PRIMERA PARTE. DE LA ENTREVISTA A A BOBBY BATISTA, HIJO DEL EX PRESIDENTE FULGENCIO BATISTA , POR JESÚS DIAZ LOYOLA
Tomado de http://nuevoaccion.com/
El golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, fue el mayor error político de Batista: “Una acción innecesaria que se saltó la Constitución legítima de 1940 y acabó manchando su legado.”
Por Jesús Díaz Loyola.
Roberto Francisco (Bobby) Batista Fernández (Nueva York, 1947), uno de los nueve hijos de Fulgencio Batista Zaldivar, el ex presidente de Cuba que precipitó el advenimiento del Castrismo, no tiene ningún reparo para admitir que el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, fue el mayor error político de su padre: “Una acción innecesaria que se saltó la Constitución legítima de 1940 y acabó manchando su legado.”
Él y toda su familia, tuvieron que huir de la isla para seguir con vida, entre los últimos días de 1958 y la llegada de año nuevo de 1959, antes de la entrada de los barbudos rebeldes en La Habana. Lo hicieron en sendos aeroplanos que les llevaron a un exilio permanente, que tampoco les fue fácil.
Harto de que la historia de su padre sea tergiversada, escribe memorias con su legado más íntimo e inédito. “Jamas en la historia de Cuba ha habido un presidente tan calumniado como el general Fulgencio Batista”, dice.
Aunque por las circunstancias de la vida política de su padre nació en Nueva York, su infancia está marcada por Cuba, adonde llegó con dos años en el verano de 1949 y permaneció hasta que se fueron definitivamente, hace ahora 60 años.
Todos los días no se habla con un hijo del hombre que marcó un momento esencial de la historia reciente de Cuba. “Robertico”, como le llamaban en los medios de la isla bajo el batistato, tenía 11 años cuando abandonó la tierra cubana, a la que sueña volver algún día en democracia. No ha olvidado jamás las navidades ingratas de 1958 que rodearon a la familia y mucho menos el desconcertado 30 de diciembre de su llegada a Nueva York, bajo una fuerte presión entre improperios y humillaciones de las cédulas procastristas.
—¿Cómo fue la salida Cuba? -—Salimos dos días antes de la llegada de año nuevo. Llegamos el 30 de diciembre a Nueva York, mi hermano Carlos Manuel y yo, con la ilusión de pasar las Navidades cuando, en realidad, nos íbamos para siempre.
—¿Y que pasó en Nueva York?- —(Se emociona) Fue el momento más duro que recuerde jamás. Nos recibió una turba de gente profiriendo insultos y gritándonos a dos niños de 9 y 11 años que no sabíamos de nada. Escuché los improperios y las groserías más horrendas que se podían oír. Ese día fue de gran confusión porque debido a la edad, no sabía que pasaba con mi padre y por eso no comprendía la razón de esa palabrería.—¿Cómo conocieron de los cambios que se estaban dando en La Habana? -—En la madrugada del 1 de enero de 1959, mi hermano y yo despertábamos en un hotel de Nueva York, todavía con el sobresalto de la llagada. En la televisión vimos las imágenes de una Habana confusa con disturbios callejeros por todas partes y la noticia ingrata de la salida de mi padre. Entonces, ya asumíamos la conciencia de lo que pasaba. Ese día, mi madre (Marta Fernández Miranda, la segunda mujer de F. Batista), nos llamó para comunicarnos que estaban a salvo en República Dominicana, tras ser negada la entrada de mi padre a los Estados Unidos. Poco después, mi madre se reencontró con nosotros en Nueva York y desde allí fue un alma consejera y mediadora en el momento más nefasto en la vida política de mi papá, que no solo se vio conminado a dejar Cuba, sino que vivió bajo un asedio constante del gobierno de (Rafael Leónidas) Trujillo, mientras permaneció en República Dominicana hasta mediados de 1959.
—¿Cómo fueron esos primeros años de exilio?-—De Dominicana, mi padre consiguió viajar hacia Lisboa, Portugal y encontrarse allí con mi madre, mis hermanos Jorge, Rubén, Carlos Manuel y yo. Mi hermana Mirta con su marido e hijos, tomaron residencia en Newton, Massachusetts. Mi hermana Elisa Aleida y su marido, partieron rumbo a Madrid, España. Carmelita viajó a Fort Lauderdale, Florida, donde tomaron residencia. Fulgencito y Marta María, fueron a nuestra casa en Daytona Beach, Florida.
—¿Y como fue en Portugal?- —En Portugal, el presidente (Antonio de Oliveira) Salazar nos ofreció protección a todos. Nos instalamos en la isla de Madeira y más tarde en Estoril. Mientras nosotros estudiábamos, mi padre vivió allí los primeros años de destierro inmerso en los manuscritos de lo que serían después los libros de sus memorias que publicó a lo largo de 14 años de exilio, con estancias frecuentes en España a partir de 1964, ya al abrigo de Francisco Franco
—¿Y su padre no pudo volver a los Estados Unidos?-—Mi padre nunca pudo regresar a los Estados Unidos porque se lo prohibieron. Yo si pude ir y volver porque soy americano, nacido allí.
—Siempre se ha dicho que Batista se fue de Cuba con una gran fortuna. Los críticos lo acusaron de llevarse millones al exilio. ¿Es cierto eso?- — Se comentó mucho, pero no hubo pruebas.
—¿La familia Batista ha percibido la pobreza, han conocido las dificultades?—Dificultades económicas, no. El que conoció dificultades económicas fue mi padre, por todo lo que pasó desde muy niño. Nació en el campo, en un bohío del oriente cubano, en la pobreza más absoluta, y poco a poco se fue labrando caminos. Trabajó en los ferrocarriles, trabajó en un campo de caña y se educó en un colegio pequeño que había cerca de Banes (Holguín). Se hizo taquígrafo hasta que fue militar y sargento. “Siento un gran respeto hacia mi padre”
—¿Admira a su padre?—Yo siento un gran respeto hacia mi padre. El recuerdo de mi padre es muy vivo. El recuerdo y la imagen de mi padre están sumamente presentes siempre.
—¿Lo recuerdas bien?—Sí, porque fue un gran padre; fue muy cariñoso y comprensivo. Nos educó muy bien. Tuvo siempre prioridad por nuestro bienestar y nuestra felicidad.
—¿Que les contaba su padre sobre Cuba?—Bueno, pues nosotros hablábamos con él, y el hablaba de Cuba siempre, porque su gran amor era Cuba. Y en todo momento, defendía a la Patria por encima de todo. Quería el bienestar y quería una Cuba democrática.
Bobby Batista tiene ahora 70 años y todo en su memoria son recuerdos vivos. Habla con nostalgia de “el hombre” como llamaban a Batista, un presidente que empezó siendo un férreo defensor de los derechos democráticos en la isla, pero que le dio un giro a la historia el 10 de marzo se 1952.
—La Cuba de Batista y la de Castro. Después de más de 60 años, ¿que tiempo fue peor? —Hombre, es que no cabe duda que seis años de dictadura de Batista comparados con 60 años de dictadura Castrista, la diferencia es brutal. De entrada mi padre, se puede decir, que quitando el periodo 1952-1954, al amparo de los Estatutos Constitucionales, fue el hombre fuerte de la República, porque a partir de 1954, dígase lo que se diga, fue electo Presidente y gobernó nuevamente al amparo de la Constitución de 1940, restituida el 24 de febrero de 1954.
—¿Cual fue entonces el error político de su padre?— Creo que el 10 de marzo de 1952 fue un error político de mi padre. Yo tenía cuatro años. Pero fue un contrasentido porque el 10 de marzo, en realidad, se saltó la Constitución del 40 y derrocó al gobierno democráticamente elegido de Carlos Prío Socarrás, tres meses antes de las elecciones presidenciales.
—¿Y que opinión le merece?—En mi opinión este no era el momento político más conveniente para mi padre. Si hubiese esperado a las próximas elecciones, su popularidad habría probablemente aumentado y por lo tanto habría tenido más papeletas para ser elegido presidente. Pero se precipitó. Fue una acción innecesaria que acabó manchando su legado. La Contitucion cubana de 1940 fue proclamada como ley fundamental el 10 de octubre de 1940 en la oriental cuidad de Güaímaro y considerada la más avanzada y progresista de su tiempo en América.
—¿Como valora usted la Constitución del 40?—La Constitución del 40 ha sido el gran acierto político de Cuba de todos los tiempos . Ojalá mas temprano que tarde sea restaurada. Y con Aristóteles pronuncio: “Mejor es que mande el derecho que un individuo”.
—Aun después de restaurada por Batista en 1954, la Revolución castrista la volvió a ignorar e implantó su propia Constitución en 1976. ¿Que piensa de eso?—Queda claro que la Revolución no abogaba por la soberanía del pueblo, más bien por la suya propia como ha demostrado a lo largo de la historia. Se han dicho muchas mentiras. Se hartaron de decir mentiras. Pero mi padre dejó sentado desde un principio que este era un tema de comunismo. Nadie le quiso creer y él lo probó, tenía pruebas suficientes que están en sus libros.
1952-58: “A lo largo de ese período se cometió algún que otro atropello, alguna que otra falta a la obediencia constitucional, y se le pasó factura a mi padre.”
—¿Y como pesa en la historia de Cuba el error político de su padre?—Como hijo de mi padre, me gusta siempre pensar que lo hizo por el bien de la Patria; y yo creo que sí, que su intención era sacar a la Patria adelante. Pero no era el momento más adecuado de hacerlo. Fue un error político porque mi padre tenía que haberse mantenido como candidato a las presidenciales del año 1952 con su partido, que era el Partido de Acción Unitaria (PAU). Sin embargo, no lo hizo y se saltó ese momento. Gobernó y gobernó muy bien, pero tuvo luces y sombras. Las luces por el progreso, porque (el fidelismo) heredó la Patria, heredó la República cuando él se marchó.
—¿Y las sombras?—Las sombras fueron que a lo largo de ese período (1952-1958), pues se cometió algún que otro atropello, alguna que otra falta a la obediencia constitucional, y se le pasó factura a mi padre.
—Visto lo que pasa hoy en tantos países llamados democráticos y en las dictaduras latinoamericanas propiamente, ¿asume como polémico el mandato de su padre? —Mi padre fue polémico porque casi nadie quiso creer en sus previsiones, que resultaron correctas si se estudia la realidad de Cuba a partir del 10 de marzo de 1952. Todo lo que mi padre sentenció acerca del movimiento comunista en Cuba, ha sucedido en nuestra Patria y en otros países latinoamericanos.
—¿Se arrepintió su padre alguna vez del golpe del 10 de marzo?—Yo creo que mi padre en muchas ocasiones, quizá no hubiese, no deseaba esos acontecimientos, sino que se vio forzado a provocarlos de alguna forma.
—¿Y que lo forzó? ¿Hubo algún factor externo, porque ese mismo mes de marzo (día 27) Estados Unidos reconoce oficialmente al régimen de Batista?— Mucho se ha hablado acerca de este tema. Seguramente mi padre estimó que la República estaría mejor conducida bajo su mandato. Ningún factor externo le ayudó. Se coció todo entre él y miembros del Ejército, y algún que otro político.
—¿Y cual fue el lado positivo de ese golpe, si lo hubo? —La trayectoria política de mi padre se remonta antes de 1933. Y el 10 de marzo tuvo el acierto de llevar a Cuba a la prosperidad económica de todas las clases sociales, muy en especial las profesionales, como las de los médicos, abogados, arquitectos, ingenieros, el mundo de las finanzas en general. Se trabajó muy duro en todo lo relativo a la educación y a la salud pública. Ahí están las obras en esos terrenos y además el volumen de obras públicas. Tras el golpe de marzo, Cuba se puso en un momento de gran auge económico, y eso había que agradecerlo al ímpetu de mi padre..(Continuará)
********************
Yo lo que le estaba comentando antes de Prío no era que Prío de ninguna manera hubiera conspirado con Batista o tomaba a Batista en consideración para un golpe, si no que Prío, con oficiales militares afines a él...
“Es decir, que Batista se le hubiera anticipado.”
Es correcto.
“Le hubieran dado un golpe de mano, como se dice.”
Exacto.
“Batista trató de justificarse diciendo que Prío iba a dar un golpe de estado con un grupo militar. Yo no tengo informaciones al respecto. Mi criterio es que lo que hizo Prío fue dejarse dar el golpe de estado de Batista.”
(El Senador Fulgencio Batista en el Campamento Militar de Columbia el 10 de marzo de 1932)
- Rubén Batista: Sí, muchos. Había posiblemente más de dos movimientos. Según algunas personas con las que yo he hablado y que conocían el proceso desde dentro, había tres. Uno que se inició en la Escuela Superior de Guerra por un grupo de oficiales que estaba en contacto con el profesor Rafael García Bárcena. Cuando se crea la Escuela Superior de Guerra en tiempos de Grau, se invita a una serie de profesores a colaborar. Se convoca a Herminio Portell Vilá, a Roberto Agramonte, a Rafael García Bárcena y otros. Según me han contado, hubo un momento inicial tras las elecciones del `48, donde gana Carlos Prío, en que ya hubo cierto movimiento subversivo a favor de Chibás; que había quedado en tercer lugar en los votos, muy por detrás del Dr. Ricardo Núñez Portuondo.
Este mismo grupo intervino en la facilitación de la destitución del jefe del ejército General Pérez Gámera. Ese grupo, donde tengo entendido que estaba el Coronel Barquín, y otros que llamaban “el trust del cerebro” por enrolar a una serie de profesores de la Escuela Superior de Guerra, llegó a ser bastante fuerte. De ahí se desprende otro grupo que lo liderea el entonces capitán Jorge García Tuñón. Este era también un militar de preparación, que inclusive venía de una familia castrense anterior al 4 de septiembre. Es decir, que venía del viejo ejército, de una tradición. Luego también se úne al grupo que quería a Batista como líder. Y había otra disidencia más, que era independiente a Batista en sus orígenes, aunque después se vincularon, ya que buscaban un líder civil; los instigadores de este movimiento eran Colacho Pérez, un civil pero de origen “revolucionario”, miembro del ABC (al que Batista perteneció siendo joven) y que por los contactos que tenía pudo hacer una serie de relaciones significativas en el ejército, y otra figura importante, que es el Coronel retirado de la marina José Rodríguez Calderón. Para mí estas llegaron a ser las figuras más importantes en el golpe de estado. Además de Salas Cañizares (quien llegaría a ser jefe de la policía) que controlaba las perseguidoras y la motorizada. Hay otra serie de personajes a destacar, muchos de ellos retirados, como el Capitán retirado Díaz Tamayo, que también era de la Escuela Superior de Guerra, y el General retirado Francisco Tabernilla Dolz, que era un hombre que tenía mucho prestigio, un oficial graduado de la primera escuela de cadetes del ejército en el año 1917 o `18. Tabernilla era un hombre que tenía mucha simpatía sobre todo en la Cabaña, es decir, en el regimiento de artillería, que junto a Columbia (donde estaban los tanques y la infantería) era la otra plaza militar fuerte de La Habana. Dentro de Columbia hubo también militares simpatizantes; entre los cuales estaban los capitanes Robaina, Rojas, Sogo y otros.
Sobre la historia del 10 de marzo hay cartas cruzadas importantes, ya en el exilio, entre papá y el coronel Cruz Vidal, que hemos donado a la Universidad de Miami, aunque yo tengo copia. Ramón Cruz Vidal era un soldado del 4 de septiembre, que aparece en todos los libros como uno de los principales de ese movimiento. Batista hace un prólogo a un libro de este señor donde señala que en las vísperas del golpe de estado había una crisis; y que sin crisis institucional no hubiera existido un 10 de marzo. Había descontento, y muchos apoyaron a Batista no por batistianos sino por descontentos.
¨. Como ya sabes y te lo adjunto de nuevo, el golpe de estado nunca fue organizado por Batista. Fueron los tres profesores ortodoxos de la Escuela Superior de Guerra quienes con la aprobación de Eduardo Chibás lo organizaron con la ayuda dentro de Columbia del Capt. García Tuñon. Chibás lo encabezaría como líder populista que los militares necesitaban para evitar el derramamiento de sangre pero cuando ve que su popularidad aumenta a nivel electoral, decide no apoyar el golpe y dice a los tres profesores que lo detengan. Ellos lo hicieron pero García Tuñón no pudo detenerlo con los oficiales dentro de Columbia y exigieron se buscara otro líder populista. Escogieron todos ellos a Batista que rechazó encabezarlo a pesar que Carlos Prío le mandó un mensaje con el Dr. Juan J. Remos que él estaba listo para entregar su mandato a los militares por haber perdido autoridad y por la infiltración comunista dentro del Partido Ortodoxo. En la última visita que García Tuñón hace a Batista en Kuquine en Febrero de 1952 (después del asesinato del Dr. Alejo Cossío del Pino), éste le dijo que con él o sin él los militares darían el golpe. Es ahí donde Batista acepta ponerse al frente. Es el 7 de marzo de 1952 donde Rubén y yo estamos comiendo en casa de su hermana Mirta con Batista, cuando llegan tres personas, el General habla con ellos 5 minutos, y después nos enteramos que ese día fue que se decidió el golpe el día 10. Nos enteramos después que los tres visitantes fueron Colacho Pérez, Rodríguez Calderón y García Tuñón.¨
(Carlos Prío Socarrás, Ramón Grau San Martín y Carlos Hevia)
Volvamos al débil rechazo al Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952: La noticia, cierta o no, de los planes de Eufemio Fernández de atentar con morteros contra Batista y su familia en la casa familiar de la finca Kuquine y otras noticias y rumores similares, ficticios o reales, sembraron en el pueblo, dado el culto al caudillismo que siempre hemos tenido como pueblo, la necesidad de un ¨hombre fuerte ¨que disciplinara o ¨metiera en cintura ¨ al país. Ese hombre para muchos era Batista, que lo había demostrado ser en la década de los años 30s, con la ayuda de José Eleuterio Pedraza)cuando la Revolución del 33 nos había dejado un país con una abundante presencia de terroristas y pistoleros políticos. Para más elementos a su favor, Batista había estado de acuerdo en llamar a una Constituyente y después de haber sido elegido Presidente y ejercido como tal durante 4 años sin grandes escándalos o críticas a su gestión de gobierno de 1940 a 1944, había dejado el poder sin objección alguna, a la oposición politica.
En el artículo Cuba: El golpe de estado del 10 de marzo de 1952, Pedro Simeón escribe:
¨ La Universidad se convirtió en tribuna y centro de fermento insurreccional. Las asociaciones de banqueros, colonos, hacendados y otras entidades económicas o sociales ofrecieron respaldo al gobierno de facto. Los dirigentes políticos, unos se hicieron cómplices del asalto, algunos esperaron semanas para comprometerse, y muchos otros hicieron el papel de leales oposicionistas, prestándose a farsas electorales. Los partidos políticos no tuvieron ni la menor capacidad para erguirse con dignidad. Algunos activistas se pusieron bajo la protección de personeros del gobierno de facto y por suerte para su personal destino, estuvieron a punto de ingresar en un Consejo Consultivo creado por nombramiento. La presión de amigos lo impidió, lo que les permitió participar en la lucha insurreccional que se avecinaba de forma protagónica. El partido comunista envió una comisión al campamento militar de Columbia para entrevistarse con el Gral. Batista, integrada entre otros por Blas Roca, Salvador García Agüero y Lázaro Peña al objeto de ofrecer la colaboración del Partido al gobierno golpista. La gestión fue de inmediato neutralizada por el Embajador Norteamericano que le comunicó al general que todo acuerdo tendría por consecuencia el no reconocimiento de su gobierno por Estados Unidos. No obstante el nuevo régimen, estableció un concordato de tolerancia. Los sindicatos en su gran mayoría se plegaron en pocas horas al nuevo gobierno. La Iglesia en la voz del Cardenal Arteaga felicito a Batista por el exitoso asalto.
Los grandes partidos auténticos y ortodoxos se fraccionaron dedicando sus energías mayores a la lucha por el liderazgo, más que al enfrentamiento a la dictadura que surgía. ¨
(En la foto al lado de la famosa escritora Zoé Valdés tomándola de la mano se encuentra el pintor Waldo Díaz-Balart en una exposición de pinturas de Zoé Valdés; detrás se encuentra Frank Díaz-Balart, hermano de Waldo)
Batista y algunos de sus cercanos colaboradores querían convocar a elecciones lo antes posible para mostrar sus intenciones democráticas; otros de sus cercanos colaboradores le aconsejaban a Batista que esperara a que la Oposición política le pidiera convocar a elecciones. Batista se inclinó por la primera variante y convocó a elecciones para noviembre de 1954; la oposición al ver que se acercaban las elecciones y no tenían posibilidad de ganar se fue al retraimiento; Ramón Grau San Martín fue el último al irse al retraimiento dos días antes de las elecciones donde no tenía ninguna posibilidad de ganar según Manuel Márquez-Sterling que es el historiador de la fuente (2) que veremos en el siguiente fragmento extraido de Wikipedia. Manuel Márquez-Sterling está muy lejos de haber sido, o ser, un simpatizante de Batista, al ser el hijo de Carlos Márquez Sterling el oponente más fuerte que tenía el candidato oficialist a Andrés Rivero Agüero en las elecciones del 3 de noviembre de 1958 y haber sido un crítico y opositor político a Batista
Las elecciones presidenciales de Cuba de 1954 se llevaron a cabo el 1 de noviembre de ese año (1). Fulgencio Batista fue elegido presidente de la República para el período 1955-1959.
A lo largo de 1954 hubo algunos intentos de sabotaje al proceso electoral, incluyendo un complot organizado por el ex presidente Carlos Prío Socarrás y su ex Secretario de Educación. Durante la campaña electoral, Ramón Grau mostraba una importante intención de votos, pero no la suficiente para triunfar (2).Los abstencionistas, que en general apoyaban a Prio, los Ortodoxos y los Comunistas boicoteaban los actos de Grau, irrumpiendo en los mismos con consignas revolucionarias. Los actos de Batista, por el contrario, se desarrollaban sin disturbios (2).
El ex presidente Grau, sospechando que Batista cometería fraude, renunció a su candidatura dos días antes de los comicios. Batista fue entonces elegido presidente sin oposición. La participación se redujo a un 52,6% frente al 79,5% de las elecciones de 1948 (3).
(1)Aquel 30 de septiembre de 1954 Juventud Rebelde, 29 de noviembre de 2009.
(2) Cuba 1952-1959: The True Story of Castro's Rise to Power . Manuel Márquez-Sterling. Páginas 56-57. ISBN 978-0-615-31856-1
(3) Cuba: order and revolution. Jorge I. Domínguez. Página 124. ISBN 0-674-17925-0
(Multitudes en rally electoral en apoyo a Batista para las elecciones de 1954 1954)
Tipo de elección General
Demografía electoral
Población 6,424,173
Habitantes inscritos 3,129,699
Votantes 1,639,962
Participación 52.4 %
Resultados:
Fulgencio Batista – Acción Unitaria
Votos 1,451,753 88.52 %
Ramón Grau – Partido Auténtico
Votos 188,209 11.48 %
Este manifiesto (lo pueden leer en idioma Inglés AQUÍ) ) prohibia los viajes de cualquier tipo en la provincia de Oriente desde el 1 de abril, y anunció que los rebeldes abrirían fuego sin advertencia previa a cualquier vehículo que violara esa disposición. Asimismo, decretó que todos los pagos al gobierno debían de cesar, y que quien hiciera los pagos al gobierno, incluido los impuestos o tasas, sería considerado un traidor antipatriota y culpable de un acto contrarrevolucionario. A los que que trabajaran en el gobierno en los puestos administrativos o en los tribunales se les ordenó a renunciar. A los militares se les advirtió que serían juzgados como criminales, a menos que desertaran o se unieran al Ejército Rebelde. El manifiesto terminaba pidiendo que la gente diera su apoyo a la campaña de exterminiar a todos aquellos que sirvieran a la tiranía con las armas, declarando que a partir del 5 de abril comenzaría una guerra total y que tendrían la necesidad de aniquilarlos a donde quiera que estuvieran, como los peores enemigos de la libertad y la felicidad.
Vista Parcial del acto de desagravio a Batista efectuado en abril de 1957 por el ataque al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957 por la Organización Auténtica (36 atacantes) y el Directorio Revolucionario (8 atacantes).
Hay que tener claro que una muy pequeña minoría del pueblo cubano se enfrentó decididamente al régimen de Batista y una muy pequeña minoría defendió decididamente al régimen de Batista. La gran mayoría del pueblo cubano se cruzó de brazos y al triunfar se fue con los vencedores, como lo han hecho muchos pueblos en la Historia, ya que el derrotado no era peligroso. La alegría de gran parte del pueblo cubano al triunfar la Revolución fue porque erróneamente creyeron (en parte por la falsa propaganda de Fidel Castro) que se acabarían los atentados terroristas revolucionarios en tiendas, cines, cabarets, establecimientos comerciales, tiroteos y las consecuentes víctimas mortales, así como los muertos producto de la represión policial a ese terrorismo revolucionario que por la independencia que siempre tuvo el Poder Judicial durante el régimen de Fulgencio Batista ya que muchos autores de ese terror revolucionario era presentados a los tribunales civiles mediante el recurso de habeas corpus, y posteriormente salián mediante fianza a la calle y de ahí a la clandestinidad urbana, al aeropuerto o a las guerrillas en el campo cubano.
Etiquetas: Batistam Cuba, Bobby Batista, castrismo, entrevista, Fulgencio Batista, GOLPE DEL 10 DE MARZO
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home