jueves, mayo 16, 2019

Nuevamente el asunto de los pollos en Cuba. Waldo Acebo Meireles: El llamado recrudecimiento de las sanciones contra el gobierno cubanos no ha afectado el comercio con EEUU, ya que en el primer trimestre de este año llegó a $108 millones

 Decenas de cubanos corren al Mercado de 3ra y 70 en Playa para comprar pollo

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Nuevamente el asunto de los pollos

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El llamado recrudecimiento de las sanciones contra el gobierno cubanos no ha afectado el comercio con EEUU, ya que en el primer trimestre de este año llegó a $108 millones
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Por Waldo Acebo Meireles
Miami
15/05/2019

Ya sabemos que los pollos están desaparecidos del mercado en Cuba, de ese escabroso tema ya hablamos anteriormente[1], en un tono algo ligero, pero el mismo requiere una ampliación y profundización ya que evidentemente el asunto tiene serias consecuencias entre ellas el inexplicable desabastecimiento, aunque no es lo único que está en falta como una constante en el diario bregar del cubano de a pie.

El consumidor norteamericano de pollo prefiere la pechuga, [interés que no se limita a las aves y que genera grandes ganancias a los cirujanos estéticos] los muslos prácticamente vienen a resultar como un subproducto por su bajo consumo; es esta situación la que beneficia a los compradores de otros países entre ellos Cuba el cual se ha convertido, a pesar del embargo en el tercer comprador de pollos a EEUU.


A estos diez países exporta el 63,2 % de los pollos que ha vendido en este año a 130 países, Cuba compró el 7,5 % del total de las exportaciones, de aquí se deriva la primera conclusión que se refleja en esos datos: Los productores norteamericanos no van a tener mucho interés en perder un comprador como este que incluso incrementó sus compras en 3,5 % con relación al año anterior y además paga al contado en cumplimiento de las normas establecidas para el comercio con Cuba que internacionalmente es conocida como ‘mala paga’.

Por otra parte, Cuba ha venido incrementando la compra de pollo desde noviembre de 2001 a marzo de 2019 como se refleja en la siguiente tabla



Sin lugar a dudas los productores norteamericanos no van a querer perder un cliente con tantas perspectivas como refleja la curva de crecimiento exponencial que aparece reflejada en la línea de puntos rojos. Tomemos en cuenta que en 2018 las compras de pollo se elevaron a $155 millones lo que representó el 56 % del total de las compras realizadas por Cuba a EEUU, los otros renglones más importantes fueron el frijol de soya y el maíz; entre los tres representó el 75,4 % de los $276 millones que Cuba le compró a EEUU en 2018[3]. Desde noviembre de 2001 hasta diciembre de 2018 los productores norteamericanos de pollos se han embolsado $1.368 millones procedentes de Cuba. No es un mal negocio sobre todo cuando no es a crédito.

Debemos destacar que el llamado recrudecimiento de las sanciones contra el gobierno cubanos no ha afectado el comercio con EEUU, ya que en el primer trimestre de este año llegó a $108 millones lo cual es un 19 % de incremento con respecto a 2018[4].

Retomando la Tabla 1 tenemos otro tema en el cual detenernos y es el que resulta que, salvo Georgia, Cuba es el país que más depende del comercio de aves con EEUU, esta situación es realmente algo insólito para un país que antes de 1959 no era un importador de aves, aunque si de otros alimentos como arroz, trigo, manteca de puerco, etc., y un brevísimo episodio de importación de carne de res a inicio de los años 50. El depender de esa forma de su peor enemigo es algo que debe ser muy preocupante para los jerarcas cubanos.

Otro elemento más que ya abordamos en el artículo mencionado es la inexplicable desaparición del pollo del mercado en Cuba, y cuando sacan algunas cajitas de pollo estas desaparecen en medio de las trifulcas por alcanzarlas, aunque el precio de $20 CUP por un muslo con encuentro —con independencia de su peso— lo pone fuera del alcance de los bolsillos de una gran parte de la población.

Queriendo cerciorarme de que las noticias que a diario recibimos sobre este asunto son reales decidí comunicarme con algunos amigos en Cuba y ellos me confirmaron la situación, y en un caso [por vía email] me trasmitieron una información preocupante que copio a continuación textualmente: “con lo del pollo, han existido atrasos en las importaciones, por las razones económicas conocidas” y al yo insistir sobre el tema la respuesta fue: “realmente algunas limitaciones, pero es que hay muchos negocios privados que compran al por mayor se ponen escasas las cosas”.

Estas son las dos respuestas que reciben los cubanos sobre la falta de alimentos, dos falsedades, a la cual alguno por su cuenta, lo cual no lo puede hacer por razones obvias el desgobierno, agregará que también influye la llegada de tantos turistas a Cuba. Los datos del comercio con EEUU desbancan lo de que hay problema con las importaciones, sobre el acaparamiento de los cuentapropistas que manejan los ‘paladares’ [descontemos que no sabemos donde radican los frigoríficos de los acaparadores] y la funesta intromisión de los turistas el análisis es muy simple:

Tomemos los datos que da la ONEI[5] para los meses de enero-febrero 2019, según ellos Cuba recibió 1.466.867 turista de los cuales 141.057 son lo que cínicamente llaman “Comunidad cubana en el exterior”, aceptemos que pernoctaron 8,6 días, cifra que está inflada por los cubanos que generalmente van de visita por 15 o más días lo cual no es la norma para los turistas extranjeros; aplicando un simple cálculo eso incrementaría el número de consumidores de pollo —olvidando otras carnes más apetitosas que le están negadas al cubano de a pie— a 140.167 por día, ¿puede eso afectar a los 11,4 millones de cubanos?

Si sumamos la población cubana más los visitantes y los dividimos por la cantidad de libras de pollo comprada por Cuba en esos tres meses nos daría que le pertenece a cada uno 3,7 libras cada mes lo cual no se corresponde en lo absoluto con la realidad que está sufriendo el pueblo. ¿Es que existe un plan maquiavélico de generar en la población una preocupación más que lo aleje de lo que realmente es preocupante?

[1]https://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/el-misterio-del-pollo-335171

[2] Datos tomados del site del Dpto. de Agricultura ya citado.

[3] Los datos fueron tomados de https://www.census.gov/foreign-trade/balance/c2390.html y https://www.census.gov/foreign-trade/statistics/product/enduse/exports/c2390.html

[4]https://www.census.gov/foreign-trade/balance/c2390.html

[5]http://www.one.cu/publicaciones/

© cubaencuentro.com

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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

En el pequeño libro escrito en 1957 El imperialismo norteamericano en la economía cubana, del economista e historiador Oscar Pino Santo, fallecido en Cuba y, si mal no recuerdo, uno de los coautores de la primera Ley de Reforma Agraria, ley firmada el 17 de mayo de 1959, podemos ver cosas muy interesante en su Cuadro No. 20.

El mencionado Cuadro No. 20 muestra el consumo doméstico, producción nacional e importaciones de los principales productos alimenticios en el período 1954-1956 donde se observa que la cantidad y el valor ( en porcientos) del consumo doméstico de producción nacional fueron el 81% y el 71% respectivamente, mientras que la cantidad y el valor del consumo doméstico de importación fueron 19% y 29% respectivamente. En ese cuadro, cuya relación de alimentos bien serviría como ejemplo objetivo de cual era la canasta básica del cubano promedio de aquellos tiempos, se muestran datos interesantísimos como el hecho de que el 98% de la cantidad y el 92% del valor de los productos lácteos consumidos por la población cubana era de producción nacional. Oscar Pino Santos, quien laboró en el Consejo de Estado cubano hasta su muerte poco tiempo antes de fallecer fue premiado con el premio nacional de Ciencias Sociales por la obra de toda una vida. En la tabla se observa  que el 100% de las carnes  refrigeradas consumidas en Cuba eran de producción nacional, incluyendo al pollo. En esa época también era usual comprar los pollos  y gallinas vivos  y posteriormente sacrificarlos en las casas, fondas, restaurants, etc.
Oscar Pino Santos en en su mencionado libro se queja de que, el 25 % de los alimentos que consumían los cubanos, siendo Cuba un país agrícola,  eran importados. Lo que no dice ese economista comunista que murió en el 2005 trabajando en el Consejo de Estado es que esa importación se debía en gran parte no por  ineficiencia económica del país, como ocurre desde hace casi  60 años,  sino por distintas razones; veamos algunas: 

1) Resultaba mucho más barato comprar, por ejemplo,  el arroz en los EE.UU., en los Estados de la cuenca del Mississipi, que cultivarlos en Cuba; con otros cultivos sucedía lo mismo. Era más barato comprar en EE.UU. la manteca de cerdo, la cual apenas se consume en los EE.UU.pero que era entonces de consumo tradicional en Cuba, que producirla en Cuba o producir aceites vegetales.  Aunque debo señalar que Cuba en el año  1958 fue el  tercer productor de arroz de America Latina y produjo 256,000 toneladas métricas de arroz ya molinado. El arroz  representó  en ese año el 6.6%  de la riqueza nacional  y tenía 162,000 hectáreas dedicadas a este cultivo . El consumo de arroz per cápita del cubano era de 110 libras/año.  Esas cifras se obtuvieron después del plan de diversificación de la economía cubana  comenzada por el Presidente Carlos Prío Socarrás y continuada e impulsada por el gobierno de Fulgencio Batista y Zaldivar, la cual se llevó a cabo pese a las medidas  que tomó el gobierno norteamericano en contra del gobierno de Batista como consecuencia  de la labor de los lobbystas o cabilderos de las industrias norteamericanas afectadas que residían en territorio norteamericano, entre las que se encontraban  los productores de arroz  de la cuenca del Mississippi. Para profundizar  sobre estas medidas adjunto un artículo de mi autoría y para conocer más logros de la economía cubana preCastrista pueden hacer click AQUÍ.
2)  En Cuba se intentó  por los años 20s y 30s cultivar trigo, sobre todo en las provincias centrales, pero no dió resultado, luego la harina de trigo, fundamental para hacer panes, galletas, confitería, etc., se tenía que comprar en el exterior cubano  y así otros productos que eran de consumo tradicional del cubano.
3) Finalmente, los cubanos  estábamos acostumbrados a consumir bacalao de Noruega, tasajo uruguayo (en Cuba estaba prohibida la matanza de ganado caballar),  al igual que la mantequilla holandesa, quesos franceses y suizos, turrones, jamones y vinos  españoles, peras, manzanas, melocotones, albaricoques enlatados de EE.UU., calamares y sardinas españolas, etc. .En resumen:  Los cubanos éramos un poco sibaritas  dentro del alcanze que tenían nuestros bolsillos y nos gustaba darle gusto al paladar, aunque los alimentos y bebidas fueran exóticos. 
 

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