BARACUTEY CUBANO

Estimados hermanos católicos,

He sido alertado por una amiga, católica practicante, sobre las lamentables declaraciones del Obispo Marcelo Sánchez Sorondo, elogiando al régimen comunista de China y proclamando su "liderazgo moral".  Quizás podríamos desestimar sus inquietantes declaraciones como procedente de uno más de los tantos equivocados que creen que es "políticamente correcto" contemporizar con las dictaduras neocomunistas del Siglo XXI, si no fuera porque se trata, nada menos, que del Canciller de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales del Vaticano y, por tanto, del que debiera ser principal promotor de la Doctrina Social de la Iglesia en el mundo. Por tanto, es deplorable e inaceptable que haya afirmado que "China es el mejor ejemplo de la Doctrina Social católica".

A mi humilde nivel de promotor local de esa Doctrina Social, me duele profundamente que semejante personalidad eclesiástica proclame tantas falsedades sobre la China actual en perjuicio de la verdad y de los fundamentos esenciales de la Doctrina Social de la Iglesia, cuando precisamente tratábamos de promover anoche en un salón de la Iglesia de St. Timothy, aquí en Miami, los verdaderos valores de esa doctrina y su proyección hacia el resto del mundo como paradigma de la sociedad moderna.

(Obispo Marcelo Sánchez Sorondo)

Anoche destacamos la posición de la Iglesia en innumerables e importantes documentos frente a los problemas culturales, sociales, económicos y políticos que enfrenta nuestro mundo de hoy y en ninguno de ellos puede encontrarse indicio alguno que justifique las alabanzas y la admiración proclamada por este alto funcionario eclesiástico hacia la dictadura china y su sistema neocomunista.

Invito a los que estén preocupados por lo que está sucediendo en nuestra civilización judeocristiana a que lean y difundan (si les parece correcto) el artículo recién publicado en el que desarrollo ampliamente este tema bajo el título: "Alto dignatario de la jerarquía eclesiástica del Vaticano proclama el 'liderazgo moral' de China".

Como católicos practicantes debemos hacer frente activamente a estas y otras tergiversaciones y falsedades que nos abruman desde todos los frentes, decididos a que esta triste realidad incida en nosotros para que fortalezcamos nuestra fe y rechacemos la tentación fácil de dejarnos llevar por la corriente. Por eso en la reciente obra que he publicado, "El Cristianismo en la Historia"  , aprendemos como una y otra vez a través de los siglos, la Iglesia verdadera acabó imponiéndose sobre las herejías, las desviaciones y la inmoralidad.  Vivimos en otro de esos períodos de la historia, pero "las puertas del Infierno no prevalecerán sobre ella".

Vuestro hermano en Cristo,

Gerardo E. Martínez-Solanas