Sobre Raúl Castro Ruz en el marco de la muerte del general de tres estrellas Ion Mihai Pacepa, el espía de más rango en saltar el Telón de Acero durante la Guerra Fría
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Tomado de https://theworldnews.net/
En la muerte del general Pacepa
2/26/2021
El pasado 14 de febrero murió de coronavirus en su país de acogida el antiguo general de los servicios de inteligencia rumanos Ion Mihai Pacepa. Nacido en Bucarest en 1928, Pacepa desertó en 1978 a Estados Unidos y era el espía de más rango en saltar el Telón de Acero durante la Guerra Fría.
Su traición a Nicolae Ceausescu refugiándose en la embajada estadounidense en Bonn durante una misión oficial a Alemania enfureció al dictador, que envió a sus sicarios a buscarle y puso un precio de 2 millones de dólares a su cabeza.
La deserción de Pacepa tuvo funestas consecuencias para el régimen comunista rumano y salpicó también al Kremlin. “Conocía personalmente a todos los malvados con rango del mundo [every senior-ranking bad guy in the world], incluyendo al Gran Timonel Mao, a Kim de Corea del Norte, a Yaser Arafat y a una larga lista de líderes soviéticos y del KGB”, ha escrito Wayne A. Barnes, el agente del FBI que le tomó declaración. “Su conocimiento era enciclopédico”.
Pacepa había sido jefe del espionaje industrial rumano cuando la inteligencia de Bucarest estaba subordinada al KGB. Desde 1972 era consejero en materia de desarrollo industrial y tecnológico de Ceausescu, además de mano derecha del dictador en asuntos exteriores estratégicos y segundo de a bordo en la Dirección de Inteligencia Exterior.
Aunque no llevaba más que la ropa que llevaba puesta, al llegar a Estados Unidos Pacepa ofreció al antiguo enemigo capitalista secretos de un valor incalculable. Sus informaciones destruyeron por completo la estructura del espionaje exterior rumano y evidenciaron la diabólica eficacia de las calumnias que la propaganda comunista orquestaba contra sus críticos.
En 1987, casi una década después de su huida, publicó Horizontes rojos, las memorias de sus años junto a Ceausescu.
Entre otros muchos secretos embarazosos para sus antiguos jefes, el libro revelaba los tratos criminales con dictadores del Tercer Mundo y grupos terroristas como la OLP de un Ceausescu respetado hasta hacía poco en Occidente por su independencia de Moscú.
Horizontes rojos también describía la opulencia en que vivían los Ceausescu y su camarilla, mientras el resto de los rumanos pagaban con hambre y frío los delirios autárquicos del Gran Conducător.
Además de un testimonio único del ambiente de terror y sumisión al sátrapa que reinaba en la corte roja rumana, las memorias de Pacepa son un inventario lleno de morbo de los bajos instintos de la mujer del dictador, Elena, una apasionada del porno amateur que la Securitate grababa en los dormitorios de sus ministros y demás altos cargos.
Cuenta la leyenda que las calles de las ciudades rumanas se vaciaban cuando la sección rumana de Radio Europa Libre emitía, capítulo a capítulo como un folletín, los pasajes más relevantes del libro de Pacepa.
Aunque los pudorosos redactores de la emisora que emitía clandestinamente en Rumanía desde Múnich descartaron sus pasajes más picantes, no es difícil imaginar la humillación que para los dueños absolutos del país debió de suponer ver su intimidad aireada ante unos súbditos a los que, según confesión de Pacepa, los Ceausescu despreciaban profundamente.
La muerte de Pacepa ha vuelto a poner de actualidad en Rumanía el viejo debate sobre cómo debe recordarle la Historia. ¿Fue Pacepa un héroe, un traidor o simplemente un corrupto que quiso salvarse al descubrir el régimen sus malas prácticas?
Para Ceausescu y para el sistema al que consagró la primera de sus dos vidas, Pacepa fue claramente un traidor. Pero es difícil pensar que traicionando al régimen también traicionara a un país que solo debe sufrimiento y dolor a la élite comunista que vendió a Occidente Pacepa. Pacepa traicionó si acaso a su hija Dana, que se quedó sin padre y atrapada en la Rumanía ceausescuista llevando el estigma de ser hija del gran traidor.
¿Fue Pacepa un héroe? Su deserción fue sin duda “una acción muy abnegada en beneficio de una causa noble” (definición de la RAE), la de la democracia y el humanismo que se enfrentaba al despotismo soviético en la Guerra Fría. Aunque la motivación de Pacepa para romper con Ceausescu fue, según admisión propia, de orden eminentemente personal.
En su correspondencia con el historiador Denis Deletant –publicada por este tras morir Pacepa–, el insigne desertor dice que el desencadenante de su decisión de escapar fue la orden recibida de Ceausescu de organizar el asesinato de Noel Bernard, director de Radio Europa Libre en rumano, que acabó muriendo de un cáncer posiblemente irradiado por la Securitate en 1981. Pacepa no quería convertirse en un asesino ni tampoco, obviamente, decirle 'no' a Ceausescu. Desertar, por tanto, era su única opción.
Parece que también hay elementos que permiten considerar al general un corrupto. Según algunas versiones, Pacepa huyó a Occidente temeroso de que Ceausescu le castigara por el fracaso de una negociación con la Alemania Federal para producir aviones Fokker en Rumanía. Otra posibilidad apunta a que Pacepa esperaba represalias por su implicación (confirmada por las labores del espionaje estadounidense de antes de que desertara) en el contrabando de vídeos, alcohol y cigarros capitalistas, práctica habitual entre las élites comunistas con pasaporte que no parece suficiente para justificar una hipotética caída en desgracia.
¿Fue Pacepa un héroe, un traidor o un corrupto? La respuesta es clara: Pacepa fue, como todos somos muchas cosas a lo largo de nuestras vidas, todas esas cosas a la vez. Reducir su figura a una de esas etiquetas es un ejercicio de mezquindad inane que en nada ayuda a alumbrar el debate.
Más que a someterle a siempre caprichosos juicios morales, la trayectoria de Pacepa invita a asomarse con curiosidad y sin prejuicios a la realidad opaca y siniestramente fascinante que nos desveló su espantada.
Como muchos otros jóvenes brillantes de su generación, Pacepa fue reclutado por la inteligencia comunista cuando aún no había terminado la ingeniería que estudiaba. El régimen quería a los mejores para lo único que le importaba, que era mantenerse en el poder, y la élite que alistaba emprendía así un camino de no retorno que venía con privilegios, sí, pero también con compromisos irrenunciables y la obligación de lealtad incondicional al Partido.
Entre 2015 y 2018, con admirable sentido literario, Pacepa le describió así su trágico destino a Deletant:
En 1972 me nombraron segundo de la Dirección de Inteligencia Exterior, y me di cuenta gradualmente de que tarde o temprano tendría que tener valor y romper con esa sociedad perversa. Dar el paso concreto, sin embargo, resultó ser más difícil que llegar a esa conclusión. Por una parte, me apenaba pensar en mi futuro: Ceausescu me condenaría a muerte y después borraría todo lo que recordara que una vez existió un general Pacepa. Desertor, la palabra utilizada por el Gobierno de EEUU para los funcionarios del bloque soviético que elegían la libertad en Occidente, era otra cadena alrededor de mis tobillos, pues la palabra está aterradoramente cerca de la palabra traidor. Por último estaba mi vida privilegiada en la cúspide de la sociedad rumana: mi villa de Bucarest con mi piscina y mi sauna, mi pista de tenis, mis coches y mis chóferes, mi casa de verano en el Mar Negro y mi retiro de caza en los Cárpatos. La idea de verme envuelto en asesinatos políticos fue la gota que colmó el vaso de mi indecisión.
La noticia de la muerte de Pacepa la dio en exclusiva The Epoch Times, un poderoso medio internacional afiliado al movimiento espiritual Falun Gong represaliado por la dictadura china que Wikipedia y los demás mandarines del establishment de izquierda tachan de panfleto de “extrema derecha”.
Si no me fallan las facultades de buscar por internet, la muerte del desertor del comunismo de más alto rango ha sido hasta ahora ignorada por medios que antaño aspiraban a ser de referencia como el New York Times y el Washington Post.
Sospecho que este apagón informativo está más relacionado con las opiniones recientes de Pacepa que con su papel en la Guerra Fría, aunque los responsables de estos periódicos no tengan en gran estima a quienes apostaron sin ambages por la democracia capitalista frente al Gulag.
En los últimos artículos que publicó, Pacepa denunció la vigencia de las campañas de descrédito de Estados Unidos que él mismo dirigió un día desde Bucarest. El general consideraba que, sobre todo durante los años de Obama, América se deslizaba peligrosamente por la pendiente del socialismo, y veía en Trump el contrapeso necesario para frenar esta deriva.
Pacepa ha muerto cargando con la inevitable sospecha que acompaña a todos los disidentes del comunismo, sobre el que el general contribuyó como nadie a revelar la verdad. Días después de su muerte, un escritor británico me escribió sobre el luctuoso suceso:
¡Escribió un libro grotesco [bizarre] llamado Horizontes rojos que obviamente le dictó la CIA lleno de propaganda negativa contra la OLP! .
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Asociación Española Cuba en Transición.
¿Quién es Raúl Castro? Un tirano al que sólo un hermano puede querer.
Por Ion Mihai Pacepa.
Es posible que Fidel Castro este muriéndose la cama. Quizás ya haya muerto. Desafortunadamente, en los países comunistas de herencia latina, los tiranos vienen pares –compre uno y llévese otro de regalo. La Rumanía comunista tuvo a Nicolás y Elena Ceausescu. Cuba tiene a Fidel y a Raúl Castro. El día de Navidad de 1989 los rumanos lograron librarse de los dos Ceausescu y, veinte años más tarde, Rumanía entraba a formar parte de la OTAN.
Pronto Cuba será abandonada a un sólo Castro, que es el heredero del trono. Pero, ¿quién es realmente Raúl Castro? Algunos países occidentales especulan con la posibilidad de que Raúl pueda estar barajando la posibilidad de virar hacia un gobierno colectivo y una democracia: eso no es más que un cuento de hadas. Ojalá estuvieran en los cierto, pero Raúl Castro ha conseguido transformar un auténtico paraíso de este mundo en una cárcel y tenemos razones para creen que continuará convertir a Cuba en una tiranía incluso peor.
Me he reunido con Raúl en numerosas ocasiones tanto en Cuba como en Rumanía. Él era el responsable de coordinar los servicios de inteligencia cubanos (Dirección General de Inteligencia o DGI) y a principios de los años setenta se vio inmerso en una operación de drogas junto a la agencia donde yo trabaja (Departamentul de Informatii Externe o DIE). Cuando Raúl no estaba en La Habana o en Moscú estaba en Bucarest. Juntos trabajábamos, pescábamos, buceábamos y hablábamos. Nos retábamos él uno al otro en competiciones de tiro –Raúl tiene un buenísimo disparo. Conducíamos juntos nuestros idénticos coches de la marca Alfa Romeo. Y jamás vi un atisbo en él que me indujera a pensar que alguna vez quisiera democratizar Cuba.
“ALGUNOS PAÍSES OCCIDENTALES ESPECULAN CON LA POSIBILIDAD DE QUE RAÚL PUEDA VIRAR HACIA UNA DEMOCRACIA: ESO NO ES MÁS QUE UN CUENTO DE HADAS”
Raúl estaba siempre borracho –de alcohol de vanidad personal. Mi contraparte cubana en inteligencia en aquellos años, Sergio del Valle, que fue el compañero más cercano Raúl en los años de Sierra Maestra le solía llamar “Raúl el Terrible” en alusión al primer rusó que se autoproclamó zar. Raúl era el, no coronado, zar cubano –su título oficial era General Máximo. Fidel pronunciaba los discursos, hora tras hora y, mientras Raúl, dirigía la economía cubana, la política internacional, el comercio exterior, el sistema judicial, las cárceles, incluso la administración de los hoteles y las playas.
Generalmente, se le Raúl como un discreto ministro de defensa pero, Raúl también ha sido la cabeza brutal de una de las instituciones más criminales del comunismo cubano: la Policía Política. Le conocí en esa faceta. Raúl era cruel e inmisericorde; ha cooperado en el asesinato y represión de miles de Cuba y no tengo ninguna duda de que luchará con todas sus fuerzas para mantener su poder. En caso contrario, en algún momento se vería obligado a responder por su crímenes y, que yo sepa, Raúl Castro no es un suicida.
“FIDEL PRONUNCIABA LOS DISCURSOS, MIENTRAS RAÚL DIRIGÍA LA ECONOMÍA, LA POLÍTICA INTERNACIONAL, EL COMERCIO EXTERIOR, INCLUSO LA ADMINISTRACIÓN DE LOS HOTELES Y LAS PLAYAS”.
Antes de conocerle personalmente, Nikita Khrushchev y el general Alexander Sakharovsky, el creador de la estructura de la inteligencia rumana y en ese momento cabeza del servicio de inteligencia internacional soviético (Pervoye Glavnoye Upravleniye) me habían dibujado a grandes rasgos el perfil de Raúl Castro. Corría el año 1959. Los dos soviéticos habían venido a Bucarest el 26 de octubre para un periodo de “seis días de vacaciones en Rumanía”. Era la primera vez que Khrushchev cogía unas vacaciones tan largas en el extranjero y, Rumanía, nunca había sido destino de sus vacaciones. El dirigente soviético estaba ahí para discutir sobre la revolución que se estaba desarrollando en Cuba con el entonces líder rumano Gheorghe Gheorghiu-Dig, hasta ese momento, el único tírano comunista gobernando un país de herencia latina.
Khrushchev soñaba con pasar a la historia como el líder soviético que había conseguido llevar el comunismo al continente americano y estaba dispuesto a poner todo el empeño necesario para que ese sueño se convirtiera en realidad. Pero Khrushchev desconfiaba de Fidel Castro alegando que no era marxista. Los líderes del Partido Comunista de Cuba estaban convencidos de que Fidel Castro era un aventurero peligroso y la burocracia soviética también encontraba reparos en apoyarle.
“KHRUSHCHEV DESCONFIABA DE FIDEL CASTRO ALEGANDO QUE NO ERA MARXISTA. SIN EMBARGO, CONFIABA EN RAÚL”
Sin embargo, Khrushchev confiaba en Raúl. Según los testimonios de Sakharovsky –que a mediados de los años cincuenta lleva a Raúl a Moscú- fue un amor a primera vista. A los dos, a Nikita y a Raúl, les encantaba el vodka y los estaban fascinados con el marxismo. Los odiaban la escuela, la religión y la disciplina. Ambos se jactaban de ser unos expertos militares. Estaban obsesionados con el espionaje y el contraespionaje y ha ambos les gustaba dormir con las botas puestas. Sakharovsky considera que es esta “ardiente relación” es la que impulsa a Khrushchev a lanzarse por completo a apoyar la revolución cubana.
Siguiendo las órdenes de Khrushchev, Sakharovsky asigna Raúl Castro un consejero de inteligencia: Nikolay Leonov, el mayor experto en Latinoamérica de la PGU. Leonov –actualmente Comandante General retirado de la KGB y miembro de la Duma- facilitó a Raúl información sobre las fuerzas armadas del entonces dictador Batista y ayudó a Raúl a trazar el plan de la guerrilla. En junio de 1957, Leonor le entregó a Raúl unas fotografías que mostraban cómo Washington estaba apoyando a Batista con armas y ayuda logística y sugirió a Raúl que tomara a varias docenas de americanos como rehenes con el fin de forzar a Eisenhower a que se quedara al margen. Raúl siguió su consejo. En junio de 1958, los guerrilleros secuestraron a medio centenar de civiles y militares americanos y canadienses que estaban trabajando en Cuba. Batista, que temía por la vida de los secuestrados, declaró el alto el fuego y eso permitió que los soviéticos pudieran llevar más armas a Cuba. El destino de la revolución cubana había cambiado para siempre. Además, se había introducido la era de los secuestros como arma de lucha.
En la noche del 31 de diciembre de 1958, el dictador Guillermo Batista huye en avión de Cuba y los hermanos Castro toman el control del país. Durante los meses siguientes, Raúl es el encargado de organizar la ejecución de cientos de policías y oficiales del régimen de Batista. Los prisioneros fueron ejecutados y sus cuerpos fueron enterrados en fosas comunes a las afueras de Santiago de Cuba.
Un año después aterriza en La Habana el dirigente soviético Anastas Mikoyan y es recibido por Fidel, Raúl y consejero de la KGB Aleksandr Shitv: la operación consistía en ayudar a Raúl a crear una KGB cubana y un ejército al estilo soviético. En 1962, Khrushchev, nombra a Shitov embajador en Cuba lo que supone un hecho sin precedentes. Pronto, Moscú comenzaría a establecer en secreto bases para lanzar misiles en Cuba. Khrushchev, Raúl y Shitov –no Fidel- estuvieron a un ápice de conducir al mundo a una guerra nuclear.
“RAÚL ES EL ENCARGADO DE ORGANIZAR LA EJECUCIÓN DE CIENTOS DE POLICÍAS Y OFICIALES DEL RÉGIMEN BATISTA”.
El abril de 1971 visité Cuba como miembro de la delegación del gobierno de Rumanía para conmemorar el décimo aniversario de la victoria de Castro en Bahía de Cochinos. Un par de días después de la ceremonia, Raúl me invitó a ir con Sergio del Valle a pescar en su barco. También invitó a un soviético que se presentó como Aleksandr Alekseyev. “Este es Shitov”- me susurró al oído Sergio del Valle- “ahora es consejero de Allende”. (El marxista Salvador Allende había sido elegido presidente de Chile en las elecciones del pasado noviembre). Ahí, en ese barco, comprendí de una forma más clara que nunca que Raúl, y no Fidel, era quien estaba llevando los mandos de aquella revolución cubano.
En 1972, tuve que organizar el viaje de Ceausescu a La Habana y fui su mano derecha durante toda la visita. Fidel era la cabeza visible, Raúl el movia los hilos. La primera dama de Cuba no era la mujer de Fidel sino la de Raúl. A Elena Ceausescu le estraño pero ambas mujeres conectaron a la perfección. Las dos, Elena y Vilma Espin Guilloys, habían abandonado sus estudios en la escuela; ambas querían ser químicas; las dos habían logrado reconocidos doctorados en la universidad, ambas se unieron al partido comunista antes de que hubiera llegado al poder en sus respectivos países, llegaron formar parte del Consejo de Estado y las dos eran presidentes de la Federación de Organizaciones de mujeres en sus países.
Durante esa visita, los hermanos Castro y Ceausescu acordaron aventurarse en el tráfico de drogas. Querían regir los destinos del mundo con las drogas. “Las drogas pueden hacer mucho más daño al imperialismo que las armas nucleares”-pontificaba Fidel. Raúl estaba de acuerdo: -“Las drogas pueden erosionar el capitalismo desde dentro”. En esas conversaciones nunca escuche la palabra “dinero” pero yo ya estaba administrando el dinero estaba generando Rumanía con estas operaciones. Todo este dinero era transferido a las cuentas personales de Ceausescu. En 1978, cuando afortunadamente pude abandonar Rumania esa cuenta, que llamaban AT-78, tenía un saldo de 400 millones de dólares –a pesar de las considerables dentadas que provocaba Elena con sus gastos en joyería y abrigos de lujo.
“FIDEL PONTIFICABA: ´LAS DROGAS PUEDEN HACER MUCHO MÁS DAÑO AL IMPERIALISMO QUE LAS ARMAS NUCLEARES´. RAÚL ESTABA DE ACUERDO: ´LAS DROGAS PUEDEN EROSIONAR EL CAPITALISMO DESDE DENTRO”.
En 2005, Fidel Castro enfureció cuando Forbes publicó un reportaje en el que estimaba su fortuna personal en 500 millones de dólares. Este año la revista a elevado su fortuna a 900 millones. Considerando particularmente la miseria en que vive Cuba esa dinero será probablemente suficiente para poder sobornar a sus fieles seguidores y comprar las nuevas fidelidades que necesita.
En 1973 pasé mis vacaciones en La Habana. Raúl me llevó a visitar una fábrica enorme que fabricaba maletas con doble fondo y otros artilugios para esconder mercancía para, secretamente, poder transportar armas y explosivos con fines terroristas. En ese momento, la DGI que dirigía Raúl, estaba trabajando a contrareloj tratando de extender la influencia de Cuba en América Latina y en los países del tercer mundo. En particular, estaban deseosos de consolidar el poder de los sandinistas en Nicagarua, fomentar una guerra sangrienta en El Salvador y apoyar junto a la Unión Soviética el asalto al poder del Movimiento para la Liberación de Angola. La DGI de Raúl también contaba con consejeros e instructores en las bases de la Organización Palestina de Liberación y había establecido una estrecha cooperación con Libia, Yemen y el Frente Polisario de Liberación en el Sahara oriental. A mediados de 1970 mi DIE estaba trabajando conjuntamente con la DGI de Raúl apoyando a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), una organización insurgente, antiamericana y marxista que cuyo objetivo era difundir el comunismo en Latino América.
“EN 1973 (…) RAÚL ESTABA TRABAJANDO A CONTRARRELOJ TRATANDO DE EXTENDER LA INFLUENCIA DE CUBA EN AMÉRICA LATINA Y EN LOS PAÍSES DEL TERCER MUNDO”.
En diciembre de 1974, Raúl Castro vino a Bucarest para solicitar apoyo político y de inteligencia a su nuevo Directorio de Liberación Nacional, un grupo cuyo objetivo era coordinar campos de entrenamiento para la guerrilla y terrorismo y crear movimientos de liberación nacional y gobiernos antiamericanos como aquellos en Nicaragua y Granada. Consiguió las dos cosas.
Es evidente que no tuve más acceso a la información relativa a la exportación del terrorismo y la revolución por parte de Fidel Castro, pero soy consciente de que en 2001 su FARC en Colombia fueron responsables de 197 asesinatos. El 11 de abril de 2002, las mismas FARC secuestraron a 13 congresistas colombiano de un edificio gubernamental en Cali y tomó como rehén a la candidata presidencial Ingrid Betancourt. El 13 de febrero de 2003, las FARC derribaron un avión de la CIA que trasportaba la información electrónica al sur de Colombia, tomando a tres oficiales de la CIA como rehenes. Ahora, las FARC, están tratando de derribar a toda costa el gobierno pro-americano de Álvaro Uribe, cuyo padre fue asesinado por las mismas FARC en 1983. Quiero también destacar que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que es un ferviente admirador de los hermanos Castro, ha amenazado a Estados Unidos con cancelar sus exportaciones de petróleo y ha intentado comenzar una guerra convencional contra la vecina Colomba, el principal aliado de Estados Unidos en la región.
“PUEDE QUE RAÚL ESTÉ TRATANDO DE PRESENTARSE COMO UN ÁNGEL (…); PERO ES UN ASESINO Y TERRORISTA INTERNACIONAL QUE HA HECHO UNA FORTUNA CON EL TRÁFICO ILEGAL DE ARMAS, DROGAS Y SERES HUMANOS”.
Nadie, ni en Cuba ni en el exterior, tiene una idea clara del futuro –político y de salud- de Fidel Castro. Quizás, todavía hay algo más que Raúl ha podido haber aprendido de sus maestros de la KGB. Leonid Bresnev murió el 10 de noviembre de 1982 pero el máximo dirigente de la KGB, Yury Andropov, logró mantener su muerte en secreto por varios días ganando el tiempo suficiente para maniobrar la forma de colocarse en el poder. Una vez situado en el Kremlin, el cínico de Andropov, se presentó ante los países occidentales como un comunista moderado. Era un hombre sensible, cálido, valedor de Occidente que, en ocasiones, disfrutaba tomando una copa de whisky, leyendo novelas inglesas, escuchando jazz americano y la música de Beethoven. Andropov no era nada de eso.
Puede que Raúl esté tratando de presentarse como un ángel inocente. Pero la era del secretismo de Andropov ya ha desaparecido. Ruego que los otros que conocen a Raúl de la forma en que yo conocía a Ceaucescu den un paso al frente y desenmascaren al tirano cubano, permitiendo que el mundo pueda contemplarle desnudo, tal cual es: un asesino y terrorista internacional que ha hecho una fortuna con el tráfico ilegal de armas, drogas y seres humanos.
Comandante General Ion Mihai Pacepa es el oficial mayor en abandonar el antiguo bloque soviético. En Navidad de 1989, Ceausescu y su esposa fueron condenados a muerte al final de un juicio en el que la mayor parte de las acusaciones provenían casi literalmente de su libro “Horizontes Rojos”.
*Traducido por la Asociación Española Cuba en Transición.
Fuente en ingles:
http://article.nationalreview.com/?q=OTA0ZjhiYzRlYmYwZWIwMDEzYjY3NjYyZGY3YmI1ZWM=
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Sobre la biografía del dictador Raúl Castro Ruz escrita por Nikolai Leonov
En el artículo Presentan por vez primera en Cuba biografía de Raúl Castro en sesión especial del Parlamento del periodista Enrique Milanés León se lee:
¨El libro Raúl Castro, un hombre en Revolución, del investigador ruso Nikolai Leonov, tuvo su primera presentación en Cuba, durante una sesión especial de la Asamblea Nacional del Poder Popular, ante los diputados de todo el país que conocieron detalles de la que constituye la primera biografía del presidente cubano.
(Eusebio) Leal realizó un minucioso repaso de la génesis de la obra, desde el encuentro de Leonov con Raúl, cuando en 1953 ambos viajaron, desde Génova hasta Latinoamérica —hacía México, el ruso, y hacia Cuba, Raúl—, en el barco Andrea Gritti, donde nació una amistad que aun se mantiene.¨
El presentador comentó las actividades revolucionarias que ya en esa época llevaba a cabo Raúl, quien cumplió 22 años a bordo de ese propio barco. Coincidencias históricas hicieron que los dos amigos se encontraran y que Leonov pudiera conocer más adelante a Ernesto Che Guevara y a Fidel Castro, ahondando el acercamiento ideológico y personal que había comenzado con Raúl.¨
Sin embargo, hay personas calificadas que plantean que hubo, además de amistad, otras relaciones entre Leonov y Raúl Castro en los comienzos de esa amistad ; una de esas personas es el ex Teniente General (de dos estrellas; es decir: General de División) de los servicios de Inteligencia y Contrainteligencia rumanos Ion Mihail Pacepa, quien desertó a EE.UU. en 1978, siendo el más alto oficiaL del entonces campo socialista que haya desertado.
¨Kruschev soñaba con pasar a la historia como el lider sovietico que habia instalado el comunismo en el continente americano y estaba dispuesto a hacer todo lo que fuera necesario para hacer su sueño realidad. Pero Kruschev no tenia confianza en Fidel, creia que no tenia nada que ver con el marxismo Los lideres del partido comunista cubano estaban convencidos de que Fidel era un peligroso aventurero y la burocracia del partido sovietico tambien estaba renuente a apoyarlo. Pero Kuruschov si tenia confianza en Raul. Segun Sakharovsky, que habia traido secretamente a Raul a Moscu a mediados de los años 50, fue un amor a primera vista. Nikita y Raul amaban el vodka. Ambos estaban fascinados por el marxismo. Ambos odiaban la e scuela, la religion y la disciplina. Ambos se consideraban expertos militares. Ambos estaban obsesionados con el espionaje y el contraespionaje. Y a los dos les gustaba dormir con las botas puestas. Sakharovsky consideraba que la 'calida relacion' entre los dos hombres habia convencido a Kuruschev de apoyar decididamente a la revolucion cubana.
Por ordenes de Kruschev, Sakharovsky le habia dado a Raul un asesor de inteligencia: Nicolai Leonov, el experto en America Latina del PGU. Leonov (hoy un retirado general de la KGB y miembro de la Duma), le dio a Raul inteligencia sobre las fuerzas militares del dictador Fulgencio Batista, y lo ayudo con su guerra de guerrillas. En junio de 1957, Leonov le dio documentos y fotografias mostrando que Washington estaba dando armas a apoyo logistico a Batista, y sugirio que Raul tomara unos cuantos rehenes americanos para obligar a Eisenhower a retirarse del conflicto. Raul lo hizo. El 26 de junio de 1958, sus guerrilleros secuestraron a 50 militares y civiles americanos y canadienses que estaban trabajando en Cuba. Por temor a la vida de los rehenes, Batista declaro un ceso al fuego. Eso le permitio a los sovieticos traer nuevas armas a Cuba. El curso de la revolucion cubana cambio para siempre. Habia empezado la era de los secuestros politicos. El 31 de diciembre de 1958, Batista huyo de Cuba, y los hermanos Castro tomaron la direccion del pais. Durante los proximos meses, Raul organizo la ejecucion de cientos de oficiales de la policia y el ejercito de Batista. Los cadaveres eran enterrados en tumbas colectivas en la afueras de Santiago de Cuba.
Un año despues, el viceprimer ministro sovietico Anastas Mikoyan aterrizo en La Habana. Fue recibido por Fidel, Raul y el nuevo asesor de la KGB, Alexander Shitov. La tarea de este ultimo era ayudar a Raul a crear una KGB cubana y un ejercito estilo sovietico. En 1962, Kruschev dio el extraordinario paso de nombrar a Shitov como embajador en Cuba. Pronto, Moscu empezo a construir secretamente bases de cohetes en Cuba. Kruschev, Raul y Shitov - no Fidel - pusieron el mundo al borde la guerra nuclear.¨
Este bloguista de Baracutey Cubano señala que el espía Alexander Ivanovich Shitov había estado en América del Sur con fachada de periodista de la agencia soviética TASS con el nombre de Alexander Alexeiev; fue embajador de la URSS en Cuba, con ese nombre falso, en los primeros años del Castrismo en Cuba.
(General Aleksandr Sakharovsky, consejero entre 1949 y 1953 en el establecimiento de la policía política de Rumania a la que perteneció Pacepa. Entre 1955 y 1970 dirigió la división de Inteligencia exterior de la KGB)
¨Estudió en los colegios de los jesuitas, primero en Santiago de Cuba y luego en La Habana, en cuya universidad empezó una diplomatura en ciencias sociales que no terminó debido a sus actividades políticas. Su compromiso ideológico marxista es anterior al de su hermano Fidel. Afiliado a la Juventud Socialista, organización del Partido Socialista Popular (PSP, de orientación comunista), en febrero de 1953 participó, en Viena, en el Congreso Mundial de la Juventud y visitó varias capitales del bloque soviético.
Se plantea por algunas personas que Fidel y Raúl Castro ya estaban vinculados al Comunismo internacional desde antes del asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 y que, mediante el oficial de la KGB Nikolai Leonov, el comunismo soviético le brindo en México ciertos recursos a la preparación y expedición del yate Granma.
¨En el verano de 1956 me encontré por casualidad con Raúl Castro en México. Fue muy emocionante… Fui el primer soviético que conoció al renombrado compañero “Che”. Le prestó ayuda médica a Raúl y otros compañeros enfermos. Cuando los aspirantes a revolucionarios fueron arrestados en México, en 1956, Guevara fue el único que admitió que era comunista y que estaba estudiando ruso. (Habló abiertamente de su relación con Nikolai Leonov, de la Embajada Soviética).
¿Cuánto hubo de suerte y cuánto de planificación en su trabajo y en su amistad con los cubanos, incluido Raúl Castro?
Yo mantenía en secreto mis encuentros con los revolucionarios cubanos. El Che Guevara me pidió que le buscara unos libros en español. Esos libros eran Chapaev, de Furmanov; Un hombre de verdad, de Boris Polevói, y Así se templó el acero, de Nikolai Ostrovski. Los hallé en nuestra Embajada. Mantuve amistad con el Che Guevara hasta su viaje a Bolivia, donde murió.Leonov tuvo que salir de México después de que los rebeldes fueron detenidos por la Policía mexicana y se descubrió una tarjeta de presentación de Leonov en un libro que leía Guevara.¨
(Una digresión: el bloguista de Baracutey Cubano se pregunta si el Che Guevara era, supuestamente, médico ¿ Cuál fue esa ayuda médica a Raúl y a otros compañeros enfermos?)
¨La inteligencia checa, que desde 1948 era incapaz de tomar una sola decisión sin consultar con Moscú, pidió asesoramiento de los soviéticos y recibió respuesta a través de la decisión del Presidium de Comité Central que hoy puede ser consultada en el Archivo del Presidente de la Federación Rusa (Extracto del Protocolo 198, reunión del Presídium de diciembre 27, 1958, folio 3, lista 65, Fichero 871). En esa resolución (que ya está desclasificada y es pública), el PCUS aprobó “la intención de los amigos checos de ayudar al movimiento de liberación en Cuba”, y dio instrucciones precisas de no dejar ningún rastro escrito diciendo que la armas eran para Cuba, que verificaran exhaustivamente la seriedad de las intenciones de la compañía (léase contacto), y que no enviaran ningún arma que pudiera ser rastreada como perteneciente al bloque soviético.
(Fidel Castro, Nikita Jrushov y Emilio Aragonés Navarro en la URSS. 1963)
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2014
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2012
Top Soviet-bloc defector: Marxism infecting U.S.'Americans are not blind. They just do not really know what Marxism is'
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2012
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Etiquetas: Ceausescu, comunismo, comunista, cuba, dictador, EE.UU., EEUU, fidel castro, Inteligencia, Ion Mihai Pacepa, narcotráfico, Nicolae Ceausescu, Pacepa, Raúl Castro, Rumania
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