viernes, abril 15, 2022

Jesús Hernández Cuellar: El Pez es Rojo - La Invasión de Bahía de Cochinos

 

Tomado de https://www.contactomagazine.com/

(El presidente John F. Kennedy y su esposa Jacqueline, con miembros de la Brigada de Asalto 2506, a su regreso de las cárceles cubanas en diciembre de 1962, en el Orange Bowl de Miami, Florida.)

El Pez es Rojo - La Invasión de Bahía de Cochinos

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En abril de 1961 una fuerza de casi 1.200 hombres entrenados por Estados Unidos desembarca en Cuba con el propósito de derrocar al gobierno de Fidel Castro.

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Por Jesús Hernández Cuellar

A finales de 1960, en medio de convulsos episodios políticos en Cuba, el joven Mario Muxó era un estudiante romántico, convencido de que la libertad y la democracia eran decisivas para el bienestar de su país. Fue entonces que decidió unirse a un grupo de jóvenes que se proponía invadir el territorio cubano. Ese momento llegó el 17 de abril de 1961, y Muxó se lanzó en paracaídas sobre los pantanos de Bahía de Cochinos, sin ningún entrenamiento.

“Decidí enrolarme en la invasión porque pensé que algún día me casaría y tendría hijos, y si no iba a Girón mis hijos me podrían preguntar: ‘papá, ¿dónde tú estabas ese día?’, narró Muxó a ContactoMagazine.com.

Reportaje Especial

“Mi familia y mis profesores me habían inculcado principios cívicos muy profundos respecto a lo que es justo o injusto”, agregó el hoy veterano de aquel evento que cambió en buena medida el curso de la historia de Cuba.

En aquellos momentos, se habían cumplido dos años del triunfo revolucionario que derrocó al general Fulgencio Batista, en enero de 1959. Dwight D. Eisenhower, presidente de Estados Unidos entre 1953 y 1961El líder máximo del movimiento guerrillero, el abogado Fidel Castro, decidió cambiar el rumbo popular y democrático de la revolución hacia una dictadura marxista-leninista aliada de la Unión Soviética. Otros jóvenes como Muxó decidieron integrar también lo que más tarde se llamó Brigada de Asalto 2506, fuerza invasora que había preparado en secreto el presidente norteamericano Dwight D. Eisenhower poco después de que en el verano de 1960 Castro decidiera confiscar la mayor parte de las propiedades norteamericanas en Cuba por valor de unos mil millones de dólares, y todas las grandes empresas cubanas, valoradas en aproximadamente 25 mil millones de dólares. En el momento de la invasión, el gobierno revolucionario también había suspendido todas las libertades fundamentales y había tomado el control de los medios de comunicación cubanos.

El entrenamiento militar se produjo en territorio de Guatemala, con el apoyo logístico de contratistas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Informes procedentes de la comunidad de inteligencia norteamericana, indicaban en aquella fecha que entre julio y octubre de 1960, Castro había recibido unas 20 mil toneladas de armamento de países que ya eran aliados de Cuba, como la propia Unión Soviética, Checoslovaquia y China.

Para Fernando Marquet, que desembarcó con la brigada a la edad de 18 años, el suceso "fue la única oportunidad que se ha presentado de liquidar el comunismo en Cuba, ya que antes y después de la invasión no ha existido ni existe dentro de la isla, ningún mecanismo para darle espacio a aquéllos que no estén de acuerdo con el sistema".

La llegada de Kennedy a la Casa Blanca

En enero de 1961, días antes de la toma de posesión de John F. Kennedy como presidente de Estados Unidos, Eisenhower anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Cuba. Kennedy entraba a la Casa Blanca con una idea diferente de las relaciones hemisféricas. El proyecto de Bahía de Cochinos trastornaba sus planes, y decidió abortar la invasión. Los miembros de la Brigada 2506 pidieron ser trasladados a Cuba como se había acordado, y fue entonces que el nuevo mandatario norteamericano dijo una frase que, en cierto sentido, ofendió a los brigadistas y ha sido mal interpretada: “dump them in Cuba (suéltenlos en Cuba)”. En realidad, todo parece indicar que Kennedy dijo que si ellos querían seguir adelante, “suéltenlos en Cuba”.

Documental: Alas de Libertad


Dos días antes, el 15 de abril, ocho bombarderos B-26, atacaron aeropuertos militares dentro de Cuba, destruyendo prácticamente toda la escasa fuerza aérea cubana de aquel momento. Aproximadamente 100 mil opositores internos y personas con posibilidades de apoyar la invasión, fueron detenidos en estadios, teatros y escuelas. Unos cinco mil prisioneros políticos que se encontraban recluidos en el Presidio Modelo de Isla de Pinos, sufrieron días de terror. Los cimientos de las torres circulares de la cárcel fueron dinamitadas, con el fin de hacerlas estallar si se producía una invasión o un intento de rescate.

La expedición militar

El código secreto para que los grupos internos de la resistencia y el personal de apoyo en Estados Unidos y Guatemala supieran que la invasión había comenzado, eran cuatro palabras simples: "el pez es rojo". La suerte estaba echada. Comenzó la batalla de Playa Girón.


Después de encarnizados combates en la Ciénaga de Zapata, uno de los terrenos más inhóspitos de Cuba, la fuerza expedicionaria fue derrotada en menos de 72 horas, y el propio Castro calificó el hecho como “la primera gran derrota del imperialismo yanqui en América”. El plan original de Eisenhower comprendía apoyo aéreo a los brigadistas, lo cual habría hecho mucho más difícil sino imposible el triunfo castrista.

El equilibrio de fuerzas estaba a favor del régimen cubano de manera abrumadora. Unos mil 100 integrantes de la Brigada de Asalto 2506 desembarcaron el 17 de abril. Con enorme energía, Castro llevó a cabo el contraataque con 25 mil soldados regulares, 200 mil milicianos y nueve mil policías.












(Miembros de la Brigada de Asalto 2506 tomados prisioneros al concluir la invasión de Bahía de Cochinos en abril de 1961.)

El saldo final fue de 118 brigadistas y 176 soldados castristas muertos; más de 500 castristas y unos 360 invasores, heridos. Se calcula que unos cuatro mil milicianos de Castro también murieron o desaparecieron durante los combates. Los sobrevivientes de la expedición fueron tomados como prisioneros de guerra y devueltos a Estados Unidos en diciembre de 1962, mediante un canje por alimentos y medicinas valorados en 53 millones de dólares.

Ver la crónica de Bay of Pigs en Wikipedia (inglés), con los datos citados.

En agosto de 1961, el comandante Ernesto “Che” Guevara, uno de los principales líderes del régimen cubano, asistió a una conferencia económica de la OEA en Punta del Este, Uruguay. Desde allí envió un mensaje a Kennedy a través de un asistente del mandatario, con estas palabras: “Gracias por Playa Girón. Antes de la invasión, la revolución era débil. Ahora es más fuerte que nunca”.

Durante los 30 largos años que siguieron al episodio de Bahía de Cochinos o Playa Girón, el castrismo desarrolló una estrecha relación con Moscú, potencia comunista de la Guerra Fría, que proporcionó al gobierno cubano subsidios de hasta seis mil millones de dólares por año y entrenó a sus fuerzas armadas, sus servicios de inteligencia y sus aparatos represivos. Era tal el apoyo soviético que a mediados de la década de 1970, el ejército cubano era el tercero más poderoso en el Hemisferio Occidental después de las fuerzas armadas de Estados Unidos y Brasil.

La relación entre Moscú y La Habana concluyó en diciembre de 1991, cuando la Unión Soviética, que ya enviaba muy poca ayuda a Cuba, abandonó el comunismo como ideología y se desintegró como nación. El fracaso soviéticó representó un trauma irreparable para la izquierda radical y las fuerzas antinorteamericanas.

"Estados Unidos y Cuba siempre fueron aliados naturales, inclusive durante la Segunda Guerra Mundial, nada más lógico entonces que nuestros aliados cooperaran con nosotros en la tarea de conseguir la libertad de nuestro país", señaló a Contacto el ya fallecido brigadista Sergio G. Díaz, quien ocupó uno de los puestos de combate en Bahía de Cochinos, como miembro de la brigada.

Para esa fecha, "las armas que fusilaban a nuestros amigos y familiares eran armas soviéticas, usadas sin escrúpulos por el régimen comunista", puntualizó Díaz como defensa ante la acusación de que los expedicionarios fueron entrenados por la CIA.

"Los opositores dentro de Cuba hoy día han continuado nuestra propia lucha, pero por la vía pacífica", comenta Marquet. "El hecho de que sean reprimidos, encarcelados y torturados revela a las claras que el régimen de los Castro ha sido y es una brutal dictadura, y que nosotros teníamos razón en 1961 cuando intentamos evitar la prolongación de los sufrimientos del pueblo cubano".

Muxó asegura que su "esperanza no se ha desvanecido", pero dice que es "muy realista" respecto al futuro.

"Un acontecimiento interno sería decisivo, Cuba no es comunista, quienes han apoyado a Castro son fidelistas y el día que los hermanos Castro no estén se va a producir una debacle", subrayó.

En estos momentos, la oposición cubana se caracteriza por ser pacífica, pero el gobierno continúa hostigando a quienes piensan diferente.  

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Brigade 2506



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1 Comments:

At 5:11 p. m., Anonymous Realpolitik said...

Ah, Kennedy, fiel muestra de una familia muy sucia pero blanqueada artificialmente. Vaya fachada falsa, todo un ídolo de pies de barro, sino peor. Dudo mucho que si no le hubiera robado la presidencia a Nixon hubiera fallado lo de Playa Girón--que Kennedy debió haber cancelado por completo, ya que no tenía intención de hacer lo necesario. Un postalita despreciable.

 

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