemplos de medios en los que la noticia adquiere dimensiones colosales por su precisión y su elegancia en el lenguaje.  

*Este sitio que dirige Jorge Hernández Fonseca se destaca además por sus artículos de opinión de elevada factura, y de manera particular, por sus secciones dedicadas al tema latinoamericano, algo que lo distingue de otros sitios, donde apenas son tratados las temáticas de la enorme extensión que Martí definiera como nuestra América.